Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 ene 2014

Las memorias inesperadas y dolorosas de Mario Muchnik............................Juan Cruz

El prestigioso editor comparte sus recuerdos más íntimos en su última obra autobiográfica: 'Ajuste de cuentos'. Aunque dice estar en la ruina no deja de sonreír.

El editor y escritor Mario Muchnik. / Bernardo Pérez (EL PAÍS)

A este hombre, Mario Muchnik (Buenos Aires, 1931), se le puede adjudicar aquella descripción firmada por Ernest Hemingway: “Conoció la angustia y el dolor pero nunca estuvo triste una mañana”.
Ahora, cuando ya pasó los 80, desposeído poco a poco de las armas que tuvo como editor, en la ruina, según su juicio, ha contado en Ajuste de cuentos (El Aleph) las razones que hay detrás de esa risa con la que encantó a sus autores (desde Susan Sontag hasta Julio Cortázar) y a otros editores en las interminables noches del Frankfurter Hof, donde en un tiempo fue uno de los monarcas de la edición europea.

Editor emblemático

Autor y editor. Esa es la contribución de Mario Muchnik, doctor en física, al mundo del libro
. Allí llegó en 1966, tras abandonar la física
. Dos años más tarde empezó a trabajar en París con Robert Laffont y en 1973, en Barcelona, fundó con su padre, Muchnik Editores
. Hoy ese sello emblemático en España se llama El Aleph, del grupo Planeta.
 Luego él creo otra editorial intependiente: El taller de Mario Muchnik.
 Ha sido el artífice de la primera edición en España de autores como Elias Canetti, Elie Wiesel y Primo Levi.
Ajuste de cuentos (El Aleph) es el quinto volumen de sus memorias iniciadas con Lo peor no son los autores.
Esas razones para seguir riendo se resumen en un nombre propio, su mujer, Nicole, y en un sentimiento, el amor. “Ella y yo somos uno, por eso río”.
Así que ahora está, digamos, en la cresta de la angustia y el dolor, pues no tiene ni trabajo ni dinero, pero sigue sin estar triste una mañana. Siempre encontró razones para sobrevivir.
Este libro, publicado por uno de los sellos de Planeta (El Aleph en un tiempo se llamó Mario Muchnik), es el relato de sus sucesivas supervivencias y es también un recuento inesperado: hasta ahora Muchnik, que estudió física en Columbia y ejerció en Roma y en seguida se hizo editor, fotógrafo y viajero, había contado (Lo peor no son los autores, Oficio editor) sus jugosas experiencias editoriales.
Pero Muchnik nunca había sido tan íntimo, tan desgarrado, en el ajuste de su recuerdo.
 Le rondaba en la cabeza volver a la infancia y “al interior de mí mismo” y empezó a escribir por ahí.
Por eso Buenos Aires es el primer personaje, el más intrépido y melancólico de su recuento; nunca volverá a Buenos Aires, pero su descripción de esa ciudad y de ese tiempo es tan minuciosa que parece que jamás la dejó. “Describo una ciudad amable y divertida, que así era para un chico”.
Pero Argentina lo golpeó en la cara, como a tantos, en 1976, cuando los militares dieron el golpe
. “Buenos Aires no era bella, es bella su gente; el campo, el altiplano, la cordillera, la gente argentina es sencilla, limpia de cabeza”.
Esos lugares fueron barridos por el horror militar. “¿A qué volver entonces?”.
 En Argentina, dice, “convive lo mejor y lo peor; ahora el Ejército ha sido castrado, pero en aquella época era dueño y señor de todas nuestras vidas, y eso era espantoso”.
Está en la cresta de la angustia y el dolor, pues no tiene ni trabajo ni dinero, pero sigue sin estar triste una mañana
El padre, Jacobo, un publicista y editor de éxito, le regaló un capricho cuando aún no había cumplido los 30. “Yo había visto Vacaciones en Roma, cuando acabé la carrera, y caí seducido por la belleza de Audrey Hepburn, así que le pedí a mi padre que me pagara un viaje de ida en tercera a Génova”.
 Con cuatro perras se hizo la vida hasta Roma, trabajó allí, allí halló el amor (Nicole). “Sin ella no sé hacer nada; ella creía que yo me cansaría cuando ella hubiera cumplido cuarenta, y acá estamos: ella tiene 77, yo tengo 82…, y nos seguimos acariciando cuando estamos solos de manera vergonzosa, ja ja ja”.
 Ella era entonces una gran periodista, y esa pericia se halla en los artículos que publica en EL PAÍS; es también pintora.
Es un libro tranquilo, en el que apenas hay rencor (“se lo guardo a una sola persona, alguien que dejó sin trabajo a mi padre, que estaba al frente de Difusora, una empresa editorial ligada a Seix Barral”).
 “A mí me robaron Muchnik Editores, y otros me despidieron, como José Manuel Lara Bosch, con quien mantengo una relación cordialísima; y me despidió Robert Laffont: cuando nos encontramos, años después, él lloraba porque había muerto mi padre y yo lloraba porque había muerto su hijo… y me despidió Germán Sánchez Ruipérez, con quien no tuve relación amistosa, de modo que siguió así…
 Pero el despido de mi padre es lo que no perdoné jamás”.
En Ajuste de cuentos Muchnik le dedica a ese rencor línea y media.
El libro va de amor y melancolía
. El amor comprende a Nicole y a los hijos (“al que yo aporté, al que ella aportó, al que tuvimos juntos”) y a los nietos; en este punto es donde está la melancolía.
“Son siete. Hay ciertos nietos que se hacen presentes, pero otros son más parcos; estamos lejos, pero los que están lejos son ellos.
No es culpa suya, es la vida”.
A mí me robaron Muchnik Editores, y otros me han despedido, como José Manuel Lara Bosch; y me despidió Robert Laffont; y me despidió Germán Sánchez Ruipérez...
El libro es también una conversación con sus amigos; pueden distinguirse, por sus nombres e incluso por su manera de ser, Pedro Altares o Isaac Montero, aunque Mario Muchnik no pone sus apellidos
. Con ellos busca, en conversaciones que desembocan en el psicoanálisis, “la línea de sombra” que traspasó su vida; a partir de la obra de Joseph Conrad, Muchnik hace de la línea de sombra el leit motiv de su libro. “Y resulta que me di cuenta de que la línea de sombra en realidad la había traspasado estudiando Analítica en Geometría: ¡era una ecuación y daba de sí la línea recta!”.
-¿Cuál es ahora la línea de sombra?
-La gran línea de sombra de mi vida es haber dejado de ser el hijo de Jacobo y de Elisa y que ellos fueran los padres de Mario… Esa es la gran línea de sombra, la verdad que se abría paso.
 Ahora no sé dónde está la verdad. En la compañía, en los amigos. En el amor.
En eso estaría la verdad.
Es un libro “tranquilo” que inquieta. En cierto modo, un libro de Muchnik sobre Mario. “Y es, desde el principio, simbólicamente, sobre los dos grandes horrores que me tocó vivir, la mano abierta del fascismo, el puño cerrado de Stalin”.
 Esas metáforas abren y cierran Ajuste de cuentos.
¿Y el mundo editorial, Muchnik? “La tormenta es perfecta, no sé si nos vamos a recuperar
. Las ventas van mal, la gente tampoco compra el libro electrónico: tienen la cabeza llena de los últimos juguetes
. Un día no será necesario hablar, ¡te pondrán un disco en la garganta! Pero no voy a discutir, yo era muy fogoso, pero ya no voy a discutir!”. De eso va Ajuste de cuentos, de las maneras de cruzar la línea de sombra y alcanzar el sosiego. Riendo.

 

 

La juez deniega la libertad del hijo de Ortega Cano por su actitud “despiadada”¿Quién es despiadado?

En su resolución se recuerda la peligrosidad del preso y recuerda que la Fiscalía ha pedido para él penas que totalizan los 5 y 8 años de cárcel.

José Fernando Ortega, hijo del torero. / CORDON

Una juez de Sevilla ha denegado la libertad provisional a José Fernando Ortega Mohedano, hijo del torero José Ortega Cano, por su "especial peligrosidad" y porque está acusado de una agresión y robo que perpetró con "una actitud despiadada y brutal".
La juez de instrucción 5, en un auto al que ha tenido acceso Efe, confirma la prisión provisional de José Fernando, dictada el pasado 14 de noviembre de 2013, y recuerda que la Fiscalía y la acusación particular que ejerce el joven agredido ya han pedido para él penas que totalizan los 5 y 8 años de cárcel.
El auto afirma que en el caso concurre la agravante de abuso de superioridad por parte de José Fernando y sus cinco amigos pues emplearon "una violencia que va más allá de lo necesario para neutralizar la resistencia de la víctima, lo que es revelador de una especial peligrosidad y riesgo de repetición de acciones semejantes".
Este dato es "revelador de una actitud despiadada y brutal, con independencia de cual fuera finalmente el alcance de las lesiones desde el punto de vista de la valoración médico-forense".
José Fernando, de 20 años, está acusado de unos incidentes ocurridos en la madrugada del 2 de noviembre de 2013 en un club de alterne de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), cuando en compañía de sus amigos agredieron a un joven y le robaron dos móviles, la cartera, dinero y su coche, que incendiaron después de utilizarlo tres días.
José Fernando está acusado de presuntos delitos de robo violento, hurto de uso y contra la seguridad del tráfico, pues condujo el automóvil robado sin tener permiso de conducir.
La juez, por otra parte, rechaza como prueba los documentos sobre la causa abierta en otro juzgado de Sevilla contra la víctima de la agresión, Jonathan V.A., por un incidente con la Policía, con la que pretendía "cuestionar la conducta del denunciante y víctima" y "tratar de restar crédito al contenido de su testimonio".
"La dudosa legalidad en el medio de obtención de dicha documentación, rescatada de un expediente judicial ajeno al presente, impide que pueda ser tenida en cuenta y judicialmente valorada", dice la juez.
Por otra parte, el auto considera "irrelevante" un informe del Instituto Nacional de Toxicología sobre la eventual drogodependencia de José Fernando, quien aseguró haber consumido alcohol y drogas, por lo que no considera necesario trasladarlo a las partes antes de resolver sobre la libertad.
La causa contra José Fernando, que permanece en la prisión Sevilla-1, va a ser remitida a un juzgado penal. Mientras su padre se encuentra a la espera de ingresar en prisión por la pena de dos años y seis meses que un juez le impuso por la muerte de Carlos Parra en accidente de coche.
 El torero chocó frontalmente contra el vehículo de Parra y las pruebas de alcoholemia determinaron que conducía ebrio.

 

1 ene 2014

Destellos entre enlatados y reciclajes.................................Juan Cruz / Ricardo de Querol / Javier Martín

Los personajes de 'Aída', Los Morancos y algunos momentos de 'El intermedio' sobresalen en la programación de Nochevieja.

Tele 5 / La tribu de Aída puede con todo

Paco León puede con todo. El Luisma y sus compañeros de la serie de Aída se encargaron de los prolegómenos de las campanadas. El Baraja, la Soraya y el Chema pusieron ritmo, gracia y frescura hasta el punto de que por una vez lamentamos que llegaran las 12 campanadas y se acabara su show. 
 Sus guionistas supieron adaptarse al momento y combinar el argumento de la serie con una noche tan difícil que la mayoría de sus protagonistas aspira a salir del paso con dignidad. Luisma y compañía consiguieron brillar y divertir.
El Gran Wyoming, presentador de 'El Intermedio'
Antes y después de ellos, Paz Padilla y Joaquín Prat, condujeron el típico programa de variedades con sketches más o menos tópicos, alguno protagonizado por la misma Padilla, que ha ganado en aspectos estéticos lo que ha perdido en gracejo. Suegras, sexo y cornudas fueron pasto de manidas gracietas dirigidas a un público sexagenario que se supone es el que aguanta delante del televisor por falta de movilidad. Aún así, más respeto para la tercera edad. ¡Lina Morgan, vuelve pronto!

Cuatro / Felices 'tróspidos'

Mediaset fue un paso más allá en el aprovechamiento de fondo de armario. Dado que Hermano mayor era un poco fuerte para la noche, la cadena tiró de sus otros éxitos Quién quiere casarse con mi hijo o con mi madre, o Un príncipe para Corina. En un nuevo apaño de los montadores, los auténticos artífices de esos éxitos, se revivieron los mejores momentos de sus tróspidos, especímenes mitad humanoides, mitad cómics; es decir, situaciones lamentables, ridículas, bochornosas, ininteligibles, que invitan a preguntar a la teatrera y eficiente Luján, ¿pero de dónde sale ese personal? ¿Existen? ¿Son así o se lo hacen? Con tales preguntas se llegó a las uvas, y sin gastar un euro ni siquiera en el recibo de la luz. Felices tróspidos y que no nos falten nunca. Nos hacen mejores.

La Sexta / Wyoming toma el mando

Al menos era un plan alternativo el que ofrecía el canal con más carácter. La Sexta entregó las últimas horas de 2013 a un especial de El intermedio, que es de lo más inteligente que se puede ver hoy, aunque esta Nochevieja parecía un poco fuera de contexto: es discutible que repasar viejas noticias sobre Bárcenas y Cospedal fuera el mejor plan a esa hora en que se comparte mantel con críos y cuñados. De la simulación de indemnización en diferido ya nos habíamos reído en febrero. El Gran Wyoming hizo desfilar a muchos de sus colegas (Buenafuente, Reyes, Gemio, Évole, Sánchez Gijón o Gabilondo), a quienes pidió que no le hicieran la pelota, así que alguno le dio caña. Esos comentarios de los invitados fueron lo único fresco del programa, porque cuando uno pega tanto su humor corrosivo a las noticias de cada día, luego el refrito no sabe igual.
Sandra Sabatés repitió desde Sol junto a Frank Blanco, quien fue capaz de engullir las uvas y seguir hablando como si nada. El brindis, ay, con cerveza. Así es el negocio, vale, pero admitamos que no tiene el mismo glamour. Después, como plan alternativo, cine: El dinero es lo primero, con Charlie Sheen, una de timadores profesionales que asociamos sin querer a tantos protagonistas del programa de Wyoming y del año que se fue.

 

Estrellas que plantan cara al 13

Mientras muchos claman para que acabe un año repleto de duras noticias, 15 personajes españoles recuerdan los triunfos que les ha traído 2013 y se visten para festejar su despedida.

 

La modelo Vanesa Lorenzo. / Nico

No hay en España un documento nacional de identidad número 13 desde que así lo decidiera el dictador Francisco Franco, en un claro brote de triscaidecafobia, que es el nombre que recibe el miedo irracional a esa cifra.
 Curiosamente, de acuerdo a la reserva de documentos que estableció el general –que se autoasignó el uno–, ese fatídico número habría sido el que le habría correspondido a la infanta Cristina y, llegado el momento, se le atribuyó el 14, que, en cualquier caso, bastantes quebraderos de cabeza le ha dado este año 2013.
 Al final, todo el jaleo con el DNI de la segunda hija del Rey quedó reducido casi a una cuestión de mala suerte, a un “error de transcripción”, eso sí, irónicamente 13 veces repetido, por el que Hacienda le atribuía una supuesta venta –de nuevo ese número de mal agüero– de hasta 13 propiedades.
 Sin embargo, son muchos –o por lo menos unos cuantos– los DNI que han resultado afortunados este año, los documentados españoles que han conseguido zafarse con éxito del mal fario relacionado con ese número desde tiempos inmemoriales, desde esa Última Cena de los 12 apóstoles con Jesús de Nazaret.
13 es el título del documental de Miguel Poveda que recorre su trayectoria artística y que saldrá este año próximo.
El cantaor nació un martes y 13 de febrero de hace 40 años a las 13.00 horas. “El 13 es mi número”, dice. En 2013 precisamente ha cumplido 25 años sobre los escenarios y lo celebró el pasado 21 de junio por todo lo alto con un concierto aniversario en la plaza de Las Ventas al que invitó, sorpresivamente, a una de las más grandes de la canción, a María Dolores Pradera.
 Así regresaba la gran dama a los escenarios, a los 89 años, y después de dos afligida por una enfermedad: “Casi la diño”, cuenta con su característico sentido del humor.
 Y, así también, 2013 se convertía en el año de su propia resurrección.
El hecho, con carácter de acontecimiento artístico en uno de los cosos más emblemáticos del país, confirmaba uno de los significados que históricamente se le han atribuido al sexto número de nuestro sistema de contabilidad: “Resurgimiento”.
 La Praderita, como se la conoce en la profesión, volvía para quedarse. Sacaba nuevo disco (el segundo volumen de Gracias a vosotros II) y recibía un Premio Ondas de la Música a toda su trayectoria el pasado 20 de noviembre.
 Un pleno al 13, el número que su padre llevó toda la vida colgado de una pulsera de oro en su muñeca. “La guardé hasta que la perdí”, confiesa sin supersticiones.
Ambos cantantes no son los únicos que desafiaron a la suerte en un año en el que el papa Benedicto XVI realizaba su último acto litúrgico un 13 de febrero y el mundo descubría un 13 de marzo, detrás de la fumata blanca, a su sucesor, el papa Francisco, que, dicho sea de paso, se ordenó un 13 de diciembre de 1969 e inició su particular revolución en la Iglesia católica un 13 de abril, cuando anunció la creación de un consejo de ocho cardenales para reformar la curia.
Así, en el que pasará a la historia como el primer año con dos papas cohabitando en ese país a ras del cielo llamado Vaticano, hubo quienes, como el director bilbaíno Pablo Berger, sintieron que se acercaban a las nubes.
 “Después de cinco años, mi película veía la luz y se llevaba los mejores premios”, reconoce emocionado, y añade: “El 13 era el número de la suerte de mi madre, que no pudo ver mi éxito”.
 Y mientras rodaba el anuncio de la Lotería de Navidad terminando de hacerle un guiño a 2013 con ese juego de muñeca de Raphael –“Nananananá nanana”–, el cuento mudo de Blancanieves en blanco y negro, protagonizado por Ángela Molina y Maribel Verdú, daba la vuelta al mundo después de haber ganado 10 estatuillas de Goya.
En cambio, fue precisamente en esa misma noche de gala del cine español donde parecía que la suerte del 13 se quebraba para la joven actriz madrileña Adriana Ugarte, para quien hasta entonces ese era una especie de número fetiche: el de los portales en los que ha vivido, el de los cumpleaños de las personas que más quiere, el del año que había encontrado a su media naranja…
Y todo por culpa de otro de los grandes temas de este año: los sobres, en sus diferentes modalidades.
 “Se hicieron un lío”, asume.
 Y le dio el premio a la mejor canción a quien no era.
 Sin embargo, aquello ha quedado reducido a una anécdota después del pelotazo de El tiempo entre costuras, la serie que protagoniza y que se empezaba a emitir el pasado mes de octubre en Antena 3 con unos índices de audiencia superiores al 24% y que lidera desde entonces la parrilla de los lunes.
Los actores Adriana Ugarte y Martín Rivas. / Nico
Hubo también quien, en el que será ya por siempre uno de los peores años de la crisis, supo hacer de la necesidad virtud
. Es el caso de ese actor kamikaze –con muchas kas porque también es vasco y de Bilbao– llamado Asier Etxeandia. Ganar un Premio Max el año anterior no le reportó grandes trabajos a la postre, así que se los inventó en 2013.
 Con 38 años montó su compañía, creó un espectáculo a su imagen y semejanza y dedicado a sí mismo, en el que cantaba y bailaba todos los temas que habían marcado su vida.
 Lo petó. Primero en el teatro de La Latina y luego en el Circo Price y últimamente en el teatro Apolo, aparte de colgar el cartel de “no hay entradas” por toda España con El intérprete. Para él, como para los italianos, por ejemplo, el 13 era sinónimo de buena fortuna, y así ha sido.
Por aquello del consabido refrán “13 y martes, ni te cases ni te embarques”, se podría recordar como curiosidad que al Prestige se le abrió una vía de agua un 13 de noviembre de 2002 –que no era martes, sino miércoles–, y que el Costa Concordia naufragó un 13 de enero de 2012 –que no era martes, sino viernes–. Aun así, son muchos los que, como la modelo Clara Alonso o el modelo Emilio Flores, se embarcan sin ni siquiera mirar el día en que viajan ni en qué asiento, dentro de una vorágine de trabajo que los mantiene a caballo entre cualquier lugar del mundo –en este caso era la sesión de fotos realizada para este reportaje en el hotel Casa Fuster de Barcelona el pasado 11 de noviembre– y Nueva York, donde ambos han logrado asentarse. Flores, en concreto, este mismo año se ha hecho con un visado.
 Y, desafiando también al consabido refrán, otros osados, como Xavi Hernández, se han casado este año en día 13 (de julio)
. No es el caso de su compañero de equipo Carles Puyol, que aunque nació un 13 de abril hace 38 años y asegura que este número le gusta, ha tenido un 2013 con una doble cara: “Muy duro en lo profesional”, por las lesiones, y “el mejor año de mi vida” en lo personal, porque supo que tendría un hijo con la modelo Vanesa Lorenzo.
 Ella, con una visible tripa de más de siete meses, comparte entusiasmo: “Tengo proyectos fascinantes, el más importante de mi vida es crear una familia”
. De boda no se habla, al menos este 2013, que también deja una estela de suerte.
A continunación, las espectaculares imágenes de estos protagonistas para despedir 2013.