Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 sept 2014

Javier Marías también rechazaría el Premio Cervantes................................................... Ángel Luis Sucasas

El autor habla del aborto, la Posguerra o la Transición en la presentación de 'Así empieza lo malo'.

Javier Marías en la presentación de su novela 'Asi empieza lo malo'. / J.C. Hidalgo (EFE)

No faltó humor en la presentación de Así empieza lo malo, la novela número catorce en el universo literario de Javier Marías (Madrid, 1951).
 En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el autor ha hablado de la inesperada chispa que descubrió en Rajoy ayer, de cómo Gallardón, desjusticiado, tal vez busque justicia por su cuenta y de que la gente hoy en día, así en general, "está loca".
 Pero una de sus sonrisas más genuinas la esbozó cuando llegó la pregunta de si "perdonaría" que le concedieran el premio Cervantes, que se falla en noviembre:
"No. Cuando rechacé el Premio Nacional de Narrativa [por Los enamoramientos] ya dije que no aceptaría ningún galardón, ni invitación del Gobierno.
 ¿Quién paga el Cervantes? Pues ya tiene su respuesta".
También se adelantó a las chanzas que se quieran hacer si su nueva obra no gusta: "Desde la primera página uno descubre que en vez de Así empieza lo malo debiera titularse Así empieza lo peor.
 Como es facilón, prefiero hacer el chiste yo"
. Pero no es su novela precisamente una comedia.
 En realidad es una prolongación más de esa "gran novela" en temas y a veces hasta en personajes que lleva escribiendo desde que debutó a los 19 años con Los dominios del lobo.
Portada de la nueva novela de Javier Marías, 'Así empieza lo malo'.
En Así empieza lo malo traza un triángulo entre un matrimonio en podredumbre —el de Beatriz Noguera y Eduardo Muriel, cineasta español con parche, como John Ford— y ese personaje testigo de intimidades que tanto explota la literatura.
 Marías carga al voyeur con el peso de los años, porque la acción que recuerda sucede en la España del 81, antes (y no es baladí para la historia) de que se permita el divorcio, pero el personaje se encuentra en la España del aquí y ahora.
"Esta es una novela de personajes. De la vida privada. Como se dice en la obra, cuenta una historia tenue, de las que muchas veces no salen del ámbito íntimo".
Pero Así empieza lo malo también tiene una "posible" lectura política.
 Muy relacionada con dos períodos clave del siglo XX español: la Transición y la Posguerra.
 Marías defiende la primera, aunque luego se haya "torcido" y reconociendo lo difícil de asumir la amnistía total para el régimen franquista: "No hay nada perfecto, pero tengan en cuenta que llevamos 40 años con un país normal —con elecciones, con partidos políticos— cuando la normalidad en España se contaba por trienios".
 De la segunda dice cosas más duras en su novela. Página 46:
"Algunos individuos notables que habían apoyado a Franco [...] comenzaron a fraguarse biografías ilusorias, a presumir de demócratas desde la época ateniense y a proclamar que su antifranquismo venía de antiguo, cuando no de siempre"
. Un poco más adelante, en la página 50, una advertencia desde el pasado al presente de ese cineasta tuerto y larguirucho que prefiere pensar tumbado en el suelo: "Tardará en olvidarse cómo somos o cómo podemos ser, y además con facilidad, basta una cerilla".
Que haya púas en ciertos pasajes no quiere decir que Marías se haya puesto la toga de juez.
 Porque para el escritor madrileño la "moralina" en los temas es lo que el "adorno" a la prosa:
 "Es ridículo que en el siglo XXI un escritor se dedique a dar lecciones, tomar partido o algo que se le parezca"
. Eso sí, bromear no le molesta, como con las declaraciones del presidente Rajoy ayer tras el gran fiasco de su legislatura, la reforma fallida de la ley del aborto:
"Por una vez me han parecido chistosas. Una de las razones que adujo para esta retirada fue: 'Hombre es que no se puede tener una ley que un nuevo Gobierno vaya a cambiar al día siguiente de ganar las elecciones'.
Pues hombre para eso cambie la de educación, la de tasas judiciales...".

 

La vida de lady Di contada a través de sus vestidos..................................................... Rocío Ayuso

Algunos de los trajes más memorables de la princesa de Gales se podrán adquirir en una subasta por un precio de salida de 46.500 euros.

 

Ejemplar del catálogo de una subasta anterior, firmado por lady Di, ahora en venta.

Es asombroso lo mucho que un armario puede contar de una persona.
 Pero si ese cualquiera es de Diana de Gales, su armario cuenta la historia de una vida de riquezas y atención mediática.
 Una vida que se terminó hace 17 años en un túnel de París pero que permanece en el recuerdo como demuestra la nueva subasta que lleva su nombre y en la que se podrá pujar por muchos de sus trajes los próximos 5 y 6 de diciembre.
 La subasta, organizada por la casa Julien de Beverly Hills (Estados Unidos), pondrá bajo el martillo numerosos enseres del miembro más idolatrado de la familia real británica.
Teniendo en cuenta lo recaudado en anteriores ocasiones (el año pasado 10 vestidos suyos se vendieron por un millón de euros), promete ser una subasta reñida.
La próxima colección incluye principalmente una serie de vestidos diseñados por su modista de cabecera y amiga Catherine Walker
. Ambas se conocieron tres meses después de la boda de la honorable lady Diana Spencer con el príncipe Carlos, el primogénito de la reina Isabel II, en 1981 y su amistad se prolongó hasta la muerte de la princesa en un trágico accidente de coche en 2007.
Fueron 16 años de amistad y costura que dieron a luz algunos de los trajes más memorables de la princesa.
 Entre ellos está el vestido que le hizo la diseñadora británica para la reapertura del Teatro Savoy en Londres.
Un traje que le gustó tanto que lo volvió a utilizar en 1993 cuando fue a ver La Bohéme en el Coliseum de Londres.
 Se trata de un vestido de seda en tono rosa que realzaba su figura con un escote palabra de honor y mangas largas.
 El  diseño, ajustado hasta la cintura y acabado en una falda tableada, decora su corsé con un bordado de perlas y brillantes formando líneas horizontales.
Un modelo con un precio estimado de salida entre los 46.500 y los 62.000 euros.
Catherine Walker firma otros dos vestidos de la subasta de la que fuera una de las princesas más envidiadas y un icono de estilo (sobre todo en su segunda vida, tras divorciarse del príncipe Carlos). Ambos con el mismo precio de salida, también entre los 46.500 y los 62.000 euros.
 Aunque no igual de conocidos como un traje de seda con escote palabra de honor que alterna el color marfil y el negro que lady Di vistió en una recepción privada.
La subasta también incluye piezas de otros diseñadores, como el que la británica Zandra Rhodes le hizo para acudir en 1987 a la gala benéfica de la asociación Birhtright, un vestido de gala que formó parte de la exposición que tuvo lugar en el Palacio de Kensington en 2012
. Quizá por eso, o debido a la sutileza de sus gasas blancas, su precio de salida se eleva hasta los 77.800 euros.
Acompañando estos trajes de noche, la subasta de la casa Julien incluye una colección de gemelos y botones dorados editados para conmemorar la boda de la princesa, como recuerda la leyenda impresa en la caja en la que vienen.
 Se trata de un objeto algo más económico, con un precio de salida entre los 470 y los 625 euros.
 Más personal es la edición limitada, firmada y numerada, de 250 ejemplares del catálogo que conmemoró otra subasta de trajes de noche, esa celebrada cuando la princesa estaba aún con vida y donde se puede leer el nombre de Diana escrito de su puño y letra. Un catálogo acompañado de la entrada a esa subasta que iniciará la puja entre los 1.500 y los 3.000 euros.
La misma vestido incluirá otros momentos de la familia real británica de festividades más cercanas, como una porción del pastel de boda (todavía guardada en una caja de metal) de las nupcias del príncipe Guillermo y Kate Middleton así como una invitación, sin nombre, al mismo enlace impresa en el papel de carta de la reina Isabel
. Una colección de objetos y vestidos que estará a la vista hasta el próximo 2 de noviembre en Irlanda, en el Museo Style Icons de Kildare, antes de regresar a Beverly Hills para finalmente ser vendidos.

La Audiencia de Málaga da 10 días a Pantoja y Zaldívar para ingresar en prisión...............................Esperanza Codina

La artista, condenada junto a Julián Muñoz, puede evitar la cárcel si lo solicita.

Acusados de blanqueo, durante el juicio en una imagen tomada desde el monitor de la sala. / EFE

La Sección Segunda de la Audiencia de Málaga ha dado 10 días para que se ejecute la sentencia que condenó al exalcalde de la localidad malagueña de Marbella Julián Muñoz y a sus exparejas, la cantante Isabel Pantoja y Maite Zaldívar; y otras cuatro personas más por blanqueo de capitales. Muñoz ya se encuentra en prisión e Isabel Pantoja podría eludir la prisión por haber sido condenada a solo dos años
. El resto cuenta con 10 días para ingresar voluntariamente en la cárcel y pagar la multa impuesta.
Ninguno de los abogados ha solicitado por ahora aún el beneficio de la suspensión de la pena, sobre la que tendría que pronunciarse la Fiscalía y posteriormente el tribunal.
La Audiencia de Málaga condenó a Pantoja a dos años de prisión y multa de 1,1 millones de euros por un delito de blanqueo; a Muñoz le impuso siete años de cárcel y multa de 3,8 millones por blanqueo de capitales continuado y cohecho. Zaldívar fue condenada a tres años y tres meses de prisión y multa de 2,4 millones de euros por un delito continuado de blanqueo; igual que su hermano. Además, fueron condenadas otras tres personas.
El Tribunal Supremo confirmó la condena de Pantoja y rebajó la pena en ambos casos a dos años y medio, al considerar que se trató de un delito único y no continuado
. Aunque Muñoz no recurrió, se hicieron extensivos a él los efectos de la no apreciación de continuidad, por lo que la condena se redujo a seis años y medio de cárcel.
La ejecución de condena ahora dictada obliga a Pantoja, en cualquier caso, a pagar la multa de 1.147.148,96 euros a la que fue condenada.
 Si no lo hiciera, cumpliría en prisión seis meses de arresto.
En la sentencia, el tribunal que la condenó el pasado año señalaba que Pantoja y Muñoz "ejecutaron un plan preconcebido para "aflorar dinero y ganancias" obtenidas en sus actividades delictivas del segundo mezclándolas con otros ingresos profesionales.

 

La mirada distinta de la mujer...................................Mª Ángeles Cabré.................Del Blog MUJERES


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Edición facsímil de 'Visión de Nueva York', de Carmen Martín Gaite, crónica en collage del viaje de la escritora a esa ciudad en 1980.
¿Importa lo que se mira o cómo se mira? ¿Lo mirado o la mirada?
En su dormitorio de la casa de la calle Doctor Esquerdo, en Madrid, la escritora Carmen Martín Gaite tenía colgadas de la pared dos fotografías, una de Greta Garbo y otra de James Dean; las había bautizado, respectivamente, “El equilibrio” y “El caos”
. Eso era lo primero que veía cuando se despertaba, y a caballo entre esos dos conceptos comenzaba su andadura diaria.
 Somos lo que comemos, de acuerdo, pero somos sobre todo cómo miramos.
¿Miran distinto las mujeres? ¿Ven cosas que los hombres no ven o soslayan cosas que a estos les parecen fundamentales?
 El abanico de respuestas es amplio y controvertido, aunque cabe intuir que de haber escrito las mujeres la crónica de la Historia, esta sería bien distinta
. Es por ello que un buen día Georges Duby y Michelle Perrot se lanzaron a dirigir el ingente proyecto colectivo que es Historia de las mujeres, donde aflora todo aquello que, en lo que se refiere a Occidente, los libros de historia callaban: cinco volúmenes ilustrados y ampliamente documentados que cuentan qué fue de la mujeres a lo largo de los siglos, no ya como meras comparsas sino como protagonistas; mujeres que según sus autores “quedaron abandonadas en la sombra de la historia” y que progresivamente escaparon de esa sombra nada cobijadora pero sí asfixiante.
Sin embargo, no es de los hechos sino de las miradas que sobre estos se proyectan de lo que trata el curso que he armado para la Casa del Lector bajo el título “75 años de mirada femenina” (y que tendrá lugar entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre), aprovechando la feliz circunstancia de que se cumple ahora el 75 aniversario de la agencia Efe, efeméride que celebra la exposición que puede verse estos meses en sus instalaciones del Matadero
.
 Allí donde la mirada periodística de los profesionales de Efe aspiró a la máxima objetividad (a pesar de que el maestro Kapuscinsky no creyera en ella), las escritoras escogidas para recorrer ese intervalo temporal, que va del final de la Guerra Civil a la actualidad más inmediata, si de algo han hecho gala en sus libros es de la máxima subjetividad.
 De escribir desde “la subjetividad insatisfecha”, hablaba precisamente Martín Gaite en “La búsqueda de interlocutor”.
La autora de Entre visillos y Nubosidad variable es justamente una de las escritoras que vivió y dejó testimonio escrito de esas seis décadas y media tan significativas para la construcción de nuestra identidad actual, que forman también el grueso del viaje que abordó Iris Zavala en La otra mirada del siglo XX. La mujer en la España contemporánea. 75 años determinantes para la historia de nuestro país, desde 1939 hasta este siglo XXI que nos está poniendo a prueba, no tan sólo en el aspecto político sino en lo que han tenido de cambio radical respecto de la condición femenina.
Años de profundas transformaciones, las más veloces que se habían sufrido nunca: de esa España en la que “el ángel del hogar” era el obligado disfraz de la mujer, a los años 50 que propician el auge del turismo y con él el cambio en los usos amorosos (que la propia Martín Gaite tan bien glosó), pasando por la agitación del 68 que impulsa la abolición de las leyes que condenan a las mujeres a la sumisión, hasta llegar al boom económico donde irrumpe un nuevo modelo de mujer tres en uno (esposa, madre y profesional) y a la crisis que actualmente nos sacude, donde las mujeres también padecen eso que Lucía Etxebarria ha bautizado como “liquidación por derribo” en el libro del mismo título (subtitulado “Cómo se gestó la que está cayendo”) y Ana María Moix tilda de democracia enferma en Manifiesto personal; un tiempo, el nuestro, donde para colmo la igualdad de género se da por supuesta, mientras las cifras confirman que apenas existe.
La escritora Carmen Martín Gaite
No se me ocurre vehículo más elocuente para adentrarnos en esos lustros fecundos que el autobiografismo, de ahí la elección de memorias, diarios, epistolarios, anotaciones personales e inclusive textos ensayísticos de carácter testimonial para dar cuenta de ese devenir de los años anclado a las circunstancias políticas: del patrón que cortó para ellas la Sección Femenina (que las quiso madres amantísimas y complacientes servidoras de sus maridos) a la médico de guardia, a la catedrática de universidad, a la directora de cine, a la maître de restaurante, a la guía turística... Esther Tusquets, Lidia Falcón, Mercedes Formica, Clara Janés, Dolores Medio, la citada Martín Gaite, Soledad Puértolas, Cristina Fernández Cubas, Rosa Chacel, Ana María Moix, Laura Freixas, Montserrat Roig, Maruja Torres o la mencionada Etxebarria dibujan un buen mapa de la memoria de ese paréntesis que forman posguerra, transición y democracia.
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Ana María Moix, Ana María Matute y Esther Tusquets en 1970. Foto de César Malet
“En el mundo en que yo me movía durante la segunda Guerra Mundial, el mundo de mis padres, de mis tíos, de los amigos de mis padres, todos –menos tía Sara, claro- estaban a favor de los alemanes, en gran medida porque habían apoyado a los nuestros durante la guerra civil, y todos ellos eran –menos tía Sara, claro- fervientes franquistas”, escribe Tusquets desde su identidad de burguesa acomodada en Habíamos ganado la guerra.
 Mientras en las antípodas se haya la memoria dolorosa de Lidia Falcón, como cuenta en La vida arrebatada:
 “En Barcelona, último refugio para nosotras las supervivientes de aquella masacre, nos reunimos el 6 de enero de 1940, tres mujeres y tres niñas, para intentar reconstruir nuestras vidas tan trágicamente mutiladas.
 Allí, en el piso tercero del número 19 de la calle Muntaner, que había alquilado mi madre con la ayuda de José Bernabé Oliva, su compañero sentimental durante veinte años, fuimos malviviendo los terribles tiempos de aquella posguerra regida por el hambre, las enfermedades y la desesperación de la mayoría del pueblo español”.
Por su parte, Maruja Torres, a colación de esos años 60 en que ardía Vietnam, se revela cronista crítica de la condición de su sexo en Mujer en guerra. Más másters da la vida:
 “Para entonces, ya había descubierto algo fundamental: que una mujer sólo tiene posibilidad de decidir su propio destino (y aún así con muchas dificultades, con mucha lucha) si no depende económicamente de nadie.
 Lo que en aquellos años ganábamos las muchachas como yo no nos proporcionaba ni la décima parte de lo necesario para hacernos con una autonomía decente, pero era un comienzo
. A mí me suministraba la fuerza y la dignidad precisas para encarar a mi progenitora y resistir sus intentos de mantenerme sometida a los dictados morales del qué dirán”
. Está claro que nadie mejor que ellas para contarnos cómo han vivido las pasadas décadas y nada mejor que sus textos autobiográficos como depósito de esa experiencia pasada por el cedazo de la reflexión y la escritura: testimonios que cuentan los intersticios que a la Historia con mayúsculas y al periodismo indefectiblemente se le escapan.
Mª Ángeles Cabré es escritora, crítica literaria y directora del Observatorio Cultural de Género. Su último libro es el ensayo Leer y escribir en femenino (2013).