Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 jul 2013

El presidente del Constitucional admite que militó en el PP cuando era magistrado................¿por qué lo ocultó?

Pérez de los Cobos convoca de forma extraordinaria a los magistrados para explicarse

El presidente del alto tribunal descarta dimitir

  • El presidente del Constitucional figura en la lista de afiliados del PP 
  • Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional. / / ULY MARTÍN
    El presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, ha admitido ante los miembros del pleno, que mantuvo su militancia en el PP cuando ya era magistrado del tribunal.
     Sin embargo, ha añadido que a día de hoy ya no paga las cuotas de afiliado.
     Pérez de los Cobos había convocado, con carácter extraordinario, a los miembros del plenario con el fin de explicar su adscripción política entre, al menos, 2008 y 2011, tal como ha publicado hoy EL PAÍS.
    El presidente, que en ningún momento ha planteado la posibilidad de dimitir    (jejeje aquí no dimite nadie), ha defendido la legalidad de su afiliación apelando a la ley orgánica del Tribunal Constitucional, que limita la incompatibilidad de la condición de magistrado con el desempeño de funciones directivas en partidos políticos.
    Se ha acogido a esta interpretación literal sin entrar en la exigencia de la propia Constitución de que los sistemas de incompatibilidades deben garantizar la independencia.
    Pérez de los Cobos tiene previsto acogerse a la literalidad del artículo 159 de la Constitución que dice que la condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible “con el desempeño de funciones directivas en un partido político” y alegar que ha sido únicamente militante de base.
     Ese mismo artículo señala que “los miembros del Tribunal Constitucional serán independientes”.
    El Constitucional ha remitido una nota de presnsa en la que concluye que "la Constitución y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por consiguiente, no establecen para los Magistrados del Tribunal Constitucional incompatibilidad alguna con el hecho de pertenecer o haber pertenecido a partidos políticos, asociaciones, fundaciones y colegios profesionales".
     
  •  Panda de Sirvegüenzas!!!!

17 jul 2013

Cirugía estética: belleza cicatrizando


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"La serie de fotografías Beauty Recovery Room se sirve de los cuerpos y rostros magullados de mujeres que se han sometido recientemente a algún procedimiento estético.
 El objetivo es mostrar el coste físico de adherirse a la presión social en Corea", explica la fotógrafa Ji Yeo en el manifiesto que acompaña a las imágenes.
 El país oriental, según palabras del Business insider, está "obsesionado con la cirugía plástica". The Atlantic lo corrobora con un dato escalofriante: una de cada cinco mujeres de Seúl (la capital) han pasado en algún momento por un quirófano con fines estéticos.
Para hacernos una idea: en Estados Unidos es aproximadamente una de cada veinte.
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El proyecto, según me cuenta la fotógrafa, surgió debido a su propia obsesión con el tema.
 "Cuando estaba en el instituto, la cirugía estética era un tema muy popular.
 En los periódicos había infinitas noticias sobre quién se la había hecho, dónde, lo exitosa que había sido... Muchas de mis compañeras planeaban sus intervenciones para después de la graduación.
 Pero mi sueño era mucho mayor: yo quería cambiarme por completo
. Convertirme en otra persona. Realmente creía que si modificaba mi aspecto, mi vida cambiaría con él y podría (finalmente) ganarme el respeto y admiración de la gente"
. Antes de que Yeo optase por no entrar al quirófano, su sueño se convirtió en obsesión: visitó hasta doce cirujanos diferentes, le preguntó a las amigas que ya se habían operado y comparó hasta la saciedad sus modelos a seguir ("¿los labios de Angelina Jolie o la nariz de Winona Ryder? ¿Quizá ambos?", narra). El proceso mental duró años
. "Después de tanto tiempo, me di cuenta de que si realmente hubiera querido operarme, ya lo hubiera hecho
. De algún modo, siempre encontraba algo que me frenaba. Aunque siempre he querido cambiar algún detalle de mi anatomía, llegado el momento me entraban serias dudas. El simple pensamiento de perder esos detalles para siempre me hacía entrar en pánico.
Me di cuenta de que la fantasía de otro cuerpo estaba creada desde una perspectiva exterior. La de la perfección estética era una fantasía social que poco o nada tenía que ver conmigo".
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El limpio objetivo de Yeo, que dedicó tres años completos al desarrollo de esta serie, pretende arrojar luz sobre la parte menos tratada del proceso estético: el tiempo de recuperación.
 Las imágenes muestran a las pacientes apenas horas después de haber pasado por la anestesia general para realizar un aumento de pecho, una rinoplastia o una lipoescultura.
 Ese momento en que el cuerpo está dolorido y amoratado, en el que las vías, las vendas y el drenaje conforman todo su universo dentro de la habitación
. Justo ese ínterin en el que las mujeres ya no tienen su aspecto original, pero tampoco el deseado. Antes de que, como resaltaron este año en Miss Corea, se conviertan en una más en la larga lista de coreanas occidentalizadas.
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Puede ser su serie más 'iluminadora', pero no la más reflexiva.
 En las otras dos que exhibe en su web mezcla a aspirantes a actrices y mujeres con desórdenes alimenticios.
 En algunos casos les pide que lloren, en otros simplemente que posen. Para muchas, el situarse frente a una cámara es un reto en sí mismo. Para Yeo es un modo de reafirmar la belleza innata de cualquier cuerpo. "Ji cree que la belleza es algo de la naturaleza humana, y la gente la encuentra en las circunstancias más difíciles (...). Su trabajo actual se centra en las ideas de 'belleza' en la cultura contemporánea, específicamente en cómo las mujeres de nuestra sociedad definen y se aplican a sí mismas un determinado ideal de belleza.
 Discute este fenómeno a través de la fotografía, el performance y otros proyectos temporales", explica su biografía. La belleza, y sus procesos (físicos y mentales) como objeto de estudio.
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Su cámara no descansa. En su próximo proyecto se traslada de la belleza a la memoria. "Mi abuela tiene Alzheimer. Comenzó hace casi diez años, y ahora ya no reconoce ni a mi madre (su hija). Quiero documentar la relación entre mi abuela, mi madre y yo misma, centrándome en lo que afecta psicológicamente perder a tu madre, o la memoria, a lo largo de tres generaciones", cuenta. 
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Los intocables: el mejor cine negro de la televisión

Los Intocables fue una de las primeras series que se hicieron populares en nuestro país. Bebía de las fuentes de la mejor tradición del cine negro de los USA, y narraba la lucha en Chicago de una brigada especial de la policía contra las mafias locales en los turbulentos años 20.
La lucha sin cuartel entre el bien y el mal, con altas dosis de violencia y tiroteos, enganchaba a las familias delante de  los televisores de blanco y negro para seguir las andanzas semanales de Elliot Ness y sus muchachos, que posteriormente fueron llevadas al cine en una gran superproducción e incluso tuvieron otra versión en los años 90. A Próposito de los Intocables Peperos.........
. Hoy vamos a bucear en el pasado y recordar esta serie que seguro que a todos los que hemos pasado la barrera del medio siglo, nos va a retrotraer a tiempos juveniles.


Ficha: Los Intocables (The Untouchables), 119  episodios. Oct 1959- May 1963,  ABC (USA) La 1 (E).
Sinopsis: En la época de la ley seca, un grupo de agentes especiales valientes e incorruptibles luchan contra el crimen y las mafias que lo controlan en la ciudad de Chicago.
El inicio: La serie está basada en el libro de memorias que escribió Elliot Ness, con ayuda de Oscar Farley, que narraba su experiencia personal en la lucha contra el crimen organizado en Chicago, en especial contra Al Capone
. Las memorias fueron adaptadas  a la televisión idealizando el personaje de Elliot Ness al máximo, con un primer episodio que fue un piloto de 90 minutos, donde se mostraba el primer enfrentamiento entre ambos.
La serie tuvo bastante controversia al principio por su recreación de la comunidad italo-americana, hablando un inglés con fuerte acento y siendo tratados de mafiosos y delincuentes enfrentados a la parte irlandesa y sajona de la policía
. Las comunidades italo-americanas se quejaron y consiguieron cambios sustanciales en el tratamiento de su comunidad, como la introducción de un agente italiano en el equipo de agentes especiales, reducción significativa de los nombres italianos de los maleantes y hacer  hincapié en los logros de la comunidad italiana en el avance del país.
 Como pueden ver, las historias políticamente correctas ya comenzaban a existir hace cincuenta años…

Personas víricas que consumen energía

Llegan, nos contagian sus emociones negativas y nos dejan sin fuerzas.

Defenderse y protegerse de este tipo de personas es una obligación.

Parar los pies a los víricos victimistas no es abandonarles sino invitarles a tomar las riendas.

Ilustración de José Luis Ágreda

Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”.
 Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.
¿Quiénes son las personas víricas?
 Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo.
 Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.
El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto.
 Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio.
 El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.
Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar.
 Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen.
Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo.
 Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte.
 Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores.
 Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.
“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien” (Víctor Hugo)
Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades.
No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional.
 Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.
Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea.
No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas.
 No saben competir si no es destruyendo al otro.
 Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica.
 Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

Compañías peligrosas

ILUSTRACIÓN: JOSÉ LUIS ÁGREDA
Frase
– “Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás”, de William Faulkner, narrador y poeta estadounidense, premio Nobel de literatura en 1949.
Canción
– ‘Las malas compañías’, de Joan Manuel Serrat.
Película
– ‘Las amistades peligrosas’, con Glenn Close, John Malkovich,
Michelle Pfeiffer, Keanu Reeves y UmaThurman.
Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos.
 Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado
. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención.
 Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo.
 No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más.
 Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.
Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal.
 De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima
. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece.
 Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.
Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas
, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse
. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.
Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice.
 Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe.
Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda.
 Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones.
 La primera opción consume y resta, y la segunda suma.
“La tristeza del alma puede matarte
mucho más rápido
que una bacteria”
(John. E. Steinbeck)
Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán.
 Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.
No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes.
 Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente.
 No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto
. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho.
Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad.
 Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.
Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño.
 El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas.
 Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico.
Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.
Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas.
 Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar.
 Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.