Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 ene 2014

Decálogo para una vida plena


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La sensación de plenitud depende de las pequeñas decisiones con la que alimentamos nuestro día a día y que dependen, una vez más, de nosotros mismos. Veamos a continuación cuáles son, conforme la propuesta de Sonja Lyubomirsky, profesora de la Universidad de California:
  1. Manifiesta gratitud: Es difícil ser feliz si no valoramos lo que tenemos. Pensar con gratitud nos ayuda a saborear las experiencias positivas, a reforzar la autoestima y el amor propio. La gratitud es el antídoto, además, para evitar la queja. Por ello, si antes de dormir revisamos tres cosas buenas que nos han sucedido hoy, vamos incorporando el hábito de agradecimiento.
  2. Cultiva el optimismo: Lyubomirsky propone una actividad llamada “el diario del mejor yo posible”, que consiste en visualizar y escribir sobre cómo nos gustaría ser en un futuro. En este apartado, no deberíamos concentrarnos en bienes materiales, sino en nosotros; en nuestros valores, comportamientos que querríamos desarrollar en un tiempo. Por ejemplo, poder vivir más espacios de ternura, tener más paciencia o entusiasmarme más con mis proyectos. 
  3. Evita darle vueltas a las cosas y las comparaciones sociales: El compararnos con el resto es un poso seguro de infelicidad. Si nos creemos mejores, nos da un sentido de superioridad insano. Si nos consideramos peores, desmerecemos nuestro trabajo y el progreso que hayamos conseguido. El reto consiste en convertirnos en la mejor expresión de nosotros mismos, más allá de lo que hagan otros. Además de lo anterior, cuando pensamos demasiado ó damos vueltas a las cosas de forma innecesaria, nos desgastamos profundamente. Necesitamos desarrollar estrategias defensivas para distraernos de los pensamientos negativos. Por ejemplo, si nos asalta una idea nociva, acudir rápidamente a un recuerdo bonito, a una imagen que nos dé paz o incluso a una canción. No olvidemos que somos nosotros quienes podemos alimentar o no los pensamientos.
  4. Sé amable: Los estudios de Seligman señalan que ser genero­sos y atentos con los demás, aunque sea un solo día a la semana, nos permite registrar un incremento de su felicidad considerable. Por ello, no es de extrañar que cuando nos rodeamos de personas con comportamientos agradables, los niveles de estrés se reducen. Por ello, incorporar la amabilidad (y la ternura) en nuestro día es un requisito para disponer de una vida plena.
  5. Cuida las relaciones sociales: Dedicar tiempo a comunicarse, manifestar apo­yo y lealtad son algunas de las actividades que han demostrado efica­cia para incrementar los niveles de felicidad. La amistad es una de las grandes riquezas que podemos cultivar como hemos comentado en otro artículo.
  6. Desarrolla estrategias de afrontamiento: Afrontar es lo que hacemos para aliviar el dolor o el estrés provocados por un acontecimiento negativo. La negación es un actitud que alimenta el conflicto. Por ello, es recomendable buscar canales para expresar lo que nos duele y con ello, poder afrontarlos. Y los hay de diversa índoles: desde una buena conversación a cualquier expresión artística, como la escritura o la pintura.
  7. Aprende a perdonar: Las personas que perdonan manifiestan una disminución de sus emociones negativas y un aumento de su autoestima y su esperanza. Lyubomirsky nos presenta varios ejercicios para aprender a perdonar, como apreciar ser perdonado: imaginar el perdón, escribir una carta de disculpas, ser más empáticos o atribuir cierta bondad o generosidad al transgresor.
  8. Saborea las alegrías de la vida: Los investigadores definen el disfrute como los pensamientos o comportamientos que son capaces de generar, intensificar y prolongar el placer. Actividades como saborear las experiencias comunes, disfru­tar y rememorar con familiares y amigos, festejar las buenas noticias o permanecer abierto a la belleza y la excelencia, permiten incrementar nuestra sensación de plenitud… Por cierto, ¿hace cuánto que no celebras un éxito por pequeño que sea?
  9. Comprométete con tus objetivos: Los comienzos del año suelen ser un buen momento para revisar nuestros objetivos, como comentamos en el último artículo. En este apartado, hemos de escogerlos para que estén en armonía con otros objetivos personales y con la flexibilidad suficiente para dejarnos sorprender por lo que la vida muchas veces nos ofrece.
  10. Cuida de tu cuerpo: La meditación, la actividad física y el actuar como una persona feliz (es decir, expresar las emociones positivas con gestos como reír o sonreír) son hábitos que nos ayudan a sentirnos mejor. En cuerpos erosionados es más difícil, por no decir imposible, cultivar una vida plena.

Las anteriores acciones podemos poner en marchar en cualquier momento para trabajar por nuestro bienestar, porque como dijo sabiamente Abraham Lincoln
“La mayoría de las personas son tan felices como ellos preparan a su mente para serlo”
  
Basado en el libro: Sonja Lyubomirsky: La ciencia de la felicidad: un método probado para conseguir  el bienestar, Barcelona, Ediciones Urano, 2008.
Imagen: La felicidad de Paul Gauguin

La cosecha, según las críticas de Carlos Boyero

Repasamos las frases más destacadas de la opinión del crítico de cine sobre las principales favoritas a los Goya 2014.

Una imagen promocional de 'Las brujas de Zugarramurdi'.

La gran familia española (Daniel Sánchez Arévalo). “Me divertí moderadamente”.
Las brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia). (...) “Hace mucho tiempo que no sonreía, reía y me asaltaba la carcajada en el cine como en la primera hora de este frenético delirio (...) Álex de la Iglesia está ansioso por montar el gran aquelarre.
Y cuando este llega, me abruma su ruido y su desmadre, me suena a ya visto y oído en tanta superproducción rutinaria volcada en la acumulación de efectos especiales (...)”.
La herida (Fernando Franco). (...) “A los 15 minutos estoy deseando perderla de vista. No comprendo las intenciones de esta árida, fría y desagradable película”.
Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba). “Esta historia con desarrollo peligroso, que se prestaba al edulcoramiento, la anécdota alargada, la poetización simplista, la conclusión de que en el fondo todo el mundo es bueno, está contada por David Trueba con arte, sutileza, emoción y gracia”.
Caníbal (Manuel Martín Cuenca). “En Caníbal tengo la sensación de que me da igual el pasado, presente y futuro de su protagonista, que ni su tortura mental, ni el enamoramiento que le impide ser fiel a sus depredadores instintos, ni su impenetrable soledad, me conmueven lo más mínimo”.
15 años y un día (Gracia Querejeta). “Supera la corrección pero no me apasiona en ningún momento. Y se supone que están hablando de sentimientos intensos, de relaciones cruzadas y complejas, de personajes heridos (...) Pero ese despliegue de humanidad no logra transmitirme ni frío ni calor”.

 

7 ene 2014

Saint Laurent, aprobado por quien más le quiso

Debo confesar que tengo una debilidad( como cantaba Machín) por ese mundo tan alejado de mi, y esas personas que lo vivieron a tope, los grandes Diseñadores de antes, hombres con mucha imaginación y elegancia con su mundo particular de los "gays", no todos lo son, pero bueno no es importante, ellos fabricaban una vida a su manera, pero para Mujeres, Y no dejando nunca atrás, dios me libre, a Coo Chanel, mujer que encajaba en esos estereotipos masculinos, que optó por la sencillez y por sus famosos perfumes, una mujer no guapa, pero muy atractiva, los de ahora buscan la originalidad en resaltar ellos
por encima de la Marca. y Ahí está su fracaso, no se puede ser más de lo que van a comprar las mujeres y hombres sofisticados. No hacer alarde de la Marca por cara, sino por su diseño.

Se estrena la primera de las películas sobre el fallecido modisto que refleja su exitosa carrera y su tumultuosa relación con Pierre Bergé, que ha dado el visto bueno al filme.

Pierre Niney, que interpreta a Yves Saint Laurent.

Más de cinco años después de la muerte de Yves Saint Laurent, el inventor del esmoquin para mujeres que revolucionó el mundo de la moda, resucita en la gran pantalla por partida doble.
  El primero y esperado biopic sobre el genio francés con aires de poetas maldito, dirigido por Jalil Lespert, se estrena entre gran expectación este miércoles en los cines franceses, una cinta en la que destaca la aplaudida interpretación del joven Pierre Nimey
. A diferencia de la película sobre el modista que ultima también el cineasta Bertrant Bonello, prevista para el mes de mayo, cuenta con el visto bueno de Pierre Bergé, el inseparable compañero sentimental y empresarial de Saint Laurent, que posee los derechos morales de su obra.
“Quería contar una historia de amor que tuviera aliento y que fuera épica. También quería poner en escena a unos personajes que luchan por sus sueños”, relata Lespert en la presentación oficial de la película, libremente adaptada de la biografía que Laurence Benaïm dedicó al modista nacido en Orán, en la Argelia francesa, en 1936 y fallecido en París en 2008.
“Sin el acuerdo de Pierre Bergé, no hubiera hecho la película. Cuando uno se detiene sobre la vida de Yves Saint Laurent, Pierre Bergé forma parte integrante de su universo: si hablas de uno, estás obligado a hablar del otro”.
La película, sobriamente titulada Yves Saint Laurent, recorre así la eclosión de Saint Laurent a lo largo de dos décadas, entre 1956 y 1976, a través de la su tumultuosa relación con Bergé. Llegado a París con apenas 19 años como asistente de Christian Dior, es propuesto como director artístico tras la repentina muerte de su mentor en 1957.
Conoce a Bergé en el desfile de su primera colección al año siguiente. Es el inicio de una mítica colaboración, que llevará a la creación de la casa Yves Saint Laurent en 1962 y que, pese a los altibajos, durará hasta la muerte del modista.
“El talento, lo tienes tú. El resto, me ocupo yo”, resume de entrada en la cinta Bergé, interpretado por Guillaume Gallienne.
En la piel del modista, un jovencito Pierre Nimey, de 24 años y al igual que Gallienne miembro de la prestigiosa Comédie Française, borda una interpretación que explora los demonios del sulfuroso genio, con sus depresiones, sus excesos con el alcohol y las drogas y sus infidelidades.
 Al parecido físico de partida, acentuado con el uso de unas gafas auténticas del Saint Laurent y una prótesis nasal, el actor recrea a la perfección la dicción y la gestual del maestro, conocido por su enorme timidez.
En esta odisea no podían faltar las grandes musas de creador, con Charlotte Le Bon en la piel de Victoire, Laura Smet en la de Loulou de la Falaise y Marie de Villepin, hija del ex primer ministro francés, Dominique de Villepin, en la de su gran amiga Betty Catroux.
La cinta ha contado también con la colaboración de la Fundación Bergé-Saint Laurent.
 Utiliza así los vestidos originales, verdaderas obras de arte sacadas de los museos para la ocasión, como la histórica colección Mondrian o la mágica serie del Ballet ruso presentado en 1976, con la que culmina la película.
 Las escenas se han rodado en la medida de lo posible en los lugares originales, como su estudio parisiense o el antiguo Hotel Intercontinental, hoy Hotel Westin, testigo de sus concurridos desfiles.
Con muchas menos facilidades, el cineasta Bertrant Bonello no ha renunciado a su proyecto de hacer su propio retrato del modista.
Vetado por el propio Bergé, que amenaza con llevarle a los tribunales, Bonello ha decidido alejarse de la historia de amor para centrarse en la carrera de Saint Laurent entre 1965, cuando creó el esmoquin para mujeres, y finaliza igualmente en 1976
. La película, que se estrena en mayo, cuenta con Gaspard Ulliel en la piel de modista.

 

Rogelia y los otros niños.......................................Rosa Montero

No quisiera amargarte la fiesta de Reyes, una fecha mágica para los más pequeños: recuerdo que, en mi primera infancia, esa noche era la mejor de todas las Navidades
. Pero acabo de toparme con la magnífica campaña que ha hecho este año Ayuda en Acción, titulada “Dile al hambre que se meta con alguien de su tamaño” y centrada en el sufrimiento de los niños en todo el mundo, y la verdad es que no puedo quitarme los datos de la cabeza.
 Unos 400 millones de niños viven en el mundo en la pobreza extrema. ¡¡¡Y de las 25.000 personas que mueren cada día de hambre en el planeta, el 75% son niños menores de cinco años!!!
 Porque el hambre no sólo mata de manera instantánea, es decir, los críos no sólo fallecen por pura inanición, sino por todos los males añadidos a la malnutrición extrema: enfermedades y raquitismo.
Por desgracia, todo este sufrimiento no es algo que nos pille de lejos: ahora mismo hay en España más de dos millones de chavales bajo el umbral de la pobreza, y eso significa niños sub­ali­mentados, que no se defienden igual ante las infecciones, que no crecen como deberían, que no se desarrollan intelectualmente de una manera plena.
Me consta, lo sé, que hay ni­­ños en España que no van al colegio porque no tienen zapatos que calzarse (los pies de los niños tienen la mala costumbre de crecer y crecer).
 Por no hablar del acceso a los libros de texto.
 Miles de niños están asistiendo este año a clase sin haberse podido comprar el material escolar.
Pedro sueña con costearle estudios a su hija para que llegue a ser funcionaria pública
Pero si ampliamos esa mirada hasta abarcar el planeta entero, los datos ya son para echarse a llorar. Doscientos millones de niños menores de cinco años carecen de todo tipo de atención sanitaria.
 Y 180 millones de críos de la misma edad padecen una desnutrición crónica que, aunque no les mate, provocará previsiblemente daños irreversibles en su desarrollo.
 No sólo nos estamos jugando el dolor del presente, sino también el sufrimiento futuro de una buena parte de la población mundial.
Y estos son los casos extremos.
 Sin llegar hasta la línea oscura de la carencia total, lo cierto es que hay cientos de millones de niños en el mundo con unas vidas muy difíciles.
 La gente de Ayuda en Acción me ha contado, por ejemplo, la vida de Rogelia, una boliviana de ocho años que vive en Santa Rosalía, una remota comunidad rural a la que se llega por un caminejo sin asfaltar que queda convertido en un impracticable lodazal en cuanto caen dos gotas.
 La casa es una choza de suelo de tierra que también sirve de almacén para los pocos alimentos que producen y que son su único sustento: patata, maíz, trigo y haba.
 No tienen luz y, para conseguir agua, el padre de Rogelia, Pedro, tiene que caminar hora y media cada día con un cántaro a la espalda. Mientras tanto, Rogelia y su hermana mayor se ocupan de la comida (cocinan en un pequeño horno de adoba fuera de la vivienda) y de los animales.
 La madre de Rogelia murió hace unos años de un ictus cerebral
. Cuando le dio el ataque, Pedro tuvo que ir a pie, es decir, corriendo, hasta Yamparáez, el municipio más cercano, para pedir una ambulancia. Cuando la mujer llegó al hospital ya no había nada que hacer.
Y, a pesar de todo, Rogelia tiene suerte
. En primer lugar, por vivir a tan sólo 400 metros de la escuela, lo que le permite estudiar más fácilmente (muchos de sus compañeros tienen que caminar dos horas hasta llegar a clase), y en segundo lugar, porque su padre desea que la niña estudie, cosa que no es normal.
 Muy pocos niños de estas comunidades rurales cursan secundaria; las escuelas locales solo dan primaria y las familias no pueden permitirse enviar a los niños a la ciudad a seguir estudiando.
 La mayoría de los adolescentes se ponen a trabajar: ellos en la construcción y ellas en el servicio doméstico. Pero Pedro sueña con costearle estudios a Rogelia para que llegue a ser funcionaria pública
. Esa ambición, que a nosotros nos puede parecer hasta menor, es para ellos casi tan difícil como llegar a Marte.
A través de Ayuda en Acción podemos ayudar a que esos sueños básicos de Rogelia y de Pedro se cumplan. Podemos mejorar la situación de los niños en el mundo y también en España. La ONG siempre ha trabajado en el extranjero: hasta ahora todos sus proyectos han sido internacionales.
 Pero este año, empujada por la crisis, ha abierto una línea en España para apoyar las necesidades básicas de la infancia: nutrición, ropa, libros.
 Para ello colaboran con 20 centros educativos que atienden a más de 6.500 alumnos en nueve localidades de seis comunidades autónomas.
 Puedes hacerte socio de Ayuda en Acción y dedicar tu dinero sólo a España, por ejemplo.
Para saber más, basta con googlear Ayuda en Acción-Dile al hambre.
 Ese sí que sería un gran regalo de Reyes para todos esos niños.
@BrunaHusky
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