No hay en España un documento nacional de identidad número 13 desde
que así lo decidiera el dictador Francisco Franco, en un claro brote de
triscaidecafobia, que es el nombre que recibe el miedo irracional a esa
cifra.
Curiosamente, de acuerdo a la reserva de documentos que
estableció el general –que se autoasignó el uno–, ese fatídico número
habría sido el que le habría correspondido a la infanta Cristina y,
llegado el momento, se le atribuyó el 14, que, en cualquier caso,
bastantes quebraderos de cabeza le ha dado este año 2013.
Al final, todo
el jaleo con el DNI de la segunda hija del Rey quedó reducido casi a
una cuestión de mala suerte, a un “error de transcripción”, eso sí,
irónicamente 13 veces repetido, por el que Hacienda le atribuía una
supuesta venta –de nuevo ese número de mal agüero– de hasta 13
propiedades.
Sin embargo, son muchos –o por lo menos unos cuantos– los
DNI que han resultado afortunados este año, los documentados españoles
que han conseguido zafarse con éxito del mal fario relacionado con ese
número desde tiempos inmemoriales, desde esa Última Cena de los 12
apóstoles con Jesús de Nazaret.
13 es el título del documental de Miguel Poveda que recorre
su trayectoria artística y que saldrá este año próximo.
El cantaor nació
un martes y 13 de febrero de hace 40 años a las 13.00 horas. “El 13 es
mi número”, dice. En 2013 precisamente ha cumplido 25 años sobre los
escenarios y lo
celebró el pasado 21 de junio por todo lo alto con un concierto aniversario en la plaza de Las Ventas
al que invitó, sorpresivamente, a una de las más grandes de la canción,
a María Dolores Pradera.
Así regresaba la gran dama a los escenarios, a
los 89 años, y después de dos afligida por una enfermedad: “Casi la
diño”, cuenta con su característico sentido del humor.
Y, así también,
2013 se convertía en el año de su propia resurrección.
El hecho, con
carácter de acontecimiento artístico en uno de los cosos más
emblemáticos del país, confirmaba uno de los significados que
históricamente se le han atribuido al sexto número de nuestro sistema de
contabilidad: “Resurgimiento”.
La Praderita, como se la conoce en la profesión, volvía para quedarse. Sacaba nuevo disco (el segundo volumen de
Gracias a vosotros II)
y recibía un Premio Ondas de la Música a toda su trayectoria el pasado
20 de noviembre.
Un pleno al 13, el número que su padre llevó toda la
vida colgado de una pulsera de oro en su muñeca. “La guardé hasta que la
perdí”, confiesa sin supersticiones.
Ambos cantantes no son los únicos que desafiaron a la suerte en un
año en el que el papa Benedicto XVI realizaba su último acto litúrgico
un 13 de febrero y el mundo descubría un 13 de marzo, detrás de la
fumata blanca, a su sucesor, el papa Francisco, que, dicho sea de paso,
se ordenó un 13 de diciembre de 1969 e inició su particular revolución
en la Iglesia católica un 13 de abril, cuando anunció la creación de un
consejo de ocho cardenales para reformar la curia.
Así, en el que pasará
a la historia como el primer año con dos papas cohabitando en ese país a
ras del cielo llamado Vaticano, hubo quienes, como el director bilbaíno
Pablo Berger, sintieron que se acercaban a las nubes.
“Después de cinco
años, mi película veía la luz y se llevaba los mejores premios”,
reconoce emocionado, y añade: “El 13 era el número de la suerte de mi
madre, que no pudo ver mi éxito”.
Y mientras rodaba el anuncio de la
Lotería de Navidad terminando de hacerle un guiño a 2013 con ese juego
de muñeca de Raphael –“Nananananá nanana”–, el cuento mudo de
Blancanieves
en blanco y negro, protagonizado por Ángela Molina y Maribel Verdú,
daba la vuelta al mundo después de haber ganado 10 estatuillas de Goya.
En cambio, fue precisamente en esa misma noche de gala del cine
español donde parecía que la suerte del 13 se quebraba para la joven
actriz madrileña Adriana Ugarte, para quien hasta entonces ese era una
especie de número fetiche: el de los portales en los que ha vivido, el
de los cumpleaños de las personas que más quiere, el del año que había
encontrado a su media naranja…
Y todo por culpa de otro de los grandes
temas de este año: los sobres, en sus diferentes modalidades.
“Se
hicieron un lío”, asume.
Y le dio el premio a la mejor canción a quien
no era.
Sin embargo, aquello ha quedado reducido a una anécdota
después del pelotazo de El tiempo entre costuras,
la serie que protagoniza y que se empezaba a emitir el pasado mes de
octubre en Antena 3 con unos índices de audiencia superiores al 24% y
que lidera desde entonces la parrilla de los lunes.
Hubo también quien, en el que será ya por siempre uno de los peores
años de la crisis, supo hacer de la necesidad virtud
. Es el caso de ese
actor
kamikaze –con muchas kas porque también es vasco y de
Bilbao– llamado Asier Etxeandia. Ganar un Premio Max el año anterior no
le reportó grandes trabajos a la postre, así que se los inventó en 2013.
Con 38 años montó su compañía, creó un espectáculo a su imagen y
semejanza y dedicado a sí mismo, en el que cantaba y bailaba todos los
temas que habían marcado su vida.
Lo
petó. Primero en el teatro
de La Latina y luego en el Circo Price y últimamente en el teatro
Apolo, aparte de colgar el cartel de “no hay entradas” por toda España
con
El intérprete. Para él, como para los italianos, por ejemplo, el 13 era sinónimo de buena fortuna, y así ha sido.
Por aquello del consabido refrán “13 y martes, ni te cases ni te embarques”, se podría recordar como curiosidad que
al Prestige se le abrió una vía de agua un 13 de noviembre de 2002 –que no era martes, sino miércoles–, y que el
Costa Concordia
naufragó un 13 de enero de 2012 –que no era martes, sino viernes–. Aun
así, son muchos los que, como la modelo Clara Alonso o el modelo Emilio
Flores, se embarcan sin ni siquiera mirar el día en que viajan ni en qué
asiento, dentro de una vorágine de trabajo que los mantiene a caballo
entre cualquier lugar del mundo –en este caso era la sesión de fotos
realizada para este reportaje en el hotel Casa Fuster de Barcelona el
pasado 11 de noviembre– y Nueva York, donde ambos han logrado asentarse.
Flores, en concreto, este mismo año se ha hecho con un visado.
Y,
desafiando también al consabido refrán, otros osados, como Xavi
Hernández, se han casado este año en día 13 (de julio)
. No es el caso de
su compañero de equipo Carles Puyol, que aunque nació un 13 de abril
hace 38 años y asegura que este número le gusta, ha tenido un 2013 con
una doble cara: “Muy duro en lo profesional”, por las lesiones, y “el
mejor año de mi vida” en lo personal, porque supo que tendría un hijo
con la modelo Vanesa Lorenzo.
Ella, con una visible tripa de más de
siete meses, comparte entusiasmo: “Tengo proyectos fascinantes, el más
importante de mi vida es crear una familia”
. De boda no se habla, al
menos este 2013, que también deja una estela de suerte.
A continunación,
las espectaculares imágenes de estos protagonistas para despedir 2013.