Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 may 2014

Los mejores desnudos femeninos de la historia del arte

De Botticelli a Juergen Teller, los ejemplos más revolucionarios del campo de batalla definitivo del arte: el cuerpo de una mujer

 

Desde la Venus paleolítica hasta Miley Cyrus, el cuerpo de la mujer viene siendo utilizado como un gran campo de batalla cultural. En la representación del desnudo femenino se juega la partida sobre lo permitido y lo prohibido, lo deseable y lo abominable, el poder, la culpa, lo divino o la libertad. “En el arte occidental el principal protagonista nunca aparece en el cuadro. Ese protagonista es el espectador de la pintura, es un hombre y todo va dirigido a él. En función suya las figuras han asumido su desnudez”, nos recuerda John Berger en su ensayo Modos de ver.
Ya sea en la deslumbrante Venus de Urbino, pasando por la sensualidad de la Odalisca de Ingres, la franqueza de la Olympia de Manet, o los contraataques de las Guerrilla Girls, el desnudo femenino ha inspirado, embelesado y enrabietado según con quién se encontrara en frente. En Icon te proponemos 10 ejemplos de este juego de definiciones y redefiniciones.

Francisco de Goya – La maja desnuda (1795 y 1800)

Con la maja de Goya pasó algo muy parecido a que le pasa ahora a la industria musical con el twerking. Se llamaban majas a las mujeres de las clases populares madrileñas que en el siglo XVIII alardeaban de una cierta libertad de costumbres y que además se movían y hablaban con un particular desparpajo y chulería. Este estereotipo se puso de moda entre las mujeres de la clase alta madrileña que también quisieron ser, o más bien jugar a ser, majas. Tanto que algunos piensan que Goya representó desnuda a una mujer disfrazada. Quizá la duquesa de Alba o quizá la amante de Godoy, que fue quién compró el cuadro.

Pablo Picasso – Desnudo, hojas verdes y busto (1932)

Picasso representa a su amante, Marie-Thérèse Walter, como una nube violácea. Como una constelación de curvas encerrada en este cuadro estático: como parte de la naturaleza. Más aún, es reducida al estatus de un objeto más en el escenario de una naturaleza muerta. Un objeto para el disfrute del hombre, del artista. Picasso, el bestial minotauro, puso su propia sexualidad en cada uno de los pigmentos de este cuadro.

Hannah Wilke – S.O.S. Starification Object Series (Back) (1974)

Wilke se exhibe a sí misma hecha un “objeto estrellificado”, un cuerpo marcado por el estigma del voyerismo. Bajo su piel parecen brotar pequeñas y oníricas vaginas, como una reacción alérgica a la mirada de los demás. Esta perspectiva feminista da la vuelta a la tradición antigua del desnudo en el arte como una suerte de embudo invertido, un desde-adentro-para-fuera que expulsa el dolor que produce sentirse permanentemente observada.

Manet – L'Olympia (1863)

Cuando esta obra se empezó a exponer en su época, tuvieron que instalar dos guardias jurados a cada lado para protegerla y evitar que fuera asaltada. Manet pintó a una prostituta según él las veía en las postales pornográficas que hacían publicidad de los burdeles franceses a mitad del siglo XIX. La academia le reprochaba lo mismo que hacia años, cuando el Almuerzo campestre: ignorancia de la técnica y vulgaridad inconcebible. Esta Venus naturalista y de vientre amarillo no representa el cuerpo clásico, su mirada es fría yprovocadora. Está esperando a su cliente y durante la espera muestra su cuerpo, henchida, orgullosa.

Tiziano – Venus de Urbino (1536-38)

Tiziano es para muchos el gran maestro del desnudo femenino. Su deslumbrante Venus es una amante alejada ya del ideal neoplatónico y virginal. Toda su belleza permanece aún recostada de un modo dulce pero su mirada cómplice y vanidosa se dirige al espectador, que la observa en su lujosa y elegante habitación veneciana. Probablemente las mismas instancias del matrimonio de aristócratas a quién se regalaban este tipo de cuadros para que ayudaran a nacer a criaturas sanas, bellas y fuertes.

Juergen Teller – Vivienne Westwood (2013)

El alemán Juergen Teller fotografió en 2009 a Vivienne Westwood desnuda sobre un sofá tapizado al estilo Versalles y unos cojines satinados naranjas. La diseñadora tenía 68 años. Y los suyos fueron, según el crítico Alastair Sooke, “los desnudos más creativos e ingeniosos que se han creado en años”.
Mario (Tonsoffun) Rimati / Demot (Cordon Press)

Praxíteles – Venus Capitolina (copia de la original del s. IV a.C.)

Praxíteles creó las primeras figuras femeninas desnudas a tamaño natural. En una de sus muchas obras maestras, que se conservan a través de copias romanas posteriores, retrata a la diosa Venus desnuda en una postura que los antiguos griegos consideraban profundamente provocativa. Tanto que más de un griego, envalentonado después de las fiestas dionisiacas, intentó copular con la estatua.
En esta versión alternativa, Praxiteles le da a la Venus una postura más decorosa. Aún desnuda, se intenta tapar pudorosamente, en una llamada de atención ante la sexualidad y sus peligros.

Botticelli – El nacimiento de Venus (1484)

Botticelli recuperó a la diosa del amor en el primer Renacimiento, retratándola de un modo refinado y armonioso a la manera de las primeras figuras de Praxiteles. No quería excitar, no apelaba a la sensualidad moderna, sino a la sabiduría antigua. Según Platón y sus seguidores, la contemplación de la belleza física puede transportar a la mente hacia la verdad divina. Lo bello y lo bueno. La Venus de Botticelli no es un objeto sexual. Es una maestra de la iluminación espiritual. La suya es una belleza que cura al mundo.

Velázquez – La Venus de espejo (1647-51)

En 1914 una sufragista británica acuchilló con saña este lienzo de Velazquez al considerarlo otra muestra del sometimiento de la mujer en el arte. Pero aquí no se trata ya de un modelo arquetípico de belleza. Estamos en el Barroco y Velázquez va más allá de la representación mitológica. Se deforman los cánones de hermosura, fealdad, gracia o torpeza. Esta Venus está de espaldas y se mira en un espejo que refleja una imagen desproporcionada, difumina la silueta de su rostro y lo reduce a unas cuantas manchas.

Ingres – La gran odalisca (1814)

Tan insinuante desnudo está dedicado a los ojos de un sultán imaginario. El perfume de fantasía orientalista se lanza sobre el espectador iniciando el gusto del Romanticismo por los placeres sensuales y exóticos. Ingres hace su Odalisca de una voluptuosidad casi surrealista, de pronunciado escorzo y con la luz dorada de un idealizado harén.

Guerrilla Girls – Do women have to be naked to get into the Met Museum? (1989)

Las Guerrilla Girls colocan una cabeza de mono a uno de los mayores ejemplos de cosificación femenina en el arte, la Odalisca de Ingres, ¿Tienen que estar las mujeres desnudas para entrar al Metropolitan Museum de Nueva York?, se preguntaba este colectivo feminista en los años ochentena aludiendo a que menos del 5% de los artistas contemporáneos en ese museo son mujeres, mientras que el 85% de los desnudos son femeninos.

Egon Schiele – Desnudo femenino 1910

Schiele estaba obsesionado por el cuerpo desnudo y lo dibujó hasta la saciedad y desde todos los ángulos posibles. Mientras que las mujeres de su mentor, Gustav Klimt, son atractivas aún hoy en día –elegantes, jóvenes sanas y sensuales– las de su pupilo son cuerpos dislocados y contraídos, figuras casi enfermizas. Era la Viena de principios del siglo XX, Freud acababa de subir la persiana de subconsciente y los artistas modernos buceaban por las cavidades del hombre. Schiele arremete contra el pudor burgués, afronta directamente la sexualidad pintando el vello púbico y explora todas las posibilidades de la expresión corporal, más allá del canon clásico de belleza.

Asesinos sin honor

20.000 mujeres mueren cada año a manos de sus familiares en todo el mundo, víctimas de los denominados “crímenes de honor”

Su único delito es su valentía, la de contravenir la tradición y la costumbre.

 

Yasmin fue encerrada por su padre cuando tenía 16 y la violaba, prostituía, pegaba y quemaba con productos químicos. / Samar Hazboun

Unas 20.000 mujeres mueren cada año a manos de sus familiares en todo el mundo, víctimas de los denominados “crímenes de honor”
. Son tiroteadas, apuñaladas, degolladas, lapidadas, envenenadas, decapitadas, electrocutadas, quemadas o enterradas vivas como castigo a su comportamiento, entendido como impío, inmoral, indecente o pervertido
. Sólo su sangre, dicen sus asesinos, puede limpiar la reputación del clan.
El delito de estas mujeres es su valentía: la de contravenir la tradición y la costumbre, bien sea defendiendo su derecho a vestir de una manera, a estudiar una carrera, a dedicarse a un empleo mal visto entre los suyos, o eligiendo una vida sentimental y sexual libre, renegando de los matrimonios forzados, de las alianzas que se tornan en palizas e insultos, de las expectativas de su comunidad.
Cariño y oxígeno es lo que buscaba Tamar Zeidan, una joven de 32 años asesinada en diciembre en una tierra, Palestina, donde las muertes por honor se han duplicado en un año, pasando de las 13 de 2012 a las 27 del pasado 2013. Van cinco en lo que llevamos de año
. Su caso aún se narra en voz baja en su pueblo de Deir Al Ghusun, poco más de 8.000 habitantes, cerca de Tulkarem (Cisjordania).
 Su padre, Munther, la estranguló mientras dormía la siesta.
 Lo hizo después de que se colgara en las cinco mezquitas del pueblo un comunicado, firmado por 51 allegados, en el que se exigía “el restablecimiento de la moral” en la familia tras los “actos vergonzosos e indignantes” que Tamar había protagonizado.
Tamar Zeidan fue estrangulada por su padre para “el restablecimiento de la moral” en la familia. / Policía Civil palestina
La joven, casada a la fuerza a los 15 años, llevaba cuatro años divorciada y había regresado a su hogar paterno tras tener que renunciar a la custodia de sus tres hijos.
 Desde el pasado verano, se había encontrado en algunas ocasiones con Iyad Nalweh, un hombre que la pretendía como segunda esposa. Iyad fue visto una noche a las puertas de la casa de Tamar.
 Unos vecinos se acercaron a atacarle o “proteger el honor” de la joven, según sus alegaciones ante la Policía.
 La disputa acabó con detenciones varias, Tamar exiliada en casa de su hermana en Ramala y un rumor, potente, que decía que la pareja llevaba tres días encerrada en la vivienda, sola, sin más testigos de sus actos.
“Eso no es posible. Yo estaba ingresada en el hospital y ella estaba conmigo. Sé que era mentira”, relata su madre, Laila, con la voz ronca y cansada.
Pese a su certeza, a su absoluta confianza en el “buen” comportamiento de su hija menor, siguieron corriendo los panfletos y las amenazas. Su propia familia extensa amenazaba con desterrar a los Zaidan si no reprendían a su hija
. Comenzaron encerrándola en casa y quitándole el teléfono móvil, confiesa la madre.
 A la jauría no le parecía suficiente. “Empezaron a decir que mi marido estaba loco. Iban a lograr nuestra ruina”, trata de justificar la madre.
 La “presión”, dice, era mucha, y Munther decidió matar a la joven. “No quería hacerlo. Tuvo que ceder”, repite la madre.
 Entre los que azuzaron el castigo estaba un legislador local, Abed Al Rahman Zeidan, familiar y miembro de Hamás, quien dijo a la Agencia Maan que su objetivo era “proteger las costumbres conservadoras y tradicionales de la familia”.
 Una tía de Tamar hizo una fiesta el día de su funeral, cuenta una vecina de los padres, Suha. La “vergüenza” de la familia había volado, a su juicio.
La periodista Rana Husseini, autora del libro Asesinato en nombre del honor, escribe que estos crímenes no tienen una raíz religiosa, como suele pensarse en Occidente, sino meramente “cultural”, que se basa en códigos de moral y en una serie de comportamientos bendecidos o demonizados dentro de un clan o una tribu, con grados de lo que se entiende por “honorable”.
 Husseini se topó con esta realidad como redactora de sucesos en el diario The Jordan Times. Un tercio de las mujeres asesinadas en Jordania lo son a manos de sus familiares
. La autora ha podido constatar que los casos se dan entre personas de todo credo, formación y clase social, pero donde sigue interiorizada la idea de que la mujer es “propiedad” de la familia y un mero rumor o sospecha es ya un pecado que redimir.
Para ella, víctimas son las muertas y también, en no pocas ocasiones, quienes las ejecutan, atrapados por la disyuntiva de deshonrar aún más a la familia si no atacan o de ser un héroe y matar a un ser querido.
Frente a la violencia doméstica convencional, en estos casos se pasa del control del individuo, del esposo o del marido, al de la “colectividad”, por lo que hay un alto número de autores potenciales de la muerte, de testigos y también de cómplices. Y como los problemas no se pueden airear ni hay una red del Gobierno especialmente protectora ante unos casos que son “tabúes”, no hay una estructura policial, fiscal o judicial a la que acudir. “Tienes que acusar a quien adoras. Es muy difícil”, reconoce Alima –nombre ficticio-, una joven palestina que prefirió exiliarse a denunciar. “¿A qué Policía se lo contaba que no conociese a mi familia? ¿Quién me iba a dar cobijo?”, se pregunta. Alima no quería casarse con el primo lejano y pudiente que le habían buscado. Quería hacer lo que hace ahora: estudiar Derecho. “No quería tener cuatro hijos con 22 años, como mi madre. Quiero aprender y ver mundo. Y elegir mi pareja. Soy religiosa y cumplidora. Lo que no entiendo es la imposición”, dice vía correo electrónico.
samar hazboun
Mi madre murió cuando era pequeña.

Nunca pude encontrar ninguna prueba de su vida. Después, descubrí que mi padre la había asesinado porque ella le había traicionado. "La hija de una puta", así es como él se refería a mí

. Me pegaba y rociaba la cara con un spray con pimienta.

Decidí suicidarme y salté por la ventana". Raghad, Palestina.
La desprotección es casi absoluta, apenas prestan apoyo algunos centros de acogida, la mayoría privados o de iniciativa religiosa, como el de las Hijas de la Caridad de Belén, hasta donde acuden chicas escapadas de sus casas, embarazadas en la mayoría de los casos, buscadas para morir después de hacer sido víctimas de violaciones –de desconocidos o allegados- porque el abuso se entiende también como una actividad sexual ilícita. Iskandar Adnon, trabajador social del centro, indica que muchas de las jóvenes llegan tras haber tomado hierbas abortivas, usando vendas y fajas para tapar su gravidez. A veces caminan por toda Cisjordania, temerosas de tomar un autobús y toparse con un conocido, en un intento desesperado por lograr el anonimato y la libertad. De vez en cuando atienden a mujeres con cicatrices tras uno o varios intentos de suicidio, incitadas a matarse por el bien de la familia o desesperadas por su persecución. En su memoria, los casos que no pudieron atender a tiempo, como el de una muchacha con discapacidad mental violada en Hebrón y asesinada porque llevó la “sospecha” a su casa, de la que habían sido avisados pocas horas antes del crimen. También han recogido de la calle a bebés abandonados con notas que explican la muerte de sus madres, hijos de los que sus tíos o abuelos reniegan.
“El mayor problema es de educación –resume Adnon, vehemente–. Hay que cambiar ese concepto tribal de que una mujer daña a su entorno y de que se pueden controlar sus elecciones y su cuerpo. A veces es complicado porque la mujer, además, tiene un uso de negocios, de trueques y alianzas, pero ese patrón no sirve en el siglo XXI. Y el otro problema es la impunidad”, añade. La mayoría de códigos penales de los países más tolerantes con esta carnicería se aferran a leyes arcaicas que apenas imponen unos meses de pena. En el caso de Palestina, en 2011 se remodeló la norma, que contemplaba seis meses de condena por muertes de honor, pero aún quedan restos en el articulado, vestigios del Imperio Otomano, a los que se aferran los agresores, que a lo sumo cumplen un par de años de pena.
samar hazboun
Mis padres solían pelear todo el tiempo. Cuando disgustaba a mi madre, él (mi padre) me pegaba. Tenía miedo de él todo el tiempo. Me agarraba por el pelo y me golpeaba la cabeza contra la pared. Si lo recuerdo, no puedo dormir. Casi me asfixia cuando me metió la cabeza en el inodoro y tiró de la cadena". Nadine (palestina), quien se niega a referirse a su padre como "papá".
En Gaza –donde el 22 de febrero cayó la última joven, Islam Al Shami, 18 años, apuñalada en el cuello mientras rezaba, a manos de su propio hermano, por supuesta causa de honor– nadie ha pagado con más de tres años, informa Raji Sourani, director del Centro Palestino por los Derechos Humanos (CPDH), quien constata que a veces el crimen se le encarga a un niño de la familia para que, así, no pase de unos meses en el reformatorio. En Jordania la condena media es de siete meses y medio, aunque al menos ya se debate el tema públicamente, gracias al interés tomado por la hoy reina viuda de Jordania, Noor, que rompió la “conspiración de silencio”, como la llama Husseini; las penas aún no se han modificado.
“Los indultos y las suspensiones de penas son comunes. Hace falta un cambio total de la ley”, defiende Hanan Ashrawi, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que exige a su compañero, el presidente Mahmud Abbas, una apuesta clara contra estos crímenes. En Palestina la repuesta suele ser, se duele Ashrawi, que hay cosas más importantes por las que luchar, como la ocupación israelí. “Estamos luchando por la libertad y la dignidad humana. ¿Cómo se puede privar a la mujer de estos derechos?”, se indigna. Surayda Hassan, directora general del Comité Técnico de Asuntos de la Mujer, reconoce el repunte en las muertes, pero dice que “no está claro” si se debe a que hay más crímenes o es que ha crecido la “información” que se tiene de ellos. La sensibilidad, defiende, es cada vez mayor, por la difusión de la prensa y el aumento del activismo femenino, pero también los focos de sospecha, como la mejora en las telecomunicaciones, las redes sociales o la mayor mezcla de población con el crecimiento de los núcleos urbanos palestinos.
Ashrawi confiesa que lleva desde noviembre sin poder tratar de nuevo el tema con el presidente Abbas. No ha habido avances. “Hay que enjuiciar a los perpetradores, someterlos a unas penas similares a las de los demás asesinatos y añadir los agravantes de parentesco, que hacen aún más terribles los crímenes”, insiste el CPDH.
La media de edad de las víctimas de los crímenes de honor es de 23 años
Un estudio elaborado por Phyllis Chesler, profesora emérita de Psicología del Richmond College de la Universidad de Nueva York, indica que, según el último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas, que data de 2000, se calcula que hay 5.000 mujeres muertas por crímenes de honor al año. Sin embargo, sólo en India o Pakistán ya se registran mil en cada uno, por lo que tanto Human Right Watch como Amnistía Internacional manejan como más acertada la cifra de 20.000, afinada por el periodista del The Independent Robert Fisk tras una investigación de campo que le llevó a cinco países en 2010.
Los casos se han “acelerado significativamente”, dice Chesler, desde 1989. La media de edad de las víctimas es de 23 años, aunque se dan dos grupos diferenciados: las adolescentes y las madres adultas. Algo más de la mitad son hijas o hermanas de su asesino y un cuarto son sus novias o esposas. Dos tercios de las asesinadas caen a manos de su familia de origen, sin intermediarios, y en un 42% de los casos hay múltiples autores. La mitad de las mujeres fueron torturadas, abunda el estudio: violaciones masivas como castigo de su falta de pureza, apedreamientos, golpes…. Priman los casos en los que las fallecidas fueron perseguidas por ser “demasiado occidentales” o resistirse a obedecer las expectativas culturales o religiosas de los suyos (58%); el resto son atentados contra su libertad sexual –relaciones no consentidas, extramatrimoniales, homosexualidad…-. Otro estudio, de la Universidad de Cambridge, constató el pasado junio que casi la mitad de los hombres y una quinta parte de las niñas de Jordania entienden que matar a una mujer que ha “deshonrado” a los suyos está “justificado”.
La tragedia está saltando también ya a Europa, Estados Unidos y Canadá, que están viendo cómo también en sus territorios se repite esta tradición mortal, sobre todo en emigrantes asiáticos y africanos de segunda y tercera generación. Sólo en el Reino Unido se dieron 12 muertes el pasado año y hasta se ha creado una unidad judicial contra matrimonios forzados. No es exclusivamente un fenómeno exportado. Como recuerda el informe de Naciones Unidas, hasta 1980 el código penal de Italia no recogió estas muertes como asesinatos y se liquidaban con bajas penas. Es otra forma, diferenciada y feroz, del general intento de sometimiento de la mujer en todo el mundo.

Ser 'cool': ¿se hace o se nace?


Cool: ¿se hace o se nace? 
 
 Steve McQueen o Audrey Hepburn, músicos como Elvis Presley, Billie Holiday, Lou Reed, Bob Dylan, Madonna, y Jay-Z, artistas como Jackson Pollock, Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat o escritores como Ernest Hemingway, Hunter S. Thompson, Dorothy Parker, Jack Kerouac y Joan Didion. Sin embargo, la recopilación no ha sido del gusto de todos. ¿Por qué la cantante Bonnie Raitt sí, pero Beyoncé no? ¿Por qué Benicio del Toro está dentro, pero George Clooney ha quedado fuera? ¿Resulta más cool Willie Nelson que Janis Joplin? ¿Y lo es más Susan Sarandon que Jennifer Lawrence? Ante las críticas, los responsables tuvieron que contraatacar creando un inventario participativo en Internet para que los visitantes pudieran añadir las omisiones
. Tal vez, la prueba definitiva de lo confuso y resbaladizo que resulta este terreno.

Los regalos para mi piel antes de dormir............................................Por Juana Acosta

Bonjour!!!
¿Qué tal van esos cuidados de la piel…? ¿Un poquito más cerca de nuestro reto de conseguir una piel ideal…?
Hoy les escribo desde París, donde estoy a punto de empezar a rodar “Anna” del director Jacques Toulemonde, un proyecto que, como les comenté en el anterior post, llevaba casi dos años esperando.
Este personaje supone un gran reto para mí, estoy con vértigo pero a la vez muy ilusionada por comenzar esta nueva aventura.
Anna me llevará a un cambio de look bastante significativo que en unas semanas les podré mostrar….
Antes de contarles mis rutinas de noche desde que hace un mes comencé con este proyecto 100 días 100 mujeres, déjenme que le dedique unas líneas a mi París del alma.
Sin duda, es mi segunda casa europea después de Madrid.
 Una ciudad que me ha recibido con los brazos abiertos desde el primer momento, donde he emprendido viajes bellísimos como actriz y donde siento que las posibilidades son cada vez mas interesantes para mí
. Tuve la suerte de empezar laboralmente de la mano de Oliver Assayas con “Carlos” y desde ese momento todos los años voy avanzando sin prisa pero sin pausa en el cine francés.
Pero por encima de todo Paris es una ciudad donde me siento feliz, disfruto mucho recorriéndola entera y descubriendo sus rincones (uno mas bello que el otro).
 Es una ciudad que me estimula y que me recarga las pilas siempre.
En cada visita no puedo evitar pasear por el borde del Sena (se ha vuelto casi imprescindible hacerlo), algunas veces solo para disfrutar de su belleza, otras para invocar o visualizar mis deseos y otras también para hacer “running”…
 Reconozco que es una verdadera gozada.
Lo que no he abandonado aquí en París, sino todo lo contrario, han sido mis rituales para avanzar con nuestro reto… ¿Ustedes cómo lo llevan?
En la maleta de este nuevo viaje se incluye ese neceser de 100 días que me ayudaron a crear los expertos de los laboratorios Vichy.
Lo que hoy quiero compartirles son esos cuidados que le regalo a mi piel cada noche antes de acostarme.
Reconozco que lejos de darme pereza, soy de las que disfruta de esa sensación de cara limpia y jugosa antes de dormir.
Soy ABSOLUTAMENTE incapaz de no desmaquillarme la piel antes de meterme entre las sábanas y esto sí lo tengo incorporado desde hace muchos años.
 A lo mejor por pasar tantas horas con maquillaje por mis diferentes trabajos, siempre deseo llegar a casa para antes de dormir limpiar e hidratar mi piel.
Uno de mis grandes descubrimientos en este reto 100 días 100 mujeres ha sido el aceite NEOVADIOL MAGISTRAL ELIXIR, al cual le he encontrado diferentes usos.
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Reconozco que pese a haber tenido siempre la piel seca, nunca me han llamado la atención los aceites porque no soporto un mínimo exceso de grasa en mi piel.
Sin embargo, este aceite nutritivo se absorbe nada más aplicarlo y en ocasiones lo utilizo como sérum, a veces mezclo un par de gotitas con mi hidratante AQUALIA TERMAL, o incluso hay noches que me doy el “capricho” de aplicarme unas 10 gotas por toda la cara antes de dormir y lo dejo actuar a modo de mascarilla.
A la mañana siguiente el resultado es increíble: ¡¡¡amanezco con buena cara y más luminosa!!!
Mujeres de piel seca, ¡pruébenlo y se acordarán de mí!
Como producto de tratamiento les contaré que en mi diagnóstico me recomendaron usar cada noche LIFACTIV ADVANCED FILLER
. Se trata de un producto rellenador de arrugas, que actúa durante las horas de sueño sobre las que ya tenemos y las que podemos llegar a desarrollar, incluidas las más profundas y verticales.
Pasados los 30 años, creo que es un MUST para cualquier mujer. Su fórmula incluye un concentrado de retinol puro y de ahí su gran eficacia.
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Y como no pienso dejar de reír para evitar las líneas de expresión de al lado de la boca, éste es un producto fluido y rellenador que nos ayudará a que no se acentúen mas…
Y por último, una vez tratada y mimada la piel de la cara, desde que descubrí CELLU DESTOCK SERUM FLASH (recientemente lanzado por Vichy), no dudo en echar un vistacito a la retaguardia.
Como buena colombiana, siempre me han gustado las cuerpos con curvas; pero ojo, ¡¡¡curva no rima con celulitis!!!
En otro post les hablaré de mi relación con el deporte y especialmente con el running, pero les adelanto que siempre he pensado que no hay mejor tratamiento preventivo para la celulitis que el ejercicio físico.
Así que Agua termal de Vichy, cafeína, ácido hialurónico y unas perlas iluminadoras son algunos de los ingredientes que contiene este serum que le aplico a mis piernas y glúteos antes de acostarme. Espero ver los mejores resultados este verano…
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Bueno chicas, les deseo una gran semana, ya les contaré cómo van mis primero días con “Anna” en esta maravillosa ciudad que será mi casa por las próximas 3 semanas, antes de partir hacia Colombia para continuar la película en mi tierra querida.