Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 jul 2013

Cine Lésbico

Cine Lesbico

La homosexualidad ha estado presente en el cine desde el principio de su historia, pero casi en su mayoría se ha enfocado hacia la masculina y dejando de lado un poco la homosexualidad femenina, pero es en el año de 1914 con la cinta The Florida Enchantament en donde se ve a dos mujeres que bailando juntas que se podría decir que comienza el Cine Lésbico, actualmente existen directoras y cintas reconocidas que muestran la homosexualidad femenina.

En Multimedia G, poseemos aproximadamente 250 películas de Cine Lésbico de diferentes partes del mundo ya sean sonoras como mudas y en blanco y negro o color , que al poder visualizarlas no solo nos brinden entretenimiento o creen empatía con el personaje si no que nos permitan saber cómo se ve a la Mujer Gay o Lesbiana desde la perspectiva de diferentes épocas y culturas.

INDICE:
  1. A Marine Story
  2. A mi madre le gustan las mujeres
  3. Aimée y Jaguar
  4. Almejas Y Mejillones
  5. Así Del Precipicio
  6. Baño de Damas
  7. But I'm A Cheerleader
  8. Costa Brava
  9. D.E.B.S.
  10. Die Büchse Der Pandora
  11. Du Bist Mein Herzschlag!
  12. El Favor
  13. El Niño Pez
  14. Electroshock
  15. Frida
  16. Fucking Amal
  17. I Can't Think Straight
  18. Les Filles Du Botaniste
  19. Lesbian Vampire Killers
  20. Loving Annabelle
  21. Naissance Des Pieuvres
  22. Piedras
  23. Pudor
  24. Saving Face
  25. Tan derrepente
  26. The Gimnastic
  27. When Night Is Falling

Carla Fracci (Mis retratos del verano: 3) Por: Roger Salas


Carla.Fracci (1)Buccafusca Fue en un receso de los ensayos en el Teatro de Epidauro donde Carla Fracci (Milán, 1936) me habló por primera vez del concepto de compañía nacional, de esa idea que la rondaba ya entonces. Era la noche previa a la función donde debía bailar las danzas de Isadora Duncan y ¡era el sitio ideal para esa evocación! Estábamos sentados sobre aquellos milenarios asientos de piedra, tan llenos de historia
. El teatro estaba vacío. La acústica, inmejorable, había sido ideada en el siglo IV a. C. “¿Ves? Las fórmulas del teatro siguen siendo las mismas y son sagradas. Por eso permanecen”, me dijo. Tiene razón la diva italiana. “Carla Fracci es la más grande ballerina italiana de los tiempos modernos, y verdadera superviviente en activo de una tradición que hoy es ya historia”, escribí una vez, argumentándolo así: “La leyenda de las bailarinas italianas se remonta al romanticismo cuando París, Londres y San Petersburgo se las adjudicaban como propias
. María Taglioni, Carlotta Grisi, Fanny Cerrito, Sofia Fuoco, Carolina Rosati, Caterina Beretta, Amalia Ferraris, Carlotta Zambelli, Pierina Legnani, Virginia Zucchi, se convirtieron en el emblema mundial del ballet
. La tradición de las italianas era un signo de bravura, de elegancia y de una escuela con tradición.
 La única italiana del siglo XX que se une a ese collar de gemas artesanas es Fracci, cuya carrera es ejemplar por amplitud y rigor
. A su sublime encarnación de las heroínas del ballet, ya sean trágicas o espectrales, inocentes o traviesas, o simplemente, mujeres enamoradas que desafían a Eolo de la mano de Terpsícore, hay que distinguirlas. Su Giselle implorante, su Sílfide irreflexiva, su Swanilda coqueta, su Cerrito que es la animación de un grabado de Alophe, su Julieta aferrada a un amor trágico, su Gelsomina ingenua y creyente en una vida que niega los más justos placeres”.
 He visto trabajar afanosamente a Fracci en la barra aún hoy como si de una debutante se tratara; su puntualidad y su sentido ritual de la estancia en los teatros como si fueran verdaderos templos, su manera de atender a los jóvenes bailarines.
 La preocupación por el estilo la hace un ejemplo admirable.
 Y hay algo tan verdadero como heroico en estas grandes mujeres, artistas de generaciones pasadas que no solo no creen en el retiro, sino que siguen haciendo planes. Fracci está empeñada hace tiempo en esa idea: la de una compañía nacional en Italia. Suena raro, pero allí no existe. Esa es la verdad. Sería una manera de sanear el ambiente y partir de cero en cuanto estructura.
 Su proyecto, esa idea que me ha contado muchas veces (y de la que han corrido ríos de tinta) plantea traer a los bailarines italianos que hacen carrera en el extranjero, establecer un calendario orgánico con los grandes teatros, gestionar una sede óptima en la capital (Roma) y recuperar el repertorio propio y universal, incluyendo en la oferta el de los Ballet Russes de Diaghilev, mantenerlo siempre activo, entendiendo que allí está el meollo del ballet moderno y contemporáneo por el que aún navegamos.
 Ya en su etapa en la Ópera de Roma Carla Fracci puso en práctica estas tesis, y tengo que decir que con éxito de público y crítica; por una vez, concilió a pareceres diversos y hasta divergentes.
 La imagen es una cortesía del fotógrafo italiano Alessio Buccafusca.

Historia(s) de la belleza

De los rituales faciales de la prehistoria al retoque corporal moderno pasando por el cine, la publicidad y la moda: el Museo de la Evolución Humana disecciona el canon estético a través de los tiempos.

Un visitante contempla un detalle de la Venus de Botticelli. / Tomas Alonso

Los esclavos germanos no tenían derecho a la vida ni a la muerte, pero sí bonitas melenas rubias.
 La envidia de las mujeres romanas, que mandaban importar cabellos del norte de Europa para confeccionar sus elaboradas pelucas.
 La élite de la antigüedad imponía su canon de lujo y exotismo mediante prácticas esnobistas que se nutrían de los piojos de los descastados
. Las mujeres del Romanticismo del XVIII entraron en una competición suicida por conseguir un aspecto frágil y pálido ingiriendo vinagre y limón.
 La meta era limar las curvas y tornar sus caras de enfermedad.
 Al contrario que sus lustrosas antecesoras del Renacimiento, bien orgullosas de sus grandes caderas y sexis papadas
. Todas ellas se lucen hasta el 12 de enero de 2014 en el Museo de la Evolución Humana de Burgos en la exposición La belleza, una búsqueda sin fin.
La publicidad y los objetos, a caballo entre la verdad y la mentira, son protagonistas en la muestra de Burgos.
Protegidas por la vegetación de la sierra de Atapuerca que se recrea a la entrada de la institución, más de 100 piezas reflexionan sobre cómo “la belleza ha ido cambiando a la luz de los acontecimientos culturales”, como apunta Quionia Herrero, comisaria de la muestra.
 La institución, en colaboración con la firma de cosmética L’Oréal España, afronta el recorrido desde la biología como sustrato de la belleza, pero rendida al fundamentalismo cultural, responsable último de establecer los cánones
. “Lanzamos la pregunta: ‘¿Por qué estamos programados para detectar la belleza?’ y la confrontamos con las teorías clásicas de la simetría, la proporción y la herencia genética”, apostilla Herrero.
Una bonita y simétrica concha de nautilus recibe al visitante.
 Su espiral perfecta se desliza por el cascarón siguiendo la fórmula áurea, para fortuna de Pitágoras, la mancha de texto de los libros medievales, el Partenon, La Gioconda de Da Vinci o los diseños de Le Corbusier
. Pero para desgracia de Darwin. Por muy controlados que creyera que tenía a los pinzones de Galápagos, hubo un pájaro que decidió llevarle la contraria
. El pavo real sacaba de sus casillas al naturalista inglés con su plumaje colorido y su pavoneo a la conquista de las hembras.
 Para Darwin la provocación era más bien el cebo para los depredadores, no para las pretendientas. Es decir, toda su teoría de la lucha contra el medio para la supervivencia de la especie se iba al traste por el coqueteo
. Así que antes de tirar la toalla, introdujo en El origen de la especies (1859) un capítulo sobre la selección sexual.
Los machos ya tenían excusa para seguir contoneándose
. “Hay teorías científicas que plantean que la belleza es un sistema de señales para transmitir los genes”, explica la comisaria, “cuanto mayor éxito reproductivo, mayores cualidades genéticas especiales, como por ejemplo un sistema inmunitario fuerte”.
Abajo, estatuillla prehistórica en el Museo de la Evolución Humana
Menos peligrosas, aunque igual de superficiales, son algunas herramientas de la Prehistoria.
 Los bifaces fabricados por el Homo ergaster de la exposición evidencian la búsqueda de la belleza de los primeros hombres: un instrumento simétrico de piedra pulida, nada efectivo para la tarea que se le presuponía.
 En 2004, un grupo de espeleólogos encontraba en la Sala del Caos del complejo kárstico de la Sierra de Atapuerca una misteriosa joya de oro perteneciente a la Edad del Bronce
. Conocida como la Joya del Silo,el brazalete comparte vitrina con una diadema de oro de Roma del siglo I a.C. y los collares egipcios, pertenecientes a la colección de Rafel Pagés.
“Civilizaciones como la griega y la romana no consideraban bella a una persona si no se aplicaba ungüentos, perfumes o maquillaje, a los que concedían un valor mágico”, relata Herrero.
 “En la Prehistoria o en determinadas culturas aborígenes, un cuerpo al natural, sin decorar, no es humano". La intervención consciente para conseguir la aceptación social aunque implique el sufrimiento.
 En los 400 metros cuadrados dedicados a la exposición aparecen unos cuantos ejemplos de esta dictadura de la belleza: los pies de loto de las mujeres chinas, las deformaciones en el cráneo en Mesoamérica, las anillas en el cuello de las mujeres de la tribu Karen de Tailandia, los dientes negros tras aplicar la técnica del ohaguro de los japoneses o el absolutismo de los corsés de la Francia anterior a la Revolución Francesa. “Se mezcla la necesidad de cumplir con un canon de belleza y la distinción social, porque por mucho que las clases populares hayan intentado imitar a las élites, siempre existían algunos límites".
No muchos podían permitirse una fragancia a medida como consiguió Napoleón. El Rodillo del Emperador encierra el Agua de Colonia creada por Jean-Marie Farina en un frasco alargado.
 Gracias al recipiente, el conquistador solo tenía que dejarlo resbalar hasta su bota, sin necesidad de bajarse del caballo y sin perder la frescura cítrica del perfume. Antes de que la Revolución Francesa e Industrial acabaran con sus vanidades, las cortes europeas de los siglos XVII y XVIII elevaron sus peinados al surrealismo y se embadurnaron hasta la distinción social.

La casa del hombre

  • El 13 de junio de 2010 abrió sus puertas el Museo de la Evolución Humana, muy cerca de la Catedral de Burgos.
  • La exposición permanente ofrece los hallazgos de Atapuerca tras medio siglo desde el hito arqueológico.
  • Uno de los atractivos principales de la muestra es contemplar fósiles homínidos de 850.000 años, encontrados de la Sierra de Atapuerca, en la Trinchera de Ferrocarril.
  • Atapuerca 4x4 es una de las principales novedades de este 2013. Un paseo por los yacimientos a bordo de uno de estos vehículos por 20 euros para mayores de 16 años.
  • Entre las actividades que podrán disfrutarse este 2013, destaca Sinfonías del subsuelo, un concierto de Silverio Cavia que tratará de recorrer melódicamente la distancia que separa el Paleolítico de nuestros días. Será el 26 de julio a las ocho de la tarde y la entrada valdrá cinco euros.
  • El arte del arco en la prehistoria es lo que tendrán que practicar las principales figuras europeas de este deporte entre el 14 y el 15 de septiembre.
  •  La cita será en Ibeas de Juarros.
La belleza, una búsqueda sin fin reúne pigmentos que han sido utilizados a lo largo de la historia, como el ocre mineral, el khol y la henna, el sulfuro de mercurio o el antimonio, la harina de arroz y de trigo, además de los productos sintéticos que comienzan a desarrollarse a finales del siglo XIX.
 Los cítricos y el incienso formaron parte de los primeros mejunjes que sirvieron como desodorantes al frotarlos contra el cuerpo
. Aunque el que realmente hizo su labor llegó en el siglo XIX con cloruro de zinc.
Lo que la guerra había separado, lo unieron la paz de finales del XX y el nuevo siglo a través del bombardeo del cine, la televisión y la publicidad
. No solo se propiciaron nuevos cánones en los que la gordura representaba la pereza y la delgadez el éxito, sino que las religiones tuvieron que retroceder sus líneas de defensa.
“El cristianismo aboga por la pureza del cuerpo, el objeto más bello y la medida de todo”, cuenta Herrero, “sin embargo, los piercings y los tatuajes, considerados algo exótico, más propios de culturas africanas donde prima la escarificación y el uso de pigmentos, han terminado por ser parte de la cultura occidental”.
“Los avances técnicos no solo han permitido realizar ese ideal de belleza, sino que en este momento han multiplicado las patentes en biotecnología y medicina relacionados con la cosmética”, cuenta Herrero al lado de una vitrina donde la firma L’Oréal expone cultivos de tejido humano que además de laboratorio para probar sus productos, permiten a sus científicos (dedican un 3,5% de su negocio a la investigación) avanzar en la reconstrucción de grandes quemados.
“La aspiración eterna a la inmortalidad será una preocupación que perdure”, afirma Quionia Herrero, “no me atrevo a aventurar nuevos cánones de belleza, pero el futuro se debate entre la tendencia biológica de la eugenesia [conocida como bebés a la carta] que ya se practica y no tendría por qué limitarse al sexo, y la tecnología aplicada al cuerpo".
 ¿Terminaremos siendo cyborgs? "Además de los implantes, puede que lleguemos a ese momento en que los robots sirvan para mejorar nuestra memoria, entre otras muchas funciones”.

 

Diana de Gales es Abuela