El artífice del ecléctico estilo Rihanna: si la
cantante es musa de diseñadores y referente estético de miles de
adolescentes es gracias a Mel Ottenberg,
Él se encarga de vestirla en
sus apariciones públicas, el que escoge los modelos de Givenchy y Lanvin
de sus giras y el que está detrás de los estilismos de videoclips como
We found Love, así que se podría decir que
Ottenberg es el culpable de que los crop tops, las bombers o los zapatos creeper se hayan vuelto a poner de moda
. Cuando
no está asesorando a la diva de Barbados, se encarga del estilismo de
Opening Ceremony, la firma/tienda de moda que marca la pauta de las
tendencias.
Sus miles de cambios en el corte y el color de pelo se los debemos, entre otros, a
Ursula Stephen,
la peluquera favorita de las alfombras rojas.
Se rumorea que Rihanna le
paga 23.000 dólares a la semana, aunque Stephen se encargó de negarlo.
El verdadero ‘novio’ de Taylor Swift: se llama Josehp
Cassell, y antes que como estilista, trabajó en la discográfica A&R.
Cuando le pidieron que se encargara de la imagen de una joven cantante
country, ninguno de los dos sabía que su relación acabaría dando sus
frutos mediáticos en múltiples giras, alfombras rojas, portadas de
discos y campañas publicitarias
. Él es el responsable de que Swift haya
superado su etapa de ídolo adolescente y haya evolucionado hacia un
estilo más maduro y sofisticado.
“Siempre va dos pasos por delante de mí. Da igual lo que necesite:
gafas, zapatos…él tiene varias opciones en mente para estar seguro”,
declaraba la cantante en la revista
Hollywood Reporter a propósito del nombramiento de Cassell como uno de los estilistas más poderosos de la industria.
Entre Mugler y Lady Gaga, Kim Kardashian: su óptica
entre el futurismo y la transgresión ochentera le valieron a Nicola
Formichetti el puesto de director creativo de Mugler, la dirección de
Vogue Hommes Japan y el trabajo como estilista de cabecera de Lady Gaga.
Ahora se encuentra al frente de Diesel y tiene a otra ilustre cliente
en nómina, aunque su estilo tenga poco que ver (a priori) con la
transgresora estética de este estilista italojaponés: los looks sin
prejuicios con los que Kim Kardashian nos deleitaba durante su embarazo
fueron obra de Formichetti.“Kim simboliza la mujer moderna en su día a
día.
Le encantan las cosas muy sexies
. No es modelo y eso me inspira”,
declaraba el estilista en la revista
InStyle.
Tras el nacimiento de North West, y asesorada por Kanye, Kim quiere
quitarse de encima su fama de hortera y ganarse por fin el beneplácito
de Anna Wintour. Para ello, ha contratado a los estilistas de Jennifer
López y Shakira, Mariel Haenn y Rob Zangardi. Está claro que, antes que
refinar su estilo, Kardashian busca subrayar más aún (si cabe) su
voluptuosidad.
El pigmalión de Katy Perry: trabajar con la popstar californiana debe resultar un gran ejercicio de libertad creativa. A
Johnny Wujek, su mejor amigo desde hace años y su estilista desde los tiempos de
I kissed a girl le
gusta trabajar con luces LED, disfraces y tejidos tecnológicos.
Ha
superado tan bien el reto de sorprender a todos con cada aparición
pública de la cantante que se le han presentado retos aún más
complicados: ha vestido en algunas galas a la siempre desmesurada Nicki
Minaj y ejerce como jurado consultor creativo en el programa
America’s Next top model.
Aunque confiesa que su verdadera obra de arte es Katy.
No es de
extrañar, pocos pueden presumir de haber creado una imagen tan divertida
como la que posee la cantante.