Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 may 2013

Los sindicatos elevan el seguimiento de la huelga hasta el 70% del profesorado

Las clases de los colegios, institutos y facultades de toda España se han visto hoy afectadas por la huelga general en educación (desde la guardería a la Universidad), la segunda en un año contra los recortes presupuestarios (que se elevan a 6.700 millones desde 2010) y, está vez, también contra la inminente reforma de la legislación escolar
. Bien por la ausencia de profesores, bien por la de alumnos, el paro se ha hecho notar, eso sí, dentro de una horquilla amplísima: desde el 13% de respaldo entre los alumnos del colegio público Portugal de Madrid, por ejemplo, hasta casi el 94% en la escuela
En la escuela Joan Marquès Casals de Terrassa, de Barcelona. En la Universidad, también va por facultades, aunque en algunas, como en la Sevilla, la actividad se ha paralizado casi por completo.
La Plataforma por la Escuela Pública (FETE-UGT, CC OO, STES, CEAPA y el Sindicato de Estudiantes) adelantó a las 10 de la mañana que el porcentaje del profesorado superará el 65%, según sus cálculos, pero unas horas después lo elevaron: el 72% de los docentes de colegios, institutos y universidades públicas han secundado el paro, calculan los sindicatos, y el 25% en la concertada.
 Sin embargo, el Ministerio de Educación asegura que, según los datos recopilados hasta ahora de las comunidades, no llega al 20%. Por su parte, el Sindicato de Estudiantes señala que el 90% de los alumnos han secundado el paro. En la anterior huelga general educativa, en mayo de 2012, los sindicatos dijeron un 65% y Educación, un 19%.
“Lo que percibimos es que se ha paralizado la actividad educativa.
 O no hay profesores o faltan los alumnos”, sostiene Francisco García, de CC OO.
 “Evidentemente, el seguimiento no es igual en la escuela infantil, menor, que en la Universidad, pero es un rotundo éxito”, ha añadido José Luis Pazos, portavoz de la federación de padres CEAPA. Tohil Delgado, secretario general del Sindicato de Estudiantes, ha recordado que esta es la octava huelga de alumnos de este curso.
 “Sabemos que el seguimiento está por encima del de octubre o febrero y eso que ahora coincide con los exámenes finales.
 Eso demuestra que los estudiantes priman sus intereses académicos y su futuro a su presente”.
La huelga de hoy es la culminación de dos semanas de protestas durante las que se han sucedido centenares de encierros, vigilias y todo tipo de movilizaciones.
 Hoy continúan, y también habrá manifestaciones en una treintena de ciudades.
 Ya ha habido concentraciones (caceroladas ante el Parlamento andaluz, en Sevilla, o frente a la Consejería de Educación en Alicante) y también algún altercado.
 Dos policías locales han resultado heridos leves tras un altercado con un grupo de estudiantes que pretendían incendiar contenedores y neumáticos en la avenida dels Tarongers de Valencia y cortar la vía del tranvía.
En Madrid, un grupo de alumnos ha cortado durante unos minutos y ha habido momentos de tensión con la policía, pero no se han llegado a producir altercados.
Gonzalo Martín (21 años), alumno de Arquitectura. / J. A. A.
Entre el grupo de manifestantes estaba Gonzalo Martín, estudiante de Arquitectura de la Complutense de 21 años.
 “Estoy aquí contra la subida de tasas, para defender la enseñanza pública y el acceso universal a la educación”, explicaba Martín.
 “Estamos notando ya los recortes, se están cerrando laboratorios, talleres…”, añadía.
En Madrid es evidente la desproporción del seguimiento de la huelga. "Nunca había habido tan pocos niños en el centro", cuenta el secretario del colegio Emilia Pardo Bazán.
Un centro en el corazón del étnico barrio de Embajadores. Sin apenas audiencia. los profesores han optado por no avanzar en el temario y la escuela era más una guardería que un lugar de formación.
 Los pocos niños eran casi todos hijos de inmigrantes sin mucha idea de lo que supone la marea verde.
Aunque a los centros acudan más profesores que en otras protestas, lo cierto es que no han perdido el espíritu combativo, pero el bolsillo pesa.
 Los docentes han visto reducido su sueldo un 15% tras los dos recortes a los funcionarios y cada vez que van a la huelga les descuentan unos 100 euros. Se pone de manifiesto en el instituto Isaac Newton.
 Tan solo un 9% de los profesores ha secundado la huelga y un 40% del alumnado, pero el módulo de reprografía es un puro llamamiento a la movilización y los profesores se pasean con la camiseta verde para expresar que rechazan la reforma de la ley y los recortes. "Los profesores empezaron con más fuerza las huelgas, pero no pueden sostener ese ritmo", cuenta Rosa Gómez, su directora.
Con más o con menos conocimiento preciso sobre la dimensión de los recortes y sobre la reforma escolar que impulsa el ministro José Ignacio Wert,
 lo que estaba hoy completamente extendido entre los manifestantes era la sensación de que tanto la tijera como la nueva legislación rompen una cierta concepción de la enseñanza pública como algo que debe incluir y ayudar a todos, independientemente de su clase social. “Porque no quiero que se desmantele todo aquello que elegí para mi hijo, porque creo sinceramente que la calidad está en la enseñanza pública y que muchos la elegimos porque creemos en ello”, decía a primera hora de la mañana Paz Martínez (funcionaria, madre de un alumno de 15 años) a las puertas del instituto público San Isidro de Madrid.
Por un lado esas medidas de ajuste (se permitió aumentar el máximo de alumnos por aula, se incrementaron las horas mínimas de clase de los profesores y se prohibió cubrir las bajas de los docentes hasta pasadas dos semanas) se han traducido en la pérdida de plantillas (unos 60.000 profesionales, calcula CC OO, en los colegios e institutos públicos) y, con ellos, de todo tipo de apoyos y refuerzos para los alumnos con dificultades. En la Universidad, se han endurecido los requisitos académicos para conseguir y mantener las becas y se ha aumentado de manera importante el precio de las matrículas, sobre todo, para los repetidores y en los másteres.
A la vez, el Gobierno impulsa una nueva ley educativa con la que asegura que disminuirá el fracaso escolar adelantando los itinerarios distintos para los alumnos, reforzando las materias instrumentales y estableciendo evaluaciones externas, que al final de la ESO y bachillerato serán reválidas: si no se aprueban, no se podrá seguir estudiando. Sin embargo, para buena parte de la comunidad educativa, esa norma es la otra cara de los recortes para hacer un sistema educativo más barato, elitista y que segregue a los alumnos que van peor. Además, se quejan del apoyo a la escuela privada-concertada, a la asignatura de Religión o a las escuelas que separan por sexo.
Los sindicatos AMPE y CSIF, que en 2012 se unieron a la protesta, esta vez no han hecho un llamamiento a sus afiliados. Abogan por agotar el proceso negociador. El ministro José Ignacio Wert lleva mañana su anteproyecto de Ley Educativa al Consejo de Ministros.
Con información de Manuel Planelles, Ivanna Vallespín y Ezequiel Moltó
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HUELGA EN LA EDUCACIÓN » Directo: Miles de personas toman la calle contra la ‘Ley Wert’ en Barcelona


Directo: Miles de personas toman la calle contra la ‘Ley Wert’ en Barcelona


Alumnos, padres y madres, docentes y personal administrativo y de servicios de casi toda la comunidad educativa catalana participan en la marcha contra la LOMCE y los recortes
Imagen de la manifestación en Barcelona contra la 'Ley Wert'. / C. RIBAS

8 may 2013

Quiero un vestido único

Malasaña es el barrio de la moda hecha en Madrid de los diseñadores emergentes. Prendas artesanales y de edición limitada la convierten en milla de la creatividad.

 

Eva Arinero, que abrió Lady Cacahuete hace nueve meses. / Claudio Álvarez

Uno, o más bien una, hace un hueco entre semana para comprarse unos trapitos con el objeto de estrenarlos en una fiesta el fin de semana.
 Sale el sábado de casa, se cree que va muy especial y se siente como nunca con su vestido nuevo.
 Pero al llegar al sarao, un escalofrío le recorre la espalda: allí, frente a ella, un clon,el mismo modelo, el mismo color.
 “Es lo que tiene comprar en las grandes cadenas”, pensarán las dueñas del modelito repetido, que si hubieran pasado de Gran Vía y seguido andando hasta la trastienda, a calles del Espíritu Santo, Pez o Corredera Baja de San Pablo, se habría topado con un sinfín de escaparates de prendas casi únicas. Malasaña agrupa a la mayor parte de los negocios de pequeños empresarios madrileños de la moda y es el campo de acción de muchos diseñadores emergentes.
Los modelos son tan escasos que Silvia Calles, una de las propietarias de La Antigua, solo fabrica el número de vestidos que salen de la tela que puede transportar en su moto.
 Calles abandonó Derecho a falta de cinco asignaturas y junto con otra diseñadora, Vanesa Borrell, o Lady Desidia, abrió hace tres años La Antigua, una tienda coqueta, en la que las dos están juntas pero no revueltas: los diseños de una están en una pared y los de la otra, en frente.
 “Vendíamos nuestra ropa a otros negocios hasta que decidimos tener un espacio propio en el que compartimos tiempo, gastos y fuerzas”, explica Borrell.
No hace falta ser exótico para alejarse de lo que ofrecen las grandes marcas, por eso buscan la materia prima de sus productos en las tiendas de tela de la zona de Atocha.
“Aquí, las clientas buscan diferenciarse, no vestir igual que todas y poder ir a la oficina con algo nuevo sabiendo que tu compañera de al lado no llevará lo mismo”, apunta María Delgado, de La Intrusa.
La diseñadora y el creador Roberto Navazo se instalaron en Malasaña hace dos años y medio y aseguran que este tipo de tiendas “tienen carácter”.
Estos establecimientos venden un producto artesanal, huyen de la masificación y, a veces, el lugar de creación es el mismo que el de venta.
 La ideas de Eva Arinero, alias Lady Cacahuete, surgen en la planta inferior de su tienda y suben hasta el primer piso convertidas en prendas estilo años cincuenta con mucho color, mucho vuelo y mucha osadía, la que impregna una chica con 26 años que abrió las puertas de este gran vestidor hace nueve meses.
 “Tenía experiencia como vendedora, sabía gestionar y mis diseños ya se vendían bien en otras tiendas”, relata Arinero.
La imagen de La Antigua es una ilustración de Silvia Calles. / Claudio Álvarez
Estos tres negocios son casi vecinos, pero no por ello rivales, porque entre estas tiendas se establece una suerte de red, y algunos de los diseñadores y propietarios venden sus productos en los de sus compañeros de barrio.
 “Somos tiendas amigas”, define Roberto Navazo.
 Puede que ellos no tengan a Kate Moss para que luzca sus modelitos en el escaparate, pero se tienen los unos a los otros. Navazo por ejemplo no estaba familiarizado con los estampados digitales, por eso algunas de sus prendas llevan los de Lady Desidia.
¿Por qué eligen Malasaña?
“Porque es el ambiente en el que estamos cómodas y donde creemos que va a gustar más la tienda”, responde Silvia Calles
. “Yo no quería instalarme en una calle en la que los clientes entraran y se horrorizaran porque no están acostumbrados a este estilo”
. La Intrusa ha ido moviéndose durante dos años por el barrio porque asegura que ahí está su público
. Los modernos, los amantes del vintage, los turistas alternativos, las chicas que han superado una primera etapa de las grandes cadenas, o las que nunca la pasaron componen a grandes rasgos la clientela de estos locales.
 Los que compran aquí están dispuestos a pagar un poco más a cambio de vestir un producto diferente.
 Los precios oscilan entre los 50 y los 100 euros, aunque por supuesto hay prendas por encima y por debajo de esta franja.

Hijos de la crisis

Cynthia Ioli en su negocio. / Claudio Álvarez
La bajada de alquileres también ha hecho posible que estos diseñadores pudieran adquirir un espacio propio y salir a la luz, así que son en cierta manera, hijos de la crisis
. El creador Garcy montó su Revoltosa a finales de 2012, porque en algún sitio tenía que meter los cientos de metros de tela que compró al anterior dueño del negocio y a otro proveedor de Badajoz, así que tiene tela para rato.
 Él está detras de la marca Con2tijeras.
 “Antes hubiera sido imposible alquilarlo, así que trabajaba en casa, ahora cuesta una sexta parte de lo que pedían hace seis años”
. Las abuelas madrileñas recordarán a La Revoltosa como la fuente de su materia prima para coser en casa, porque durante años ha surtido a decenas de ellas.
Gracias a Garcy, que tiene como afición coleccionar lotes de todo lo que esté relacionado con la moda, el negocio se ha reinventado.
 Como un cocinero que acumula especias y condimentos en su armario, él almacena botones de diferentes formas y tamaños encima de una cómoda en la trastienda de La Revoltosa.
 Este establecimiento no funciona por colecciones, lo que gusta se sigue fabricando, aunque con variaciones en el tejido o la talla, a gusto de la consumidora, y lo que no, no vuelve a colgar de sus perchas.
 También es posible hacer encargos en el momento, Garcy, enfundado en unos falda-pantalón sobre unas plataformas, confiesa estar “encantado” de haber podido unir su taller y el punto de venta en un mismo espacio.
 No hay que ser millonaria para tener un traje a medida.
Gloria Rodríguez, propietaria de la Modethêque, trabaja en algunos complementos tras su mostrador a apenas cuatro zancadas de La Antigua y de Lady Cacahuete, para que no cueste mucho llevar las bolsas en caso de acabar picando, que cuando una tiene el día inspirado, arrasa en las tiendas y así puede pasear por Malasaña cual Carrie con bolsas de Jimmy Choo en Sexo en Nueva York.
Solo busqué locales en Chueca y aquí, sabíamos que era el lugar donde queríamos estar”, confiesa.
 Su negocio recuerda a las boutiques de principios de siglo, a esas con telones en el probador en lugar de cortinas y de espejos ovalados, a la de las cabezas de maniquí con turbantes, con un piano de cola en el piso superior.
“En ocasiones ni siquiera tenemos todas las tallas de un modelo, así que la exclusividad es por partida doble. Tienes que encontrar algo que te guste y que encima esté tu talla”, afirma Rodríguez.
 La Modethêque está hermanada con el vintage, así que de vez en cuando pone a la venta colecciones de colaboradores.
 Mercedes Fuster es empresaria y comercia con este tipo de prendas y ahora mismo ofrece una colección en la Modetheque, aunque normalmente vende online.
“Lo que es tan habitual en otros países aquí hay gente que lo sigue viendo como ropa de segunda mano, pero el vintage es más que eso”, afirma Fuster.
Dos clientes miran una prenda en Lady Cacahuete. / Claudio Álvarez
Estos espacios hoy ocupados por perchas y probadores fueron establecimientos abiertos a principios de siglo a los que la terquedad de estos pequeños empresarios empeñados en abrir negocios —a pesar de eso que llaman crisis— han devuelto la vida.
 Lo que podía ser la muerte comercial de todo un barrio se ha quedado en regeneración
. La mayoría de estas tiendas conserva la fisonomía, e incluso el espíritu, de estos locales centenarios ya que sus propietarios actuales creen en el trabajo hecho con las manos, en muchos casos, con sus propias manos.
En este recorrido por la milla de la creatividad madrileña, no puede faltar una parada para vestir los pies, porque si las grandes estrellas lucen ufanas sus Manolos, los habituales de Malasaña pueden llevar unos Cynthias. El negocio de Cynthia Ioli se podría definir facilonamente como una caja de zapatos en la que todo ocupa un lugar estratégico
. Es como si su propietaria fuera la que tiene en la cabeza el hueco en el que debe estar todo.
 Su flechazo por este espacio que fue papelería durante 50 años propició el nacimiento de Ioli Shoes, porque cuando lo adquirió hace ocho años ni siquiera tenía muy claro para qué estaba comprando este cubículo de unos 12 metros cuadrados.
Gloria Rodríguez en La Modethêque. / Claudio Álvarez
Afincada en Madrid desde hace más de una década, Cynthia, argentina y creadora de pelucas y postizos de profesión, unió su amor por el establecimiento y por los zapatos y de ahí nació su negocio.
Ella elabora en la mesa central de la tienda sus creaciones y asegura que no le costó mucho aprender porque, aunque no lo pueda parecer a simple vista, es una técnica muy semejante a la de fabricar postizos. “Todo se hace a partir de un molde. Yo pasé de la cabeza a los pies”, comenta.
 La clienta elige los centímetros del tacón, el estampado y la puntera y sale de Ioli Shoes con unos zapatos que no encontrarán copia en Madrid.
Así, con zapatos nuevos y una prenda de diseño madrileño, hay menos posibilidades de coincidir con un calco en la fiesta, en la oficina o por la calle.
 El vestido único espera en Malasaña.

Antonio López y el retrato sin fin

Patrimonio Nacional conmina al pintor a rematar de una vez su pintura de la familia real

La obra, encargada hace 17 años, se acabará en el Palacio Real.

Estudio de Antonio López en 2011 con el cuadro de la familia real. La imagen pertenece al libro 'Antonio López, pintura y escultura'.

A instancias de Patrimonio Nacional, el pintor Antonio López se traslada al Palacio Real de Madrid, donde se ha comprometido formalmente a terminar, en un plazo limitado, el cuadro de la familia real que hace 17 años le fue encargado y posteriormente abonado, sin que hasta el momento lo haya concluido
. El lienzo, de gran formato, incluye al Rey, la Reina, el Príncipe de Asturias y las infantas Elena y Cristina.
El cuadro ha sido sometido a numerosas modificaciones formales por el pintor manchego. Desde hace unos días, la tela, de 3,40 metros de longitud por tres metros de altura, se encuentra en el Palacio Real, en una sala contigua a la Capilla Real, hasta donde ha sido trasladada desde el domicilio del pintor en el distrito de Chamartín.
Antonio López pidió en su día, hace tres años, llevar el lienzo a su taller, invocando razones de cuidados familiares
. Pero, a partir de ahora, trabajará en el retrato de la familia real desde el propio palacio, según anunció este martes 7 de mayo José Rodríguez Spiteri, presidente de Patrimonio Nacional, organismo que administra los bienes estatales que incluyen los que se ponen a disposición de la corona para los actos oficiales
. “Antonio López va a disponer en palacio de un espacio con luz del norte que ya lo quisiera para sí Francisco de Goya”, anuncia Rodríguez Spiteri. “Confío en que estemos ya ante el empujón final de este cuadro”, añade. “Es una obra muy buena y para terminarla se requiere impedir las distracciones”, subraya el presidente del organismo estatal.
“Ya he llevado el cuadro al Palacio Real para rematarlo allí, hasta donde he trasladado los materiales, las fotografías y todo lo que necesito para proseguir”, asegura por su parte Antonio López
. ¿Se encuentra ya ante el empujón final? “Sí, claro”, asegura el pintor, que retomará la obra “hoy o mañana”.
El pago del cuadro, unos 300.000 euros, fue completado hace una década
A la pregunta sobre las causas de tan prolongada demora en la culminación del retrato, Antonio López responde: “No he sabido hacerlo antes, creo que no he tenido capacidad para haberlo resuelto con anterioridad”. ¿Puede haber influido en la demora el lugar elegido para colocar el lienzo (la sala del Consejo de Patrimonio Nacional)? “Realmente, no me preocupa mucho el lugar elegido, lo que deseo es terminar bien el cuadro”, asegura.
El artista afirma que no lo sometió a muchas modificaciones: “Sí algunas, sobre todo relativas a distancias entre las figuras”
. El atuendo de la Reina pasó de ser un traje de color vainilla a otro estampado; la distancia entre el Príncipe y doña Sofía ha variado en distintas ocasiones.
 A propósito de que se puedan llegar a notar los repintes, el pintor replica con una sonrisa: “Hombre, esperemos que no”.
El artista ha llevado sus materiales a una sala contigua a la capilla real
Y en cuanto a la finalización, no da pistas:
“Tampoco me preocupa mucho la fecha. Espero que quede bien, eso es lo que más me preocupa. En Patrimonio Nacional se están portando conmigo con gran elegancia…”.
Antonio López asegura que hace diez años “se completó el pago del cuadro”
. El precio frisaba los 43 millones de pesetas, unos 300.000 euros de hoy.
 “Cuando lo termine, no cobraré más por el cuadro”, precisa el pintor.
A la cuestión de si Patrimonio Nacional habría contemplado establecer una demanda, el presidente del organismo estatal José Rodríguez Spiteri subraya:
 “Eso estaría fuera de lugar; las relaciones con Antonio López son personales y buenas, siempre lo han sido y lo van a seguir siendo. Él fue amigo de mi tío, el pintor Pablo Palazuelo, y fui con Antonio López a visitarle a su casa de Galapagar. Por otra parte, cada dos meses acudí al estudio madrileño y López me comentaba cómo discurrían las cosas”.
“El cuadro tiene que terminarse ya, antes de fin de año”, indica, “no puede convertirse en una historia sin fin. Pero soy optimista al respecto.
 Confío en no tener que admitir un día a visitantes del Palacio Real a los que tenga que decir ‘aquí tienen este retrato de la Familia Real, inacabado por el pintor Antonio López".