Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 sept 2014

Hay muchos elementos para "Mirar un Cuadro"

Paisaje Bretón

Maurice Denis (1870 - 1943)
Regatas en Perros-Guirec

La técnica 
será la que cada artista elija según se adapte mejor a su estilo y forma de trabajar, pero no debe influir sobre la valoración de la obra. La mayoría de los "entendidos" consideran que la pintura al óleo es la reina de los pigmentos, sin embargo creo que cada una de ellas (acuarela, gouache, acrílico, pastel, etc) puede ser tan valiosa como cualquier otra si se usa conociendo sus características, posibilidades, ventajas y defectos y por supuesto realizando con el medio utilizado una obra con oficio, bella y que nos transmita una emoción.

Edgar Degas (1834 - 1917)
Como podéis apreciar en la técnica al pastel Degas nos demuestra  que cualquier medio empleado es  tan valioso como los demás en las manos de un maestro


El estilo ("El asunto del estilo") es un elemento muy importante para aprender a ver y valorar una obra de arte. 
 Hay que tener bien en cuenta que según sea de uno u otro estilo deberá diferenciarse y observarse con diferentes criterios, es decir, cada estilo visualizarlo dentro de su contexto, pero obviamente siempre que dicha obra esté dentro de los cánones de la estética, el buen oficio y del buen gusto.
 Me voy a referir algunos de los estilos más comunes:

Si el artista quiere expresarse en un estilo realista debe saber realizar un dibujo y un colorido más acorde con la realidad, de manera suelta, sin efectismos banales, y sobre todo buscando la naturalidad del modelo, una sabia elección del motivo, un colorido bien armonizado y una bella distribución de los elementos que componen el cuadro. 
Un artista que se exprese de forma realista no puede prescindir de un buen dibujo que se ajuste a las proporciones y la perspectiva reales; una manera de ver si el artista es un buen dibujante es fijarse en las manos, en el caso de las figuras, ya que esta parte de la anatomía tiene una dificultad añadida para plasmarlas con elegancia y realismo; también es muy importante en cuanto a su colorido que la atmósfera general del cuadro tenga una buena uniformidad en su conjunto. Resumiendo, en el estilo realista, como en todos los demás estilos, presupuesto un buen conocimiento del oficio, lo más importante es evitar los errores del mal gusto, es imprescindible no caer en la cursilería del tema y en definitiva en las "faltas de Arte" que hacía alusión Gauguin.
Gustave Courbet  (1819- 1877)
Mujer en las olas
Gran exponente de la pintura realista. Su naturalismo combativo es patente en sus desnudos femeninos, donde evita las texturas nacaradas e irreales tomadas de la escultura neoclásica.
El arte abstracto, Es necesario observar la obra desde una perspectiva mucho más intuitiva, quizás más espiritual, olvidando todo aprendizaje adquirido. Únicamente en las buenas armonías y distribución de las formas y líneas podemos apreciar la obra y valorarla.
 No hay ninguna norma muy diferenciada respecto a las otros estilos (fauvismo, expresionismo, cubismo)  para saber apreciarla, simplemente nos gusta o no, como la música o como si de un estampado se tratase, pero no por ello debemos menospreciarla y rebajarla al grado de pintura decorativa; en mi opinión en cualquier estilo se puede al mismo tiempo realizar una buena obra de arte y ser al mismo tiempo una obra decorativa. Yo particularmente aprecio las obras abstractas en las que se percibe que en la distribución de las formas, colores y líneas hay un orden razonado en el que se  aprecia una coherencia, un ritmo que el artista ha tenido que meditar, todo ello en combinación con la intuición y el buen gusto nos da la talla del artista; yo desconfío de esos cuadros "gestuales" en los que todo es caótico, en los que no se encuentra ningún orden ni coherencia y todo parece fruto del azar. 
Creo que el problema del arte abstracto radica en que al no necesitar del dibujo, oficio que debe aprenderse para cualquier otro estilo, ha habido una avalancha de "artistas" que han creído tener un talento innato iniciándose en este arte sin haber subido los peldaños previos y necesarios para llegar hasta el verdadero conocimiento del oficio de la pintura; nada se aprende  sin esfuerzo y dedicación.
 No debemos despreciar a los verdaderos artistas abstractos sino diferenciarlos bien de los que se aprovechan de la confusión que sufren muchos aficionados por culpa de toda la falsa "literatura" y verborrea engañosa existente en el arte.



Kandinsky ( 1908), Montaña azul
El motivo casi ha desaparecido en su búsqueda de lo espiritual a través del color. Como se puede apreciar la belleza de las formas y colores son evidentes. Kandinsky está a punto de lograr tras un proceso meditado la supresión total de toda forma reconocible. 

Robert Delaunay (1885- 1941) 
Prisma eléctrico, 1914
El motivo ya ha desaparecido totalmente, sin embargo se puede apreciar claramente una elaborada organización de las formas  y los colores  creando unos bellos ritmos musicales que nos evidencian el talento del artista. Nada que ver con la abstracción vulgar y caótica que podemos apreciar desgraciadamente en muchas obras abstractas.

 

Blog de Guillermo Martí Ceballos:
Observaciones sobre el arte actual.

La Importancia del Dibujo


El dibujo ("la importancia del dibujo") es lo primero que un artista debe aprender, sin un buen dibujo, que es la base de cualquier representación figurativa, todo se viene abajo.
 Pero esto no quiere decir que el dibujo deba ser "perfecto", el dibujo debe ir en función del color, es decir, cuando un artista ya ha aprendido la técnica del dibujo, las proporciones y el trazo ágil, puede permitirse según su criterio deformar y exagerar las formas reales para dar más expresividad al motivo, pero como digo más arriba, en función de la deformación del dibujo deberá alterarse el color real para adaptarlo a dicha deformación; un dibujo realista con colores irreales o demasiado brillantes resultará desagradable o chocante en nuestra mente, si alteramos premeditadamente el dibujo podemos y debemos hacer lo mismo con los colores para que su coherencia se corresponda, eso no causará desasosiego en nuestra mente.







Picasso (1881-1973)
Mujer sentada (Marie-Therese), 1937

En esta obra del Picasso se observa  una fuerte deformación de la realidad: una cabeza con doble perspectiva, unas manos contrahechas y al mismo tiempo como si la modelo fuese observada desde diferentes puntos de vista. 
El dibujo está expresamente deformado, “mal hecho” según los cánones, pero lleno de fuerza expresiva y compuesto magistralmente. Aquí la deformación del dibujo es acorde con la deformación del color que se aleja del color local, es decir del color real de las cosas.
 Un rostro nunca podría ser azul si nos atenemos a la realidad, pero la relación entre ambas deformaciones de color y forma la realiza Picasso de manera paralela haciendo que la obra no resulte absurda ni incoherente sino  llena de expresividad y creatividad.

Mirando un Cuadro


Diego Velazquéz (1599-1660)
La rendición d Bredra (1634/1635)
3,1 m x 3,7 m
Las dos líneas rojas en diagonal de los dos grupos de soldados (la bandera en especial) convergen en la mano con la llave (el objeto más importante de la obra que simboliza la entrega de las llaves de la ciudad) haciendo que nuestra vista se dirija inconscientemente hacia este punto, creando al mismo tiempo un mayor dinamismo a la escena por esa diagonal inclinada; además la línea roja vertical  (centro del cuadro) también coincide con ese punto. Las líneas amarillas son la sección Aurea, una de ellas coincide con el  comienzo de las lanzas. Los "pesos" de ambas secciones quedan bien equilibrados ¿Casualidades? Es muy posible que Velázquez tuviera en cuenta estas reglas para realizar su composición.

Los maestros no conocen el ocaso........................................................................ Ángeles García


'La novia judía' (circa 165) de Rembrandt. / © Rijksmuseum, Amsterdam (SK-C-216)

En los últimos años de su vida, hacia 1668, Rembrandt pintó una de las obras más fascinantes de la historia del arte, La novia judía, un óleo en el que la ternura de una joven pareja se presenta envuelta en una deslumbrante fusión de rojo y oro
. Con aire de escena renacentista, el cuadro representa la esencia de un artista fascinado por Rafael y Caravaggio que era capaz de combinar la espontaneidad con los planteamientos pictóricos más complejos.
 Se cuenta que cuando Van Gogh lo contempló por primera vez aseguró que estaba dispuesto a dar diez años de su vida a cambio de que le dejaran permanecer 14 días sentado frente a él.
Cuando pintó esta obra, Rembrandt no solo era un hombre en el ocaso de su vida, sino que estaba arruinado y desesperado por la muerte de su mujer y su hijo Titus
. Él fallecería el 4 de octubre de 1669, solo, pobre y olvidado.
La temida vejez afecta, como al resto de los humanos, a los artistas.
 Pero no necesariamente conlleva una merma de facultades.
Para ellos, el otoño de la vida es también el tiempo en que la experiencia y el afán experimentador les llevan a producir sus mejores obras
. Tiziano, Matisse, Turner o Rembrandt son ejemplos perfectos de creadores en constante evolución. Hasta el final.
Para celebrarlo, la temporada expositiva londinense arranca con dos fascinantes muestras centradas en los últimos años de dos artistas: la Tate Britain inaugura el 10 de septiembre Late Turner-Painting set free, que reúne pinturas realizadas por Turner (1775-1851) entre 1835 y 1850, con los 60 años cumplidos; la misma edad que había sobrepasado Rembrandt cuando ejecutó las obras maestras que se mostrarán a partir del 15 de octubre en la National Gallery de Londres en Rembrandt: the late works.
David Blayney Brown, comisario de la Colección Manton de Arte Británico y corresponsable de la exposición de Turner, aclara que no ha habido un acuerdo previo entre los dos museos. “Ha sido una feliz coincidencia”.
Los “años finales” interesan cada vez más a investigadores y comisarios por la luz que arrojan sobre la obra total del artista.
 En 2012, la exposición El último Rafael en el Museo del Prado demostró que, pese a la etiqueta de academicista, el maestro renacentista no dejó nunca de experimentar.
'Rain, steam and speed. The great western railway', 1884, de Turner. / © The National Gallery
En ese tiempo los artistas no tienen que demostrar nada ni someterse a los deseos de los mecenas. Con frecuencia, ese afán revolucionario se ha confundido con fallos de la aptitud física, cuando verdaderas razones tras esas obras eran otras. Brown precisa que en el siglo XIX, cuando a una persona que entraba en la década de los sesenta se la colocaba a un paso de la senilidad.
Brown recuerda que John Ruskin, el mayor estudioso de la pintura de Turner, escribió en 1840 que con 65 años le empezaban a fallar el ojo y la mano.
 “Es fácil señalar la edad como causa de una supuesta torpeza, cuando lo que hay es una transformación en la obra.
 El estilo abstracto y atmosférico con el que ejecuta sus telas maestras en esos años se debía a su estado de evolución creativa constante, no a la decrepitud”.
¿Puede decirse que los últimos años son también los mejores creativamente hablando? “No me gusta generalizar”, señala. “Depende del individuo, pero Turner, Rembrandt, Tiziano o Matisse son artistas que con el paso del tiempo consiguieron ser más interesantes de lo que ya eran. No hay ninguna razón para pensar que un artista deba retirarse por la edad
. Cuando nos hacemos mayores nos importa menos lo que los otros piensen. Creemos más en nosotros, estamos más seguros y eso es liberador”.
La exposición de Turner en la Tate Britain desmonta todos los prejuicios sobre el artista envejecido. Late Turner-Painting set free consta de 150 obras y se inicia con las de 1835, el año en que Turner cumplió los 60, y finaliza con las últimas pinturas expuestas en la Royal Academy en 1850.
 Es un periodo de excepcional energía, en el que se atrevió con las técnicas más radicales. ¿Vivía el gran maestro del paisajismo su mejor momento? “Posiblemente no sea el mejor, sino el más personal y creativo.
 Experimentaba más que nunca y su capacidad imaginativa era mayor. Su manejo de la pintura y del color estaban en su apogeo”.
La etapa final del pintor inglés Turner es la más personal y creativa. Su manejo de la pintura
y el color estaba en su apogeo
La exposición muestra cómo, mientras sus contemporáneos se ocupaban de otros mundos estéticos, Turner se entregaba a su apasionada relación con la naturaleza y se dejaba fascinar por los nuevos paisajes propiciados por los avances sociales, tecnológicos y científicos de la vida moderna.
Quizás las obras más sorprendentes sean aquellas que durante mucho tiempo se dieron por inacabadas, cuando en realidad habían sido perfectamente rematadas por el pintor: la confusión procedía de quienes no asimilaban esas técnicas revolucionarias que inspirarían a posteriores generaciones de artistas
. Por vez primera se podrán contemplar reunidos los nueve lienzos que, en la época, fueron acogidos con tal estupor que fueron atribuidos a “una enfermedad mental” de Turner.
En Rembrandt:the late works en la National Gallery se mostrarán 40 pinturas, 20 dibujos y 30 grabados, todos ellos salidos de la mano del artista holandés, según se certificó después del largo proceso de revisión de su obra —22 años—, tras el cual el millar largo que se le adjudicaban quedó reducido a unas trescientas. La última época de Rembrandt es también la más misteriosa de un pintor de cuya vida se sabe muy poco.
 Su biografía oficial habla de un éxito temprano y de una vertiginosa caída en la pobreza y el vacío en su madurez. Sus relaciones extramatrimoniales en la puritana y conservadora sociedad de su tiempo le acabaron convirtiendo casi en un paria. Betsy Wieseman, conservadora de pintura holandesa en el museo, ha comisariado la exposición para destacar cómo en esa etapa Rembrandt se deja guiar solo por su sentido de la innovación y su libertad creativa. No le importa nada más.
Habitual del autorretrato, Rembrandt trasladó su propio rostro al lienzo en numerosas ocasiones. Una sala estará dedicada a mostrar su evolución vital y su caída en la miseria
. Del hombre triunfal y poderoso de sus primeros retratos, el espectador pasará a contemplar un anciano de mirada cansada al que, sin embargo, nunca abandonó la creatividad.
Ante los jóvenes creadores, David Blayney Brown cree que hay una lección evidente en la actitud de Turner o de Rembrandt. “Nunca hay que tirar la toalla. Hay que tratar de buscar nuevos espacios, nuevas maneras de darse a conocer
. Siempre habrá una nueva generación de coleccionistas
. No esperen que todo llegue al principio porque sus mejores años todavía están por llegar”.

Late Turner-Painting set free. Tate Britain. Del 10 de septiembre al 25 de enero de 2015. Rembrandt: the late works. The National Gallery. Del 15 de octubre al 18 de enero de 2015. Londres.