Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 sept 2013

¡Narcisistas de todos los países, uníos! Por: Karelia Vázquez | 26 de septiembre de 2013 Gloria Rodríguez En todas partes hay narcisistas.

¡Narcisistas de todos los países, uníos!

Por: | 26 de septiembre de 2013
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                                                                                                           Gloria Rodríguez
En todas partes hay narcisistas. Entre los que se muestran en Facebook y entre los que pululan por Twitter. Después de varios años de investigaciones respaldadas por universidades como Stanford, Berkeley o Harvard que han correlacionado una y otra vez los rasgos narcisistas de la personalidad con la afición a Faceboook y a Twitter ya quedan pocas dudas:  la cualidad que predomina entre los usuarios de las redes sociales es el amor a su propia persona.¡Estamos encantados de conocernos!
La noticia es que existen clases y grados de narcisistas. Los que pululan por Facebook son de una especie y una edad, mientras que los que se dejan la piel en Twitter pertenecen a otra clase. Así se comprobó en un experimento con usuarios de Facebook publicado en Computers in Human Behavior, que pretendía explicar cómo las redes sociales amplifican la personalidad narcisista. De este estudio salieron las primeras especies endémicas de Facebook. A saber: narcisistas exhibicionistas, narcisistas con sentimientos de superioridad y narcisistas autoritarios. 
Por ejemplo, los jóvenes estudiantes universitarios que alcanzaban altas tasas de narcisismo, según las medidas empleadas en los estudios, no solían merodear por Facebook. Su territorio era Twitter. Sin embargo, los que estaban entre los 45 y 50 años, preferían Facebook para contar ininterrumpidamente su vida.
La conclusión de los investigadores fue que los mayores de 40 querían validar sus opiniones y buscaban aprobación en su círculo social habitual (Facebook es un patio de vecinos), mientras los más jóvenes querían divulgar sus ideas en círculos sociales más amplios y que ellos consideraban más influyentes (Twitter es una tribuna).
Algunos estudios creen que aquellos que pasan más tiempo en Facebook tienen rasgos narcisistas del tipo exhibicionista. Sin embargo, otros opinan que la frecuencia con que se actualizan los estados de Facebook predice con mucha más exactitud este rasgo. Los autoritarios y con sentimientos de superioridad se sentirían más cómodos en Twitter, según esta teoría. No en vano se dice que Twitter es la red social más petulante de todas las que conocemos. 
Los investigadores de la Penn State University apuntan que nuestro comportamiento en las redes sociales es un estupendo indicador de cómo vamos de autoestima. De su estudio se deduce que los usuarios con la autoestima baja monitorizan continuamente las interacciones en su muro de Facebook. También suelen borrar los comentarios que no los dejan en buen lugar.
Lo que nadie ha podido determinar aún es el orden de los factores
. Es decir, ¿las redes sociales incrementan el narcisismo o los narcisistas corren a unirse a las redes sociales?
La teoría de la psicóloga Jean M. Twenge, autora del libro Generation Me (Generación Yo) es que hay más narcisistas que nunca. 
Y que los llamados millenials (nacidos a partir de 1982) tienen rasgos de narcisismo más marcados que la generación anterior, llamada Generación X (nacida entre 1965 y 1981). Los resultados de su trabajo, muy controvertido por cierto, muestran que los millennials usan con mucha más frecuencia la primera persona del singular, Yo, y apenas emplean otras formas del plural que consideran al grupo.
La primera causa de esta generación de narcisistas en Estados Unidos, según explica la psicóloga en una entrevista  a The New York Times, es que los padres de esta generación le hicieron creer a sus hijos que eran "seres especiales".
El caso es que si hacemos caso a los datos disponibles los narcisistas de mediana edad que se pasean por Facebook no son millennials, y también fardan como cualquier hijo de vecino. 
Lo que sí dicen los expertos es que ahora el narcisismo de nuestros compañeros de viaje es más visible. Disponemos de al menos tres redes sociales, además chats diversos para recibir muestras inmediatas, gráficas y verbales de los excesos de esas personalidades.
Porque aunque se diga que la vida on line es una réplica de lo que pasa cara a cara no se puede negar que algunos atributos de la vida digital estimulan el exhibicionismo y el hablar demasiado de uno mismo. Entre ellos, los expertos mencionan la gratificación inmediata (muy mal se te tiene que dar el asunto para que no consigas al menos un Like casi inmediato) y la existencia de una audiencia expandida que garantiza que siempre haya público para reírte las gracias. 

“Mi madre me quiere matar”, dijo la niña en julio a sus profesoras de música

La niña tenía síntomas de haber consumido fármacos en exceso

Las docentes se lo hicieron saber a los padres.

VIDEO: ATLAS

Asunta, la niña de 12 años asesinada el pasado sábado en Santiago, llegó el pasado 16 de julio con síntomas muy extraños a la academia privada de música de la capital gallega donde asistía a clases particulares.
 Dos de las profesoras que le enseñaban lenguaje musical notaron de inmediato que estaba muy aturdida y le costaba hablar. Preguntaron a la niña qué le ocurría y esta les dijo que su madre, Rosario Porto, le había dado pastillas.
 Y añadió: "Mi madre me quiere matar".

Según han relatado a este periódico personas conocedoras del caso, las profesoras se quedaron muy extrañadas, sobre todo porque nunca hasta entonces habían notado nada raro en Asunta, una niña alegre y aplicada
. Precisamente porque era la primera vez que sucedía algo así, decidieron contárselo solo a los padres. Allegados a la familia aseguran que era el padre, el periodista Alfonso Basterra, también detenido por el homicidio, el que siempre llevaba y traía a la pequeña a la academia.
Tras conocerse el asesinato de Asunta y la detención posterior de su madre, el pasado martes, nada más concluir la ceremonia de incineración de los restos mortales de la niña, las profesoras decidieron comunicar los hechos a la policía.
 Acudieron el pasado miércoles a la comisaría de Santiago a prestar declaración, según el diario El Correo Gallego, que cuenta los hechos en su edición de hoy.
Las fuentes consultadas por este periódico han señalado que las profesoras se encuentran anímicamente destrozadas por no haber denunciado los hechos a la policía cuando se produjeron.
Entonces se dejaron llevar por la ausencia de antecedentes y de cualquier tipo de sospechas sobre los padres, una pareja muy conocida en Santiago y apreciada por casi todo el mundo.

 

26 sept 2013

El paraíso íntimo de las marionetas


Espectáculo de bunraku 'Los amantes suicidas de Sonezaki'. / HIROSHI SUGIMOTO (ODAWARA ART FOUNDATION)

Tokubei, el empleado de un comercio de soja, y su amante, la cortesana O-Hatsu se suicidaron juntos el bosque de Tenjin. Corría el año 1703.
 Este final trágico de un amor imposible fue convertido inmediatamente en argumento teatral por el escritor Chikamatsu Monzaemon, un dramaturgo que siempre se inspiraba en la realidad social y que es considerado el Shakespeare japonés por su habilidad literaria y su dominio para retratar sentimientos y pasiones.
Pero ese retrato no lo expresaban humanos, sino marionetas.
 Un leve gesto, un pestañeo, un movimiento sutil o desesperado, una atmósfera embriagante o tensa…
Todo lo podían expresar unos muñecos, por obra y gracia de unos manipuladores vestidos de negro (kuroko) y una música que subrayaba la intensidad de la trama.
Era la magia del bunraku, el teatro de marionetas japonés que ahora, en el siglo XXI, ha sido recuperada por un creador contemporáneo, Hiroshi Sugimoto.
 Su adaptación de Sonezaki Shinju (Los amantes suicidas de Sonezaki), con elementos audiovisuales, narración y música en directo, podrá verse en Madrid, en el Teatro Español, la próxima semana.
Tokubei y O-Hatsu, 'Los amantes suicidas de Sonezaki'. / HIROSHI SUGIMOTO (ODAWARA ART FOUNDATION)
Fue tal el impacto popular en Japón de Los amantes suicidas de Sonezaki que la obra fue prohibida en 1732 (no se levantaría la prohibición hasta ¡1955!). Las autoridades del siglo XVIII (el shogunato Tokugawa) estaban alarmadas por los casos que sucedían de jóvenes que acababan sus vidas para emular a los protagonistas de esa doble muerte, esos amantes que buscaban hacer realidad su unión imposible entre los humanos entrando en el más allá, en el divino paraíso de la Tierra Pura.
“Me interesa esa fuerza del eros y la muerte. La mayoría del teatro de marionetas es para público infantil. El bunraku es para público adulto”, advierte Sugimoto, que “estaría dispuesto a convertir en obra de bunraku la tragedia de Romeo y Julieta”. Siglos después del impactante bunraku de los amantes imposibles, también sobrevuela el fantasma del suicidio en la sociedad japonesa
. Pero Sugimoto es positivo y cree en el exorcismo de los problemas existenciales a través del arte: “Es una herramienta para aliviar problemas, para desatascar mentes”. Confía asimismo en la revisión de hallazgos artísticos del pasado: “La riqueza cultural tiene que ver mucho con lo vivido.
 Volver a lo clásico puede ser muy contemporáneo”. Japón, que atesora sus manifestaciones artísticas de hace siglos, vivió un período de aislamiento entre el XVII y el XIX
. En ese cierre prosperaron géneros teatrales como el kabuki, el noh o el bunraku. “Hubo un enriquecimiento cultural único”, afirma Sugimoto, a quien intriga “qué habría pasado si ese cierre no hubiera sucedido, ¿una modernización al tiempo que Europa o América?”.
Nueva cara para uno de los personajes del bunraku dirigido por Sugimoto.
El fotógrafo (Tokio, 1948), que reside entre Japón y Estados Unidos, ha labrado un prestigio internacional como artista visual contemporáneo (expone actualmente en Arles y el mes próximo en París) es un apasionado de las formas escénicas japonesas antiguas y se ha convertido en un mecenas entusiasta del bunraku. “Hay ciertos formatos de arte que necesitan apoyos para poder sobrevivir. Yo he decidido invertir mis ganancias en este teatro tan valioso”, dice.
Y no solo se ha volcado en la recuperación del argumento de Sonezaki Shinju (ha rescatado un guion original y completo de Chikamatsu), también ha propiciado la restauración de las marionetas
. A un personaje cuya cara se hizo nueva se aprovechó para dotarle de “rasgos de persona inteligente y atractiva”, en vez de la apariencia de hombre tosco de antes.
 Y otro cambio importante de perspectiva:
 “En la historia antigua Tokubei le pide a O-Hatsu morir juntos por amor. Ahora es ella quien le incita a él”. Esta modificación del director Sugimoto enlaza con su idea de que “en Japón las mujeres son más fuertes que los hombres, muchos de ellos asexuales
. Ellos son herbívoros (shoshokukei) y ellas carnívoras”, ironiza.
Y como su entendimiento del bunraku es “similar al de una ópera”, Sugimoto ha cuidado la escena, la naturalidad de la luz (“quiero recrear las representaciones antes de que hubiera luz eléctrica”), la preciosa indumentaria de las marionetas, la narración (hay tres recitadores) y la música, esta con ayuda del famoso compositor e instrumentista de shamisen Seiji Tsurusawa (nombrado en Japón “Tesoro Nacional Viviente”). Para imprimir un nuevo ritmo (la obra dura dos horas y no cuatro como en los primitivos espectáculos), ha trabajado con un coreógrafo y en el acto que hace referencia a la diosa budista Kannon, incentiva la atmósfera con proyecciones de Tabaimo, una de las artistas visuales japonesas más vanguardistas
. El alma del bunraku la insufla el experto marionetista Kiritake Kanjuro
. Para mover seis personajes protagonistas y cuatro secundarios, en la primera parte hay una persona (como en el viejo bunraku) y luego tres.
El fotógrafo Hiroshi Sugimoto, fotografiado en Madrid. / ROSA RIVAS
El estreno en España de Los amantes suicidas de Sonezaki (Sonezaki Shinju), avalado por la Fundación Japón, es la primera escala de una gira europea que incluye en octubre Roma y París.
 El espectáculo (que fue estrenado en Yokohama en 2011, auspiciado por la Odawara Art Foundation) recalará luego en Tokio y Osaka, y esta ciudad supone una presencia importante para Sugimoto, pues allí se cimentó el teatro de marionetas bunraku (Ningyo Joruri Bunraku), declarado por la Unesco como “Obra maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad”.
Es la segunda vez que el Teatro Español de Madrid aloja un espectáculo de bunraku. También con el maestro marionista Kiritake Kanjuro, en 2005 se presentaron dos obras, El amor pasional y Milagro en el templo de Tsubosaka Kannon
. En esta ocasión, a la representación de Los amantes suicidas de Sonezaki, el 27 y el 28 de septiembre próximos, acompaña una conferencia y una charla demostración sobre el manejo de marionetas al estilo japonés.

“Si mandaran más mujeres, habría mejores horarios”


“Trabajamos de forma tercermundista”, dice Buqueras. / luis sevillano

La frase saldrá varias veces durante la conversación: “Es un asunto de sentido común”. Ciertamente, suena sensato pretender que los españoles tengan un horario de trabajo más razonable y puedan así distribuir su día en tres tandas: ocho horas para dormir, ocho para trabajar y ocho para lo que quieran. Pero llevarlo a cabo no debe de ser fácil, porque Ignacio Buqueras —economista, empresario, doctor en Ciencias de la Información y con un largo currículo en fundaciones de carácter altruista—, lleva ya 10 años intentando que las Administraciones y las empresas lo pongan en marcha.
Buqueras (Reus, 1942) preside la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su Normalización con los demás Países de la UE —pide que se ponga el nombre completo porque lo considera un buen resumen de lo que persiguen—. En el hall de un hotel de Madrid, detalla con precisión fechas, hitos y reuniones mantenidas durante la última década y defiende su objetivo con mensajes muy gráficos: “Estamos en el euro, pero somos los únicos que no nos adaptamos a los horarios del resto del continente. En España trabajamos de forma tercermundista”.
Pide a la camarera “lo de siempre”, un vaso de leche “fría, fría, de nevera” para disolver un sobre de descafeinado. Últimamente acude a menudo a este vestíbulo para hablar del mismo asunto, la misión que incluye en sus ocho horas de ocio. La propuesta de racionalización de horarios será votada este jueves en la subcomisión de Igualdad del Congreso de los Diputados. La medida más conocida es adelantar una hora en España para equipararse con el huso horario del meridiano de Greenwich. “Es importante, pero si nos quedamos en eso, no lo habremos abordado con profundidad”, explica.

Hotel Wellington. Madrid

• Descafeinado de sobre: 5 euros.
• Refresco de naranja: 7.
Total: 12 euros.
Ha hablado con cinco ministros de Educación sucesivos para que se enseñe en las escuelas “el valor del tiempo” y quiere que la puntualidad se convierta “en una exigencia ética”. Su fundación también defiende que las televisiones adelanten los horarios de los espectáculos: “¿Qué sentido tiene un partido de fútbol a las diez de la noche?”.
El economista considera que “el 85% de la población” podría entrar a trabajar entre 7.30 y 9.00 y salir antes de las 18.00, con 35 minutos para comer. En 2003 en una entrevista con este periódico auguró que España conseguiría horarios más racionales en 2006, pero “esta crisis no la podía imaginar nadie”. “Algunos altos directivos me dicen que les parece bien para sus hijos, pero no para ellos”, confiesa. “¿Qué quieres, que a las cinco de la tarde esté en mi casa para que mi mujer me ponga las pilas?”, asegura que le preguntan. Por esa razón, sostiene que “si mandaran más mujeres, habría mejores horarios”.
Y, tal cual lo desgrana, con la leche cada vez menos fría, se lo ha contado a políticos, empresarios, sindicatos y todo tipo de organizaciones. Rajoy admitió hace poco que tenían que hacer algo. “¡Hombre presidente, que ya llevas un año y medio!”, fue su respuesta. Josep Antoni Duran i Lleida es el político que se lo tomó más en serio y Jordi Sevilla el único ministro que “se mojó” cuando estaba al frente de Administraciones Públicas. Asegura que la “reforma previa a todas las reformas” resulta de lo más igualitario. “Todos los españoles, del rey a usted o yo, tenemos exactamente el mismo tiempo: 84.600 segundos al día”.