Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 jul 2013

El maquinista se despistó porque creía que estaba en otro tramo y frenó tarde.....Siguen conque la culpa es del Maquinista, no dejan que sean las pruebas las que lo demuestren

El conductor del tren admite que cometió un "despiste"

El juez inhabilita al conductor y le retira el pasaporte durante seis meses

Le obliga a pasar cada semana por el juzgado y le imputa 79 homicidios por imprudencia.

Que rápidos para diagnosticar, tardó la justicia meses para decir que Bretón era el asesino de sus Hijos, y siempre presunto, y a esta persona no dicen nunca "presuntamente"...

Ingenuos los que piensen que asi se acaba la historia de la tragedia, detrás  solo está no pagar el seguro a las víctimas....como así pasó con el accidente de Hispaner con destino a Gran Canaria, aún nadie ha cobrado ni un euro, y murieron familias enteras...

 

El maquinista del tren siniestrado en Santiago, Francisco José Garzón, quedó ayer en libertad con cargos tras testificar durante dos horas ante el juez que instruye la causa por el accidente ferroviario más grave de las últimas cuatro décadas y en el que murieron 79 personas el pasado miércoles.
 Deberá comparecer semanalmente en el juzgado y devolver la licencia durante seis meses, con lo que queda inhabilitado para pilotar trenes hasta febrero de 2014
. También se le ha retirado el pasaporte por igual plazo.
 En su relato, que comenzó a las ocho de la tarde del domingo en los juzgados de Santiago, el conductor admitió su responsabilidad en el siniestro
. Reconoció que entró a 190 kilómetros por hora en la curva de Angrois, un tramo limitado a 80, por “un despiste”, y que esa fue la razón del descarrilamiento: pensó que se encontraba en otro tramo del recorrido y por eso frenó cuando era demasiado tarde..
 Garzón evitó quejarse del trazado, las condiciones de la vía o el estado del tren, según fuentes judiciales.
[En su testimonio, el maquinista también dijo que creyó que no estaba en este punto del recorrido y que cuando quiso frenar, "que llegó a hacerlo", ya era demasiado tarde, informa Efe].
Oída su explicación, el fiscal del caso, Antonio Roma, evitó pedir cárcel y se conformó con esas medidas cautelares.
 El Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó al filo de la medianoche que se le imputan se le imputan “79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todo ellos cometidos por imprudencia profesional”. Es la hipótesis que ha manejado desde el principio la policía, que al día siguiente del siniestro fue a arrestar a Garzón a la habitación 381 del hospital Clínico de Santiago, donde permanecía ingresado como una víctima más, con nueve puntos de sutura y una brecha en la cabeza.
A su llegada al edificio judicial, sobre las 18.20, en el límite del plazo máximo de 72 horas de detención legal, los agentes formaron un cordón para mantener a la prensa alejada, del otro lado de la calle.
 El coche policial entró por el garaje para evitar los flashes de las cámaras y llevó al detenido (esposado, con gafas de sol y un visible hematoma en la cabeza) ante el juez
. El inicio del interrogatorio se demoró para que los abogados pudieran repasar el voluminoso atestado policial con la información recopilada en los últimos días.
 Hasta las ocho de la tarde no empezó a testificar, en presencia de su abogado, los del resto de las partes personadas (incluida Renfe que podría ser considerada responsable civil subsidiaria), y el representante del ministerio público
.Antes, se realizó una diligencia relacionada con el móvil del acusado y un forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia certificó que está en condiciones de declarar para mantener las garantías procesales.
El testimonio del conductor es clave para saber qué pasó el miércoles a las 20.41 horas en la curva de A Grandeira para que descarrilasen sus dos locomotoras y los ocho vagones con el resultado provisional de 79 viajeros muertos y otros tantos heridos.
 Todo apunta a un exceso de velocidad, pero solo quien llevaba los mandos podía aclarar si fue propiciado o agravado por algún fallo mecánico o de seguridad o si se trató de un fatal despiste.

Las respuestas del maquinista, anoche en sede judicial, apuntalan la tesis del “fallo humano”, principal argumento manejado por la policía, Renfe, Adif y varios miembros del Gobierno desde los minutos posteriores a la catástrofe.
 Esa línea de investigación fue la que llevó a los agentes a leerle sus derechos el pasado viernes y comunicarle el arresto.
 A media mañana del sábado, cuando recibió el alta médica en el Clínico, los policías lo trasladaron a la comisaría compostelana, donde el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ofrecía una rueda de prensa sobre el caso y en la que se abrazó la misma tesis.
 “Qué duda cabe de que existen indicios racionales para creer que pueda tener una responsabilidad eventual en lo sucedido”, explicó Fernández Díaz con los micrófonos abiertos.
 El instructor de la causa no había dado hasta anoche ningún paso en esta dirección e incluso se apresuró a aclarar (a través de un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia) que el arresto no había sido cosa suya sino de la policía.
 Los presidentes de Adif y Renfe, que cuatro días después aún no han comparecido públicamente para informar del siniestro, abrazaron desde el principio la tesis de la imprudencia, según han repetido en entrevistas sueltas con algunos medios de comunicación.
 Varios miembros del Gobierno de Rajoy mantuvieron en privado durante las visitas a Galicia ese mismo discurso.
Todas esas acusaciones más o menos veladas se apoyaban en la llamada que el maquinista, natural de Monforte de Lemos, hizo al servicio de incidencias 24 horas de Renfe, segundos después del choque y cuando aún no sabía de la existencia de víctimas.
 En esa conversación telefónica, el conductor aseguró que entró a 190 kilómetros por hora en esa curva complicada, cuando faltaban cuatro kilómetros para parar en la estación del centro de Santiago.
 El contenido íntegro de la grabación, que desde el mismo miércoles está ya sobre la mesa del juez, no ha trascendido.
Pero sí, los lamentos y buenos deseos del conductor tras estrellarse: “Somos humanos, somos humanos”, “pobres viajeros” y “espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”.
Desde el mismo momento del siniestro, la tesis del error humano se ha abierto paso en los despachos gubernamentales, sin esperar a que se conozca el contenido de la caja negra, una especie de caja negra que registra los últimos movimientos de la máquina.
 Durante todo el fin de semana, permaneció baja custodia policial a la espera de que el juez pida acceder a su contenido con el apoyo de un perito informático.
Las meras preguntas sobre si basta el error de una persona para generar una catástrofe como la de Angrois o si falló algún sistema de seguridad lo han interpretado la Xunta y el Gobierno como un debate interesado para desprestigiar la red de AVE española, una de las principales apuestas para internacionalizar la economía con contratos en Brasil, Rusia, Estados Unidos y Kazajistán.
No son los únicos intereses a dirimir en esta causa.
Con su sentencia al final del proceso, la justicia determinará quién debe hacer frente al pago de cuantiosas indemnizaciones a las víctimas.
 Es la razón que ha llevado a Renfe a personarse en el proceso como parte interesada.
 En juego está, la responsabilidad civil subsidiaria del desastre.

28 jul 2013

Cataño presenta su úItimo poemario, 'A las islas vacias'

Desde la esencialidad de las Ínsulas extrañas de san Juan de la Cruz a la imposibilidad de síntesis cifrada por Herberto Helder, el poeta trasterrado de Madeira
. Son los dos umbrales del sentido que da José Carlos Cataño (Santa Cruz de Tenerife, 1954), poeta insular residente en Barcelona, a su último libro, A las islas vacías (Ave del Paraíso), que anteayer fue presentado, en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, junto a la reedición de sus dos primeros poemarios, Disparos en el paraíso y Muerte sin ahí, en un único volumen (Huerga & Fierro).
 "En el título hay una alusión soslayada a mis islas de origen; pero me interesa, sobre todo, dar a las islas un sentido metafórico, concebidas como fragmentos, por oposición a cualquier discurso propiamente continental o continuista", explicó Cataño
.El poeta Antonio Martínez Sarrión, que presentó este nuevo libro, Insistió en la "extraterritorialidad" de la poesía de Cataño, cuya "exigencia y pureza le mantienen felizmente alejado de las corrientes poéticas hegemónicas; es un autor que poética, estética y políticamente arriesga"
. El crítico Carlos Álvarez-Ude, que presentó los poemarios reeditados, dio cuenta del itinerario de Cataño, desde "la mirada extrospectiva y el verso largo en Disparos en el paraíso, hasta el esencialIsmo introspectivo de Muerte sin ahí".

Caine, McQueen, blanco y negro

Dos libros revisan en imágenes inéditas la vida de dos genios de la interpretación que compartieron hitos artísticos pero que nunca se cruzaron en la gran pantalla.

Steve McQueen conduciendo su motocicleta en un descanso del rodaje de 'Bullitt'. / judith jamison / barry feinstein photography, inc.

Proceden de tiempos en los que el cine era algo distinto, creaba iconos perdurables, solo podía disfrutarse en salas oscuras y no estaba poseído por el monstruo del marketing.
Sus carreras nunca se cruzaron, probablemente porque uno acababa de empezar y el otro se encontraba en el apogeo de su reinado.
 Sin embargo, ambos son figuras clave, por razones distintas, en los territorios del séptimo arte.
El primero, Steve McQueen, es uno de los actores más carismáticos que haya existido.
Su imagen, tallada a partir de una sonrisa inconfundible y una pose rebelde, sin imposturas, se convirtió pronto en un imán para hombres y mujeres
. Insistía en hacer él mismo las escenas de riesgo, amaba la velocidad, se vestía como si el demonio del glamour se le hubiera metido dentro y tenía buen ojo para escoger papeles
. Además, por si fuera poco, era un grandísimo actor.
El actor Michael Caine, en Londres en los sesenta. / mirrorpix
El otro, Michael Caine, era un joven de Rotherhithe, un barrio al sureste de Londres, que se empeñaba en esconder su acento cockney, porque a los que mandaban no les gustaba:
 “Demasiado londinense”. Caine, un tipo sin un físico particularmente destacable (no tenía nada del guapo al uso), había empezado en los cincuenta sacando la nariz en la tele, haciendo mucho teatro, con el porte de alguien que lleva un siglo paseándose por los escenarios.
Steve McQueen, en el plató de rodaje de la película 'Bullit' en 1968. / judith jamison
A principios de los sesenta la figura de McQueen era ya la de un galán canalla: “Steve McQueen era el rey de Hollywood en aquellos días
. Era joven, atractivo y proyectaba una imagen de tipo sano y divertido. Los hombres le admiraban y las mujeres le encontraban irresistible.
 Cualquier papel que hubiera en aquellos tiempos que necesitara una figura capaz de combinar carisma y elegancia era o bien para él o para Paul Newman.
 En la década de los sesenta no hubo ningún actor con su poder: todos querían trabajar con él”, cuenta Tony Nourmand, editor de Reel Art Press, que ha tenido la feliz idea de editar dos libros simultáneamente rindiendo pleitesía a las dos figuras
. “Ha sido una casualidad. Cuando me ofrecieron la posibilidad de trabajar con material absolutamente inédito de McQueen no tuve que pensármelo demasiado.
 Centenares de fotos en blanco y negro reflejando, particularmente, su pasión por los bólidos y la velocidad. Además, yo estaba trabajando en ese momento en un libro llamado Michael Caine in the 60’s que hablaba de la explosión del fenómeno en Londres
. Vamos a editarlos con solo unos meses de separación, pero es curioso ver cómo ambos dominaron la escena cinematográfica a ambos lados del Atlántico sin tener nada en común… bueno, quizás esa capacidad para conectar con el espectador y ese estilo innato: uno reconoce enseguida a Michael Caine y a Steve McQueen, aunque solo sea por la forma en la que se mueven”.
McQueen, en una carrera en California en 1962. / barry feinstein photography, inc.
El primer libro —ya editado— Michael Caine: 1960s explora la figura del actor usando fotografías (muchas de ellas inéditas) de varias de las películas que más tarde marcarían la carrera del intérprete y le permitirían dar el salto a las grandes ligas.
 Uno de esos filmes (icónico como pocos) es Funeral en Berlín, donde Caine se calzaba por segunda vez (la primera fue en Ipcress, un año antes, en 1965) los zapatos del espía Harry Palmer, un hombre al que la guerra fría le sentaba francamente bien
. La lacónica interpretación del actor y la perfecta ambientación de la intriga internacional (con un gran trabajo del realizador Guy Hamilton) dejaron al público con ganas de más y en 1967 se estrenaba El cerebro de un billón de dólares.
 Sin embargo, el gran triunfo del actor, y el que le daría el empujón necesario para convertirse en un clásico de la escena británica fue Alfie, estrenada en 1966.
 “Darle a un hombre como Michael Caine el papel de un conquistador fue una genialidad, y creo que el gran mérito de la película es haber conseguido que el inglés medio se identificara con aquel tipo
. Además, estaban el vestuario de Jean Farley y la banda sonora de Sonny Rollins: imposible ser más cool”, cuenta Nourmand vía telefónica desde su oficina en Londres.
Unseen McQueen, el otro libro de la editorial, aparecerá en octubre pero este periódico puede ofrecer un pequeño adelanto del volumen, que incluye más de 200 fotos absolutamente inéditas del astro estadounidense que ilustran —especialmente— su pasión por los coches
. Como Caine (aunque en otro plano, el de las colinas de Hollywood) McQueen empezaba la década de los sesenta a lo grande: en 1960 protagonizaba la legendaria Los siete magníficos, un curioso remake de la japonesa Los siete samuráis (del director japonés Akira Kurosawa) que se convertiría en todo un clásico del western.
 No solo eso, Steve McQueen estuvo en nada más y nada menos que en 13 películas en esa década, incluyendo títulos como La gran evasión, Bullit, El rey del juego o El caso de Thomas Crown.
“Creo que encontraremos pocos actores en la historia que puedan presumir de haber tenido tanto olfato a la hora de escoger papeles: piénsalo bien, ahí tienes al menos media docena de clásicos”, reflexiona Nourmand.
Michael Caine, en la película 'The Ipcress File'. / tcd
Por desgracia la carrera del actor se vio truncada por un ataque al corazón tras una operación causada por un cáncer extremadamente virulento.
Tenía 50 años y dejaba tras de sí un reguero de títulos míticos además de una imagen imborrable: la de un actor de primera clase.
Caine, por el contrario, lleva ya 63 años en esto del cine, ha protagonizado más de 150 películas y series de televisión, y no parece que tenga intención de retirarse.
Ahora rueda —de nuevo— con Christopher Nolan (con el que ya colaboró en la trilogía de Batman), en el último proyecto de este, Interstellar.
 Hace poco celebró su 80º cumpleaños convertido en uno de los actores más amados por los cinéfilos de todo el mundo y con el lujo de poder escoger los proyectos que le apetezcan.
Un sastre toma medidas al actor para caracterizarlo como chófer en el rodaje de 'Alfie' / photofest
Caine y McQueen representan a esa generación de actores (el primero nació en 1933 y el segundo en 1930) para los que el séptimo arte no era solo una máquina de hacer dinero y que consideraban al público algo más que un recipiente vacío
. Unseen McQueen y Michael Caine: the 1960s constituyen un bonito homenaje al talento, el glamour y la clase, tres elementos que pocas veces se ponen de acuerdo para encontrarse en un mismo actor.
 En el caso de estos dos titanes de la interpretación cualquier intento de reproducción de su grandeza acabaría siendo un fracaso: la fórmula que les hizo posibles hace tiempo que se esfumó.

 

Abrir en domingo solo es rentable para uno de cada diez comercios

Un informe afirma que el 85% de los clientes no compra más por la liberalización de aperturas.

La apertura en domingos y festivos tan solo es rentable para uno de cada diez comercios, según un estudio realizado por la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana (UCCV) y la Confederación de Comerciantes y Autónomos de la Comunidad Valenciana (Covaco).
Este informe, que toma los datos de las ciudades de Valencia y Alicante señala también que el 85% de los consumidores dice no haber incrementado sus compras desde la liberalización de horarios comerciales en las zonas de gran afluencia turística y un 83% asegura que no ha modificado sus hábitos de consumo.
Por su parte, la mayoría de los comerciantes afirman que sus clientes mantienen el mismo comportamiento de compra
. En el caso de los comercios situados en las ciudades de Valencia y Alicante, el 87,5% de los consultados (el 83,3% en Valencia y el 88,9% en Alicante) no ha notado cambios en las pautas de consumo.
Así, solo para el 10% de los comerciantes consultados en es rentable abrir en domingos o festivos, y de estos sólo el 29% abre todos ellos
. Este pequeño porcentaje, que apenas representa el 3% de la muestra, pertenece prácticamente en su totalidad al sector de la alimentación.
El resto de los que obtienen beneficio cuando abren en días festivos lo hacen ocasionalmente, y la mayoría coincide con periodos comercialmente interesantes, como la campaña de Navidad, han informado las asociaciones en un comunicado.
 Para el 78% de los encuestados los costes de apertura un domingo o un festivo superan los ingresos o apenas compensan los gastos, mientras que el resto no sabe o no contesta.
En las localidades turísticas, el 70% de los comerciantes dice que abrir en festivo genera pérdidas, para el 11% no hay beneficio y solo resulta rentable para el 13%.
 El resto no sabe o no contesta.
También se ha consultado a los ciudadanos su opinión sobre la liberalización de horarios, y un 41% considera que esta medida sólo incita al consumo, frente al 23% que cree que beneficia al consumidor.
 El 76% de los consumidores que habitualmente compra en festivos dejaría de hacerlo si no se crean nuevos puestos de trabajo y se dificulta la conciliación de la vida personal y laboral de los trabajadores de comercio.

Compras de última hora

La compra de última hora o por necesidad es para un 54% de los consumidores encuestados el principal motivo para comprar en festivos o domingos, mientras que el 16% lo hace por una combinación de ocio más compra y el 17% dice que es porque no tiene tiempo para comprar en días laborables.
Para la presidenta de Covaco, Encarna Sanchis, esto demuestra que los consumidores "no demandaban más horarios de apertura, como se argumentó desde el Gobierno central para imponernos esta medida, ni que abrir durante más días contribuya a reactivar el consumo".
"Como siempre hemos manifestado, la reactivación del consumo pasa por una mejora de la situación económica y de la confianza, por la creación de empleo, bajada de impuestos, no por abrir más domingos y festivos", ha agregado.
Sanchis ha advertido de que "resulta preocupante el impacto negativo que la liberalización de horarios en Valencia y Alicante sobre las localidades de influencia", poblaciones cercanas en las que podría producirse en mayor medida la fuga de consumo y "un cambio de hábito que complica la supervivencia del tan importante tejido comercial local".
"Esta medida puede provocar a medio y largo plazo una mayor concentración comercial en las grandes ciudades y en las zonas más saturadas y el consecuente empobrecimiento de las poblaciones de interior", ha concluido.