La mejor zarina de
la historia rusa y una de las mejores reinas de todos los tiempos fue esta
alemana: Catalina la Grande, cuyo reinado sólo puede ser equiparado con el
de Pedro el Grande.
Isabel I Petrovna de Rusia
(emperatriz rusa durante la infancia de Figchen) la escoge como esposa para
su sobrino
Pedro III, a quien elige como
heredero al trono ruso, cómo cambia su nombre por el de Catalina o cómo
abandona sus creencias y se convierte a la religión ortodoxa.
Durante la mayor parte del
siglo XVIII, Rusia fue gobernada por cinco mujeres: las zarinas Catalina I,
Ana Ivánovna, Isabel I y Catalina II, además de la regente Ana Leopóldovna.
En 1762 accede al trono
Pedro lll.
Pedro III odiaba a
los rusos y Catalina, una de las mujeres con mayor voluntad de poder de la
historia, dio un golpe de Estado contra su propio marido y lo hizo encerrar
y luego asesinar.
Isabel I Petrovna de Rusia
Catalina II de Rusia (1729)
o Catalina la grande
La zarina y sus descendientes
Su
verdadero nombre fue Sophie Fredericke Auguste von Anhalt-Zerbst
, princesa de la dinastía Anhalt-Zerbst
y nació en Stettin (actualidad Szczecin, en Polonia) el 2 de mayo de 1729. A
los 16 años contrajo matrimonio con el duque
Pedro lll de Holstein ,
heredero al trono ruso, quien solo le llevaba un año. Ciento
veinte carrozas formaban el cortejo. Pedro sufría de fimosis que le impedía
realizar el acto sexual , mismo problema que Luis XVI de Francia.
pasaron ocho años y catalina continuaba virgen. Sergio Saltikov fue elegido
por la corte para embarazar a Catalina. Tiempo
después Pedro fue operado y luego logró consumar el matrimonio al fin
con su consorte. La reina sufrió varios abortos espontáneos antes que un
embarazo llegue a su fin. En 1754
dio a luz un hijo,
el futuro emperador
Pablo I
quien tuvo en su juventud ideas muy opuestas a su madre.
Sofía-Federica-Augusta
von Anhalt-Zerbst no
era una gran beldad, pero tenía tal encanto que conquistaba sin demasiada
dificultad a sus interlocutores, fuesen hombres o mujeres; enormemente
curiosa y ávida por aprender, gozaba del don del ingenio verbal, una de las
más reverenciadas virtudes del siglo XVIII, algo de coquetería y ansias de
agradar a los demás.
Pedro II
de Holstein
En
octubre de
1711 Carlota Cristina
contrajo matrimonio con el Zarévich
Alexis Petrovich Romanov
hijo de
Pedro el Grande.
Fue
una princesa alemana, madre de
Pedro II de Rusia.
Carlota Cristina murió en el
parto al dar a luz a su hijo primogénito Pedro, futuro Zar
Pedro II. Su cuerpo
fue sepultado en la Catedral de San Pedro y San Pablo en
San Petersburgo.
Se dice que Catalina II, la zarina era mujer de un gran apetito sexual,
ninfómana, y de tener a
muchos hombres que pasaban por su alcoba y que practicaba el acto sexual
seis veces al día y que mantuvo a ochenta amantes. Contrajo matrimonio con
el gran duque
Pedro III,
en 1745. Catalina tendría que soportar más de 8 años de virginidad conyugal
dado que Pedro estaba loco, impotente y padecía de fimosis, lo cual le
imposibilitaba copular. Como descubrió Catalina esa misma noche, Rusia
proporciona extraños compañeros de cama. Pedro se acostó con las botas
puestas, jugó con su colección de muñecas durante más o menos una hora.
Luego se dio la vuelta y se durmió. Esta rutina continuó por nueve años,
hasta que Pedro se mudó a su propio cuarto también en ese lapso se operó de
su problema.
Pero entre los cónyuges había odio.
El zar Pedro III
(
Isabel I
Petrovna de Rusia
hija de Pedro I se convirtió en emperatriz en 1741. Isabel es quien nombra como
sucesor a su sobrino Pedro III (hijo de Ana, hermana de Isabel) quien nació en
Alemania en 1728 pero lo adoptó su tía Isabel en 1741. En 1762 fallece Isabel y
él asciende al trono. Durante su reinado firma la paz con Prusia, a pesar de que
su tía había sido una de las principales promotoras en mantener la guerra, lo
que ocasionó que Rusia perdiera algunos territorios que ya había conquistado:
Prusia Oriental y Pomerania. En el interior el descontento se hizo sentir por lo
que Catalina (su mujer) ayudada por los nobles lo destituyeron del trono el 9 de
julio de 1762. El 10 de julio del mismo año abdicaba a favor de Catalina y el 17
de julio muere asesinado.
El zar Pedro III, harto de su
mujer, prefería la compañía de sus oficiales de
Holstein
a la de su joven esposa.
Disfrutaba más emborrachándose con sus aduladores camaradas que en el lecho con
su fogosa mujer, la cual es tratada con brutal despotismo y la acusaba de
adúltera. Probablemente con suficiente razón, ya que su marido no la puede
atender adecuadamente por efecto del vodka y las malas compañías. Pedro
III inaugura su reinado con generosidad; hace venir de la Siberia á todos los
desterrados, incluso a Munich; suprime la chancillería secreta, especie de
tribunal inquisitorial que se había hecho odioso á los rusos; revoca las penas
degradantes; crea un tribunal que ejerciese las atribuciones de la policía
general; reduce los derechos de importación de las mercancías que introducían
los habitantes de la Persia y de Arcángel, y aminora el precio de la sal. Al
mismo tiempo que dictaba tan útiles providencias, destruía con otras ignorantes
ciertas industrias que necesitaban de gran protección.
HECHOS CURIOSOS
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Su último amante, el
príncipe
Zúbov,
40 años menor que ella, resultó ser el más caprichoso y extravagante de
todos ellos. Catalina llegó a ser zarina por su desventurado
matrimonio con Pedro III, el zar que sucedería a la emperatriz Elizabeth.
Catalina contribuyó con la creación de la Rusia moderna al sacarla del
atraso medieval en que estuvo
sumida por siglos. El
5 de enero de 1762 la emperatriz Elizabeth moriría dejando de heredero a
Pedro como zar Pedro III.
Catalina II era conocida por su apetito sexual y por sus numerosos
amantes masculinos. Ella misma hizo construir y decorar una estancia
secreta llena de pinturas y esculturas pornográficas, con escenas
incluyendo la violación, la pedofilia y la zoofilia. También se
encontraban consoladores gigantes, especialmente realizados por un
artesano que decoraba las iglesias. Sin embargo, la leyenda según la
cual habría fallecido tras hacerse penetrar por un caballo, parece no
tener fundamento. En realidad,
Catalina II murió
tras sufrir un ataque al corazón en su trasalcoba. Se apagaría el 6 de
noviembre de 1796 sin haber recuperado el conocimiento. Poco después de su muerte, fue enterrada en la
Catedral de Pedro y Pablo
en San Petersburgo. No es sorprendente que la colección traída con sumo esmero del Museo del Ermitaño de San Petersburgo en Rusia, uno de los prominentes Museos en el mundo, lleve consigo la firma indeleble de Catalina La Grande, su Fundadora, quien con carácter visionario adquiriese en la ciudad de Berlín en 1764, sus primeras 255 pinturas iniciando así su vasta colección. Hoy en día, el Museo del Ermitaño cuenta con una de las más grandes y ricas colecciones de obras maestras en el mundo, de sumo interés para historiadores de arte, las cuales abarcan desde el período Egipcio hasta famosas obras europeas de principios del Siglo XX, incluyendo las obras de Leonardo da Vinci, Michelangelo, Rafael, Tiziano y colecciones únicas de Rembrandt, Rubens y los Impresionistas Franceses (Renoir, Cezanne, Manet, Monet, Pissarro) y de numerosos lienzos de Van Gogh, Matisse, Gaugin y esculturas de Auguste Rodin. Además, significativas obras de arquitectura, colección de piedras preciosas, otra gran pasión de Catalina. HECHOS CURIOSOS Palacio de Invierno 1750
Palacio de Invierno de
San Petersburgo a orillas del Neva
era la residencia principal de los
zares rusos.
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