Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 ago 2013

¿Se ha casado Nati Abascal en secreto ?

Lo sentimos señores… Parece que Nati Abascal ya no está en el mercado.
Fuentes del Madrid Daily News corroboraban ayer (2 de agosto del 2013) que la ex duquesa de Feria ha dado el « Sí quiero » en secreto a su actual pareja con la que mantiane una relación ya desde hace algún tiempo.
ACTUALIZACIÓN 03/08/2013 : Esta historia parece ser falsa. (leer más)
Una ceremonía íntima solo para familiares y amigos
A pesar de las especulaciones que indicaban un inminente anuncio por parte de la pareja de sus planes de boda, finalmente parece que se han decidido a dar el paso dejando a un lado la opinión pública.
 El dicho periódico también desvela que la diseñadora de moda española de 70 años ha sido visto con un nuevo anillo de compromiso a primeros de esta semana.
Se dice que la pareja ha intercambiado sus votos en una íntima ceremonia ante solo unos pocos familiares y amigos en una localización secreta.
Reacciones en Twitter a los rumores de boda
« Se les veía una pareja realmente feliz » unos de sus amigos apuntaba en twitter el pasado viernes (2 de agosto). Pero ¿Se estaba refieriendo a la supuesta boda ?, se preguntaron muchos fans. Los rumores del secreto « Sí quiero » de Nati Abascal despertaron un aluvión de comentarios entre sus seguidores en las redes.
« ¿Nati Abascal se ha casado? ¡Debía haber sido conmigoooooo! »
— 2 de agosto, 2013
« ¿Es oficial? Ha habido tantos rumores sobre Nati Abascal »
— 2 de agosto, 2013
¿Hubo una boda secreta? Si es así sigue siendo un misterio por ahora, ya que nadie del entorno de la diseñadora de moda ha hecho ningún comentario por el momento y la pareja tampoco ha disipado las dudas con un comunicado oficial a día de hoy.
¿Piensas que Nati Abascal se ha comprometido en secreto ?

El lado oscuro de la inocencia

La ilustradora murciana Irene López Almagro dota a sus bocetos infantiles con un toque siniestro de quien se niega a dejar de ser niña.

Uno de los dibujos realizados por López / Irene López

El arte infantil busca mucho más que provocar una sonrisa entre sus pequeños consumidores.
 O, al menos, eso procura hacer Irene López Almagro.
 Esta dibujante murciana, de 26 años, desliza en sus dibujos un segundo mensaje mientras lucha por mantener vivo ese instinto feliz de su infancia.
 “Para mí es un orgullo pertenecer a ese grupo de personas locas que se niegan a dejar de ser niños”, asegura. Sus creaciones, sin embargo, son más ambiciosas:
 “Me gusta ese arte inocente, pero con un toque siniestro, como las películas de Tim Burton”.
López dibuja desde pequeña. Cuando llegó la hora de elegir una carrera, de pensar “en algo más serio”, dudó, pero la respuesta la tenía delante.
 Siempre en Murcia, escogió Bellas Artes para después profundizar en ilustración infantil en el EINA, un centro de diseño y arte adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona
. La dibujante asegura que no se dirige a un público infantil: lo que intenta expresar es a la vez un concepto sencillo y complejo. “No busco solo el toque inocente, me gusta que haya un segundo mensaje”.
Irene lópez junto a una de sus creaciones / Irene López
Fascinada por el surrealismo de Dalí, López confiesa que su pasión viene de la fantasía del cine y de la literatura. “Me inspiran el humor serio de Chaplin y las historias de Tim Burton”, confiesa.
 De sus influencias contemporáneas destaca a la ilustradora infantil Rebecca Dautremer y a Benjamin Lacombe, dibujante de las historias de Edgar Allan Poe y uno de los mejores ejemplos de esa mezcla entre lo infantil y lo siniestro que cautiva a la dibujante murciana.
El proceso de creación de sus obras es simple. “Me sirve cualquier lugar donde me pueda apoyar”, afirma. Empieza con lápiz y papel y el último toque de color lo da en digital: “Te metes como en otro mundo. Se te pasan las horas dibujando y no te das cuenta”
. Aunque la bombilla se le enciende mejor en la oscuridad de la noche, prefiere trabajar por la mañana. “Me surgen ideas en la cama o cuando estoy en la calle esperando al bus y veo una escena con un toque curioso. No se trata de buscar la gran imagen, cualquiera puede valer”.

Un libro en ciernes

López está terminando un libro escrito e ilustrado por ella y que quiere tener listo para el final del verano.
El proyecto surgió en su curso del EINA y no quiere desvelar detalle.
“Es como un hijo que tengo que enseñar al mundo”. Confiesa que hay “una vocecilla” que le presiona constantemente. “Intentaré hacerlo bien”. También sueña con su primera exposición. “Tengo algo en mente sobre retratos de personajes fantásticos”.
No le gusta hacer muchos bocetos para no perder espontaneidad.
“Son imágenes que me vienen a la cabeza y que tengo la necesidad de dibujar”, confiesa. Admite que años atrás hacía más intentos para plasmar lo que realmente quería, pero ya no: “Tampoco tiene que ser tan perfecto”. No sigue ningún canon o línea estética. “Se trata de dejarme llevar, hacerlo a mi manera”.
López aún no se gana la vida gracias a sus dibujos.
“Son sobre todo proyectos personales, no me he puesto en serio”, defiende.
 De hecho, a la vez que trata de vender sus obras en mercadillos, saca dinero de otros trabajos, como viajar por el mundo de azafata, y sigue viviendo con sus padres.
 A veces también recibe encargos personales, de amistades. Por lo que, claro, “no es tan estricto, te dejan más hacerlo a tu manera”.
La mesa de trabajo de López / Irene López
Por muy espontáneo que sea su arte, requiere dedicación diaria. “Suelo dibujar todas las mañanas. Es como tocar un instrumento, no puedes abandonarlo”.
López asegura que el arte infantil está en expansión, tanto en España como en los países de referencia: Francia o Estados Unidos. “Interesa cada vez a más público. Hay muchos curiosos”. Ha pensado en irse de España para enriquecerse culturalmente, especialmente a Francia, aunque tenga la barrera del idioma. “Cada cosa en su momento”, aclara.
López se apuntó al concurso Se busca talento de EL PAÍS para hacer llegar sus dibujos a gente no especializada en el mundo de la ilustración.
 “A lo mejor alguien te descubre sin querer y le puede interesar tu trabajo”. Sueña con que, junto a su libro —un proyecto del que no quiere ofrecer más detalles—, le permitan dar el salto.
 “A mí lo que me gusta”, asegura, “no es que se acuerden de mí por la persona, sino por mis ilustraciones”. Que es como decir que su sello infantil busca denominación de origen

 

La novela negra del verano

EL PAÍS presenta desde mañana a los mejores autores contemporáneos del género policíaco por 1,95 euros.

Sean Penn, en la versión cinematográfica de 'Mystic river'.

Entre las sombras está la verdad. Allí, en el lado oscuro aguarda el espejo que le suele mostrar al ser humano su verdadero rostro.
Su auténtico ser. La cara y la cruz de la vida cuya tentación por conocer es irresistible.
 Y un camino para acceder a ella es la novela negra o policíaca. Las páginas, el lugar donde vemos confrontado al ser humano consigo mismo, con sus demonios, llámense secretos, debilidades, pecados, maldades, enigmas y todo el abanico de actos, comportamientos y sensaciones que se despliegan cuando alguien esconde algo y otro quiere encontrarlo.
Es verdad que ese duelo entre el bien y el mal, de escudriñar y desvelar los misterios de la maldad, está en la literatura de toda la vida, pero es el desarrollo del género negro con autores como Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Raymond Chandler o Dashiell Hammett quienes logran crear una galaxia autónoma con sus propias reglas, físicas, químicas y emocionales con un fulgor apabullante en el universo literario.
 Y cada vez con más brillo y enorme poder de atracción sobre el público.

Semana de misterio

Mañana arranca el misterio con Benjamin Black, seudónimo de John Banville, y su El secreto de Christine.
El lunes es el día de Dennis Lehane y su Mystic river, un gran thriller en Boston.
El martes, Fred Vargas y La tercera virgen, sobre una monja del siglo XVIII que degollaba personas y de su fantasma que no descansa hasta que el comisario Adamsberg entra en el caso.
El miércoles el misterio se traslada a Palermo, escenario elegido por Andrea Camilleri en La muerte de Amalia Sacerdote.
La semana acaba en Barcelona, con Carme Riera, Naturaleza casi muerta y su fresco del mundo universitario.
Lo que han contado los escritores clásicos del género ya lo sabemos.
 Pero, ¿cómo es ese universo, ese espejo, hoy? ¿Quiénes son los escritores contemporáneos que mejor muestran el camino para entrar en el alma y el cerebro del ser humano del siglo XXI?
 EL PAÍS dará parte de la respuesta este verano desde mañana a través de una colección de 13 novelas de sendos escritores con historias de una calidad literaria indiscutible y cuyo precio es de 1,95 euros.
 Ellos son Benjamin Black, Dennis Lehane (por partida doble), Fred Vargas, Andrea Camilleri, Carme Riera, Philip Kerr, César Pérez Gellida, Patricia Cornwell, Jens Lapidus, Lee Child, Claudia Piñeiro y Dominique Sylvain.
 Autores que han creado obras que van desde las narrativas reveladoras de los últimos años como la sueca, hasta la tradicional en español como la argentina, pasando por legendarias como la estadounidense, y, entre medias, las siempre sorprendentes novelas negras italianas, francesas, españolas o irlandesas.
La novela negra es, tal vez, el género literario que mejor cuenta el presente y conecta más con el público, el que toma certeramente las pulsaciones de la vida en tiempo real, aquel que si mira al pasado lo hace con los pies en el ahora para mostrar las consecuencias, la cima indiscutible para tener una panorámica descriptiva y crítica del mundo y la vía para adentrarse en las turbias sangres que hacen palpitar muchos corazones.
¿Acaso tenía razón Joseph Conrad cuando dijo a su amigo Cunninghame Graham que “la sociedad es esencialmente criminal; si no fuera así, no existiría”?
 Lo cierto es que casi todo el mundo siente atracción por conocer las historias oscuras del ser humano y por tratar de resolver crímenes y enigmas que comprometen ideas o sentimientos reconocibles.

 

Campamento de verano........................Boris Izaguirre

Estuve un rato escuchando y viendo al presidente del gobierno hablando de "fin de la cita" con un eficaz traje azul eléctrico.

La duquesa de Palma se va a Suiza para que sus hijos no se enteren del Instituto Noos.

 

La infanta Cristina con sus hijos el pasado 11 de julio. / europa press

La comparecencia del presidente de Gobierno, Mariano Rajoy me pilló en circunstancias un tanto agitadas. En el edificio donde vivo habían cortado el agua repentinamente, porque por un aumento de presión en la residencia religiosa del primer piso estalló una tubería que inundó el piso inferior, donde se almacenan alfombras antiguas.
 “Hay daño”, explicaba el hijo del portero al azorado cura con sotana que lleva la gerencia de la residencia. ¿Quién soy yo para criticar a nadie?, pensé recordando al papa Francisco.
Acudí al Programa de Verano en Telecinco sin duchar
. Cuando llegué se me advirtió, con esa cortesía brusca de la televisión, que como mucho tendría siete minutos de intervención porque el resto se lo “tragaba” la comparecencia. Estuve un rato escuchando y viendo al presidente de gobierno hablando de “fin de la cita” con un eficaz traje azul eléctrico que podría recalificarse de azul evasivo, muy en el tono de lo que decía.
 Estaba ahí, evadiéndome, cuando sucedió el famoso “me equivoqué”, tan pensado y tan electrificante que sus compañeros de partido empezaron a aplaudir de tal manera que debían apoyar los codos en sus escaños para vigorizar sus palmas
. Pero lo que de verdad cautivaba mi atención era el anuncio, en la esquina superior derecha de la pantalla, de un programa llamado Campamento de Verano. Resultaba confuso. ¿Era autopromoción o querían decirnos que era eso, un campamento de verano con nuestros parlamentarios?
 El hecho de que no se reunieran en su sede habitual sino en el Senado, porque hay obras de mejora (ja, ja), sumaba el aspecto de campamento al duelo político
. Las ovaciones cerradas de una bancada ante el silencio absoluto de la otra, parecían una de esas pruebas de los realities de Telecinco que tanto han martirizado a Lucia Etxebarria.
Quedaba claro que el verdadero líder del campamento es el chico malo, Luis Bárcenas.
 Nunca ha estado mas presente. Lo imaginábamos en Soto del Real delante de la tele sonriendo y haciendo peinetas, “ya verán en septiembre cuando vuelva a hablar”... Y esta vez al Financial Times.
Terminada la comparecencia, iniciado agosto, el agua volvió a mi edificio.
 Pero también las cartas de pago a Hacienda, que podrían obligarnos a mi esposo y a mi a fingir que somos eternamente jóvenes y refugiarnos en la residencia estudiantil de abajo o a convertirnos con un “me equivoqué” ante el cura con sotana.
 Afortunadamente, fuimos invitados por unos amigos a Ibiza.
Solo podemos veranear bien si nos invitan. Nuestras visitas son cortas, tres noches como máximo pero no conseguimos evadirnos del todo porque en la isla pitiusa todo el mundo hablaba de las inspecciones de Hacienda y de la falta de cobertura.
 “Es peor que la plaga de medusas, todos estamos investigados, como afectados, no sabemos ponernos de acuerdo y nadie quiere reconocer la inspección”, esgrimía una persona muy celebre, muy amiga y muy investigada.
 Éramos como otro campamento de verano y, como en el Senado, se ovacionaban todas las opiniones. “Si pagamos todos las sanciones, reactivaremos el crédito hipotecario”, se escuchó y hubo pitadas.
 Se grito también lo de ¡Todos a la cárcel! Y hubo brindis.
 De pronto, dos famosos, entre arroces y gambas de paellita, discutían las maneras de su inspectora de Hacienda…¡Hasta que descubrieron que compartían la misma! Y un magnifico humorista de televisión sentencio: “Imagínatela viendo la tele y, como si estuviera en un bingo, anotando: este lo inspecciono, y este también, y tu bonita, también”. Un nuevo reality: “Inspectora de famosos”.
Afortunadamente se airearon otros temas.
 Lo de que las chicas que aportan ambiente en la lujosa planta baja del restaurante Cipriani de Ibiza incomoda a las señoras clientas porque perciben algo encubierto pero descubierto de ropa.
 Hasta que alguien consiguió la cobertura suficiente (porque se ha roto un cable submarino y no hay manera ni de ver los whastapp de Julio Iglesias y sus conquistas) para enterarnos de que la Infanta se exilia en Suiza. “Qué divina”, dijo alguien. “¡Es que es millonaria, que suerte!, dijo otra más escotada.
 Y con toda razón. Antes los que se exilaban en Suiza eran dictadores, grandes ladrones o estrellas retiradas del jazz o del rock.
 Ahora es la duquesa de Palma, con sus hijos, para que no se enteren del Instituto Noos.
 Aunque no será sencillo duquesa, porque en los colegios de Suiza los alumnos son unos linces, hablan cinco idiomas, saben todo de Snowden, de Manning y también de Noos y Aizoon.
Pero no lo olvidemos: el exquisito exilio entronca con una tradición familiar.
 Ya lo vivió el abuelo de la infanta, Don Juan, que hizo una buena fondue bajo la bandera helvética y antes la reina Victoria Eugenia, que se estableció en Lausana como un reloj de cuco
. O sea, una familia que lleva el chocolate suizo en las venas. “
Me pido de reyes una varita mágica o un papá como el Rey”, sugirió malévolo, un comensal.
“Que te consiga todo de un golpe: trabajo, permiso de residencia, matricula para los niños en pleno verano”. Gran ovación en su parte de la mesa.
Otros en cambio pensábamos, igual que Rajoy, cuanto nos hemos equivocado, confiando en nuestros propios méritos para intentar ser mejores.
 Y así estamos, cobrando por achicar agua y el cura con su sotana esperandonos con el ecce homo detrás de la puerta.