Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 mar 2014

Ana María Moix, desde la otra orilla......................................Marcos Ordóñez

Hoy iba hablar de la temprana muerte de Ana María Moix, del frío que ha vuelto a caernos de golpe, como hará un año, cuando murió su tocaya y amiga Anna Lizarán
. Iba a hablar de algunos recuerdos, de los pocos años que disfruté de sus enseñanzas, su generosidad, su humor y su ética berroqueña, pero lo dejaré para más adelante.
 Hoy quiero utilizar esta ventana para pedirle a Josep Ramoneda, flamante presidente de Grup 62, que rescate el que posiblemente sea el libro más injustamente olvidado de Ana María: De mar a mar, editado por Península en 1998, y donde se advierte con rotunda claridad de qué materia estaba hecha.
Es un libro a dos voces: las cartas (compiladas por otra Ana, la profesora Rodríguez-Fischer) que intercambiaron entre el 65 y el 70 aquella jovencísima escritora, 18 años, y la veterana Rosa Chacel, exilada en Brasil.
 La correspondencia arranca cuando Ana María, Pere Gimferrer y Guillermo Carnero, cachorros “con infantil apetito de lobo”, como diría el Zurdo (o “trébol poético”, en palabras de Chacel) descubren Teresa en un puesto de libros viejos de la calle Consejo de Ciento y, detectives salvajes de este lado del océano, se lanzan a la búsqueda de esta misteriosa escritora republicana de la que nada saben y de quien ansían leer todo, intuyendo que les aguarda un archipiélago de islas resplandecientes.
A las pocas semanas, Ana María ya ha encontrado en Rosa Chacel a una mentora y una amiga, y comienza a hablarle, torrencialmente, de su vida familiar y universitaria, de los libros que lee, las películas que ve (¡tiempos aquellos, en que libros y películas todavía eran “acontecimientos vitales!"), y de sus anhelos, torturas y esperanzas.
 Y, claro está, de los textos que escribe de modo febril y que no llegaría a publicar
. Una producción impresionante, en apenas tres años: novelas y relatos (La Cucafera, El gran King, Monty no ha muerto) y dos poemarios, en catalán (Temps de l’home) y castellano (Una piedra en el camino). Es conmovedora la fuerza, la pureza, la autenticidad de ese albor en que ya era como sería siempre, y conmovedor el maestrazgo humano y literario de Rosa Chacel, que la insta, imperiosamente, sin contemplaciones, a “vivir y hacer vivir”; que recibe en sus cartas “el testimonio de que mi país aún sigue en pie” y, sobre todo, un eco de su propia juventud apasionada.
¿Por qué De mar a mar no tuvo en su momento el eco que merecía?
 Quizás porque Chacel ya había ingresado en el eterno olvido español, y porque los catalogadores de turno pensaron que la correspondencia es un género menor, hecho de fondos de cajón.
Yo pienso, por el contrario, que puede leerse como una novela de iniciación (salió, curiosamente, en la colección Ficciones), como un fresco de época (la Barcelona de los años sesenta), como un retrato de artista adolescente, e incluso como la crónica espiritual de dos generaciones separadas por el mar y el tiempo pero unidas por un amor absoluto por la literatura
. La noche de la muerte de Ana María volví a releer, para tratar de recuperarla un poco, este libro admirable que me ha acompañado tanto y que he regalado a tantos jóvenes escritores, y que ya no puedo obsequiar porque ha desaparecido de las librerías, a las que debe volver.

Yoko Ono sin punto final

La artista asegura que encuentra nueva inspiración en la retrospectiva del Museo Guggenheim.

No deja de ser ya una mujer de 80 años, su vida no ha sido tranquila , se la considera una anciana, pero es una mujer inquieta, curiosa todavía de la vida......Interesante.

 

Yoko Ono posa este jueves en el Guggenheim ante la instalación 'Morning Beams' (Rayos de la mañana). / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Yoko Ono (Tokio, 1933) cree que es responsable de que su trabajo artístico no haya sido conocido por el gran público. "No me preocupaba demasiado y seguía creando. Mi obra era diferente del arte que entonces se catalogaba como arte y pensaba que quizá 50 ó 100 años más tarde la gente podría entenderlo, cuando lo necesitaran", explica
. Su vida junto a John Lennon, el activismo por la paz, o el odio de quienes le han culpado de acabar con The Beatles ha ensombrecido el trabajo de la artista que estuvo en el origen del arte conceptual y ha experimentado con la performance, el cine, y la música
. El momento de dar a conocer su obra ha llegado con la exposición retrospectiva Yoko Ono. Half-A-Wind Show, que este jueves se inaugura en el Museo Guggenheim Bilbao.
Yoko Ono se ha presentado en el Guggenheim fiel a su imagen de los últimos años: vestida de negro, con el rostro semicubierto por gafas oscuras y sombrero
. Ante las cámaras se ha transformado. En tres minutos, con los 80 años cumplidos, ha posado haciendo la v con los dedos, ha bailado y ha simulado trepar por la pared de una sala donde se muestran sus instalaciones. "No siento la edad que tengo, no tiene relevancia", asegura.
 Ante el recorrido por casi 60 años de trabajo vuelve a sentir que surge la inspiración para seguir trabajando. "Es como si estuviera entrando en la segunda fase de mi vida, una nueva yo. Me apasiona muchísimo".
Una colección de fotografías documenta la aparición pública de la entonces joven artista de origen japonés en la escena artística de Nueva York, con sus propuestas de arte conceptual, ligada a la formación del movimiento Fluxus
. Ya entonces defendía que el arte arranca con un concepto; "una idea que tienes que imaginar para que pueda suceder", explica medio siglo después. Las fotos, realizadas por George Maciunas, el fundador de Fluxus, muestran la exposición del verano de 1961 en la que la artista rompía convencionalismos colocando trozos de lienzo en el suelo, que invitaba a pisar, y ofrecía instrucciones escritas para que el público interactuara con la obra.
Si la carrera de Yoko Ono arrancó en el movimiento conceptual, encontró en la naciente performance un nuevo campo de experimentación. Cut Piece (1964) (Pieza corte), la célebre obra en la que sentada en el escenario la artista invita al público a utilizar unas tijeras para ir cortando trozos de su vestido, se ve en la exposición en imágenes en movimiento y en fotos, y rememora el compromiso de la artista con el feminismo.
El comisario de Yoko Ono. Half-A-Wind Show, Álvaro Rodríguez, recuerda el impacto que la pieza causó en la tradicional sociedad japonesa.
 "El arte es una revolución silenciosa,  que va cambiando el mundo lentamente, sin hacer ruido", responde la artista cuando se hace referencia a su militancia.
De la época dorada de la performance la exposición pasa al trabajo de la artista en el cine experimental. Entre 1964 y 1972 produjo 19 películas, como Fly (mosca), en el que el espectador observa las imágenes que recorre el cuerpo desnudo de una mujer desde la perspectiva del insecto.
FERNANDO DOMINGO-ALDAMA
En las últimas décadas Yoko Ono ha realizado instalaciones de gran formato.
 El teléfono que se encuentra en el interior de un laberinto de metacrilato recibirá, no se sabe cuando, una llamada de la artista para conversar con el público. De las ramas de un olivo cuelgan tarjetas con mensajes de los visitantes
. Otras dos obras, Morning Beams, 1996/2014 (rayos de la mañana) y Riverbed, 1996/2014 (lecho del río), creadas de forma independiente, se fusionan para crear una nueva instalación.
 Una de las obras Water Event (1971/2013), presentada en una retrospectiva en Estados Unidos, se formó con los objetos de los artistas que respondieron a la invitación de Yoko Ono de enviar contenedores de agua. Entonces contó con la colaboración de Jasper Johns, Andy Warhol, Bob Dylan y Jack Nicholson, entre otros 200 artistas
. En el Guggenheim se ha montado otra versión con las aportaciones de, por ejemplo, Olafur Eliasson, Christian Marclay, Ernesto Neto y Asier Mendizabal.
La exposición concluye con un espacio dedicado a la producción musical de la artista, con vídeos, grabaciones de conciertos, discos y las portadas con las que llegaron al mercado.
 La música, dice Yoko Ono, ocupa en su cabeza un espacio diferente de otras manifestaciones artísticas. "Me ciño a la inspiración: si me viene una canción, llega con los arreglos instrumentados, y va a ser música", dice. "Mezclamos ambos conceptos, pero en mi caso están bien separados".
La obra Ceiling Painting (Pintura en el techo) recibe a los visitantes al entrar en las obras tempranas que recoge la retrospectiva.
 La artista invita a trepar mentalmente por una escalera blanca y con ayuda de una lupa descubra que en un marco colgado del techo se puede leer la palabra "yes". Expuesta en una galería de Londres en 1966, la obra hizo que se cruzaran las vidas de Yoko Ono y Lennon.
 El músico, conmovido por la energía positiva que le transmitía la obra, pidió que le presentarán a la artista.
La sombra de Lennon sigue junto a Yoko Ono, y ella no elude reconocerlo.
¿Qué pensaría si entrara en la exposición? "Creía en la obra de Yoko y se sentiría orgulloso", asegura el comisario John Hendricks.
 "Sigo pensando que está en las bellísimas canciones que escribió", defiende la artista.
"Las tenemos en nuestros corazones así que está entre nosotros".

Lección de naturalidad

La ausencia de maquillaje vuelve a ser tendencia esta temporada.

El efecto saludable se busca a través de sueros, prebases y cremas hidratantes.

 

¿Cuántos matices pueden esconderse dentro del término “maquillaje natural”? Lo que parece una tendencia cosmética inamovible (con una fuerte inversión en base, corrector y colorete) esconde, en realidad, múltiples interpretaciones
. El año pasado, las pasarelas se inundaban de detalles andróginos. Los maquilladores añadían poco rubor, dibujaban las cejas más gruesas (muy al estilo de Cara Delevingne) y potenciaban el acabado marmóre
o. En otoño, sin embargo, se prefería imaginar la versión futurista del asunto. Los mismos profesionales incorporaron a la ecuación productos con acabados metálicos.
 Los más osados incluso usaron gloss para potenciar el brillo. Todo ello de forma muy suave. Pequeños matices que permitían seguir calificando el resultado como natural.
Esta primavera, la tendencia vuelve a la carga, pero hace su aproximación desde otro ángulo.
 En MAC Cosmetics explican que los términos más repetidos en las salas de maquillaje antes de los desfiles fueron: natural, robusta y saludable. Los profesionales de la firma definen el resultado como day glow (brillo de día, en español).
 “Hemos usado iluminadores y texturas emolientes para imitar el modo en que la luz se refleja en una piel joven y fresca”, cuenta el experto Terry Barber
. Habla de los looks presentados en los desfiles de Proenza Schouler, Alberta Ferretti o Diane von Furstenberg. Y añade: “Realmente el foco hay que ponerlo en la piel”. O lo que es lo mismo: es importante una correcta aplicación de la base de maquillaje, pero el trabajo previo que se haga con sueros, cremas y prebases se vuelve fundamental para lograr un lienzo perfecto.
El resultado final imperante esta temporada se parece más al maquillaje de Rihanna en la portada de marzo de la edición estado­unidense de Vogue que al de Miley Cyrus en la campaña de Marc Jacobs. Ambas propuestas se pueden calificar de naturales, y, sin embargo, la primera parece lucir una piel cuyo brillo se cincela desde el interior, mientras que la segunda se rinde a los polvos bronceadores para definir las líneas maestras del rostro.
En este sutil escenario cobran vital importancia productos multifunción como las BB Creams, que permiten tratar la piel al tiempo que le añaden una pátina de color para unificar y realzar el tono.
 De hecho, desde la consultora estadounidense Skin Inc pronostican el auge de este tipo de cosmética a lo largo de 2014. “Algunas versiones coloreadas de productos superan en valor a las bases de maquillaje líquidas
. En el horizonte ya se vislumbra la aparición de sueros con color, una forma inteligente de capitalizar la profusión de lanzamientos de sueros faciales”
. En definitiva, la lección que la industria plantea para los próximos meses es que el maquillaje ayuda, pero solo puede llegar a resultados óptimos cuando la piel está realmente cuidada e hidratada.

Kate Moss y Cara Delevingne, dos generaciones unidas por la publicidad

Se trata de la primera vez que las modelos, a quienes separan casi 20 años, trabajan juntas

La campaña, de Burberry, desata la curiosidad sobre cuál de las dos saldrá mejor parada.

 

Cara Delevingne y Kate Moss, vestidas de Burberry, en la imagen que colgó la primera en su cuenta de Instagram. / INSTAGRAM

Una es una de las modelos más emblemáticas de los últimos tiempos.
 La otra es su competencia directa, la nueva estrella de las pasarelas. Kate Moss y Cara Delevingne han dejado a un lado su implícita rivalidad para coprotagonizar la campaña del nuevo perfume de Burberry. Entre ellas hay casi 20 años de diferencia.
Delevingne lo ha confirmado publicando una foto de las dos en su cuenta de Instagram
. En la instantánea, las modelos posan sonriendo abrazadas y vestidas con las clásicas gabardinas de la firma
. Según la misma actualización, el fotógrafo encargado de la campaña es Mario Testino, un habitual de la casa británica
Ambas han trabajado anteriormente para Burberry y coincidido en desfiles, pero este es su primer trabajo conjunto.
 Aunque no se conocen más detalles, la noticia ha desatado la curiosidad sobre cuál de las dos -veterana o alumna aventajada- saldrá mejor parada en el anuncio.
Moss, de 40 años, y Delevingne, de 21, son dos populares modelos con estilos muy diferentes.
 Cada una representativa de la generación a la que pertenece.
En sus 25 años de trayectoria, Moss ha sabido cómo mantener su vigencia sin perder el misterio
. Da contadas entrevistas y, según le enseñó su ex Johnny Depp, nunca explica y nunca se queja.
 Tras sobrevivir a escándalos y excesos es una de las modelos más ricas del mundo.
 Actualmente es colaboradora de la edición británica de la revista Vogue y ultima otra colección de su popular línea de ropa para la cadena Topshop.
Delevingne es la top de la era digital.
 Empezó como modelo de la tienda online ASOS, tiene un millón y medio de seguidores en Twitter y otros cuatro millones en Instagram
. A ella no le preocupa mantener una imagen enigmática
 . Es prolífica con los selfies y no tiene problemas en posar afeándose con muecas
. Sus cejas pobladas son responsables directas de la caída de ventas de pinzas. Aunque lleva relativamente poco como modelo tiene sus miras puestas en la gran pantalla.
 Hizo sus pinitos en Anna Karenina y participará en The face o an angel, la película inspirada por la historia real del asesinato en Perugia de la estudiante erasmus Meredith Kercher y el consiguiente juicio de Amanda Knox.
Por ahora, esta veinteañera procedente de la alta sociedad londinense es la única modelo británica capaz de amenazar el trono de Moss.
 La moda ya empieza a tomar partido. Karl Lagerfeld es del equipo Delevingne.
El diseñador de Chanel considera que las chicas admiran a Delevingne de la misma manera que idolatraban a Moss.
“Todas quieren ser tan libres como ella”, añadió.
 En cambio Naomi Campbell cree no son comparables. “Solo habrá una Kate Moss. Kate es un icono”, dijo de su amiga.
 Cara ha empezado con muy buen pie
. Ahora solo le queda mantenerse en la cumbre durante dos décadas más para igualar en carrera a su contrincante.
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