El 23-F es lo más parecido al magnicidio de Kennedy que tenemos en nuestro país.
Una fuente inagotable de teorías que agitan y venden libros y periódicos.
Urbano ha escrito tanto de la Casa Blanca como de Garzón, es una de las pocas personas que permaneció de pie durante el golpe de Estado del 23-F y en 1994 fue demandada por expresar opiniones homófobas en un artículo de la revista Elle, pero sabe apuntarse bien a la nueva moda nacional: el 23-F es lo más parecido al magnicidio de Kennedy que tenemos en nuestro país. Una fuente inagotable de teorías, oficiales y conspiratorias, que agitan, fagocitan y venden libros y periódicos.
Desde la Casa del Rey han tildado rápidamente de ficción lo que la periodista escribe como historia política
En su libro sobre la Reina (La Reina muy de cerca, Planeta, 2008), consiguió retratarla como una monarca muy religiosa contraria al divorcio, al matrimonio gay y hasta de la independencia de Marruecos. Ante las críticas, la Casa del Rey defendió que la Reina no había hablado de ninguno de esos temas con la periodista de forma pública y Urbano resalió demostrando que ni la Zarzuela ni la esposa del Monarca disfrutaban de buena memoria y que ella conservaba el documento que acreditaba sus conversaciones. Urbano es una mujer menuda, de inflexible peinado y buen olfato que pasea con su perrito siempre a la misma hora cerca del parque del Retiro. Bajo esa correctísima apariencia, no solo vive una periodista con buena cabeza, sino también una superventas radical.
¿Qué es la memoria? Es una función del cerebro que permite almacenar, codificar y recuperar la información del pasado. Lo organiza todo el amarillento e inflexible hipocampo. Pero vivimos rodeados de ejemplos de memoria muy flexible: Bárcenas y el PP, que fueron uña y carne, y ahora solo son suciedad entre los dedos.
Los incómodos recuerdos de Obiang en cenas, funerales y conferencias vinculados a importantes figuras institucionales. O fogonazos fantásticos como la espantada de Esperanza Aguirre a los agentes de seguridad vial que le robaron veinte minutos de su movilidad para ponerle una multa que ella misma calificó de “bien puesta”
. Esperanza Fast and Furious Aguirre se largó cuando quiso “rozando una moto de los agentes” que acabó en el suelo y diciendo aireadamente que todo lo que se ha montado es un ejercicio de “mentira y machismo”.
Es que, como país, somos un tremendo ejercicio para la memoria: ¡pasan tantas cosas cada día! Durante la entrevista con Àngels Barceló en la Cadena Ser, Aguirre llegó a confirmarle, con su magnífico acento cheli y llamándola Ángeles, que situaciones como esa la mayoría de los ciudadanos las resuelven “o con multita o con bronquita”.
A raíz de la bronquita de Pilar Urbano sobre la desmemoria han brotado expertos en ejercicios para mantener fuerte la función cerebral.
Uno de ellos es caminar hacia atrás. Otro es cambiar el reloj de muñeca. También se propone el vestirse con los ojos cerrados, pero eso, obviamente, ya lo hace mucha gente incluso sin percatarse del resultado.
Como extra podríamos proponer recordar fechas clave en la vida sentimental de Ana Obregón, que ha vuelto a enamorarse de un caballero joven, el torero Israel Lancho, cosa que no hacía desde 2006 cuando presentó al magnífico Darek.
La memoria, dijo Karl Lagerfeld, es como un músculo, casi como la amistad, que requiere de muchísimos ejercicios.
Otro de ellos puede ser sacar a subasta recuerdos, que es lo que está haciendo David Hasselhoff, el rey de las míticas series de televisión El coche fantástico y Los vigilantes de la playa. El próximo día 11 pone en venta reliquias de su carrera. Hay una estatua suya bastante auténtica y, ¿por qué no?, una réplica de El coche fantástico, rodada entre 1982 y 1987, cuando el actor ha reconocido que “vivíamos a tope”.
El dinero recaudado irá a parar a la Starlight Foundation, la misma que organiza la veraniega gala marbellí. Sería una buena idea para crear memoria futura que Hasselhoff y Urbano bailen juntos en la gala trascendiéndola en un evento solidario y absolutamente inolvidable.