Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 ene 2014

Si todo nos iba de culo, ahora más.

Angela Merkel se rompe la pelvis mientras esquiaba.

 

Angela Merkel, en una jornada de esquí esta Navidad. / CORDON

La canciller Angela Merkel, de 59 años, tiene una conocida debilidad por el deporte y, para ella y su esposo, el químico Joachim Sauer, las vacaciones de invierno en el exquisito balneario suizo de Engadin se han convertido en un ritual casi sagrado, donde ambos practican el esquí de fondo.
Pero este año, el ritual estuvo a punto de convertirse en una pesadilla a causa de un accidente que sufrió la canciller mientras esquiaba y que la causó una fractura del anillo pélvico interior izquierdo.
El accidente, dado a conocer por su portavoz, Steffen Seibert, desplazó las malas noticias a un segundo plano y atrajo la atención de medio Berlín, cuando se supo que la mujer más poderosa del mundo, según la revista Forbes debía cancelar prácticamente todas sus actividades y guardar reposo, al menos, durante tres semanas
“Se trata de una contusión severa asociada a una fractura incompleta del anillo pélvico interior izquierdo”, dijo el portavoz, al señalar que los médicos le han recomendado reposo absoluto y que el accidente le impide viajar. “Se cayó mientras hacía esquí de fondo y partimos de la base que iba a baja velocidad. La canciller está completamente para seguir trabajar y también para comunicarse”, añadió
Cada año, Merkel y su esposo, se refugian en Engadin para disfrutar de la paz, el anonimato y de su deporte favorito.
 El exclusivo balneario es visitado por todos los personajes famosos que odian los reflectores y los paparazzis, una moda que invade otro pueblo famoso ubicado a tan solo 10 kilómetros de distancia: St. Moritz.
El portavoz no precisó cuando ocurrió el accidente, pero con seguridad este tuvo lugar hace ya varios días, ya que todo estaba programado para que Merkel reiniciara sus actividades este lunes. La canciller había regresado a Berlín poco después de las navidades y su última actividad oficial fue grabar, el 30 de diciembre, el mensaje de Fin de año que dirige a la nación.
Por precaución Merkel se dejó examinar, el viernes, por un médico quien le detectó la fractura parcial. A pesar del accidente, la canciller tiene previsto este miércoles dirigir la primera reunión de gabinete del Gobierno de gran coalición.
Pero Merkel, que necesitará de un andador para poder caminar, tuvo que cancelar un viaje que tenía previsto hacer a Polonia este miércoles y una entrevista con el nuevo primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, programada para el jueves de esta semana.
En la primera comunicación oficial sobre el accidente, el portavoz no dio detalles de cómo se había producido, pero el periódico Bild ha señalado en su pagina web que la causa se podría deber a la “fatiga de material” de sus esquie
s. Merkel, usa los mismos desde hace 20 años, que fueron construidos por la firma Germina Alpha CS, una fábrica de la ex RDA.
La canciller, además de practicar con asiduidad el esquí de fondo es una amante de la montaña. Los veranos suele pasarlos haciendo senderismo.
 Cada año, la canciller y su esposo se convierten en excursionistas en Solde, un pequeño pueblo ubicado en los Alpes italianos a 1900 metros de altura, habitado por unas 400 personas y donde el habitante más ilustre y famoso no es otro que Reinhold Messner, el hombre que desafió a la naturaleza escalando montañas de ocho milo metros sin máscara de oxígeno y cruzando desiertos feroces a pie.
El destino vacacional de Merkel fue revelado, casi por casualidad, hace ya varios años y aunque toda la prensa alemana conoce el lugar donde se hospeda la canciller y su esposo, -el Hotel Marlet, un establecimiento de cuatro estrellas y que cobra unos 160 euros diarios con régimen de media pensión-, nadie ha querido asomar la nariz para intentar captar imágenes indiscretas, como sucede durante las vacaciones de Semana Santa, que suele pasar en Ischia.
 En la isla, la canciller fue fotografiada cambiándose el bañador en la piscina y en sus últimas vacaciones, los paparazzis se dieron una fiesta captando imágenes de Merkel, su esposo, el hijo de este y sus nietos jugando en la playa.
En Solde es otra cosa. El pueblito ubicado en Trestino Alto Adige, una región donde se habla alemán, la privacidad tiene prioridad.
 Durante dos semanas, la pareja se viste cada dia con ropas apropiadas para realizar largas caminatas y, de vez en cuando, se atreven a escalar las montañas poco peligrosas.
 “Angela Merkel es muy buena para caminar y cuando estamos de excursión no hablamos de política, sino sobre las montañas y la naturaleza”, confesó el alpinista, quien se ha convertido con el tiempo en un amigo personal de Merkel, pero también en su guía preferido.

El paro se triplica y se superan los registros históricos de desamparo

El Parlamento Europeo abordará las consecuencias sociales de los rescates.

Un hombre come en un albergue de Cáritas en Roma en 2009. / Stefano Montesi (© Stefano Montesi/Demotix/Corbis)

El estado de excepción económica impuesto en Europa en los últimos años ha hecho que Gobiernos elegidos democráticamente fueran sustituidos por tecnócratas; ha impulsado cambios constitucionales a la velocidad del rayo dictados por el Banco Central Europeo (BCE); ha logrado, en fin, que cualquier consideración política quedara supeditada a la respuesta de los todopoderosos mercados. Tras más de un lustro de crisis, estos tiempos parecen estar llegando a su fin.
Y es justo ahora cuando instituciones como el Parlamento Europeo —presionado por unas elecciones inminentes de resultado incierto— tratan de tomar la iniciativa política y hacer recuento de daños.
La Comisión de Economía de la Eurocámara ya prepara un informe sobre la legitimidad democrática con la que actuó la troika (Comisión Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional) en los cuatro rescates en la eurozona.
 Los responsables del informe sobre la troika viajarán este mes a los cuatro países rescatados y recibirán en Estrasburgo las explicaciones del comisario europeo Olli Rehn, del expresidente del BCE Jean-Claude Trichet, y del director del fondo de rescate, Klaus Regling.
Otra iniciativa, de la Comisión de Empleo, se centrará en los daños sociales que ocasionaron los programas de ayuda en Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre.
 España queda fuera porque su rescate se circunscribió a la banca.
Un informe redactado por el eurodiputado socialista español Alejandro Cercas, que confía en llevar al pleno de Estrasburgo en marzo, se centrará en los efectos que las políticas impuestas por la troika han tenido en esos países sobre el empleo, la pobreza, el abandono escolar prematuro y el diálogo social.
“En tres años se ha triplicado el desempleo, se han destruido millones de puestos de trabajo y se han superado los registros históricos de pobreza. Se ha aprovechado la crisis para destruir el modelo social nacional”, resume Cercas.
El informe no solo responsabiliza al BCE, la Comisión y al Eurogrupo —los ministros de Economía de la zona euro— de las consecuencias de las políticas impuestas, también critica que estos programas se diseñaron sin una estimación de sus efectos perniciosos.
El texto de Cercas reclama a la Comisión un informe que recoja “los daños a medio y a largo plazo en los sistemas de protección social, especialmente en lo relacionado con la lucha contra la pobreza, el mantenimiento de un diálogo social fluido y el equilibrio entre flexibilidad y seguridad en las relaciones laborales”
. Si Estrasburgo aprueba ese informe de Cercas, se reclamará a la UE que diseñe planes de impulso para “apoyar con los recursos financieros necesarios la recuperación de los niveles de protección social”.
Recuerda además que en Grecia más de la mitad de los jóvenes están desempleados, mientras que el porcentaje en Irlanda y Portugal supera el 30%; y alerta de la situación de desventaja que sufren los parados de larga duración, las mujeres, los inmigrantes y los discapacitados.
 “A lo largo de los últimos cuatro años se han destruido en los cuatro países dos millones de empleos, lo que supone un 15% de los puestos de trabajo existentes”, añade.
“Denunciamos que la población en riesgo de pobreza o exclusión social ha aumentado.
Solo durante los últimos tres años, este colectivo ha aumentado un 26% en Portugal y un 15% en Irlanda, aunque estas estadísticas esconden una realidad aún más dura”, prosigue
. Además, los préstamos de la troika incluían recomendaciones para recortar elementos fundamentales en la lucha contra la pobreza como pensiones, servicios sanitarios y farmacéuticos para las capas más vulnerables de la población.

 

5 ene 2014

En La Flor de La Vida










Gaspard Dassonville tiene 63 años. Pese a que es un afamado productor y presentador de televisión, Gaspard se resiste a la idea de que está en el ocaso de su carrera.
 De la noche a la mañana, Gaspard perderá su empleo y, por otro lado, se verá obligado a acoger en su casa a Hubert, su anciano y rebelde padre, con quien hace muchos años mantiene una tensa y distante relación. Hubert detesta a todas las asistentas que le impone su hijo y les hace la vida imposible para forzar su dimisión, hasta que Zana irrumpe en la vida de ambos para darle un nuevo sentido y demostrarles que la vida tiene valor por los pequeños gestos cotidianos de aquellos que tenemos más cerca.
No deja de ser una buena Película que pudiendo ser triste la ves con una sonrisa.

 

Dos Escritores tan diferentes y tan amigos:Noches armadas de Reyes.................Javier Marías

Pérez-Reverte me está armando. Literalmente.
 Me está llenando la casa de armas, y la cosa, poco a poco, me va trayendo consecuencias.
Para que nadie se escandalice con el puritanismo habitual de esta época, aclararé que se trata de réplicas inofensivas, pero tan bien hechas que parecen de verdad.
Desde hace siete años, adoptó la amable costumbre de regalarme algo cada Navidad, quizá a raíz de la consulta que hube de hacerle sobre el funcionamiento de una vieja pistola Llama, para una de mis novelas. Él, ya saben, anduvo una larga temporada como corresponsal bélico, y entiende de estas herramientas.
 De hecho, por las descripciones que he leído en entrevistas, su casa debe de parecer, a estas alturas, un anexo del Museo de la Guerra.
 Así que, como casi todo coleccionista, me va inculcando su afición a golpe de cuchillos –moneda siempre por medio– y pistolas.
La primera pieza, con todo, fue sólo un complemento: un bonito y favorecedor casco de los que llevaban los ingleses en la India, en Zululandia y en otros lugares, que se unió al salacot que ya tenía, heredado de mi padre. Como imaginarán, es imposible disponer de algo así sin caer en la tentación de ponérselo de vez en cuando
. En una ocasión una periodista extranjera me pilló con el casco en la cabeza, le abrí la puerta sin acordarme de que me lo había encasquetado hacía un rato.
 “De expedición, veo”, no pudo resistirse a decirme. Luego vino una bayoneta de Kalashnikov, y a continuación un puñal Fairbairn-Sykes, inspirado en los de los gangsters chinos de los años 30 y que fue el utilizado por los comandos británicos de la Segunda Guerra Mundial. Y después otro, el de los marines americanos (los dos últimos de hoja pavonada, para que no reluzca en la oscuridad y delate al que los empuña).
 Y ahora llevamos tres Navidades con armas de fuego: primero un Colt, yo diría que el modelo de 1873, pero que Jacinto Antón no me haga caso.
Le siguió una Webley & Scott de 1915, también británica, con su correa y todo, y que no desentona lo más mínimo con el casco colonial (llamémoslo así) que inició esta tradición.
No hace falta decir que le correspondo con alguna antigüedad, si la encuentro: un larguísimo catalejo que perteneció a un ballenero de Hull, un abrecartas forjado por un soldado de la Primera Guerra Mundial, pone “Yser”, así que debió de hacerlo alguien que detuvo a los alemanes en ese río, en octubre de 1914.
Como ven, mis regalos son más civiles. Pero claro, a medida que se ha producido la escalada armamentística en mi piso, noto que Aurora, mujer alegre y encantadora que viene a trabajar tres mañanas por semana, me mira de vez en cuando con una mezcla de preocupación y lástima.
 Como es también muy discreta, nunca me ha dicho nada ni me ha preguntado por la paulatina proliferación, pero, según crece el arsenal aparente, debe de pensar: “¿Pero qué le está pasando a este hombre? Si antes era de lo más apacible”. En cuanto a Mercedes, asimismo encantadora y que trabaja conmigo otras tres mañanas, advierto que a veces lanza miradas aprensivas, primero a mí, luego a las armas expuestas sobre una mesa, luego a mí de nuevo, como si temiera que un día me voy a abalanzar sobre ellas y a organizar un estropicio
. Y cuando viene la risueña Carme unos días, ella sí enterada de la procedencia, cada vez que descubre una nueva le entra un ataque de risa y no puede evitar burlarse: “Pero dónde vas con tanta pistola.
 Sólo te faltan unas cartucheras cruzadas y un sombrero en la nuca para parecer Pancho Villa”
. En suma, me he convertido en motivo de preocupación, temor y befa para quienes me rodean. No quiero ni imaginarme cuál será el veredicto de los periodistas que por aquí aparecen
. Concluirán que soy un fanático.
El Capitán Alatriste ha echado por tierra el poco respeto que pudieran tenerme mis colegas académicos
Este año ha tocado una Luger, la icónica pistola alemana de 1908, y a Arturo no se le ocurrió otra cosa que llevármela hace cuatro jueves a la Real Academia Española.
 Aprovechando el “recreo” –el intervalo entre sesiones, en el que nuestros colegas departen civilizadamente en la Sala de Pastas–, nos fuimos a un pasillo alejado para que me enseñara el funcionamiento.
 Así que allí estábamos los dos, jugando con la réplica de la Luger y probándola como críos (“¿Te imaginas que hubiéramos tenido una tan perfecta de niños?”, me decía Pérez-Reverte, y yo le contestaba: “Habríamos tenido que esconderla, nos la habrían confiscado”), cuando hubo un inesperado desplazamiento de venerables –bueno, la mayoría–, y nos pillaron con las manos en la masa, apuntando a los techos, amartillando y dándole una y otra vez al gatillo.
 Algunos nos miraron con reprobación (los más pacifistas), otros con severidad (filólogos y lingüistas sobre todo, varios no suelen estar para bromas), otros con sobresalto (los más aprensivos, debieron de creer que era de verdad la pistola y que podíamos soltar un tiro en la docta casa, profanándola), y unos pocos se acercaron a participar del juego.
El Profesor Rico, para variar, nos soltó una impertinencia: “¿Leoncitos a mí?”, nos dijo. “Vaya par de macarras estáis hechos, tratando de amedrentar a las lumbreras”.
En fin, no sólo ha fomentado el Capitán Alatriste la desconfianza de mis allegados en casa, no sólo ha conseguido que los periodistas me tengan por un maniaco, sino que ha echado por tierra el poco respeto que pudieran dispensarme mis colegas académicos, que ya me verán para siempre como a un pueril irresponsable, un inconsciente.
 Eso sí, las armas son todas preciosas.
elpaissemanal@elpais.es