25 sept 2014
El olor de la lluvia sobre la tierra seca y otras 28 cosas que no sabías que tenían nombre....................................Jaime Rubio Hancoc
Hasta ahora, cada vez que te ponías a coser botones clavabas las
agujas que no utilizabas en lo que tú llamabas “cojincico” o “la cosa
esa de las agujas”. Gracias a esta lista, podrás usar el nombre correcto
tanto de esta almohadilla (que es un acerico) como de otras 28 cosas
imprescindibles para tu vida diaria o para tus partidas de Scrabble,
como la corteza de la pizza, la espuma de la cerveza o ese maravilloso
olor que deja la lluvia después de caer en un lugar seco.
2. Agrafe. Pieza de metal para sujetar el cierre de botellas y frascos. Por ejemplo, el alambre y la chapa de las botellas de cava.
3. Ampersand. El signo &.
4. Ápice. Acento o cualquiera de los signos que se colocan sobre las letras, como el punto de las íes. Eso sí, el acento de la eñe se llama virgulilla.
5. Carúncula. La cresta de gallos y pavos.
6. Crencha. Raya del pelo y cada una de las partes en las que la crencha divide el cabello.
7. Criptomnesia. Fenómeno que consiste en creer que se te acaba de ocurrir algo que en realidad sólo lo estabas recordando, aunque no recuerdes que ya lo sabías. Por ejemplo, cuando plagias involuntariamente un tuit.
8. Diastema. Espacio entre los dientes. Estuvo de moda durante siete segundos porque todo ha estado de moda alguna vez. O lo estará. Recordad, por ejemplo, los bigotes.
9. Estepicursor. El matojo rodante típico de las películas del oeste o de cuando cuentas un chiste en un bar. También se llama rodamundos, sorrasca, calamino, boja, salicón, salicor, salicornio, salicornia, barrilla, corredora del desierto, bola del oeste, apretaculos, capitana, malvecino, alicornio, cardo ruso, planta rodadora, bruja, chamizo, cachanilla, maromera, salsola, y rodadora.
10. Filtrum. Surco subnasal, es decir, la ranura situada debajo de la nariz y encima de los labios.
11. Fosfenos. Las manchas luminosas que se ven al frotar los párpados.
12. Ginecomastia. Man boobs.
13. Giste. La espuma de la cerveza. Ejemplo de uso cotidiano: “¿Sabías que la espuma de la cerveza se llama giste?”
14. Guedeja. Cabellera larga y también la melena del león.
15. Herrete. Cada una de las puntas de plástico o metal de los cordones.
16. Jeme. Distancia que hay desde la punta del pulgar a la del índice, separando el uno del otro todo lo posible. Unidad de medida equivalente a “un cacho así”.
17. Lemniscata. Curva plana de forma semejante a un 8. Es el término correcto del símbolo de infinito.
18. Lúnula. El espacio blanquecino semilunar de la raíz de las uñas.
19. Óbelo. Signo de división. El de multiplicar es una más común “aspa”.
20. Petricor. El olor de la lluvia en sitios secos.
21. Pie de Morton o pie griego. Cuando el segundo dedo del pie es más largo que el gordo. (¿Estas personas son alienígenas infiltrados? Este sería otro debate).
22. Quincunce. Disposición como la figura de un cinco en un dado, con cuatro puntos formando un rectángulo y otro punto en el centro.
23. Recazo. La parte del cuchillo opuesta al filo.
24. Sangradura. La parte hundida del brazo opuesta al codo.
25. Telson. La cola de los crustáceos. Ejemplo: “¿Tú te comes el telson de los langostinos? Yo sí. Soy un poco bruto”.
26. Tenesmo. Ganas frecuentes de ir al baño.
27. Vagido. Gemido o llanto del recién nacido.
28. Virola. Es una abrazadera de metal que se coloca en algunos instrumentos, incluyendo la anilla metálica que une el lápiz con la goma de borrar y la punta de un paraguas, por ejemplo. No confundir con “vitola”.
29. Vitola. La anilla de los cigarros puros.
1. Acerico. Almohada pequeña. Y también la almohadilla que sirve para clavar alfileres o agujas.
2. Agrafe. Pieza de metal para sujetar el cierre de botellas y frascos. Por ejemplo, el alambre y la chapa de las botellas de cava.
3. Ampersand. El signo &.
4. Ápice. Acento o cualquiera de los signos que se colocan sobre las letras, como el punto de las íes. Eso sí, el acento de la eñe se llama virgulilla.
5. Carúncula. La cresta de gallos y pavos.
6. Crencha. Raya del pelo y cada una de las partes en las que la crencha divide el cabello.
7. Criptomnesia. Fenómeno que consiste en creer que se te acaba de ocurrir algo que en realidad sólo lo estabas recordando, aunque no recuerdes que ya lo sabías. Por ejemplo, cuando plagias involuntariamente un tuit.
8. Diastema. Espacio entre los dientes. Estuvo de moda durante siete segundos porque todo ha estado de moda alguna vez. O lo estará. Recordad, por ejemplo, los bigotes.
9. Estepicursor. El matojo rodante típico de las películas del oeste o de cuando cuentas un chiste en un bar. También se llama rodamundos, sorrasca, calamino, boja, salicón, salicor, salicornio, salicornia, barrilla, corredora del desierto, bola del oeste, apretaculos, capitana, malvecino, alicornio, cardo ruso, planta rodadora, bruja, chamizo, cachanilla, maromera, salsola, y rodadora.
10. Filtrum. Surco subnasal, es decir, la ranura situada debajo de la nariz y encima de los labios.
11. Fosfenos. Las manchas luminosas que se ven al frotar los párpados.
12. Ginecomastia. Man boobs.
13. Giste. La espuma de la cerveza. Ejemplo de uso cotidiano: “¿Sabías que la espuma de la cerveza se llama giste?”
14. Guedeja. Cabellera larga y también la melena del león.
15. Herrete. Cada una de las puntas de plástico o metal de los cordones.
16. Jeme. Distancia que hay desde la punta del pulgar a la del índice, separando el uno del otro todo lo posible. Unidad de medida equivalente a “un cacho así”.
17. Lemniscata. Curva plana de forma semejante a un 8. Es el término correcto del símbolo de infinito.
18. Lúnula. El espacio blanquecino semilunar de la raíz de las uñas.
19. Óbelo. Signo de división. El de multiplicar es una más común “aspa”.
20. Petricor. El olor de la lluvia en sitios secos.
21. Pie de Morton o pie griego. Cuando el segundo dedo del pie es más largo que el gordo. (¿Estas personas son alienígenas infiltrados? Este sería otro debate).
22. Quincunce. Disposición como la figura de un cinco en un dado, con cuatro puntos formando un rectángulo y otro punto en el centro.
23. Recazo. La parte del cuchillo opuesta al filo.
24. Sangradura. La parte hundida del brazo opuesta al codo.
25. Telson. La cola de los crustáceos. Ejemplo: “¿Tú te comes el telson de los langostinos? Yo sí. Soy un poco bruto”.
26. Tenesmo. Ganas frecuentes de ir al baño.
27. Vagido. Gemido o llanto del recién nacido.
28. Virola. Es una abrazadera de metal que se coloca en algunos instrumentos, incluyendo la anilla metálica que une el lápiz con la goma de borrar y la punta de un paraguas, por ejemplo. No confundir con “vitola”.
29. Vitola. La anilla de los cigarros puros.
Flores para los vivos y para los muertos.....................................................Carlos Boyero
Los directores Jon Garaño y José María Goenaga imprimen un tono entre desasosegante y romántico a la historia de 'Loreak'.
Como soy persona prejuiciosa, aunque dispuesta a lamentar los errores
que puede provocar mi ceguera o mis precauciones sin fundamento, me
temía que la inclusión de la película hablada en euskera Loreak
en la Sección Oficial obedeciera a la cuota de patriotismo que se
imponía el Festival de San Sebastián, que me pudiera encontrar con un
panfleto exaltando la pureza de la raza o las consignas de los
nacionalismos, esas cosas que me provocan tanto miedo y grima, incluido
el español. A los diez minutos de proyección se han desvanecido mis
temores, han sido sustituidos por la curiosidad y la sensación de que me
encuentro ante algo tan atractivo como poco convencional. Que se
expresen en euskera obedece a la lógica. Es la lengua que utilizan
cotidianamente los personajes, es su idioma natural, hasta llego a
pensar que si lo hicieran en castellano resultaría forzado, antinatural,
postizo.
Me gusta el tono que imprimen a la entre desasosegante y romántica historia los directores Jon Garaño y José María Goenaga y soy afortunadamente incapaz de averiguar cómo se va a desarrollar la trama. Y, cómo no, todos los espectadores de cierta y provecta edad relacionaremos su arranque con lo que contaba Cecilia en la preciosa canción Un ramito de violetas y que también incluyó Manzanita en ese disco desgarrador que mantiene intacta después de 33 años su capacidad para emocionarte y lamerte las heridas del alma titulado Talco y bronce. Las flores que recibe semanalmente una mujer rutinariamente casada, introvertida, cercada por la menopausia, no son violetas, sino muy variadas y tiene claro que no se las envía anónimamente ese marido con el que tiene poco que decirse, pero alimentan en medio del vacío esa ilusión tan conmovedora de sentirse amada por un desconocido o por alguien próximo que mantiene lírico silencio.
Y todo se va a liar hasta extremos muy peligrosos que tienen que ver con la muerte, la obsesión, el peso abrumador de los recuerdos, la sensación de que la persona más cercana puede estar llena de misterios, la culpa, la negativa a olvidar a los que se fueron para hacerse la ilusión de que siguen ahí donando y recibiendo calor, la resurrección de sentimientos que se creían enterrados. No me desentiendo en ningún momento de lo que narra esta extraña y atractiva película, interpretada convincentemente por actores y actrices que desconocía, rodada con escasos medios y notable sensibilidad. Y deja un regusto triste esta crónica de lo complicados que pueden tornarse los sentimientos, de la necesidad de huir de las islas en las que habita el corazón de los infelices.
Hace escasos años triunfó entre los asistentes a la Berlinale la película chilena Gloria y creo recordar que también recibió varios premios. Era un retrato delicioso y tragicómico de una otoñal dama que se niega a tirar la toalla, empeñada en vivir cuando todo aconseja la estricta supervivencia. También era admirable el trabajo de la actriz Paulina García. Imagino que a todos los directores de festivales se les despierta el ansia y la obligatoriedad de exhibir nuevos títulos de cinematografías desconocidas o exóticas cuando ha aparecido una perla en ellas. He conocido infinitas y efímeras modas en los festivales alimentadas por descubrimientos artísticos que no tienen continuidad. Pensaba en Gloria, en su estilo visual y narrativo, diálogos cercanos a la cotidianeidad, mientras cambiaba demasiadas veces de postura en la butaca sufriendo la pretenciosa inanidad de la película chilena La voz en off. Ni en un solo momento logran interesarme los personajes, las frecuentes desventuras que aquejan a una familia burguesa que se está descomponiendo. No me interesa ni lo que hacen, ni lo que dicen, ni lo que sienten, ni lo que les falta, ni lo que anhelan. Bueno, en cuanto a lo que dicen solo me entero de la mitad. Entiendo que hablen de esa forma pero también la necesidad con numerosas películas latinoamericanas de que estén subtituladas al castellano al proyectarse en España. Igual que el cine español que se exhiba en Latinoamérica. Además, el director Cristian Jiménez, en su afán de ser realista y reproducir la vida misma, acompaña los diálogos con el ruido ambiental. Me reviso frecuentemente los oídos en el otorrino. O sea, que no es culpa mía si no capto en su totalidad lo que expresan con excesiva naturalidad las bocas de los personajes. En cuanto a sus divorcios, sus desencuentros, los enigmas sobre el otro, la necesidad de estar juntos, sus engaños, su complicidad, etcétera… siento la misma fascinación que al ver crecer la hierba. O sea, ninguna.
Me gusta el tono que imprimen a la entre desasosegante y romántica historia los directores Jon Garaño y José María Goenaga y soy afortunadamente incapaz de averiguar cómo se va a desarrollar la trama. Y, cómo no, todos los espectadores de cierta y provecta edad relacionaremos su arranque con lo que contaba Cecilia en la preciosa canción Un ramito de violetas y que también incluyó Manzanita en ese disco desgarrador que mantiene intacta después de 33 años su capacidad para emocionarte y lamerte las heridas del alma titulado Talco y bronce. Las flores que recibe semanalmente una mujer rutinariamente casada, introvertida, cercada por la menopausia, no son violetas, sino muy variadas y tiene claro que no se las envía anónimamente ese marido con el que tiene poco que decirse, pero alimentan en medio del vacío esa ilusión tan conmovedora de sentirse amada por un desconocido o por alguien próximo que mantiene lírico silencio.
Y todo se va a liar hasta extremos muy peligrosos que tienen que ver con la muerte, la obsesión, el peso abrumador de los recuerdos, la sensación de que la persona más cercana puede estar llena de misterios, la culpa, la negativa a olvidar a los que se fueron para hacerse la ilusión de que siguen ahí donando y recibiendo calor, la resurrección de sentimientos que se creían enterrados. No me desentiendo en ningún momento de lo que narra esta extraña y atractiva película, interpretada convincentemente por actores y actrices que desconocía, rodada con escasos medios y notable sensibilidad. Y deja un regusto triste esta crónica de lo complicados que pueden tornarse los sentimientos, de la necesidad de huir de las islas en las que habita el corazón de los infelices.
Hace escasos años triunfó entre los asistentes a la Berlinale la película chilena Gloria y creo recordar que también recibió varios premios. Era un retrato delicioso y tragicómico de una otoñal dama que se niega a tirar la toalla, empeñada en vivir cuando todo aconseja la estricta supervivencia. También era admirable el trabajo de la actriz Paulina García. Imagino que a todos los directores de festivales se les despierta el ansia y la obligatoriedad de exhibir nuevos títulos de cinematografías desconocidas o exóticas cuando ha aparecido una perla en ellas. He conocido infinitas y efímeras modas en los festivales alimentadas por descubrimientos artísticos que no tienen continuidad. Pensaba en Gloria, en su estilo visual y narrativo, diálogos cercanos a la cotidianeidad, mientras cambiaba demasiadas veces de postura en la butaca sufriendo la pretenciosa inanidad de la película chilena La voz en off. Ni en un solo momento logran interesarme los personajes, las frecuentes desventuras que aquejan a una familia burguesa que se está descomponiendo. No me interesa ni lo que hacen, ni lo que dicen, ni lo que sienten, ni lo que les falta, ni lo que anhelan. Bueno, en cuanto a lo que dicen solo me entero de la mitad. Entiendo que hablen de esa forma pero también la necesidad con numerosas películas latinoamericanas de que estén subtituladas al castellano al proyectarse en España. Igual que el cine español que se exhiba en Latinoamérica. Además, el director Cristian Jiménez, en su afán de ser realista y reproducir la vida misma, acompaña los diálogos con el ruido ambiental. Me reviso frecuentemente los oídos en el otorrino. O sea, que no es culpa mía si no capto en su totalidad lo que expresan con excesiva naturalidad las bocas de los personajes. En cuanto a sus divorcios, sus desencuentros, los enigmas sobre el otro, la necesidad de estar juntos, sus engaños, su complicidad, etcétera… siento la misma fascinación que al ver crecer la hierba. O sea, ninguna.
‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ representará a España en los Oscar
Más difícil que conocer a John Lennon
. El profesor que corre detrás del beatle en Vivir es fácil con los ojos cerrados se embarca ahora en un periplo más largo y complejo todavía: los premios Oscar. El largo de David Trueba, ya ganador del Goya de este año al mejor filme, es el elegido por la Academia de cine española para intentar optar a la estatuilla al mejor filme de habla no inglesa. Tras su primer goya el cineasta aspira ahora al máximo galardón del mundo del cine, un premio que se le escapa a las películas españolas desde Mar adentro en 2004.
Así lo han anunciado hoy los actores Aura Garrido y Álex González, en la madrileña sede de la Academia de cine. Queda, eso sí, un largo camino hasta el 15 de enero de 2015, cuando la Academia de Hollywood anuncie los cinco finalistas para el filme de habla no inglesa. Las estatuillas se entregarán en la 87ª edición de los premios, el 22 de febrero del año próximo.
Acaban fuera de la competición 10.000Km, de Carlos Marques-Marcet, y El niño, de Daniel Monzón. Por lo menos, les queda la satisfacción de haber sido las otras dos finalistas, de entre 81 películas. Para Vivir es fácil con los ojos cerrados, en cambio, es un nuevo orgullo, casi inesperado a juzgar por la felicidad auténtica que lucía su protagonista, Javier Cámara, nada más anunciarse la decisión de los académicos: “Pensábamos que no y ha sido que sí”.
El intérprete, que se llevó otro de los seis goya de la película, al mejor actor protagonista, hasta había comprado flores, camino de la Academia, para regalárselos al equipo del filme ganador. Resultó que fue el suyo, y le acabó entregando el ramo a la productora, Cristina Huete. “Empieza un camino muy largo. Tenemos que posicionarnos con un distribuidor, hacer una campaña allí, intentar entrar en los Globos de Oro…Necesitamos el apoyo de este Gobierno, que no nos deje de lado como ha hecho hasta ahora”, añadió Huete.
“Al Ejecutivo pido que pague las amortizaciones de 2012. Estamos ahogados, tendremos que ir nadando a Los Ángeles. Las productoras pequeñas estamos en una situación límite. No lo tenemos fácil, si las televisiones públicas y privadas y el Gobierno no pagan sus deudas con el cine español”, concretó Huete. La productora explicó que Vivir es fácil con los ojos cerrados volverá a las salas españolas y que pronto se estrenará en Nueva York, Seattle o Los Ángeles.
Cámara contó que hay “muchas películas dentro la película” y, entre ellas, la de Huete por conseguir meter a los Beatles, y a su canción Strawberry fields forever, en el filme. Hasta acabaron rodando varias secuencias de arranque, por si finalmente algunas no contaban con los derechos para ser emitidas. Cámara recordó una cena entre ambos, dos semanas antes de finalizar el rodaje, en la que estaban “desesperados” por conseguir las autorizaciones que seguían faltando de hijos, herederos, parientes y demás implicados.
Vivir es fácil con los ojos cerrados fue escogida por los académicos de entre todos los largos estrenados en España entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre de 2014 que hayan permanecido al menos siete días en cartel. De la primera ronda salieron tres ganadoras, entre las que no estaba, para sorpresa de muchos y como recordó el propio Cámara, La isla mínima, el nuevo filme de Alberto Rodríguez que llega este viernes a las salas.
La segunda ronda ha terminado con la victoria del filme de Trueba, que ahora aspira a ser el quinto filme español en llevarse el Oscar a mejor película. Desde el 2004, ninguna película española ha sido seleccionada en esta categoría. Ese año Mar adentro, de Alejandro Amenábar, obtuvo el cuarto Oscar para España. Las otras tres películas ha sido: Volver a empezar (1982), de José Luis Garcí; Belle Epoque (1993), de Fernando Trueba; y Todo sobre mi madre (1999), de Pedro Almodóvar.
Hubiera preferido al "Niño"
. El profesor que corre detrás del beatle en Vivir es fácil con los ojos cerrados se embarca ahora en un periplo más largo y complejo todavía: los premios Oscar. El largo de David Trueba, ya ganador del Goya de este año al mejor filme, es el elegido por la Academia de cine española para intentar optar a la estatuilla al mejor filme de habla no inglesa. Tras su primer goya el cineasta aspira ahora al máximo galardón del mundo del cine, un premio que se le escapa a las películas españolas desde Mar adentro en 2004.
Así lo han anunciado hoy los actores Aura Garrido y Álex González, en la madrileña sede de la Academia de cine. Queda, eso sí, un largo camino hasta el 15 de enero de 2015, cuando la Academia de Hollywood anuncie los cinco finalistas para el filme de habla no inglesa. Las estatuillas se entregarán en la 87ª edición de los premios, el 22 de febrero del año próximo.
Acaban fuera de la competición 10.000Km, de Carlos Marques-Marcet, y El niño, de Daniel Monzón. Por lo menos, les queda la satisfacción de haber sido las otras dos finalistas, de entre 81 películas. Para Vivir es fácil con los ojos cerrados, en cambio, es un nuevo orgullo, casi inesperado a juzgar por la felicidad auténtica que lucía su protagonista, Javier Cámara, nada más anunciarse la decisión de los académicos: “Pensábamos que no y ha sido que sí”.
El intérprete, que se llevó otro de los seis goya de la película, al mejor actor protagonista, hasta había comprado flores, camino de la Academia, para regalárselos al equipo del filme ganador. Resultó que fue el suyo, y le acabó entregando el ramo a la productora, Cristina Huete. “Empieza un camino muy largo. Tenemos que posicionarnos con un distribuidor, hacer una campaña allí, intentar entrar en los Globos de Oro…Necesitamos el apoyo de este Gobierno, que no nos deje de lado como ha hecho hasta ahora”, añadió Huete.
“Al Ejecutivo pido que pague las amortizaciones de 2012. Estamos ahogados, tendremos que ir nadando a Los Ángeles. Las productoras pequeñas estamos en una situación límite. No lo tenemos fácil, si las televisiones públicas y privadas y el Gobierno no pagan sus deudas con el cine español”, concretó Huete. La productora explicó que Vivir es fácil con los ojos cerrados volverá a las salas españolas y que pronto se estrenará en Nueva York, Seattle o Los Ángeles.
Cámara contó que hay “muchas películas dentro la película” y, entre ellas, la de Huete por conseguir meter a los Beatles, y a su canción Strawberry fields forever, en el filme. Hasta acabaron rodando varias secuencias de arranque, por si finalmente algunas no contaban con los derechos para ser emitidas. Cámara recordó una cena entre ambos, dos semanas antes de finalizar el rodaje, en la que estaban “desesperados” por conseguir las autorizaciones que seguían faltando de hijos, herederos, parientes y demás implicados.
Vivir es fácil con los ojos cerrados fue escogida por los académicos de entre todos los largos estrenados en España entre el 1 de octubre de 2013 y el 30 de septiembre de 2014 que hayan permanecido al menos siete días en cartel. De la primera ronda salieron tres ganadoras, entre las que no estaba, para sorpresa de muchos y como recordó el propio Cámara, La isla mínima, el nuevo filme de Alberto Rodríguez que llega este viernes a las salas.
La segunda ronda ha terminado con la victoria del filme de Trueba, que ahora aspira a ser el quinto filme español en llevarse el Oscar a mejor película. Desde el 2004, ninguna película española ha sido seleccionada en esta categoría. Ese año Mar adentro, de Alejandro Amenábar, obtuvo el cuarto Oscar para España. Las otras tres películas ha sido: Volver a empezar (1982), de José Luis Garcí; Belle Epoque (1993), de Fernando Trueba; y Todo sobre mi madre (1999), de Pedro Almodóvar.
Hubiera preferido al "Niño"
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