Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

15 ene 2014

Playas para el Invierno aquí muy pocas De Las Islas Canarias y las del Norte el agua Helada

Ni las bicicletas ni las playas cobran sentido solo en verano. Seducen igualmente con su arena invernal a paseantes pensantes que recargan las pilas frente a dos infinitos, el mar y el cielo.

1. Agualique

Pájara (Fuerteventura)
Playa de Agualique, Fuenteventura.
Las playas de Sotavento, en Jandía, y Barlovento, en Cofete, son claros exponentes playeros de Fuerteventura, lo que es decir de Canarias
. Este sur majorero sirve actualmente de escenario a sir Ridley Scott para el rodaje de la superproducción épica Exodus (estreno previsto en diciembre de 2014).
 Pero hay más parques de arena por descubrir en el sur de esta isla afortunada.
 Agualique, por ejemplo, al oeste de Costa Calma, donde el litoral se ciñe hasta alcanzar en el istmo de la Pared una angostura de sólo cinco kilómetros. Piensan que aquí se levantó el muro separador de dos reinos insulares: Maxorata y Jandía.
Subir por detrás de la gasolinera de Costa Calma, hasta que finalice el asfalto de la calle.
 Habrá que proseguir a pie 5 kilómetros (una hora, aproximadamente), en paralelo al parque eólico, hasta alcanzar la costa de barlovento, impoluta. Virginal. El baño es peligroso, con lo que se trata de pasear y recrearse en este acantilado que se diría nevado por un mar de jable (arena de origen eólico), arrastrado por el mismo viento que luego empujará las velas de los windsurfistas.
 Otro paraje excelso para vislumbrar el crepúsculo y las estrellas.

2. Playa de Castilnovo

Conil de la Frontera (Cádiz)
Caminando de la playa de Castilnovo a Conil de la Frontera. / Simon Brown
En Cádiz, la abundancia de espacios abiertos multiplica la oferta playística. El paseo por sus playas no puede obviarse, siempre y cuando lo permita el pertinaz viento de levante. Conil de la Frontera ofrece, sin ir más lejos, un sector natural señalado por la torre rectangular de Castilnovo, guardiana de las almadrabas de atún rojo que tanta riqueza reportó al ducado de Medina Sidonia. Aquí tienen los naturistas su oasis particular.
Para acceder hay que caminar desde Conil 2,2 kilómetros por un sendero paralelo a la playa que cruza por un puente peatonal la desembocadura del río Salado, declarada LIC (Lugar de Interés Comunitario). Para mantener la zona despejada de edificios, el Ayuntamiento (¡increíble en la costa española!) ha declarado no urbanizable el Prado de Castilnovo.
El placer del paseo es inseparable al condumio en el restaurante La Fontanilla (reabre en febrero)… y de ser testigos, con un gin tonic en la mano, de la puesta de sol justo por el mar, desde el Café Parque Atalaya.

3. Cala de Llebeig

Poble Nou de Benitatxell (Alicante)
Muchos de los que se pavonean de conocer la Costa Blanca desconocen la fachada costera de Benitatxell. En ella, la ruta senderista a la cala de Llebeig se postula como uno de los recorridos que conviene cubrir fuera de los meses veraniegos.
 Poco antes de tomar la bajada a la cala artificial de Moraig, aparece a mano derecha la cuesta a la urbanización Lirios.
 El aparcamiento se encuentra al poco de girar. Sin casi desnivel, a excepción del declive final, esta senda de 2,5 kilómetros a la cala de Llebeig es apta para todos los públicos.
Al caminar durante 45 minutos a media altura del cantil, todo sembrado de pinos, palmitos y una rica vegetación de matorral, uno se encuentra con oquedades tapiadas con muros de mampostería, refugios empleados antaño, no sólo por pescadores y agricultores; también por contrabandistas. ¡Cómo se escucha, desde ellos, amplificado, el sonido de las olas! La luminosidad, entre el verde y el azul, es un relax para la vista, hasta que los caminantes perciben la cala de Llebeig (lebeche), la salida al mar del barranco de la Viuda. Barracas revestidas con tela de nisperero, ramas de pino o palmas y un antiguo puesto de carabineros sirven de límite entre los municipios de Teulada y Benitatxell.
El próximo día de San Valentín dejará de invernar el restaurante La Cumbre (966 49 32 13), con sus estupendas recetas mediterráneas. ¡Ir reservando!

4. Praia do Rostro

Fisterra (A Coruña)
Playa de O Rostro en Fisterra. / www.dugium.com
El de Rostro es un playón que recuerda, en su fragosidad, los cuantiosos naufragios que han dado fama a la Costa da Morte. Desde el Casón (1987), embarrancado a pocos metros de estas arenas prístinas, al Prestige (2002), visible desde este enclave en su disparatada derrota por el Atlántico. Súmese algún que otro aterrizaje forzoso de avioneta, que aún recuerdan los más viejos del lugar. A espaldas del trajín jacobeo que concita al faro de Finisterre, Rostro invita a paseos que se prolongan con el detenimiento por la flora atlántica en su más pura esencia, cerca de donde pescan lubinas y cabalgan olas sobre tabla. Ostreros y chorlitejos levantan el vuelo. Tan bravía son sus trazas que un refrán lo asimila a la soledad de lo remoto, de lo huraño. “Mar de Rostro, si te casaras, te ablandabas”.
Todo se combina con la estancia en el hotel Dugium, establecimiento en el que las habitaciones –Rostro por descontado- ostentan nombres de playas.Y aquí se hiela uno de Frio

5. Cala Cortina

Cartagena (Murcia)
Cala Cortina en Cartagena. / Alberto Paredes
La mayoría de los que pasan por la ciudad de Cartagena se van desconociendo que la urbe tiene su playa. Una caleta de arena gruesa artificial y aguas calmas, situada en un entorno montaraz, con trazos ascensionales de prodigiosa escala.
Nada más atravesar el primer túnel hacia Escombreras, girar buscando su aparcamiento en la base del monte San Julián.
A un lado dejamos la pasarela que evita tener que atravesar el túnel
. De otra, la deliciosa panorámica de la concha encajada entre las baterías de costa Santa Ana, San Isidoro y Santa Florentina, defensoras de la bocana de la bahía cartagenera.
 Su alta ocupación estival y escasos 250 metros de longitud aconseja conocer cala Cortina fuera de temporada. De vez en cuando se ve pasar algún navío de guerra por la Estación de Calibración Magnética, en la que desmagnetizan los cascos. El restaurante Mares Bravas, situado junto a la arena, brinda sabrosas paellas y calderos.Para Hacer Fotos y pasear cinco minutos.

6. Playa de Bordonares

Mojácar (Almería)
Playa de Bordonares, en Mojácar. / www.mojacar.es
Apartada del casco histórico moruno, así como de su litoral urbanizado, la playa de Bordonares guarda las esencias de la Mojácar intocada. A partir de la torre Macenas, el viajero sólo tendrá ojos para el perfil de costa que se ve recorrido por 3,5 kilómetros de pista. Por donde la sierra Cabrerase sumerge en el mar la erosión ha modelado una espectacular línea de calas de gravilla y acantilados escabrosos. Respaldando la playa se alza, como una emanación rocosa, la restaurada y fotogénica torre del Pirulico,de época nazarí;es factibleascender su corona por una escalera.
La pista, casi ignota en las guías, conduce a partir de ahora por un paisaje volcánico relampagueante, empezando por un arco natural horadado por los elementos. El elefante que la montaña dibuja sirve de referencia a la playa de Bordonares. Pese a que el nudismo no está sujeto a autorización en la costa española, el ayuntamiento mojaquero le ha conferido a los 800 metros de Bordonares marchamo legal de playa mixta, mezcla en la práctica de nudistas y vestidistas.

7. Playa de la Cocina

Isla de La Graciosa (Islas Canarias)
La Cocina, en Isla Graciosa. / Siepmann
El suroeste de La Graciosa se descubre tomando como punto de salida el puerto de Caleta del Sebo y embocando la pista paralela a la costa suroccidental. La playa de El Salado es el único lugar donde está permitido acampar
. Le sigue la playa Francesa, donde menudean las siluetas de veleros al socaire esperando las encalmadas. Ni aún las bicicletas tienen paso franco a partir de ahora en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo: habrá que proseguir caminando unos 20 minutos.
La excursión toca a su fin en la excelsa playa de la Cocina, acostada bajo la montaña Amarilla. Tiñendo el roquedo, los amarillos blanqueados por la sal marina que dibujan vetas como de mármol tienen una fuerza que irradia y que atrae como un formidable imán. Una experiencia de orden estético que se ve incentivada por 50 metros de arena delicada, cuando no por la vista del lanzaroteño risco de Famara y el agua más verdosa y remansada de La Graciosa.
 Con estos mimbres, la práctica del naturismo y el buceo es poco menos que obligada. Acudir en bajamar y llevar agua en abundancia.
La mejor en General y la playa de Pedro Barbas la mejor sin lugar a dudas.

8. Toró

Llanes (Asturias)
Playa de Toró, Llanes. / Jose R. Platon
Próxima a la capital del concellu llanisco, e inmersa en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental, la playa de Toró se presta como pocas a la imaginación. No es una concha al uso; parece, sí, mayormente en bajamar, un campo artístico de pináculos rocosos colocados por un niño, lo que explica sus connotaciones publicitarias. Un verde promontorio, al que se accede a pie, la abrocha, y desde él se distinguen a lo lejos los policromos Cubos de la Memoria pintados por Agustín Ibarrola en el espigón de Llanes.
Ya dentro del apartado cinematográfico (www.llanesdecine.com), Toró sirvió de escenario a las películas El abuelo, de José Luis Garci, y El detective y la muerte, obra de Gonzalo Suárez. El Mirador de Toró (985 40 29 97) es un restaurante panorámico muy popular en la zona, lo que exige reservar con tiempo las mesas junto a los ventanales. Y es que, a vista de pájaro, es como mejor se aquilata la magnificencia de estos 250 metros de arena muy delicada.

9. Dunas de Oliva

Oliva (Valencia)
La playa de Oliva, en Valencia. / Agencia Valenciana del Turisme
Oliva mantiene una cornisa de 10 kilómetros dunares, muchos de ellos de gran porte y ricos en especies de valía esperando que las contemplen (y respeten) playeros fuera de temporada. Lo mejor es acceder por la playa de Aigua Morta. Salir de la N-332 siguiendo el cartel “Urbanizació” situado en el kilómetro 211, tomando el carril de acceso a la gasolinera.
Siguiendo hacia el mar se deja a la izquierda el Hotel Oliva Nova Golf y se atraviesa un campo dunar muy bien colonizado. Seguir bien abrigados caminando por la orilla hacia el norte medio kilómetro, hasta al menos la desembocadura del río Bullent soportando el viento que orea el golfo de Valencia.
Luego, usando el coche, podremos seguir bordeando la costa hacia el centro de Oliva por detrás del cordón dunar, entre huertos, marjales y dunas, sin necesidad de tomar la carretera nacional. Duele imaginar la valía que habría alcanzado este ecosistema si el ámbito de protección del Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva se hubiera extendido hasta el mar.

10. De Playa de Poniente a Puerto Cambrils

Salou y Cambrils (Tarragona)
Playa de Cambrils. / Rafael Elias
Son 7 kilómetros (cerca de 90 minutos) a lo largo de uno de los paseos marítimo-playeros más agradables de cuantos posee la provincia tarraconense. El paseo al mediodía resulta de lo más relajante, acompañados primero por el capitel de plumas que otorgan las palmeras de Salou. Pasamos seguidamente al barrio residencial de Vilafortuny (Cambrils), sin dejar ya el carril-bici y la compañía de patinadores.
La ruta discurre junto a chalés y viviendas turísticas en primera línea de mar que insonorizan con su estructura el molesto tráfico de la carretera. La torre del Esquirol -ardilla en catalán- es una antigua torre de telegrafía que encamina al puente sobre la marismilla y, seguidamente, el pino con banco circular que otorga carácter a la playa del Regueral, ya en Cambrils.
Mucho tiempo no podrá dilatarse la comida, porque entre las 16.00 y 17.00 arriban a puerto los 18 barcos de arrastre.
 Es buena idea esperarlos en los bancos colocados sobre el rompeolas del Moll de Ponent. Cuando anochezca podemos regresar tan ricamente a Salou, en autobús, por la costa.Las Playas que no son Canarias solo son para el verano.

Viaje al corazón de Susan Sontag

La segunda entrega de sus diarios retrata a la intelectual y a la escritora y supone, además, un mosaico de su vida íntima, sus sueños y sus ideas más combativas

Susan Sontag, escritora y periodista, fotografiada en el Hotel Clarís de Barcelona en 2003. / Vicens Giménez (EL PAÍS)

...y esa niña huérfana de amor que desde pequeña hizo las veces de madre de su mamá y de su hermana, un día descubrió lo que quería ser y cómo conseguirlo:
 “Aspirar a ser muy buena (si soy extremadamente buena, me amarán)”... Así, la niña desamparada se convirtió en Susan Sontag (Nueva York, 1933-2004), una de las intelectuales más destacadas de la segunda mitad del siglo XX: brillante, combativa, militante de la igualdad entre hombres y mujeres, simpatizante del comunismo, crítica con la política y la sociedad de su país, gran ensayista del arte, enseñante de cómo entender los derroteros culturales del momento, escritora respetada...
Admirada como mujer de izquierdas, su literatura era denuncia y solidaridad, comprometida y polémica....no era una persona facil pero si muy valiente.
Oropeles que solo eran el medio para otro fin. Pero oropeles que la convirtieron en una persona muy admirada por unos, sí, pero también desdeñada por otros. ¿Y alcanzó el fin?
Es uno de los secretos desvelados en La conciencia uncida a la carne. Diarios de madurez, 1964-1980 (Random House) y editado por su hijo David Rieff.
Se trata del segundo de los tres tomos que conformarán, según escribe Rieff en el prólogo, “no solo la autobiografía que Susan Sontag nunca alcanzó a escribir, sino la gran novela autobiográfica que nunca le interesó escribir".
 Un retrato de una persona deseosa de aprender y comprender en una época de grandes cambios como fueron los años 60 y 70 mientras se busca a sí misma.

Bibliografía

El benefactor (1963, novela)
Contra la interpretación (1964, ensayo)
Estilos radicales (1969, ensayo)
Sobre la fotografía (1975, ensayo)
La enfermedad y su metáforas (1978, ensayo)
Yo, etcétera (1978, narrativa)
Bajo el signo de Saturno (1980, ensayo)
El amante del volcán (1995, novela)
Contra la interpretación (1996, ensayo)
En América (2000, novela)
Ante el dolor de los demás (2003)
Renacida. Diarios tempranos 1947-1963
Si el primer volumen, Renacida.Diarios tempranos 1947-1963, apareció en 2010 rodeado de cierta polémica acerca de si era lícito o no publicar los diarios de una persona sin su autorización expresa —y eran jirones de su infancia y de su vida hasta que cumple 30 años y ya asoma lo que habrá de ser el personaje— esta nueva entrega es un mosaico íntimo, personal, social, intelectual, sentimental, político y literario de lo que será Susan Sontag para la Historia.
 Son los años del florecimiento y esplendor de una persona que se casó a los 17 años con su profesor, el sociólogo Philip Rieff, con quien tuvo su único hijo, que publicó su primera novela en 1963 y que amó a las mujeres, en medio de la sensación de orfandad de cariño.
Porque esa mujer conocida por casi todos tenía un secreto, vivo como una gota malaya, y cuyo sonido siempre la acompañó.
 Pero es precisamente ese deseo de suplir ese eco de abandono y falta de cariño el que impulsa y delinea su destino. Su vida se convierte en una huida que es una búsqueda, la de encontrar amor, afecto... y es en aquellos años infantiles de desconsuelo ejerciendo de madre de su madre cuando descubre que la clave está en su capacidad de adquirir cultura y conocimiento.
Sabe que podría haber canalizado ese impulso en ser delincuente, por ejemplo, pero en cambio, desvela: “Me dije, voy a ser extremadamente buena —y mereceré (atraeré) el amor— y procuraré la responsabilidad, la autoridad, el dominio, la fama, el poder”. Una realidad, pero una realidad a medias, porque como escribe su hijo, el corazón de Susan Sontag “se rompió a menudo, y buena parte de este tomo es la elaboración de la pérdida amorosa.
En cierto sentido ello implica que se tenga una impresión falsa de su vida, pues propendía a escribir más en sus diarios cuando era infeliz, mucho más cuando lo era amargamente, y menos cuando se encontraba bien”.
¿Y sus ideas, como por ejemplo el apoyo al comunismo? “Nunca se retractó de su oposición a la guerra. Pero sí llegó a arrepentirse y, a diferencia de muchos de sus pares, a retractarse públicamente de su fe en las posibilidades de emancipación del comunismo, no solo en sus encarnaciones soviética, china o cubana, sino en cuanto sistema”.
Me dije, voy a ser extremadamente buena —y mereceré (atraeré) el amor— y procuraré la responsabilidad, la autoridad, el dominio, la fama, el poder
Pero es el amor el ánima de su vida. Y ya con 33 años Susan Sontag descubrió que esa estrategia de dar conocimiento a cambio de este era una trampa, otro desamparo sin fin: “Mi hábito de intercambiar información a cambio de calor humano. Como poner un chelín en un contacto; dura cinco minutos, después hay que poner otro chelín”.
Ahora, unos cuantos chelines que crean un recorrido, en forma de abecedario, por algunos de los contenidos de Susan Sontag en La conciencia uncida a la carne:
ABANDONO: Quiero ‘prometerme’. Una razón es la ansiedad (quiero encontrar un puerto seguro, librarme del debilitante temor del abandono).
AMOR: El amor es volar planeando, flotar. Pensar es volar en solitario, batiendo las alas.
ARTE: Ya no debemos esperar que el arte entretenga o divierta. Al menos no el gran arte.
-El arte es la condición fundamental de todo.
AUSENCIA: Mi universo, entonces, en contraste radical con el de Eva, está poco poblado. No vivo el mundo como una invasión, una amenaza, una agresión. La ansiedad primordial es la ausencia, la indiferencia, el ‘paisaje lunar’.
COMUNISMO: Un gran tema el desamor de Occidente con el comunismo. El final de doscientos años de pasión.
CONOCIMIENTO: Cuando entiendo algo plenamente, se muere
. De ahí que me atraiga el ‘exilio’. Estar cómoda es saber lo que es posible a cada paso. Los acontecimientos están afianzados, tienen la protección de lo posible. Al girar la esquina nada sorprende.
CRÍTICOS: Los dos críticos mayores y más influyentes -Valéry; y después Blanchot.
CUALIDADES: Las cualidades que me atraen (alguien a quien amo debe tener al menos dos o tres): 1- Inteligencia. 2-Belleza; elegancia. 3- Douceur (delicadeza, dulzura). 4- Glamour; celebridad. 5- Fuerza. 6- Vitalidad; entusiasmo sexual; alegría; encanto. 7- Expresividad emocional, ternura (verbal, física), afecto.
CORAJE: Es una palabra que solo se puede emplear en tercera persona. El miedo, par contre, es un adjetivo de primera persona.
DAVID (su hijo): Estoy demasiado ‘cerca’ de David en el sentido de que me identifico con él
. Cuando paso mucho tiempo con él pierdo la noción de mi edad; acepto los límites de su mundo.
-apacigua mis fantasías de ser un chico. Me identifico con David, es el niño que habría querido ser –no necesito ser un chico porque él existe.
DESAMOR: Nunca voy a sobreponerme meramente a este dolor
. Estoy helada, paralizada, con los engranajes atascados. Solo se aliviará, disminuirá si de alguna manera puedo trasponer la emoción – como del dolor a la ira, de la desesperación a la conformidad. Tengo que activarme. Mientras me siga sintiendo como paciente  este dolor insoportable no me abandonará-.
ESCRIBIR: Vivo la escritura como algo que se me da –a veces, casi, como un dictado. Dejo que sobrevenga, trato de no interferir con ella. La respeto, porque soy yo y sin embargo es más que yo. Es personal y transpersonal, ambas.
-Creo que estoy preparada para escribir. Pensar con palabras, no con ideas
ESTADOS UNIDOS: La base calvinista de la ideología estadounidense: la naturaleza humana es en lo fundamental oscura, malévola, pecaminosa, egoísta y solo responde a motivos egoístas o materiales o competitivos.
ESTILO: La manera en que las cosas se nos presentan diseñadas para el placer.
LEALTAD: Mi lealtad al pasado –mi rasgo más peligroso, el que más me ha costado.
EXISTIR: Nada existe a menos que yo lo mantenga (por mi interés, o mi potencial interés). Esta es una ansiedad fundamental, sobre todo subliminal. Por lo tanto debo permanecer siempre, tanto en principio + de manera activa, interesada por todo. Adoptando como mi coto todo el conocimiento.
FAMA: Ser famosa a fin de tener acceso a la gente, de no estar sola.
GUERRA VIETMAN: Vietnam es la primera guerra televisada
. Un happening continuo. Estás allí. Los estadounidenses no pueden decir, como pudieron los alemanes –pero es que no nos enteramos.
HONOR: Honor. Honor. Honor. Dar lo mejor de sí misma siempre.
INDIFERENCIA: Mi experiencia más profunda es la indiferencia, más que la censura.
INTELIGENCIA: La inteligencia no es necesariamente algo bueno, algo que se haya de valorar o cultivar. Es más como una rueda de recambio –necesaria o deseable cuando las cosas se averían.
 Cuando todo va bien, es mejor ser estúpido… La estupidez tiene tanto valor como la inteligencia.
KENNEDY: Un asesinato: como una bombilla (foto panorámica) que destella en un boscaje sombrío, iluminando toda la vida oscura y asustada de los bosques. (Dallas-nov.1963)
LEALTAD: Mi lealtad al pasado –mi rasgo más peligroso, el que más me ha costado.
LIBERACIÓN FEMENINA: La liberación de la mujer debe ser la abolición de las convenciones sexuales específicas en todas las actividades –salvo la procreación y, quizá, algunos trabajos que requieren mucha fuerza física.
LITERATURA: El futuro de la ficción (la prosa narrativa) está cada vez más + más en decirlo todo (¿la supresión de lo anecdótico, lo particular?).
MADRE: M. no respondía cuando yo era niña.
 El peor castigo –y la mayor frustración. Siempre estaba ‘distante’- aunque no estuviera enfadada. (La bebida era síntoma de ello). Pero yo seguía intentándolo
- Mi ansiedad aguda + temor por su envejecimiento, por parecer vieja –en algún momento hasta deseé morir primero porque no sería capaz de soportar ver aquello- habría sido algo obsceno.
MORBOSIDAD: La estetización de la muerte. Véase el osario de las catacumbas de París.
La muerte se arregla para el espectador.
NOVELA: La novela como libertad: las únicas reglas que puede romper son las internas –las que ella misma dicta.
PAISAJES. Mis dos paisajes modélicos: el desierto (seco, duro, vacío, caliente) y el trópico (húmedo, pleno, incluso repleto, caliente)
PERSONAS: Joe dice que hay dos clases de personas –las que están interesadas en la propia transformación y las que no lo están.
 Ambas requieren la misma cantidad de energía
. Estoy de acuerdo con lo primero –y solo estoy interesada en las personas dedicadas a un proyecto de transformación propia. Pero con lo segundo: me gustaría poder creer algo tan optimista.
Me parece que se requiere mucha más energía para cambiar.
POP: El arte pop es el arte de los Beatles.
RELIGIÓN: En Estados Unidos, la religión equivale al comportamiento. Se deja de ir a la iglesia o a la sinagoga por las prohibiciones o el excesivo peso del ritual, no (como en Europa) por una crisis de fe o de creencias.
RENUNCIA: Renuncié en primer lugar a mi sexualidad.
 Renuncié a mi capacidad de comprenderme a mí misma como una persona ‘común’; renuncié a la mayor parte de las vías normales de acceso a mí, a mis sentimientos.
Renuncié a la confianza en mí misma en las relaciones personales. (…) Renuncié a tratar de ser atractiva.
SOLEDAD: Debo aprender a estar sola –y lo que he descubierto es que con David no es estar sola (a pesar de mi profunda soledad). Es todo un universo propio, al que me adapto.
Con David soy una persona diferente a cuando estoy sola.
-La soledad es interminable. Todo un mundo nuevo. El desierto.
SUEÑOS: Todos los sueños son modelo del propio análisis.
Los sueños burdos son las declaraciones ingenuas o análisis del ‘problema’ propio.
 El sueño útil es el más complejo, la declaración o dramatización menos reductiva. La parte importante del sueño es la declaración analítica, no la resolución narrativa.
TELEVISIÓN: Es el factor más insensiblizador de la sensibilidad moderna. (La TV altera todo el ritmo de la vida, las relaciones personales, el tejido social, la ética- todo ello apenas comienza a ser evidente. Nos obliga a pensar: ¿Qué es una imagen?)
URSS: La URSS no es el caso de una revolución que fracasó, sino el de una revolución totalitaria que triunfó.

* Susan Sontag: La concienca uncida a la carne. Diarios de madurez, 1964-1980. Editado por DAvid Rieff. Traducción de Aurelio Major. Literatura Random House. 516 páginas

 

El poeta de los ojos tristes..................................................Juan Cruz

La vida de Juan Gelman estaba marcada por la muerte de su hijo y su nuera a manos de la dictadura y la búsqueda de su nieta.

 

Juan Gelman, el poeta de los ojos tristes, era capaz de arrancarse de madrugada a rasguear la guitarra; en tiempos en que su pesadilla era más grande, pues buscaba con ahínco pero sin esperanza a su nieta secuestrada en 1976 por los golpistas de Videla, la poesía y esos instantes de la noche le devolvían a la vida, como si se la prestaran
. Esa larga historia que lo convirtió en huérfano de su hijo y en abuelo en perpetuo estado de incertidumbre lo llenó de pena, y “la pena”, dijo una vez con su enorme capacidad para la melancolía y el sarcasmo, “es un territorio muy amplio, probablemente argentino”
. Él nunca se quitó de veras la pena.
Cuando en 2000 apareció la nieta, una joven que había vivido hasta entonces con un matrimonio al que se la entregaron los militares, se alivió la pesadumbre pero mantuvo su rastro.
 Fue mucho pesar, él lo llevó con la dignidad personal de un combatiente
. A veces, cuando recitaba en público y aún existía esa sombra en su vida, cada verso era un esfuerzo y una rasgadura, como si llorara en voz baja
. Por eso asombraba en esos instantes en que le robaba a alguien la guitarra que riera y cantara como si fuera otro.
Esa búsqueda de la nieta fue la razón mayor de su tristeza, pero nunca fue un hombre vencido. Ahora, consciente de la enfermedad que acabó con su vida, tuvo energía aún para desear a sus amigos un año menos difícil.
 Volvió del hospital, donde entró y salió desde el último noviembre, porque quiso que fuera en su casa donde dijera adiós a todo esto.
Nació en Argentina en 1930.
 El golpe de Estado de Videla lo condujo al exilio en México, de donde jamás quiso volver a su país. Su nuera esperaba una criatura cuando la secuestraron; de ella y del hijo de Gelman no se supo nunca más; el poeta estaba seguro de que la criatura vivía en alguna parte.
 La movilización mundial a favor de su lucha por encontrarla chocó durante años contra la inepcia del Vaticano, al que acudió, y de los gobiernos uruguayo y argentino, pero contó con el apoyo de sus escritores, periodistas y activistas.
 Sus amigos José Saramago y Eduardo Galeano presidieron una campaña mundial a favor de la búsqueda de la nieta; esa campaña se intensificó cuando por fin hubo noticias que daban fe de que la muchacha existía, y en 2000 al fin se produjo ese encuentro. Macarena Gelman tiene ahora 35 años y vive en Uruguay.
 Esa noche del reencuentro su amigo Mario Benedetti dijo: “Hablé con Juan y está de lo más feliz”.
Esa noticia fue para él la emoción más grande de su vida.
 Su poesía, irónica y secreta, escrita desde la melancolía, vivió momentos más claros; pero él siguió siendo el poeta de los ojos tristes que a veces ocultaba la risa tras el bigote poblado.
Alto, desgarbado, Gelman caminaba dejando atrás, siempre, la estela del humo de su cigarrillo.
 Su voz tenía la cadencia del silencio; podía recitar ante miles, pero jamás levantó la voz.
 Últimamente había adelgazado mucho, de modo que cuando se desplazaba parecía que iba a volar tras el humo.
En el último mes de abril, cuando publicó su libro Hoy, de prosa poética, como muchos de los suyos, explicó aquí qué sintió cuando fue condenado uno de aquellos verdugos de su hijo
. “Entre los culpables del asesinato de mi hijo había un general que fue condenado a prisión perpetua. Pero cuando dictaron la sentencia yo no sentí nada.
Ni odio, ni alegría. Y me pregunté por qué, y eso me llevó a escribir, para preguntarme qué había pasado”. En esa conversación, Gelman resumió su disgusto con el papa Francisco, a quien había acudido cuando éste era el obispo Bergoglio en busca de ayuda para encontrar a su hijo.
 El obispo le dijo que no podía hacer nada, “pero ante la justicia declaró otra cosa, que había hecho gestiones sin éxito”.
Esa larga lucha (35 años buscando rastros de la vida de los suyos) no sólo lo marcó como persona, sino que llenó de amargura y sarcasmo su escritura.
 Él tenía, decía, “la confianza lastimada”.
También con respecto al porvenir del mundo.
Ese hombre está en sus versos.
Ganó los principales premios de la literatura en español: el Rulfo, el Reina Sofía de poesía, el Cervantes (en 2007).
 Para él, la poesía era “una forma de resistencia”, pero ese compromiso civil no alteró su manera de ser poeta. ¿Hermético?, se preguntaba. “No, lo que hago es respetar al lector, obligarlo a que lea por dentro”. En el Ateneo de Madrid, en uno de sus tumultuosos recitales, siete años después del hallazgo de la nieta, leyó su poema padre de entonces como si fueran a temblar sus manos, sus ojos, él entero:
 “Así que has vuelto / como si hubiera pasado nada / como si el campo de concentración no / como si hace veintitrés años / que no escucho tu voz ni te veo / han vuelto el oso verde tú / sobre todo larguísimo y yo / padre de entonces / hemos vuelto a tu hijar incesante / en estos hierros que nunca terminan / ¿Ya nunca cesarán? / ya nunca cesarás de cesar / vuelves y vuelves / y te tengo que explicar que estás muerto”.
 La ovación compungida de la gente fue la confirmación de que el público y el poeta se leyeron por dentro.
Esa historia fue su vida: el hijo muerto, la hija muerta, la nieta en un paradero sobre el que él arañaba. Todo eso seguía vivo en su mirada, por tanto en esos versos, padre de entonces.
  Fue comunista, periodista y resistente, la sombra de esa historia no le permitió jamás olvidar esa militancia contra el olvido.
Fue un resistente comprometido también con los cambios habidos en su país para revertir los efectos de la ley de punto final que había proclamado el presidente Alfonsín.
 Esa “impunidad espantosa” fue anulada por el presidente Kirchner y dio paso a las condenas de los represores, entre ellos los represores de su familia.
Y desde ese punto de vista defendió aquí al juez Garzón cuando éste trató de perseguir el franquismo y restituir la dignidad de los perseguidos durante la dictadura. “No entiendo”, dijo entonces, “el castigo a Garzón por rastrear la memoria”.
Un día le pregunté quién era. Y él dijo:
--Quién sabe. Yo, no.

14 ene 2014

Caminando sin desmayo hacia la luz...........................................Juan Ángel Vela del Campo

JAVIER DEL REAL
r
Afirma —o se pregunta— Tristán en su delirio final: “Oigo la luz”.
 Desde el año 2000 el video artista norteamericano Bill Viola inició una serie de trabajos explorando el tema de las pasiones
. Varios de ellos se vieron en Madrid en una memorable exposición en la Fundación La Caixa de febrero a mayo de 2005. Justamente en abril de ese año se estrenaba en la Opéra Bastille de París, de la mano de Peter Sellars y Gerard Mortier, su propuesta de Tristán und Isolde que ahora ha llegado a Madrid.
 A través de las alusiones al fuego, el agua, la naturaleza, la noche, el amor y la muerte, Sellars y Viola buscan, por encima de todo, la luz en su dimensión más espiritual.
 Para ello qué mejor apoyo que el de la música de Wagner en su obra más desmesuradamente romántica.
Es de sentido común integrar en el concepto de “obra de arte total” las aportaciones lingüísticas del videoarte.
 La necesidad de una actualización del romanticismo cobra así un sentido especial.
 Como decía Rüdiger Safranski, la pervivencia hasta la actualidad de lo romántico es “una actitud que, en palabras de Novalis, consiste en conferir a lo ordinario un sentido más elevado; a lo conocido dignidad de desconocido y a lo finito una apariencia de infinitud”.
Ver Tristán e Isolda de la manera que nos proponen Sellars y Viola es todo una experiencia para vivir el romanticismo desde nuestros días
. Sobre todo, en el sublime tercer acto, donde las cotas de integración entre el teatro y la creación plástica son excelsas.
 En los dos primeros la componente descriptiva y naturalista de Viola es, a pesar de su ingenio, bastante previsible. En el tercero su creatividad se desmelena a niveles de genialidad. Sellars aporta un concepto del movimiento escénico de serenidad casi oriental.
 La intensidad intelectual y emocional de la puesta en escena van a la par, en una exploración dialéctica inteligente del deseo y la compasión, el dolor y la lealtad, la esperanza y la incertidumbre.
 Desde la diferencia —nada que ver con lecturas escénicas tan sugerentes como las de Chéreau, Gruber o Muller, pongamos por caso—, el de Sellars y Viola es un espectáculo enriquecedor.
Camina sin desmayo hacia la luz. Y sugiere en ese esfuerzo muchas ideas.
El reparto vocal es estupendo.
 Sin ello no se apreciaría de la misma manera el talento de la parte visual.
 De entrada, Violeta Urmana está imponente como Isolda, por carácter y capacidad de introspección. Robert Dean Smith tiene más dificultades como Tristán, dentro de una adecuada línea de canto.
 Llega hasta el final con entidad y eso tiene mucho mérito en un papel como el suyo.
Franz-Josef Selig, Ekaterina Gubanova, y Jukka Rasilainen se defienden de mil maravillas, con convicción y clase, los personajes del Rey Marke, Brangäne y Kurwenal, respectivamente. Marc Piollet era una de las grandes incógnitas de la noche, al frente de la Sinfónica de Madrid. Sustituía a Currentzis, un director que ha calado hondo en el público madrileño.
 Pues bien, Piollet hizo una lectura efusiva, incluso apasionada, quizás demasiado incisiva en el volumen, pero siempre con temperamento y rigor. Respondió al reto que tenía encima, y la orquesta le siguió con profesionalidad y esmero.
Alguna leve protesta aislada para el equipo escénico, no impide resaltar el clima de éxito al final de la primera representación.
 De momento el teatro Real ha colgado el cartel de “no hay localidades” para todas las representaciones de Tristán e Isolda. Wagner sigue teniendo tirón en Madrid.
 Y las propuestas con ambición estética, mal que les pese a algunos, también.