El argentino Miguel Ángel Solá, actor y director de teatro, se inclina por Galileo Galilei, de Bertolt Brecht,
porque “siente como yo, porque piensa como yo lo haría si él hubiera
sido.
Y no sólo en algunas frases”. Para llegar a esta elección Solá no lo ha tenido nada fácil: “Entiendo por clásicos a aquellos libros que han formado mi sentir y mi pensar.
A mí me resulta más clásico Memoria del Fuego, de Eduardo Galeano, que El Quijote.
O que los autores de teatro que me encanta leer, pero no terminan de expresar el espíritu de lector que hay en mí. Clásico para mí es Hermann Hesse, pero corresponde a una edad de mi vida en la que todo este mundo era una desolación incomprensible.
Y es mucho más clásico Mario Benedetti que Luis de Góngora a mí sentir.
Los autores anidan en mi alma, mueven mi cuerpo y lo impulsan a llevar alguna de mis manos al bolsillo que pueda comprarlos.
Clásicos son Antón Chéjov, Vsévolod Meyerhold, Yevgueni Vágtangov y Constantin Stanislavsky en el arte de actuar, pero olfateo el teatro que me gusta cuando leo mis propios pensamientos y me transformo en mi clásico favorito".
Y no sólo en algunas frases”. Para llegar a esta elección Solá no lo ha tenido nada fácil: “Entiendo por clásicos a aquellos libros que han formado mi sentir y mi pensar.
A mí me resulta más clásico Memoria del Fuego, de Eduardo Galeano, que El Quijote.
O que los autores de teatro que me encanta leer, pero no terminan de expresar el espíritu de lector que hay en mí. Clásico para mí es Hermann Hesse, pero corresponde a una edad de mi vida en la que todo este mundo era una desolación incomprensible.
Y es mucho más clásico Mario Benedetti que Luis de Góngora a mí sentir.
Los autores anidan en mi alma, mueven mi cuerpo y lo impulsan a llevar alguna de mis manos al bolsillo que pueda comprarlos.
Clásicos son Antón Chéjov, Vsévolod Meyerhold, Yevgueni Vágtangov y Constantin Stanislavsky en el arte de actuar, pero olfateo el teatro que me gusta cuando leo mis propios pensamientos y me transformo en mi clásico favorito".