Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 sept 2013

Vargas Llosa canta a la literatura como ingrediente de la libertad


El escritor Mario vargas Llosa, junto a Juan José Armas Marcelo (de pie). / DANIEL MORDZINSKI

A sus 77 años, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa confiesa que le queda poco tiempo, mucho menos de lo que le falta por escribir, y al hablar de proyectos relata la adaptación que está haciendo para el teatro de El Decamerón, de Bocaccio, lo que le hace profundizar en la necesidad de la literatura, entendida como motor del desarrollo, del espíritu crítico del ser humano e ingrediente de la libertad.
 Vargas Llosa, una de las estrellas del Festival Hay de Segovia, junto a Jorge Edwards, José Manuel Caballero Bonald o Antonio Muñoz Molina, entre más de un centenar de autores, llenó el teatro Juan Bravo, ayer, sábado, para conversar con el escritor Juan José Armas Marcelo, acerca de su última novela, El héroe discreto, donde trata de mostrar la valentía de los seres anónimos, a quien concibe como la reserva moral de una sociedad, de hombres y mujeres que tratan de ser consecuentes con unos valores, como Felicito Yanaqué, el protagonista, que se niega a pagar el impuesto revolucionario a la mafia, aún a riesgo de su vida.
Escribir nos hace vivir la grandeza, el heroísmo, la maldad a veces...”
Esa es una de las columnas en las que basa la novela, junto con el reconocimiento al fenómeno de crecimiento que vive Perú, desde hace algunos años —que se extendió al conjunto de los países latinoamericanos—, a partir de la caída de la dictadura, lo que ha conducido a amplios consensos a favor de la democracia política y de una economía libre.
La fuerza del mensaje fue creciendo en el diálogo con un público entregado, que guardó colas para entrar a la sala y para luego recoger la firma de su autor favorito, hasta llegar a su trabajo en torno al Decamerón. El autor de La ciudad y los perros ve en esta obra la esencia de la literatura, impresionado por la situación original de la historia en torno a la llegada de la peste a Florencia, en el siglo XIV, con la ciudad llena de enfermos y cadáveres, cuando un grupo decide escapar hacia el imaginario.
Con esta adaptación, el Nobel de Literatura 2010 ve claro que, cuando todo parece imposible, siempre hay un recurso para la fantasía y para la imaginación. “Por eso hay literatura, para hacernos vivir aquello que no podemos en la vida real”, añadió, mientras hacía un canto al arte de escribir: “La literatura nos permite vivir otras vidas, salir de una cosa reducida, mediocre e identificarnos con destinos extraordinarios, que rompen la normalidad, que nos hacen vivir pasiones incandescentes, que nos convierten en seres aventureros, que nos hacen vivir la grandeza, el heroísmo, la maldad a veces…”.
Y esa “magia” de convertir la realidad en ficción, para vivir mejor, más intensamente, más de lo que podemos vivir como personas, ha sido el gran motor del progreso y del desarrollo humano, y sin ella nunca hubiéramos salido de las cavernas, concluyó Vargas Llosa, después de subrayar:
 “La ficción nos hace presentir que hay vidas muy superiores a las que podemos vivir en la realidad, crea un malestar frente al mundo tal y como es, lo que se llama el espíritu crítico”. Y con la literatura, según el autor peruano, no solo nos divertimos, mantenemos vivo el mecanismo que impide que la sociedad se congele y se vuelva un mundo de seres resignados; es un ingrediente inseparable de la libertad humana.
El escritor no descarta una segunda parte de sus memorias
Cuando le llegó el momento más íntimo a la conversación, salpicada por el humor entre ambos conversadores, Vargas Llosa dio importancia a mantener vivas las ilusiones, estar con la pluma lista para dar rienda suelta a la vocación literaria, y no descartó escribir una segunda parte de Pez en el agua, sus memorias, para narrar el período que sigue a sus años en París, cuando Europa descubre América Latina, y le hizo ver que él y sus compañeros escritores pertenecían a una comunidad más amplia que la de su país.
Confesó que se ha vuelto más comprensivo y tolerante por la edad y por ser abuelo, aunque quiso dejar claro que en el campo cívico sigue siendo intransigente, como de joven, y mantiene su espíritu crítico contra las dictaduras políticas. Pero, volviendo a la relación con los nietos, confesó que es maravillosa, porque tiene todos los encantos de ser padre aunque ninguna de las servidumbres, ya que, apenas empiezan a ser problemáticos, se llama a sus padres.

Matar a un niño, ¿maldad o locura?

Matar a un niño, ¿maldad o locura?

Una ilustración muestra a una niña metida en una caja de cerillasIlustración: Ulises
  • Los psiquiatras analizan la muerte de la pequeña Asunta Basterra
  • Recuerdan que no siempre hay una patología mental detrás de crímenes así
  • Los padres adoptivos suelen establecer vínculos muy fuertes con los niños
  • Cada vez que un crimen como el de la niña Asunta Basterra golpea las primeras páginas de los periódicos es difícil no preguntarse ¿cómo es posible?, ¿qué puede llevar a alguien a hacer algo así?, ¿hay alguna enfermedad mental detrás del caso? No es fácil encontrar respuestas, pero los psiquiatras insisten en recordar que la maldad no es un concepto médico y no siempre existe una patología detrás de este tipo de crímenes.
    "Sabemos cómo funciona un teléfono móvil y, sin embargo, el ser humano sigue siendo un misterio. Sigue dándonos estas sorpresas", explica el doctor Fernando Sarraiz, miembro del servicio de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra.
    "¿Loco o malo? Esta pregunta siempre surge ante sucesos de este tipo", señala por su parte el doctor Enrique Álvarez, psiquiatra del Hospital San Pau de Barcelona y uno de los ponentes en el Congreso de Psiquiatría que estos días se celebra en Sevilla.
    A su juicio, cuando se produce el homocidio de un hijo puede 'explicarse' dentro del llamado 'suicidio ampliado'.
     Aunque éste no parece el caso, el doctor Álvarez explica que algunas personas con una depresión muy profunda pueden llegar a asesinar a sus seres más queridos antes de quitarse la vida para huir del sufrimiento que experimentan debido a su enfermedad.
    Una idea en la que coincide su colega Jerónimo Saiz, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría, que recuerda que se trata de "casos son muy infrecuentes".
     Saiz recuerda que, "en contra del estigma que acarrea, la mayoría de pacientes con enfermedad mental no son personas violentas, pero cuando una cosa de éstas sucede es tan espectacular que llama la atención".
    Otro tipo de enfermedades psicóticas (como la esquizofrenia), una paranoia o una doble personalidad, que alteren la percepción del afectado de la realidad, también podrían explicar qué lleva a una persona a matar a su propio hijo en un momento dado.
    Sin querer entrar a valorar el caso concreto, los tres coinciden en que habrá que estudiar los antecedentes psiquiátricos de la madre, sobre los que tanto se ha especulado estos días
    . "El papel del psiquiatra es establecer si cuando se cometieron los hechos la persona era o no responsable de sus actos", señala por su parte el doctor Sarraiz.
    Porque como inciden los especialistas, existen personas con una personalidad psicópata, cuya falta de empatía les lleva a cosificar a las personas.
     "La psicopatía no es una patología mental, no está incluida en los manuales DSM de enfermedad psiquiátrica", aclara el doctor Álvarez, "es un rasgo de personalidad extrema que se caracteriza por una falta absoluta de empatía, son incapaces de ponerse en el lugar del otro", prosigue.
    Si a eso se le suma cualquier otro rasgo de personalidad (que sea impulsivo, por ejemplo) o un cierto entorno social, sus posibilidades de delinquir aumentan.
    "Pero hoy por hoy no hay nada que haya demostrado que puede cambiar una personalidad psicópata, no hay tratamiento para ello", prosigue el psiquiatra del Sant Pau.
     "Estas personas son al cien por cien imputables por sus actos, porque saben perfectamente lo que hacen, aunque su razón les diga que no deberían hacerlo".
     Una idea en la que coincide Saiz: "este tipo de personalidad está más expuesta a trasgredir las normas, pero eso no les libra de su responsabilidad, porque lo que hacen lo hacen intencionadamente".
    Los especialistas no consideran que el hecho de tratarse de padres adoptivos pudiera tener alguna influencia en el caso.
     De hecho, aclara el doctor Saiz, los vínculos con sus hijos suelen ser muy estrechos al tratarse de niños muy deseados. "Suelen tener una implicación ejemplar", concluye.
     

El trágico final de Asunta

El trágico final de Asunta

Asunta Basterra fue encontrada muerta en la madrugada del domingo.
 Su cuerpo apareció en una pista forestal en la parroquia de Montouto, en el ayuntamiento de Teo (A Coruña). A la 01.00, un grupo de jóvenes dio la voz de alarma y la Guardia Civil se presentó en lugar de los hechos.
El juez de guardia, José Antonio Vázquez Taín, hizo lo propio y ordenó levantar el cadáver sobre las 07.00, tras un reconocimiento minucioso.
 La policía judicial de la Guardia Civil continuó en el lugar de los hechos y se puso a recoger pruebas y encontró unas cuerdas con las que se ata hierba seca para el ganado. No lejos de allí aparecieron unos cigarros consumidos.

Autopsia preliminar

La autopsia preliminar dada a conocer la propia tarde noche del domingo pasado revela que la muerte no había sido fruto de una agresión sexual y que el cadáver presentaba signos de violencia menor. El transcurso de las horas facilita la identificación de su familia. Sus padres son el periodista Alfonso Basterra y la abogada Rosario Porto.
Asunta llegó a Santiago hace 12 años desde China con nueve meses y al seno de una familia de clase media acomodada
. Su madre, recordando el momento, aseguraba en una cadena de televisión que "es para toda la vida", y animaba a todo el mundo a embarcarse en la aventura de la adopción.
Rosario y Alfonso, divorciados pero con una relación cordial, nombran a la periodista, Tareixa Navaza, portavoz de la familia y solicita respeto para "estos momentos de dolor".

Cremación y funeral

El martes 24 de septiembre tiene lugar la cremación de los restos mortales de la pequeña.
El rito funerario se realiza en el cementerio de Boisaca y asisten sus padres
. A pesar del carácter íntimo de la ceremonia, se congregan numerosas personas entre amigos y compañeros de instituto de la menor.
Finalizada la ceremonia, la policía judicial de la Guardia Civil detiene a Porto.
 Según la versión policial, las incongruencias y contradicciones de la madre llevan al juez a tomar la decisión de imputarla por un delito de homicidio.
Para sorpresa de los agentes, la madre relata que en el mes de julio sorprendió a un hombre intentando robar en casa. 
El presunto ladrón agarró a Asunta por el cuello tratando de asfixiarla y al ser sorprendido por ella, huyó. No denunció el hecho para no asustar a la pequeña.
La primera decisión judicial no afecta a Basterra, que permanece en libertad y asiste en solitario al funeral que se celebra esa misma noche en la iglesia de San Fernando de la capital gallega.

Detención del padre

Tras la detención de la madre, el juez toma la decisión el miércoles por la mañana de imputar al padre para garantizar su seguridad procesal, ya que va a participar en el reconocimiento de la vivienda de Porto en Teo.
 La exploración de la lujosa residencia concluye con la imputación de Basterra como presunto autor de un delito de homicidio.
 Tras finalizar el registro policial, la pareja es trasladada a los calabozos de la Guardia Civil en A Coruña.

Causa de la muerte

Los investigadores del caso ya conocen la causa de la muerte.
 Sus autores suministraron a la niña una fuerte dosis de medicamento para tranquilizarla.
Los análisis forenses han determinado que la pequeña fue drogada con un represor del sistema nervioso central con propiedades sedantes. A continuación, fue maniatada con unas cuerdas y finalmente murió por asfixia.

Itinerario del crimen

Según los investigadores, Porto dejó a su hija en el domicilio de Santiago haciendo tareas escolares mientras acudió a media tarde a un polígono industrial de Santiago a realizar unas compras.
 A continuación se desplazó a Teo, lugar dónde se encuentra el cadáver de la niña, para regresar a su domicilio
. Cuando entró en casa sobre las 21.30 horas, la niña no estaba.
Sin embargo, una cámara graba imágenes de Porto con su hija en un coche sobre las 20.15 y unos vecinos afirman haberla visto media hora más tarde. Asunta muere a las 21.00 horas. Una hora y media después sus padres denuncian su desaparición.

Ingreso en prisión

Tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, Basterra y Porto, ingresan en prisión comunicada y sin fianza imputados por el fallecimiento de su hija.

Móvil del crimen

Los investigadores trabajan con varias hipótesis. La Guardia Civil ha confirmado a EL MUNDO.es que Asunta recibió bienes en vida de su abuelo a través de una donación.
Sus padres, según las mismas fuentes, atraviesan por dificultades económicas y podrían codiciar dichos bienes
. Otra de las hipótesis es el estado psiquiátrico de la madre, que consume antidepresivos. Todas la líneas de investigación están abiertas.
[foto de la noticia]

Asunta, una niña estudiosa y apegada a sus padres


Imagen de Asunta en su blog

Asunta era una niña que no pasaba inadvertida
. Entre otras cosas, porque fue la primera china adoptada que se vio en Santiago.
 La pequeña, cuyo nombre original era Yong Fang, llegó a Galicia con un año.
 Entonces, los padres incluso protagonizaron un reportaje en una televisión local en el que explicaban la felicidad que sentían por la llegada de Asunta y el empeño que habían puesto para poder lograr la adopción. Desde pequeña, los conocidos de sus padres la recuerdan brincando por las calles del Ensanche compostelano
. Quienes la trataron de cerca la describen como una cría muy responsable y madura, muy apegada a sus abuelos maternos y a sus padres.
 Tanto que ella se inquietaba si, de forma excepcional, estos últimos se ausentaban y la dejaban con algún amigo de la familia, por muy íntimo que fuera.
 Cuando terminaba sus clases en el prestigioso IES Rosalía de Castro, el instituto público del que era alumna, estudiaba inglés, piano, violín y danza con profesores particulares.
 Era una escolar de altas capacidades y sus docentes habían decidido incluso adelantarla un curso por encima del que le correspondía a su edad.
Asunta era inseparable de sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, un periodista hijo de industrial bilbaíno que recaló en la capital gallega
. Y tenía una apretada vida social.
A sus padres les acompañaba incluso a los conciertos de música clásica en el Auditorio de Galicia.
 La élite de Santiago ha sido testigo durante 11 años de la adoración que le profesaban sus padres a esta niña, una imagen de felicidad que las investigaciones policiales han volado por los aires.

Los allegados a la familia admiten que a finales de 2011 la armonía en el hogar se truncó.
 En diciembre de ese año falleció la madre de Rosario y solo siete meses después la abogada perdió también a su padre.
 La madre de Asunta se quedó no solo sin sus progenitores sino también sin la ayuda que estos le prestaban a ella y a su marido para criar a la niña.
Sus allegados relatan que el bajón físico y de ánimo que sufrió la ahora imputada por matar a su hija fue muy fuerte.
 Poco después, los padres se separaron de una forma que a todos sus conocidos les pareció repentina. Asunta se fue a vivir con su madre, pero continuaba viendo a diario al padre, que se mudó a apenas 20 metros de distancia. Y, de hecho, seguía pasando más tiempo con él.
La muerte de los abuelos también marcó a la niña. Y meses después, escribió una extraña historia en un blog personal, al que fuentes de la investigación restan importancia ya que señalan que es el producto de un trabajo escolar
. Pero, a la luz de lo sucedido después, el relato, escrito en castellano e inglés, resulta llamativo ya que versa sobre misterios y crímenes en tres parques de Santiago (los de Belvís, Bonaval y la Alameda). En este último, la pequeña sitúa la historia de “una familia feliz, un hombre, una mujer y un hijo” que se ve truncada cuando “un hombre malo” mata al marido y a la mujer.
 “Su cuerpo está en el parque de la Alameda y su espíritu también”, escribió Asunta.