Fiscalía y acusación popular piden al juez instructor que se les abra a ambos juicio oral por el asesinato de su hija.
La abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, los padres
acusados de asesinar a su hija de 12 años en septiembre pasado, se han
visto hoy las caras por primera vez desde que el hombre decidió
descargar las culpas sobre su exesposa y reventar la línea de defensa
conjunta que habían marcado sus abogados desde que fueron detenidos a
los pocos días de ser hallado el cadáver de Asunta
. Ambos imputados, acusados de urdir durante meses un plan para matar a la cría y de drogarla repetidamente con ansiolíticos hasta el día que falleció, han comparecido esta mañana en Santiago ante el juez instructor de la causa, en la vista previa a la apertura de juicio.
En una sesión que ha durado apenas media hora, el magistrado José Antonio Vázquez Taín ha vuelto a rechazar la práctica de diligencias solicitadas por los padres, la Fiscalía y la acusación popular han pedido la apertura de juicio oral y las defensas de los imputados han solicitado su puesta en libertad y el sobreseimiento de la causa
. Solo falta ahora que Taín dicte el auto que enviará a Porto y Basterra al banquillo.
A un paso del juicio, nada queda de aquella complicidad entre los padres de Asunta que destapó una grabación realizada por la policía en el calabozo.
“No entremos en contradicciones porque cualquier fisura juega en nuestra contra.
Y no perdamos la confianza el uno en el otro”, le decía Basterra a Porto a través de la puerta que separaba sus celdas al poco de ser arrestados.
El escrito de defensa presentado por el periodista en la recta final de la instrucción del caso alega que las veces que los testigos declaran haber visto a la niña adormilada por sedantes, Asunta había pasado la noche con su madre
. Y afirma Basterra que aunque era él quien le compraba a Porto las cajas de lorazepam con el que ella se medicaba, la abogada se encargaba de guardarlo y administrarlo.
El abogado de la madre ya ha expresado su sorpresa por el giro de Basterra y ha negado todas sus acusaciones.
Hoy, en la sala de los juzgados de Santiago donde los padres de Asunta se vieron otra vez las caras, se respiraba la “tensión” entre ellos, una “postura absolutamente distinta” a la mantenida hasta ahora, según explicó el letrado de la acusación particular Ricardo Pérez Lama a la salida de la vista.
La actitud de Basterra fue, según Pérez Lama, “desafiante”; la de Porto, “bastante más sumisa y más triste”.
El escrito de defensa del padre de Asunta sostiene además que él nunca supo que la tarde en que la pequeña murió, su exmujer la había llevado al chalé familiar de Teo, el lugar donde los investigadores están convencidos que Asunta perdió la vida, asfixiada con un objeto blando sin posibilidad de defenderse, ya que entre cuatro y cinco horas antes había ingerido altas dosis de lorazepam.
Insiste el padre que Porto siempre le dijo que la niña se había quedado en el piso de Santiago estudiando y que él no salió de su vivienda, ubicada a pocos metros de donde pensaba que estaba su hija.
Fueron las cámaras callejeras las que volaron por los aires esta versión, la que enarbolaron los padres cuando denunciaron la desaparición de Asunta la noche del 21 de septiembre de 2013.
Unas grabaciones que recogían imágenes de la madre en el coche con la niña camino de Teo, transformaron en unas horas a los afligidos padres que sufrían la muerte violenta de su única hija en presuntos asesinos de una cría de 12 años
. La Fiscalía y la acusación popular, representada por la Asociación Clara Campoamor, les piden 18 y 20 años de prisión, respectivamente.
. Ambos imputados, acusados de urdir durante meses un plan para matar a la cría y de drogarla repetidamente con ansiolíticos hasta el día que falleció, han comparecido esta mañana en Santiago ante el juez instructor de la causa, en la vista previa a la apertura de juicio.
En una sesión que ha durado apenas media hora, el magistrado José Antonio Vázquez Taín ha vuelto a rechazar la práctica de diligencias solicitadas por los padres, la Fiscalía y la acusación popular han pedido la apertura de juicio oral y las defensas de los imputados han solicitado su puesta en libertad y el sobreseimiento de la causa
. Solo falta ahora que Taín dicte el auto que enviará a Porto y Basterra al banquillo.
A un paso del juicio, nada queda de aquella complicidad entre los padres de Asunta que destapó una grabación realizada por la policía en el calabozo.
“No entremos en contradicciones porque cualquier fisura juega en nuestra contra.
Y no perdamos la confianza el uno en el otro”, le decía Basterra a Porto a través de la puerta que separaba sus celdas al poco de ser arrestados.
El escrito de defensa presentado por el periodista en la recta final de la instrucción del caso alega que las veces que los testigos declaran haber visto a la niña adormilada por sedantes, Asunta había pasado la noche con su madre
. Y afirma Basterra que aunque era él quien le compraba a Porto las cajas de lorazepam con el que ella se medicaba, la abogada se encargaba de guardarlo y administrarlo.
El abogado de la madre ya ha expresado su sorpresa por el giro de Basterra y ha negado todas sus acusaciones.
Hoy, en la sala de los juzgados de Santiago donde los padres de Asunta se vieron otra vez las caras, se respiraba la “tensión” entre ellos, una “postura absolutamente distinta” a la mantenida hasta ahora, según explicó el letrado de la acusación particular Ricardo Pérez Lama a la salida de la vista.
La actitud de Basterra fue, según Pérez Lama, “desafiante”; la de Porto, “bastante más sumisa y más triste”.
El escrito de defensa del padre de Asunta sostiene además que él nunca supo que la tarde en que la pequeña murió, su exmujer la había llevado al chalé familiar de Teo, el lugar donde los investigadores están convencidos que Asunta perdió la vida, asfixiada con un objeto blando sin posibilidad de defenderse, ya que entre cuatro y cinco horas antes había ingerido altas dosis de lorazepam.
Insiste el padre que Porto siempre le dijo que la niña se había quedado en el piso de Santiago estudiando y que él no salió de su vivienda, ubicada a pocos metros de donde pensaba que estaba su hija.
Fueron las cámaras callejeras las que volaron por los aires esta versión, la que enarbolaron los padres cuando denunciaron la desaparición de Asunta la noche del 21 de septiembre de 2013.
Unas grabaciones que recogían imágenes de la madre en el coche con la niña camino de Teo, transformaron en unas horas a los afligidos padres que sufrían la muerte violenta de su única hija en presuntos asesinos de una cría de 12 años
. La Fiscalía y la acusación popular, representada por la Asociación Clara Campoamor, les piden 18 y 20 años de prisión, respectivamente.