EL PAÍS presenta desde mañana a los mejores autores contemporáneos del género policíaco por 1,95 euros.
Entre las sombras está la verdad. Allí, en el lado oscuro aguarda el
espejo que le suele mostrar al ser humano su verdadero rostro.
Su auténtico ser. La cara y la cruz de la vida cuya tentación por conocer es irresistible.
Y un camino para acceder a ella es la novela negra o policíaca. Las páginas, el lugar donde vemos confrontado al ser humano consigo mismo, con sus demonios, llámense secretos, debilidades, pecados, maldades, enigmas y todo el abanico de actos, comportamientos y sensaciones que se despliegan cuando alguien esconde algo y otro quiere encontrarlo.
Es verdad que ese duelo entre el bien y el mal, de escudriñar y desvelar los misterios de la maldad, está en la literatura de toda la vida, pero es el desarrollo del género negro con autores como Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Raymond Chandler o Dashiell Hammett quienes logran crear una galaxia autónoma con sus propias reglas, físicas, químicas y emocionales con un fulgor apabullante en el universo literario.
Y cada vez con más brillo y enorme poder de atracción sobre el público.
El lunes es el día de Dennis Lehane y su Mystic river, un gran thriller en Boston.
El martes, Fred Vargas y La tercera virgen, sobre una monja del siglo XVIII que degollaba personas y de su fantasma que no descansa hasta que el comisario Adamsberg entra en el caso.
El miércoles el misterio se traslada a Palermo, escenario elegido por Andrea Camilleri en La muerte de Amalia Sacerdote.
La semana acaba en Barcelona, con Carme Riera, Naturaleza casi muerta y su fresco del mundo universitario.
Lo que han contado los escritores clásicos del género ya lo sabemos.
Pero, ¿cómo es ese universo, ese espejo, hoy? ¿Quiénes son los escritores contemporáneos que mejor muestran el camino para entrar en el alma y el cerebro del ser humano del siglo XXI?
EL PAÍS dará parte de la respuesta este verano desde mañana a través de una colección de 13 novelas de sendos escritores con historias de una calidad literaria indiscutible y cuyo precio es de 1,95 euros.
Ellos son Benjamin Black, Dennis Lehane (por partida doble), Fred Vargas, Andrea Camilleri, Carme Riera, Philip Kerr, César Pérez Gellida, Patricia Cornwell, Jens Lapidus, Lee Child, Claudia Piñeiro y Dominique Sylvain.
Autores que han creado obras que van desde las narrativas reveladoras de los últimos años como la sueca, hasta la tradicional en español como la argentina, pasando por legendarias como la estadounidense, y, entre medias, las siempre sorprendentes novelas negras italianas, francesas, españolas o irlandesas.
La novela negra es, tal vez, el género literario que mejor cuenta el presente y conecta más con el público, el que toma certeramente las pulsaciones de la vida en tiempo real, aquel que si mira al pasado lo hace con los pies en el ahora para mostrar las consecuencias, la cima indiscutible para tener una panorámica descriptiva y crítica del mundo y la vía para adentrarse en las turbias sangres que hacen palpitar muchos corazones.
¿Acaso tenía razón Joseph Conrad cuando dijo a su amigo Cunninghame Graham que “la sociedad es esencialmente criminal; si no fuera así, no existiría”?
Lo cierto es que casi todo el mundo siente atracción por conocer las historias oscuras del ser humano y por tratar de resolver crímenes y enigmas que comprometen ideas o sentimientos reconocibles.
Su auténtico ser. La cara y la cruz de la vida cuya tentación por conocer es irresistible.
Y un camino para acceder a ella es la novela negra o policíaca. Las páginas, el lugar donde vemos confrontado al ser humano consigo mismo, con sus demonios, llámense secretos, debilidades, pecados, maldades, enigmas y todo el abanico de actos, comportamientos y sensaciones que se despliegan cuando alguien esconde algo y otro quiere encontrarlo.
Es verdad que ese duelo entre el bien y el mal, de escudriñar y desvelar los misterios de la maldad, está en la literatura de toda la vida, pero es el desarrollo del género negro con autores como Arthur Conan Doyle, Agatha Christie, Raymond Chandler o Dashiell Hammett quienes logran crear una galaxia autónoma con sus propias reglas, físicas, químicas y emocionales con un fulgor apabullante en el universo literario.
Y cada vez con más brillo y enorme poder de atracción sobre el público.
Semana de misterio
Mañana arranca el misterio con Benjamin Black, seudónimo de John Banville, y su El secreto de Christine.El lunes es el día de Dennis Lehane y su Mystic river, un gran thriller en Boston.
El martes, Fred Vargas y La tercera virgen, sobre una monja del siglo XVIII que degollaba personas y de su fantasma que no descansa hasta que el comisario Adamsberg entra en el caso.
El miércoles el misterio se traslada a Palermo, escenario elegido por Andrea Camilleri en La muerte de Amalia Sacerdote.
La semana acaba en Barcelona, con Carme Riera, Naturaleza casi muerta y su fresco del mundo universitario.
Pero, ¿cómo es ese universo, ese espejo, hoy? ¿Quiénes son los escritores contemporáneos que mejor muestran el camino para entrar en el alma y el cerebro del ser humano del siglo XXI?
EL PAÍS dará parte de la respuesta este verano desde mañana a través de una colección de 13 novelas de sendos escritores con historias de una calidad literaria indiscutible y cuyo precio es de 1,95 euros.
Ellos son Benjamin Black, Dennis Lehane (por partida doble), Fred Vargas, Andrea Camilleri, Carme Riera, Philip Kerr, César Pérez Gellida, Patricia Cornwell, Jens Lapidus, Lee Child, Claudia Piñeiro y Dominique Sylvain.
Autores que han creado obras que van desde las narrativas reveladoras de los últimos años como la sueca, hasta la tradicional en español como la argentina, pasando por legendarias como la estadounidense, y, entre medias, las siempre sorprendentes novelas negras italianas, francesas, españolas o irlandesas.
La novela negra es, tal vez, el género literario que mejor cuenta el presente y conecta más con el público, el que toma certeramente las pulsaciones de la vida en tiempo real, aquel que si mira al pasado lo hace con los pies en el ahora para mostrar las consecuencias, la cima indiscutible para tener una panorámica descriptiva y crítica del mundo y la vía para adentrarse en las turbias sangres que hacen palpitar muchos corazones.
¿Acaso tenía razón Joseph Conrad cuando dijo a su amigo Cunninghame Graham que “la sociedad es esencialmente criminal; si no fuera así, no existiría”?
Lo cierto es que casi todo el mundo siente atracción por conocer las historias oscuras del ser humano y por tratar de resolver crímenes y enigmas que comprometen ideas o sentimientos reconocibles.
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