Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 mar 2014

La segunda vida de Yoko Ono comienza tras cumplir los 80....

En paz con MCCartney y optimista sobre la evolución del mundo, la administradora de parte del legado de The Beatles inaugura esta semana una amplia retrospectiva en el museo Guggenheim de Bilbao.

 

Yoko Ono, el pasado mes de julio. / lucas jackson (reuters)

Nadie diría, observándola caminar lentamente, vestida de negro, diminuta, con un maravilloso sombrero de cachemir, gafas oscuras y abrigo, que esa ancianita amable y sonriente acercándose a su escondrijo de Broome Street —en el Soho neoyorquino— es Yoko Ono.
Pero sí podríamos hacernos una idea de que se encuentra serena y en paz, después de haber sido de todo.
  Desde artista en lucha, adolescente con tendencias suicidas, mujer diana, culpable de cientos de miles de los males, “dragon lady”, dice ella o “la bruja”, como se reivindicó a sí misma en una canción: Yes, I'm a witch.
Todo eso y más asume, aunque no esté de acuerdo: “Soy pacífica y pragmática”, confiesa antes de viajar a España, donde el próximo día 14 inaugura una retrospectiva suya en el Guggenheim de Bilbao.
Hacia la ciudad vasca se dirige optimista y en pleno disfrute de lo que, admite, “es mi segunda vida”. Un periodo que ha comenzado después de cumplir los 80. Yoko resulta de cerca una mujer amable pero juguetona, dicharachera para ciertos temas, pero sutilmente evasiva para otros tantos, paciente, pero determinante, irónica sobre sí misma, sabia, en suma.
En Bilbao se verá el trabajo que ha realizado desde los años cincuenta: obra gráfica, dibujos, pintura, instalaciones... “Sesenta de actividad, madre mía”, parece sorprenderse, y que va desde sus escarceos con la vanguardia neoyorkina más radical en música —con compositores como John Cage o Lamonte Young— a experiencias con Fluxus antes de conocer a John Lennon y atraer al Beatle hacia el camino de la máxima experimentación que, paradójicamente, acabó con él como un pacífico y atareado padre y amo de casa en su apartamento del edificio Dakota.
 Allí fue donde compuso en sus últimos meses de vida ese himno al estoicismo que se tituló Watching the wheels y que da idea de su sana posición vital antes de la tragedia.
Mostrará los trabajos realizados desde los años cincuenta: obra gráfica, dibujos, instalaciones...
A las puertas de su casa precisamente fue asesinado en el año 80 por Mark David Chapman, quien tomó testigo universal del odio que las masas profesaban en gran parte de Yoko Ono, a la que se culpó global y en gran medida injustamente de la desaparición de The Beatles. Es algo que hasta McCartney ha negado en los últimos tiempos saldando una deuda histórica. “Hubiera ocurrido igual”, vino a decir el músico.
“En realidad no hemos tenido tan mala relación”, comenta Yoko. “Fueron los medios y la gente la que más quería vernos peleados, pero no respondía a la realidad”.
Lo fue, quizás más, en tiempos de vida de Lennon, cuando enviaba cartas feroces a su amigo de adolescencia en las que le culpaba del vacío tremendo que la hacían tanto él como su mujer, Linda. Pero aquello es agua pasada, parece.
 Y ese sentido práctico, tras su muerte, ha predominado en Yoko Ono aunque solo sea para ocuparse de un legado compartido que a la muerte del mito ascendía a tres millones de dólares y poco después se convirtió en 300.
Entre otras cosas, la viuda siempre dijo que lo hacía por Sean, el hijo de ambos, que ahora le presta su estudio en el Soho para atender gente ya que ella se muestra reacia a recibir extraños en su casa cercana a Central Park. Sean ha colaborado en gran medida a que las bandas y los artistas indies más arriesgados de su generación —de Peaches, Le Tigre, Polyphonic Spree, The Flaming Lips a Cat Power, Antony, Craig Armstrong o DJ Spooky— contribuyan a reivindicar el arte de su madre.
 Es otra de las razones por las que Yoko Ono siente que ha vuelto a nacer.
Empeñada en sus aspectos pacifistas, desea lo mejor para todo el mundo menos para Chapman, a quien insiste en no perdonar. “No, no lo he hecho”, comenta. Entusiasmada con su exposición en el Guggenheim, aprovecha para insinuar que sus antepasados pudieron tener procedencia española. “No estaba muy bien visto en mi país, eso de las mezclas, pero los españoles y los portugueses se dejaron caer por Nagasaki y parece que tuvieron algún contacto con mi familia”.
 Una familia de alcurnia nipona, que pese a contar con un padre banquero, no observó con mucho rechazo que su hija se convirtiera en artista de vanguardia
. “En absoluto, mi padre era músico y mi madre pintaba, así que lo entendían”, explica Yoko.

La cultura reclama su derecho a elegir.......

Artistas de toda España se unen para protestar contra la reforma de la ley del aborto.

 

Una de las piezas de la exposición '¡Déjame en paz!'. / Teresa Ribuffo
"No dejes que nadie elija nunca por ti".
 Con esta frase de su personaje en Vivir es fácil con los ojos cerrados reivindicó su derecho al aborto Natalia de Molina, mejor actriz revelación en la última edición de los Goya.
 No está sola: las mujeres que salieron a la calle en la protesta del pasado 1 de febrero reivindicarán lo mismo este sábado, Día de la Mujer. Y sus compañeras artistas han tomado la iniciativa para manifestarse a través de su trabajo.
La marcha que acogió delegaciones de todo el país y que fue bautizada como El tren de la libertad es la base para un documental contra la ley Gallardón impulsado por la Asociación de Mujeres Cineastas.
 Más de 60 profesionales –entre ellas Gracia Querejeta, Icíar Bollaín, Chus Gutiérraz y Mabel Lozano– colaboran en el proyecto.
 Se han repartido el trabajo por grupos. Virginia Yagüe, que está en el equipo de guionistas, explica que todavía están en la fase de cribado porque tienen "muchísimo material", ya que recibieron vídeos de muchas voluntarias además de los 19 equipos de grabación que se habían distribuido por la calle, los trenes y los autobuses. La iniciativa surgió "sobre la marcha", a raíz de un email de Pilar Aguilar y Chus Gutiérrez.
Este sábado recibirán el premio Rosa Manzano.
"La película es muy importante como forma de expresión y para dejar testimonio de lo que está ocurriendo", explica Yagüe
. No tienen fecha de estreno, pero irán publicando vídeos cortos en Internet para que "se mantenga viva". "Queremos que el documental tenga la mayor difusión posible". Por eso se presentará bajo licencia Creative Commons, y se distribuirá "por todas las redes".
La misma licencia de distribución tienen las piezas de Wombastic, un blog creado por la Asociación de Autoras de Cómic (AAC) que reúne dibujos y diseños de artistas de toda la Península. La iniciativa incluye a profesionales y amateurs, y la idea es que la gente se descargue las obras para utilizarlas como método de protesta.
 Muchas de quienes han colaborado ni siquiera pertenecen a la asociación (que cuenta con 76 miembros), y se enteraron de que existía el blog a través de sus amigas de Facebook o mediante otro tipo de redes sociales. Las organizadoras no se esperaban las decenas de propuestas que comenzaron a recibir cada semana.
Una de las obras de la exposición '¡Déjame en paz!'. / Amalfy Fuenmayor
La AAC no es oficial "de momento", explica su portavoz Carla Berrocal. "Estamos intentando que sea un proceso abierto en el que todos puedan participar. Nos reuniremos en el Salón del Cómic de Barcelona para constituir la asociación". El objetivo principal es rescatar a las grandes ilustradoras y autoras olvidadas. "Le dimos un premio a Núria Pompeia, una periodista y humorista gráfica catalana que en los años 70 dibujó mucho sobre la mujer", cuenta Berrocal. "Fue una de las pioneras feministas y desgraciadamente ahora está en una residencia con demencia senil. Nadie le ha reconocido nunca su trabajo, se ha olvidado todo el mundo de ella, incluso el propio mundo del cómic. Este año se lo dedicamos a ella". Clara Soriano, una de las ideólogas de Wombastic, explica que querían hacer "una actividad para protestar, algo que tuviera que ver con nuestra profesión". Un blog les pareció lo "más inmediato" para llegar al público.
Similar fue la idea que tuvieron las 50 artistas del colectivo Generando Arte, que organizaron una exposición en la universidad Carlos III de Madrid llamada ¡Déjame en paz!. Esta se trasladó este viernes a Italia, a un centro cultural en Reggio (Calabria). "Nuestras amigas europeas están siendo muy solidarias con el movimiento contra la ley", afirma la comisaria Concha Mayordomo. "La exposición tiene un recorrido: se habla de educación, de la situación de las adolescentes, del parto, del contexto social, del cuerpo. Lo que más llama la atención es lo distintas que son las obras, a pesar de que el tema sea el mismo".
Su colectivo trata de dar visibilidad a las mujeres en el arte. Tratan temas de igualdad y violencia de género. "Se han hecho muchas acciones políticas, pero todo eso queda un poco en el furor del día. Pensamos que una exposición tendría más durabilidad en el tiempo". La financiación vino toda del bolsillo de las artistas, igual que en el caso del documental y del blog de las autoras de cómic. Tienen otras dos exposiciones abiertas actualmente: una en el centro Julián Sánchez 'El Charro' en Salamanca y otra en el Museo de la Universidad de Valladolid. "Nos llaman activistas del arte y nos encanta la etiqueta".
Una de las obras de la exposición '¡Déjame en paz!'. / Concha Mayordomo

7 mar 2014

Aquella periodista menuda que entrevistó a Victoria Kent

Aquella periodista menuda que entrevistó a Victoria Kent

Por:
Josefina y Victoria Kent
Una periodista, Inés García-Albi, se adentra en los libros de otra periodista.
 Unos textos cautivadores, firmados por Josefina Carabias, la menuda reportera del Madrid de la República, la primera mujer corresponsal española, la autora de unas singulares crónicas sobre fútbol, la subdirectora y columnista de Ya.
Así comenzó la historia de un documental que se estrena en televisión esta noche (Nosotras que contamos. Josefina Carabias y las pioneras del periodismo en España, 21.00, La 2, dentro de Imprescindibles) y que, partiendo de la trayectoria de la cronista de Ahora, el legendario diario de Manuel Chaves Nogales, narra los comienzos de la incorporación de las mujeres a las redacciones.
"Los textos de Josefina son divertidísimos y complejos, tenía mucha chispa, están llenos de doble sentido", cuenta Inés por teléfono desde Bilbao. De aquel entusiasmo de la periodista, de 47 años, surgió primero una investigación para un libro del mismo título (2007) y ahora el documental.
En una hora desfilan la única hija viva de Josefina, Mercedes Rico Carabias, tan pionera como su madre, pero en la carrera diplomática, y una veintena de mujeres que siguieron su camino. Desde Margarita Rivière, que le dio a Inés la idea del proyecto, hasta la decana de las periodistas Pilar Narvión. "Lo que me da mucha pena es que Pilar haya muerto sin ver el documental", lamenta Inés. El filme, de una hora de duración, se rodó en 2012, un año antes del fallecimiento de una de las cronistas de la Transición.
Quien no conozca a Carabias descubrirá con la película lo que la muchacha que escapó del pueblo (nació en Arenas de San Pedro en 1908) odiaba. Lo cuenta su hija Mercedes. Y su agitada vida en Madrid, donde estudió Derecho y abrazó el espacio de libertad del corto periodo republicano. Pateó la calle tanto para encontrarse con Pío Baroja o Valle-Inclán como para cubrir concursos de misses o emplearse en un hotel y descubrir las condiciones de trabajo del servicio. Y, sí, entrevistó a Victoria Kent, el mismo día de 1931 en que fue nombrada directora general de Prisiones. Josefina tenía 23 años.
Su carrera se vio interrumpida por el exilio (en París nació su primera hija, la también periodista Carmen Rico-Godoy, ya fallecida) hasta el oscuro regreso al franquismo con seudónimo. En 1950 recuperó su nombre, luego relató en sus crónicas la vida diaria de Estados Unidos y posteriormente, desde París, ese relato se volvería político. Regresó en 1967 como columnista. Murió en 1980, cuando las mujeres, en plena Transición, habían logrado introducirse en sectores antes masculinos, como la información política o varios niveles de jefatura.
Con carrillo en 1980-1
Josefina Carabias, en 1980, el año de su muerte, junto a Santiago Carrillo, quien también es entrevistado en el documental.
En la película se trazan trayectorias similares pero más modernas con la voz íntima de grandes profesionales: desde la más joven, Lucía Méndez, redactora jefa de El Mundo, hasta quizá la más veterana, Pura Ramos, en activo con 82 años, entretejen un relato a base de entusiasmo, lucidez y anécdotas asociadas a la rareza que constituían y al machismo de una sociedad que retrocedió al caer la República. Ellas venían de provincias con ganas de comerse el mundo y les ofrecían las páginas de moda o la cesta de la compra.
Pero llegaron a todos los formatos y categorías: enviadas especiales (Carmen Sarmiento o Maruja Torres), corresponsales (Rosa María Calaf o Paloma Gómez-Borrero), cronistas deportivas (Mari Carmen Izquierdo, que en pantalla desmiente el mito de que ella entraba en los vestuarios de los futbolistas) o columnistas o directivas (Soledad Gallego-Díaz, Pilar Urbano o Covadonga O'Shea). Todas ellas reflexionan sobre un oficio que, como otros sectores, dista mucho de gozar de igualdad. Son muchas en las Redacciones, pero pocas en los despachos. Y así lo cuentan. El techo de cristal es blindado, dice una de ellas. El auténtico cambio, explica Riviére, será cuando las mujeres, desde los puestos máximos de poder, introduzcan cambios en la valoración de la información.
"Todas están fantásticas. Llenas de vida y de curiosidad", cuenta la directora y guionista del documental. Lo simboliza, sobre todo, una emocionada Pura Ramos. Sonriente como una niña (y con 60 años de oficio a las espaldas) dice a la cámara: "Me gusta mucho mi profesión. Mucho. Me encanta".
En un momento del documental, Maruja Torres dice: "Todas nosotras venimos de un tremendo pavimento de cabezas de mujeres y nos pisamos las unas a las otras hasta sacar nuestra cabeza. Y así hasta que nos toque ser pasarela de la siguiente. Somos pasarelas para un mundo espero que mejor". Quizá por eso, como dice Inés García-Albi, ni una sola rechazó la invitación.
La fotografía que abre el post reúne a Victoria Kent, a la izquierda, con Josefina Carabias, durante la entrevista, en 1931, el día en que la primera fue nombrada directora general de Prisiones de la República.

Mafalda, una niña de 50 años

Mafalda, una niña de 50 años

El popular personaje de Quino cumple este 2014 cincuenta años y aunque sus tiras no se publican desde 1973, sigue siendo una figura reconocida a nivel internacional, con fans en casi cualquier rincón del planeta.

Mafalda
Mafalda, esa niña argentina de pelo negro y mente inquieta, cumple este año medio siglo. Pese a que cualquier ser humano con su edad ya sería considerado un adulto en su madurez, ella sigue conservando el apelativo de niña, ya que así es como se la conoce y se ha mantenido en el imaginario colectivo: una chiquilla precoz y preocupada por el devenir de la humanidad, cuestionadora del orden establecido pero, en el fondo, siempre positiva.
La fecha de su aniversario fue motivo de cierta polémica hace un par de años, cuando sus fans decidieron celebrar su medio centenario tomando como referencia el momento el que Joaquín Salvador Lavado —más conocido como Quino— dibuja por primera vez al personaje dentro de una tira cóm
ica destinada a promocionar la marca de electrodomésticos “Mansfield”, de la empresa Siam Di Tella. El encargo vino por parte de la agencia Agens Publicidad a través del también humorista y amigo de Quino Miguel Brascó y tenía como principales requisitos la aparición de electrodomésticos y que los nombres de los personajes empezasen por la letra “M”.
 La campaña no prosperó aunque sirvió como embrión de esas historietas que más tarde llegarían a ser internacionalmente conocidas.
El propio Quino publicó en su página web oficial un comunicado en el que confirma que: “El día de su primera publicación fue el 29 de septiembre de 1964 en la revista Primera Plana”, día que debe ser considerado como cumpleaños de Mafalda.
 Asimismo, en el mensaje también se aclara que: “El malentendido se debe a que en una tira del propio Quino publicada (el 15 de marzo de 1966) en el diario El Mundo habría nacido en 1960 y a que en la biografía publicada (el 2 de junio de 1968) en la revista Siete Días dice que nació “en la vida real” el 15 de marzo del 62. Ni una ni otra fecha son de tener en cuenta”.
Mafalda
Mafalda cumple 50 años el 29 de septiembre de 2014, pero siempre seguirá siendo una niña.
Las tiras de Mafalda —cuyo nombre viene de uno de los personajes de la película argentina Dar la cara de David Viñas— se publicaron primero en la mencionada revista Primera Plana y posteriormente en el diario argentino El Mundo y en el semanario Siete Días Ilustrados
. La última vez que se publicó en este formato fue el 25 de junio de 1973 y desde entonces su autor solo la ha rescatado en momentos puntuales, como para ilustrar la campaña de los diez derechos de los niños de UNICEF, a finales de los años 70, en la que la propia Mafalda advertía:
 “Y estos derechos a respetarlos ¿Eh? No vaya a pasar como con los diez mandamientos”.
El motivo de que Quino dejase de dibujar a Mafalda fue meramente personal o, al menos, así lo ha declarado siempre el autor
. En la breve biografía que se puede consultar en su web , explica que: “Ya no siente la necesidad de utilizar la estructura expresiva de las tiras en secuencia”.
 Curiosamente, hace unos años se propagó un rumor -especialmente popular en México- en el que se apuntaba a una posible muerte del personaje atropellada por un camión de sopa (alimento que Mafalda odia con las mismas fuerzas con las que ama a los Beatles). Quino lo negó públicamente en una visita a dicho país en 2008, pero también sostuvo que no volvería a dibujarla ya que los ideales que reinaban en la época en la que se publicaban sus tiras “se han diluido”.
Su aniversario ha motivado una serie de acciones como la Mini expo - Mafalda, una niña de 50 años que se ha podido ver en la embajada de Argentina en París y que actualmente y hasta el mes de mayo visitará Samarante y Nápoles, en Italia.
 Además, en la web oficial del autor se puede hacer un repaso por la ficha de los personajes —desde Mafalda a Libertad, la última en unirse al grupo—, en la que se incluye: nombre, edad, sexo, filias, fobias y fecha de aparición.
En España, por el momento y a falta de confirmación de otras iniciativas, la editorial Lumen (que desde hace décadas publica los libros de Quino en el país, ahora perteneciente al grupo Penguin Random House) ha lanzado una edición especial aniversario del recopilatorio Todo Mafalda 1964-2014).
 Una buena oportunidad para recuperar a un personaje universal y atemporal casi desde su nacimiento, del que el propio Julio Cortázar llegaría a decir:
“No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí".
Mafalda
Mafalda es una chiquilla precoz y preocupada por el devenir de la humanidad, cuestionadora del orden establecido pero, en el fondo, siempre positiva.