El óxido verdoso que desprende el pulido de las piedras difumina el rojo de los esputos de tabaco masticado –
paan–
de la pared de la habitación.
La respuesta de Tosif Khan, de 12 años,
queda ahogada entre el ruido de la máquina de lijar y la llamada al rezo
de la mezquita del barrio de Top Khana Huzuri: “Trabajo todos los días.
No tengo vacaciones pero por la tarde me dejan tiempo para volar mi
cometa”.
Tosif comparte
patsan (mesa donde pule gemas y joyas) y
el verde de sus pequeños dedos con otros cinco empleados más
. Es uno de
los niños que forman parte integral de la industria informal del corte y
lijado de piedras preciosas en Jaipur, una actividad que en la región
ha sido siempre una tradición familiar.
La capital del Estado de Rajastán, de algo más de tres millones de
habitantes, es conocida por ser el mayor centro de producción y
comercialización de piedras preciosas de todo el país, que
exporta gemas, joyería y todo tipo de piedras preciosas por valor de 41.800 millones de dólares
en 2013 (16% de la exportación nacional).
Y España está entre los 25
mayores importadores mundiales de gemas y joyería indias.
Sin embargo,
los barrios aledaños a
Johari bazar (mercado de las joyas) y
Monak chowk (plaza del rubí) también esconden microredes de explotación infantil en una ciudad
mediáticamente conocida como de las gemas.
Rajastán también tiene el dudoso honor de ser el tercer Estado de
India con mayor incidencia de trabajo infantil, con más de un millón de
trabajadores entre 5 y 14 años, según los últimos datos desglosados del
censo de 2001, 50.000 sólo en Jaipur,
según la prensa nacional.
En el país, la explotación infantil continúa siendo un motor importante
de su crecimiento económico y un grave problema a nivel nacional.
El
número de menores explotados supera los 10 millones y no ha bajado en
las últimas décadas,
según las estadísticas del Gobierno
.
Y son cifras que se basan en los registros oficiales.
No tienen en
cuenta a los niños sin documentos o traficados. Los que las
organizaciones defensoras de los derechos del menor llaman “niños
invisibles”.
La ley nacional contra el trabajo infantil está pendiente de revisión
por parte del Parlamento
Tampoco hay cifras exactas de los niños traficados a nivel local ni
estatal, pero según Govind Beniwal, miembro de la Comisión Estatal de
Rajastán para la Protección de los Derechos del Niño, entre 15 y 20
menores son traficados diariamente en Jaipur.
La mayor parte de ellos
proceden de los estados orientales de India para trabajar en las
industrias de joyería, textil o del hogar.
Informes internacionales
reconocen que estados como Bihar o Uttar Pradesh tienen altos niveles
de deudas de vida hereditarias que inflaman el tráfico y la explotación
infantil en las zonas rurales.
Originarios de Bihar eran Mohamed Parvez,
su hermano Feiz y los otros 50 niños que fueron rescatados el 11 de
enero por la Unidad de Anti-Tráfico de Jaipur norte. “Nos trajo nuestro
padre, que cuida de nosotros y nos da de comer.
Pero no quiero volver a
trabajar de nueve de la mañana a diez de la noche. Quiero ir a la
escuela y jugar a
luka chupi (escondite)”, dice Parvez, de siete años.
“Los niños corrían a esconderse por miedo a la policía. Los
encontramos en una estancia oscura, incrustando las piedras en las
pulseras y cubiertos de productos químicos”, explica Amit Mehta miembro
del Resource Institute for Human Rights (RIHR), que asistió al rescate.
La ONG local ha colaborado en la liberación de más de 330 menores en
2013.
Los rescates son coordinados por las unidades especiales de la
policía y las organizaciones de base, quienes informan al Comité de
Salud del Niño, al Departamento de Trabajo y al juez del distrito.
Tras
los informes, los niños son llevados a las casas de acogida, donde
esperan tratamiento y la resolución de cada uno de sus casos.
“Cuando
vimos el estado en que se encontraban, sugerimos al juez que iniciase
exámenes clínicos dermatológicos para saber el alcance de los daños”,
explica la doctora Jyoti, miembro de la organización local que coordina
Apna-Ghar, una de las casas de acogida de Jaipur.
La efectividad de los rescates se ha incrementado con las medidas
tomadas por la Comisión para la Protección de Derechos del Niño de
Rajastán
. Aprovechando la ley nacional
sobre justicia y protección juvenil de 2006,
la Comisión formuló el reglamento para la Protección contra el trabajo
infantil (2012), estableciendo los estándares de operación para los
casos de trabajo infantil. Rajastán se ha convertido así en el único
Estado de India, junto con Delhi, que no depende de
la ley nacional sobre el Trabajo Infantil
de 1986.
La norma prohíbe el trabajo infantil sólo cuando se trata de
trabajos considerados de riesgo y hasta los 14 años
. Algo que saben bien
tanto traficantes como empleadores.
“No sé la edad que tengo, pero mi
tío dice que tengo 14 años”, comenta Murshid Alam, uno de los niños
rescatados el 11 de enero y que a todas luces tiene menos años de los
que dice tener.
Su tío le trajo a Jaipur y es
ustad (empleador) en una de las mini-factorías.
Entre 15 y 20 menores son traficados diariamente en Jaipur para trabajar en las industrias de joyería o textil
La ley de Rajastán de 2012, sin embargo, establece la mayoría de edad
legal para el trabajo en 18 años en vez de 14, al tiempo que elimina el
concepto de “trabajo de riesgo”.
“Es muy difícil diferenciar el trabajo
de riesgo del que no entraña riesgos
. La ley nacional de 1986 sólo
prohíbe los trabajos de riesgo, que suponen un 10% del total.
Por eso
hemos considerado que todos los trabajos suponen un riesgo para los
menores”, explica Deepak Kalara, presidente de la comisión hasta la
semana pasada.
Con ello, se ha acabado con el debate acerca de la
diferencia entre trabajo o empleo infantil. Govind Beniwal, miembro de
la misma comisión, recalca la necesidad de que India ratifique la
Convención 138 de la Organización Internacional del Trabajo
sobre la edad mínima para trabajar al tiempo que detalla el avance que
supone la reciente ley. “Teóricamente, a los niños que ayudan en el
ámbito familiar se les considera trabajadores; mientras que los que
obtienen remuneración por su labor, son empleados.
Al prohibir el
trabajo infantil para todos los menores de 18, independientemente de si
ejercen en el sector formal o informal, acabamos con este debate”,
explica.
Un debate que sólo beneficia a los que pretenden aprovecharse
de las ventajas económicas del empleo de menores de edad.
Esta solución afecta de lleno a la industria de las gemas y las joyas
de Jaipur, en la que gran parte del trabajo infantil se desarrolla en
el ámbito familiar.
Y bajo estas premisas, Sanjay Singh, director del
Consejo para la Promoción de la Exportación de Gemas y Joyas, niega
tener registro de incidencias de trabajo infantil en su sector: “Tenemos
constancia de incidentes en otras industrias.
Hemos hecho evaluaciones
con agencias independientes y no hemos encontrado rastro de trabajo
infantil. Nosotros también sensibilizamos a los empleadores de las
unidades de manufactura para que no empleen a niños, incluidos a sus
hijos”.
Pese a que la ley nacional de 1986 está pendiente de revisión por
parte del Parlamento y será reformulada a lo largo de 2014, no se
esperan cambios en lo referente a la edad mínima para entrar en el
mercado laboral. Sin embargo, Mahaveer Jain, miembro de la Junta Central
sobre Trabajo Infantil del Ministerio de Empleo, afirma que el Gobierno
cambiará la ley en lo que respecta al trabajo de riesgo, prohibiendo
así todo trabajo infantil hasta los 14 años.
“La ley siempre es
bienvenida pero no sirve por sí sola para resolver el problema del
trabajo infantil.
La ley tiene que ser implementada. Y luego tiene que
haber rehabilitación psicológica, económica y educativa tanto de los
niños como de las familias. Así como el castigo a los empleadores”,
aclara Mahaveer Jain.
El número de menores explotados supera los 10 millones en India,
según datos oficiales
Las autoridades locales recalcan la eficacia de los castigos a los
empleadores de niños. “Son perseguidos y castigados por la ley.
En 2013,
20 casos fueron enviados a los juzgados correspondientes”, señala Khinv
Singh Bhati, supervisor de la Unidad de Anti-Tráfico de la sección
norte de Jaipur.
Sin embargo, los que han sido implicados en rescates
señalan la dificultad que conlleva coordinar esfuerzos con la policía.
Vijay Goyal, secretario general de la organización de base RIHR, habla
de “dura oposición y disconformidad de la policía”. Govind Beniwal, de
la Comisión Estatal de Rajastán para la Protección de los Derechos del
Niño, explica: “Antes me enfrenté a algunas filtraciones por parte de la
policía si les informábamos el día antes.
Ahora esperamos hasta el
mismo momento de la operación”.
El Estado de Rajastán ha desarrollado
medidas particulares para luchar contra el empleo infantil, como la de
recompensar con 25.000 rupias a los trabajadores del sector que informan
sobre localizaciones donde hay menores empleados.
Las organizaciones que trabajan para la protección del menor coinciden en que es imprescindible contar con la
mohalla
(la comunidad) para acabar con el problema del trabajo infantil. En
muchos de los casos la pobreza y las necesidades familiares están detrás
de este fenómeno.
“Mi padre está en la cárcel. Mi trabajo y el de mis
cinco hermanos es el único ingreso familiar.
Creo que mi madre recibe
mis ganancias por transferencia bancaria”, cuenta Mohamad Chanb, uno de
los menores rescatados. Deepak Kalara, sin embargo, aclara que hay otros
elementos que agravan el problema de la explotación infantil:
“Muchas
veces los niños se acostumbran a tener ingresos.
A veces los padres no
quieren trabajar y fuerzan a sus tres o cuatro hijos a hacerlo.
Y otras
veces la calidad de las escuelas gubernamentales es tan mala que ni los
profesores atienden las clases con lo que las familias piensan que
estudiar es una pérdida de tiempo”.
La sensibilización de la sociedad en su conjunto es una de las
batallas a librar para ganar la guerra contra la explotación infantil
.
Por eso la organización de base Jan Kala Sahitya Manch Sanstha realiza
campañas de sensibilización en los barrios más afectados de Jaipur. Esta
organización también creó la Escuela Especial de Sustento para los
niños que han pasado por la explotación en la industria de las joyas y
gemas; de forma que reciben educación al tiempo que ganan nuevas
habilidades relacionadas con el sector y reciben ingresos.
La rehabilitación es la única forma de evitar el regreso de los niños
al trabajo
. La educación de familias y niños ayuda a recuperar a estas
pequeñas joyas de Jaipur. “Mi padre es conductor de
rickshaw
[una especie de taxi motocarro] y yo trabajo para la familia por ser el
único chico. Antes no me gustaba la escuela pero ahora no quiero
trabajar.
Quiero estudiar”, se queja Moseen Khan, de 14 años, mientras
juguetea con una de las piedras a medio pulir.
Fuera, en las calles de
Top Khana Desh, algunos niños vuelven de la escuela con los dedos
manchados de tiza blanca
. A Moseen le gustaría cambiar el verde de óxido
que tiñe sus dedos por el blanco de las tizas.