Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 oct 2013

Y luego van y lo cuentan...................Javier Marías


Ilustración de Sonia Pulido

No se ha visto en los últimos años mayor ejemplo de “Trágame, tierra” que el de los informativos de TVE y los diarios gubernamentales con la candidatura Madrid 2020. Esos informativos se volcaron, hicieron un monográfico permanente, enviaron a un montón de colaboradores hasta Buenos Aires en un momento en que esa institución sufre recortes sin cuento; emitieron desde allí sus telediarios y ofrecieron en directo las penosas intervenciones de las que hablé hace una semana, para que admiráramos bien el don de lenguas –incluido el español– de varios de nuestros representantes
. Huelga recordar que el tono de los locutores era de lo más triunfalista, se ignora por qué motivo o hay que suponer que recibían órdenes.
 Parecía que se iba a asistir a la coronación de Madrid, y por ende de España, y por ende del PP y del Gobierno. En cuanto la ciudad quedó eliminada a las primeras de cambio, sin ni siquiera suspense, esos informativos se pusieron a silbar y a mirar hacia otro lado, como si lo que acababan de ofrecernos en programación machacona y única jamás hubiera acontecido o, en el mejor de los casos, les trajera sin cuidado. Se aproximaron en su reacción de despecho a la que padeció el jefe de Opinión –jefe de Opinión, santo cielo– de uno de esos diarios gubernamentales.
 Con una cursilería infinita, contó al día siguiente cómo, mientras aguardaba el resultado de la votación en ascuas, salió “a rezar un padrenuestro al cielo de Madrid”. “Un hombre pío”, pensé al leerlo, “que cree en la eficacia de las plegarias hasta para las mayores chorradas
.” Pero en vista de que ni Dios ni los miembros del COI le hicieron caso, su espíritu cristiano se desvaneció al instante y concluyó su pieza con la misma maldición que eligió para titularla, “¡Que les parta un rayo!”, sin que sus lectores tengan claro a estas alturas si les deseó la muerte a esos ingratos miembros o a Dios y a sus cohortes de ángeles, por desoír su padrenuestro, los muy cabrones.
Algo se ha hablado, pero poco, de lo que le han costado al erario las tres tentativas fallidas y consecutivas de Madrid para ser sede olímpica.
 Dinero tirado, esquilmado a los ciudadanos.
 Tampoco se ha hablado lo bastante del masivo desembarco de individuos en Buenos Aires: unas 180 personas según unas fuentes, cerca del doble según otras. Mientras aún duraba la fiesta injustificada en los telediarios, los locutores no tenían reparo en anunciar:
 “Parece que por fin va a acudir Fulano, y Mengana, y Zutano”.
 La capital argentina se llenó de ministros, funcionarios, miembros olímpicos y deportistas.
 Con todo respeto, y sin desdeñar sus méritos, uno se preguntaba cómo podía influir la presencia allí de un campeón de taekwondo al que conocen seis, o de las medallistas de waterpolo a las que conocen doce … y desde luego ningún miembro del COI con derecho a voto.
 Toda esa gente hizo vuelos de ida y vuelta de unas doce o trece horas, se alojó una o dos noches (o más, no sé) en un hotel bueno; desayunó, almorzó y cenó, me imagino; fue llevada y traída y paseada inútilmente en tiempos en que se nos obliga a todos a no gastar, con la congelación o la bajada de salarios, la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones, los brutales recortes y desmantelamiento de lo que nos importa (sanidad, educación, investigación, ciencia, cultura).
¿A quién se le ocurre utilizar como reclamo la Plaza Mayor? Hace años que está decorada por pobres indigentes y sus arcos se han convertido en los urinarios de borrachos y sobrios
Resulta que, además, al individuo encargado de los discursitos, y de dar clases de interpretación (?) a los ponentes, se le pagaron 220.000 euros por tamaña porquería.
Ni siquiera se entiende que hubiera que contratar a nadie para “crear” semejantes vulgaridades, se le habrían ocurrido sin ayuda al más ignaro concejal del Ayuntamiento o a la propia Botella.
 También se pagó a otra agencia 2,4 millones de euros por la “estrategia internacional de comunicación”.
 Es de esperar que tanto esta agencia británica como el “entrenador” y autor de los textos, Terrence Burns, se hundan en el descrédito profesional a partir de ahora.
¿A quién se le ocurre utilizar como reclamo la Plaza Mayor y el Madrid de los Austrias, tal como los han dejado los últimos alcaldes del PP y los tiene hoy Botella?
La primera hace años que está decorada por pobres indigentes –filas enteras– que duermen bajo sus soportales; sus arcos de acceso se han convertido en los urinarios de borrachos y sobrios, con el inaguantable hedor consiguiente, y, como ya he contado aquí, las ratas corretean de noche entre las mesas de las terrazas, algo sin duda “relajante”
. Los suelos de granito de todo el centro eternizan hasta la mancha de un chicle arrojado, luego están todos llenos de churretones repugnantes
. Las papeleras se vacían poco y desbordan, Madrid es la ciudad más guarra que he visto, y he visto unas cuanta
s. Las plazas céntricas (Sol, Callao) también han sido granitizadas y ahora se cuentan entre las más feas del mundo: espacios sucios, desabridos, inhóspitos, con un solo arbolillo suelto o ninguno, sin un banco en el que tomar asiento, transformadas en contra de los ciudadanos
. Hasta la secundaria Plaza de las Cortes se la ha cargado el célebre Siza, que continúa amenazando el Paseo del Prado: si ha sido tan buen arquitecto, parece como si el talento abandonase a todo el mundo en cuanto entra en contacto con nuestro Ayuntamiento contaminante.
 Mientras los turistas han aumentado este año en toda España, Madrid ha perdido un 22% sólo en agosto.
 A nadie se le ocurre pensar que tal vez sea porque a la mayoría les da por pasearse por nuestra deteriorada Plaza Mayor y nuestro inconcebible centro, y luego van y lo cuentan.
elpaissemanal@elpais.es

De Alice Munro a la burbuja digital.................Juan Cruz

Fue la semana en la que Alice Munro volvió a ponernos a leer cuentos; la vida es como sus historias, delicada y brutal, cruzada por el espanto que reside bajo el aparente sosiego.
 De esas cuestiones trató, entre otras, mi semana en la radio. Estos son los comentarios de estos días en Hora 14. El de Alice Munro está ampliado para este blog.

ELEGANCIA EN LA TRAGEDIA
Escribe como si la soledad de los hombres (y de las mujeres “descontentas de su destino”, dice Elvira Lindo) pudiera reflejarse más en el silencio que en las palabras, como si la tragedia se pudiera adivinar mejor por los susurros que la alimentan.
 Los sucesos parecen cotidianos, minúsculos, y de pronto se sabe que ella está alumbrando el asombro. Como en los cuentos de algunos que podrían ser sus discípulos, Raymond Carver o Jumpa Lahiri, lo que pasa no está ocurriendo en realidad, hasta que surge la catástrofe, que es un latigazo verbal, una insinuación que rasga como los cuchillos de Borges, que es también, por así decirlo, parte de su escuela, donde ayer la situó Javier Marías
. Esa escritura se parece a la propia mirada de Alice Munro: suave e implacable a la vez, lejana pero también delicadamente cercana.
 Sus historias son simples e inquietantes, como los cuentos que no se atrevían a contarnos cuando éramos niños. En el mundo que creó Chejov ha habido cuentistas como ella, pero hasta ahora el Nobel miró para otro lado. Onetti, por ejemplo, estaría feliz de saber que alguien que también usa sus materiales de inteligente intriga atraviesa las paredes académicas de Estocolmo. “La dureza brutal” (es lo que dice Muñoz Molina sobre la esencia de sus historias, la infancia) de esta escritura limpia, breve, clara como “un vaso de agua”, es un escalofrío y una metáfora de un mundo en el que la tragedia es lo que se susurra.

Tres Hermanos del mismo Padre y diferente madre


Esos maravillosos científicos raros..........Rosa Montero

Carlos Rosillo

Ya se sabe que la ciencia en España está a punto de hundirse para siempre
. Nunca hemos sido un país de científicos sino más bien de iluminados, pero en las últimas décadas, con la normalización democrática, parecía que la ciencia empezaba a abrirse tímidamente paso en nuestra sociedad, aunque el presupuesto para I+D siempre fue mucho menor en España que en nuestro entorno europeo.
 Pero si antes la situación era más bien cutre, ahora ya es directamente trágica. Los recortes de la crisis se han cebado en este campo; se han perdido centenares de puestos de trabajo, se han cerrado centros y líneas de investigación, el CSIC está al borde de la quiebra.
La cosa está tan rematadamente mal, en fin, que los científicos, que en España siempre fueron considerados un poco frikis, ahora se han visto obligados a lanzarse al monte del subempleo, la marginalidad y la bohemia
. Como esa fantástica genetista del CSIC, María Luisa Botella, que el año pasado consiguió 15.000 euros en el concurso de televisión Atrapa un millón. Botella investiga la HHT, una enfermedad rara hemorrágica que puede causar la muerte y que por ahora no tiene cura
. Hay 1.500 enfermos diagnosticados en España y María Luisa siente que se debe a ellos: de hecho, su equipo ha lanzado el único medicamento que palía los síntomas de la dolencia.
 Pero resulta que los recortes económicos impiden que María Luisa contrate al personal que necesita para proseguir sus investigaciones: de ahí lo de presentarse al concurso. Y no sólo eso: para sacar fondos, también vende lotería y cosméticos
. La historia de María Luisa no es un caso excepcional; por ejemplo, el doctor Mario Cordero, que está investigando la fibromialgia en la Universidad de Sevilla con resultados mundialmente relevantes, se mantiene a duras penas gracias a las rifas y las tómbolas que organizan los enfermos para encontrarle dinero
. De seguir así, dentro de poco todos los feriantes que venden camisetas y calcetines en los mercadillos serán probablemente científicos en busca de fondos.
De seguir así, dentro de poco todos los feriantes serán científicos en busca de fondos
En esta línea excéntrica, aunque no con el fin de sacar dinero para la investigación, que yo sepa, sino para fomentar el conocimiento científico, está una panda de chiflados maravillosos que se denominan The Big Van Theory (la teoría de la gran furgoneta, juego de palabras con la teoría del Big Bang).
 Son trece científicos de diversas disciplinas que se dedican nada más y nada menos que a hacer monólogos humorísticos para divulgar la ciencia “de una forma amena y asequible en bares, teatros, ferias científicas y otros eventos”, como ellos mismos explican en su página web (www.thebigvantheory.com). Yo tuve la suerte de verlos en el teatro del Arte de Madrid (en donde volverán a actuar el 23 y el 30 de octubre) y debo decir que son fantásticos.
 Divertidísimos como buenos humoristas y además con una enjundia divulgativa fascinante.
 Este puñado de matemáticos, físicos, biólogos y demás criaturas raras especializadas en diferentes ramas del saber están haciendo una gira, el Relámpago Tour, que comenzó el 1 de junio en el Festival Freak de Logroño (llamado prometedoramente Frikoño, para que vean por dónde anda la cosa) y que terminará el 17 de noviembre. Todavía actuarán en muchas partes: Barcelona, Granada, Zaragoza, Oviedo, Lleida…
 Las fechas y lugares se pueden comprobar en su página web.
Además estos locos geniales van a colegios e institutos a dar charlas, a universidades y conferencias a dar la brasa, e incluso se atreven a montar talleres de comunicación científica para grupos de hasta doce personas. En realidad se diría que se atreven a casi todo
. Son como unos misioneros del saber, empeñados en desasnar a esta sociedad de nuestro arraigado prejuicio acientífico. Y es que no hay fantasía mayor que la ciencia: ni hadas ni Harry Potter ni la serie Crepúsculo
 . Por ejemplo: ¿saben que nueve de cada diez células de nuestro cuerpo son bacterias? ¿Y que tan sólo en el intestino acarreamos como un kilo de bacterias, una manada colosal de bichitos amables, la llamada flora intestinal? Esto no lo aprendí viendo a nuestros monologuistas, sino leyendo el fascinante libro Ni contigo ni sin ti, de Vicente, García-Ovalle y Medina.
Pero de lo que sí me enteré el otro día con The Big Van Theory es que un papel sólo se puede doblar por la mitad seis o siete veces, si lo intentamos nosotros con un papel normal; que el récord lo tienen unos estudiantes americanos que plegaron 13 veces un papel higiénico de 16 kilómetros de largo; que si alguien pudiera doblar un papel 27 veces, el grosor resultante tendría la altura del Everest; y que si se doblara 42 veces, alcanzaría la Luna. En fin, no me digan que no es maravilloso.
 Hay que frecuentar más la Ciencia, esa magia tan pura.
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