Los personajes de 'Aída', Los Morancos y algunos momentos de 'El intermedio' sobresalen en la programación de Nochevieja.
Tele 5 / La tribu de Aída puede con todo
Paco León puede con todo. El Luisma y sus compañeros de la serie de Aída
se encargaron de los prolegómenos de las campanadas. El Baraja, la
Soraya y el Chema pusieron ritmo, gracia y frescura hasta el punto de
que por una vez lamentamos que llegaran las 12 campanadas y se acabara
su show.
Sus guionistas supieron adaptarse al momento y
combinar el argumento de la serie con una noche tan difícil que la
mayoría de sus protagonistas aspira a salir del paso con dignidad.
Luisma y compañía consiguieron brillar y divertir.
Antes y después de ellos, Paz Padilla y Joaquín Prat, condujeron el típico programa de variedades con sketches
más o menos tópicos, alguno protagonizado por la misma Padilla, que ha
ganado en aspectos estéticos lo que ha perdido en gracejo. Suegras, sexo
y cornudas fueron pasto de manidas gracietas dirigidas a un público
sexagenario que se supone es el que aguanta delante del televisor por
falta de movilidad. Aún así, más respeto para la tercera edad. ¡Lina
Morgan, vuelve pronto!
Cuatro / Felices 'tróspidos'
Mediaset fue un paso más allá en el aprovechamiento de fondo de armario. Dado que Hermano mayor era un poco fuerte para la noche, la cadena tiró de sus otros éxitos Quién quiere casarse con mi hijo o con mi madre, o Un príncipe para Corina. En un nuevo apaño de los montadores, los auténticos artífices de esos éxitos, se revivieron los mejores momentos de sus tróspidos,
especímenes mitad humanoides, mitad cómics; es decir, situaciones
lamentables, ridículas, bochornosas, ininteligibles, que invitan a
preguntar a la teatrera y eficiente Luján, ¿pero de dónde sale ese
personal? ¿Existen? ¿Son así o se lo hacen? Con tales preguntas se llegó
a las uvas, y sin gastar un euro ni siquiera en el recibo de la luz.
Felices tróspidos y que no nos falten nunca. Nos hacen mejores.
La Sexta / Wyoming toma el mando
Al menos era un plan alternativo el que ofrecía el canal con más carácter. La Sexta entregó las últimas horas de 2013 a un especial de El intermedio, que es de lo más inteligente que se puede ver hoy, aunque esta Nochevieja parecía un poco fuera de contexto: es discutible que repasar viejas noticias sobre Bárcenas y Cospedal fuera el mejor plan a esa hora en que se comparte mantel con críos y cuñados. De la simulación de indemnización en diferido ya nos habíamos reído en febrero. El Gran Wyoming hizo desfilar a muchos de sus colegas (Buenafuente, Reyes, Gemio, Évole, Sánchez Gijón o Gabilondo), a quienes pidió que no le hicieran la pelota, así que alguno le dio caña. Esos comentarios de los invitados fueron lo único fresco del programa, porque cuando uno pega tanto su humor corrosivo a las noticias de cada día, luego el refrito no sabe igual.Sandra Sabatés repitió desde Sol junto a Frank Blanco, quien fue capaz de engullir las uvas y seguir hablando como si nada. El brindis, ay, con cerveza. Así es el negocio, vale, pero admitamos que no tiene el mismo glamour. Después, como plan alternativo, cine: El dinero es lo primero, con Charlie Sheen, una de timadores profesionales que asociamos sin querer a tantos protagonistas del programa de Wyoming y del año que se fue.
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