Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 may 2013

Los monstruos de la moral del siglo XX


Prisioneros miran a través de una alambrada en el campo de concentración de Dachau en Alemania. / Ap

El siglo XX se caracterizó por el progreso científico, tecnológico y médico, entre otros, pero también por una inusitada crueldad que se tradujo en la pérdida de millones de vidas y una falta de libertad por culpa de numerosas dictaduras.
 Por eso, el filósofo inglés Jonathan Glover reflexiona en Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del siglo XX (Cátedra) sobre por qué se han escrito capítulos tan oscuros en la biografía de la humanidad.
La debilidad moral de aquella época, argumenta Glover, fue un elemento clave a la hora de no frenar el auge del nazismo, el estalinismo o las dictaduras orientales.
 Entendida como un conjunto de valores y creencias que distinguen el bien del mal, la moral guía las acciones y, junto con la razón, nos distingue y aleja del comportamiento animal.
 Estas herramientas sientan las bases de una conducta que debería ayudar a combatir la barbarie, aunque durante esos 100 años no sirviera de mucho.
Los movimientos políticos de dicha época presumían de argumentar desde la lógica de la razón y se escudaban en interpretaciones interesadas de intelectuales como Friedrich Nietzsche o Martin Heidegger. "Tanto el leninismo, como el fascismo y nazismo se agarraron a pensadores como estructura legitimadora, pero no son autores de una política destructiva. Hubo una lectura sesgada. En realidad, se puede sacar citas de todo", sostiene Eduardo Crespo (Granada, 1948), catedrático emérito en Psicología social de la Universidad Complutense de Madrid.
La moral y la razón nos distinguen y alejan del comportamiento animal
Un claro ejemplo de ello, sostiene Glover, fue la lectura que el régimen nazi de Hitler hizo de Nietzsche. Según los nazis, el intelectual apostaba por la supervivencia del más fuerte ignorando así a los más necesitados.
 Esta corriente de darwinismo social eliminó rápidamente la simpatía por los más desfavorecidos y diferentes: si sufrían o morían no se perdía nada, eran débiles e inservibles
. "La empatía es un concepto clave descalificado en el hiperracionalista siglo XX, lo que ha supuesto una de las razones del tremendo desastre de aquella época.
 No es cuestión de vivir lo que el otro, pero sí de ponerme en su lugar y verlo desde su posición", añade Crespo.
Con la obsesión por el racionalismo y la falta de sensibilidad, el valor de la vida humana se depreció hasta tal punto que algunas personas dejaron de ser consideradas como ciudadanas.
 Este fenómeno derivó en la creación de guetos, campos de concentración y gulags. "Esa deshumanización se traduce en un 'tú no eres de los nuestros' y, en su forma más radical, 'tú no eres humano'.
 Es vital reclamar la dignidad de las relaciones interpersonales".
Parte de esas tragedias se podrían haber evitado, apunta Glover, de no haber existido un alejamiento entre los responsables políticos y sus decisiones.
 "Quienes dirigen la política están muy lejos de los muertos", critica en su libro el inglés.
Esta distancia, presente actualmente en temas como el paro, las reformas laborales o desahucios, erosionan la empatía y no ponen freno a un sufrimiento evitable.
 "La cercanía favorece la empatía, aunque no necesariamente, porque cada día comemos con atentados en los telediarios. Solo nos emociona lo de Boston o Siria", sopesa Crespo.
 La tecnología, concretamente, ha afianzado esa distancia gracias a la cual no se percibe el dolor y sufrimiento, facilitando así actuaciones salvajes a miles de kilómetros.
Pero nada de esto habría sucedido de haber contado con un pensamiento crítico potente y un cuestionamiento tanto de normas, como de acciones.
 "El pensamiento, aun siendo conservador, es incompatible con la dictadura porque es libre y plantea la ambigüedad de algunas cuestiones.
 La pérdida de intelectuales en Centroeuropa el siglo pasado es una tragedia de la que aún no nos hemos recuperado", valora el catedrático de la UCM.
La posibilidad de reflexionar permite desmontar discursos y falacias que, a su vez, ayudan a corroborar ideas
. Estas, sepultadas la centuria pasada por la obediencia, hicieron aflorar numerosos grupos de investigación, entre los que se encuentra el conocido experimento de la obediencia de Milgram.
"El ser humano ha sobrevivido gracias a la cooperación, no a la competición"
Eduardo Crespo, catedrático emérito de psicología social en la Universidad Complutense
La sumisión llegaba de dos maneras: bien a través de una fe ciega —dispuesta a realizar ajustes de la realidad para aferrarse a una creencia— o gracias a la paralización por culpa del miedo.
"El miedo hace difícil la reacción. La resistencia siempre la han formado minorías activas, que son quienes han generado cambios profundos: los homosexuales, los movimientos raciales o las mujeres".
Además, la obediencia se benefició de una fragmentación y división de la responsabilidad en la que, muchas personas haciendo poco, evitan ser, en realidad, responsables de un hecho más grande. Glover, encuentra un ejemplo en la bomba atómica.
 ¿De quién fue culpa, de los científicos, el presidente Harry Truman, sus asesores políticos o de quien la lanzó?
Si el siglo XXI hace los deberes y aprende de los errores, el futuro debería ser más optimista
. Pero la ingente cantidad de dramas de la anterior centuria hace sospechar a Crespo que la sociedad se encuentra en un estado de indiferencia provocado por un agotamiento emocional.
 "Es la idea del hombre blasé del sociólogo alemán Georg Simmel: hay tanto y estamos tan sometidos al sufrimiento que nos saturamos y volvemos insensibles".
El filósofo inglés sugiere que, en la línea del gobierno mundial que promovió Immanuel Kant, la humanidad se centre en la cooperación.
"No es una cuestión de una moral ñoña de caridades, es el núcleo de la eficacia humana", ríe Crespo ante una obviedad para él. "Es la única manera con la que el ser humano ha sobrevivido, no gracias a la competición".
*Humanidad e inhumanidad: Una historia moral del siglo XX, de Jonathan Glover. Editorial: Cátedra. 561 páginas.

La lengua ancestral de los eurasiáticos

Los lingüistas se inspiran en la genética para sondear la evolución del habla durante 15.000 años

El idioma común también estaría en el origen del vasco y del chino, según los expertos.

 

"Torre de Babel" (1594), de Lucas van Volkenborth.

Los lingüistas están siguiendo estrechamente los pasos de sus colegas los biólogos evolutivos para reconstruir el pasado del lenguaje humano, la forma en que una hipotética habla ancestral fue ramificándose de manera incesante hasta producir la babel actual de 5.000 idiomas irreconciliables.
 Investigadores británicos y neozelandeses han hallado ahora sólidas evidencias de que todas las lenguas habladas actualmente en Europa y Asia, desde Lisboa a Pekín, provienen de una sola que se habló en el Mediterráneo hace unos 15.000 años, cuando la última glaciación empezó a remitir y las nuevas tierras emergidas del hielo perpetuo comenzaron a trazar las sendas que conectaron el gigantesco continente entero.
La primera teoría evolutiva, de hecho, precedió a Darwin en tres cuartos de siglo y no se refería a las especies biológicas, sino a los lenguajes.
 La formuló el jurista británico sir William Jones en 1787, en un discurso pronunciado ante la Sociedad Asiática de Bengala, y proponía que el sánscrito, el griego, el latín, el gótico, el persa y el celta provenían de un tronco común por divergencias sucesivas; nació así lo que hoy llamamos la familia lingüística indoeuropea, que seguramente hunde sus raíces en los primitivos asentamientos neolíticos que inventaron la agricultura en Oriente Próximo hace unos 10.000 años.
 La lengua eurasiática recién propuesta sería aún más antigua, de hace unos 15.000 años, y extendería su abrazo a lenguas no indoeuropeas como el chino o el vasco.
Al igual que los evolucionistas reconstruyen el pasado de las especies comparando genes de las especies actuales, Mar Pagel, Quentin Atkinson y sus colegas de las universidades de Reading (Reino Unido) y Auckland (Nueva Zelanda) han descubierto el eurasiático ancestral comparando palabras de las que se hablan en todo el continente actualmente. Esto no es nuevo para la lingüística.
 El problema para las reconstrucciones de largo alcance es que, según el conocimiento recibido en lingüística, las palabras cambian demasiado deprisa como para dejar trazas de su ancestro común más allá de unos 5.000 años.
La mayor aportación del nuevo estudio, presentado en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences, es haber mostrado que, aun cuando eso sea cierto para la inmensa mayoría de las palabras, hay unos cuantos términos mucho más refractarios al cambio.
 Estas palabras ultraconservadas –que también tienen su equivalente directo en las secuencias ultraconservadas de los genomas biológicos— incluyen los numerales (los nombres de los números) y otros ingredientes del ‘metabolismo central’ de la gramática del tipo de yo, tú, aquí, como, no, allí y qué.
Los investigadores también han conseguido unas reglas que les ayudarán a encontrar el conjunto de palabras ultraconservadas más útiles en estudios futuros de otras lenguas.
Como norma general, las palabras que aparecen en el habla común con una frecuencia mayor del uno por mil tienen entre 7 y diez veces más probabilidades que las demás de aguantar intactas, o al menos reconocibles, durante 10.000 o 15.000 años.
“Nuestros resultados”, dicen Pagel y sus colegas, “indican una considerable fidelidad de transmisión para algunas palabras, y ofrecen una justificación teórica para investigar características del lenguaje que pueden preservarse por grandes lapsos de tiempo y extensiones geográficas”.
 Los científicos no solo han comprobado este principio en las lenguas indoeuropeas, sino también entre los hablantes de las familias uránicas, chino-tibetanas, altaicas, austronésicas y el sistema Níger-Congo.
Las secuencias genéticas más refractarias al cambio a lo largo de las eras geológicas representan a menudo ‘interfaces’ de una molécula (por ejemplo, cierta zona de una proteína) que interactúan con tantos ‘partners’ que cualquier ligero cambio en la secuencia causaría un auténtico desmoronamiento de un amplio número de sistemas biológicos.
 Las palabras más frecuentes en el habla parecen ser su equivalente lingüístico, lo que puede bastar para explicar su resistencia al cambio.
 Sea como fuere, los lingüistas ya disponen de un juego de ‘genes’ ultraconservados para analizar la noche de los tiempos.

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy,n española no permite hacer a aquel juez lo que hizo —anular la cláusula sobre la marcha—

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy, a propuesta del Ministerio de Justicia, modificar un artículo de la Ley de Enjuiciamiento Civil para permitir que los jueces examinen y, en su caso, anulen cláusulas abusivas en los contratos entre en procedimientos monitorios (pleitos por reclamación de deuda).
 La reforma se hace para dar cumplimiento a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que el 14 de junio de 2012 consideró que la normativa española no es acorde con el Derecho de la UE en materia de protección de los consumidores. Una sentencia muy similar a la que en marzo de este año -y referida a otro tipo de procedimientos, los ordinarios- habilitó a los jueces a paralizar desahucios, y que, como aquella, ha obligado a cambiar una ley española.
La sentencia del tribunal europeo de 2012 ponía punto final a un litigio entre el Banco Español de Crédito y un ciudadano, cliente del banco. El hombre había obtenido un préstamo años atrás y, cuando dejó de pagarlo, el banco le impuso un interés de demora del 29%, que era el que figuraba en el contrato.
 Cuando el banco llevó al cliente a juicio para reclamar la deuda, el juez anuló esa cláusula por considerarla abusiva
. El banco recurrió, subrayando que un juez no puede examinar de oficio una cláusula y anularla, y el asunto acabó en el Tribunal de Justicia de la UE. El 14 de junio de 2012, ese tribunal confirmó que la legislación española no permite hacer a aquel juez lo que hizo —anular la cláusula sobre la marcha— pero dictaminó también que eso se contradice con la directiva europea de 1993 en materia de derechos de los consumidores.
Ahora, en aplicación de esa sentencia, el Gobierno va a cambiar la regulación de los procesos judiciales monitorios (los de reclamación de deudas entre las partes) para adaptarla a la directiva europea.
 Lo que el Consejo de Ministros ha decidido hoy es introducir en el artículo 815 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en un nuevo apartado 4, un trámite que “permitirá al secretario judicial, en la admisión de los procesos monitorios que se dirijan contra consumidores, controlar la eventual existencia de cláusulas abusivas, a fin de dar cuenta al juez para que, previa audiencia de las partes, resuelva lo procedente”.
Es decir, el secretario judicial analizará el contrato que sirva de base a la demanda y, si detecta algún aspecto sospechoso de ser abusivo, lo elevará al juez, que deberá resolver si lo anula.

“La Policía de Cleveland debería estar avergonzada”

Los agentes de las fuerzas locales acudieron a la casa alertados por llamadas de los vecinos, pero no llegaron a entrar.

 

REUTERS-LIVE

Al alivio y la alegría por la liberación de las tres jóvenes secuestradas durante una década en una vivienda de Cleveland (Ohio) se han sumado en las últimas horas las dudas y la indignación por la actuación policial durante la búsqueda de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight, y sobre la reacción de quien respondió a la llamada de auxilio de Berry el pasado lunes por la tarde.
La forma abrupta de colgar el teléfono por el miembro del 911 ha provocado infinidad de comentarios airados en las redes sociales y la creación de una página en Facebook que pide su despido.
 La Policía de Cleveland ha asegurado que va a investigar si se cumplieron todos los protocolos en la respuesta a la llamada que permitió la liberación de las tres jóvenes.
Varios vecinos del barrio en el que Ariel Castro tenía secuestradas a Berry, DeJesus y Knight también han criticado lo que consideran cierta negligencia policial a la hora de atender algunas denuncias que varios vecinos realizaron en los años pasados advirtiendo de que habían visto a una menor desnuda y gateando en el patio trasero de la casa de Castro.
 “Nunca se tomaron en serio mis llamadas”, explicó Elsie Citron, que reside en la misma calle que el sospechoso, a la agencia Associated Press.
Los tres sospechosos de secuestrar y mantener cautivas durante 10 años a Amanda Berry, Gina Dejesus y Michelle Knight serán formalmente acusados esta tarde, según prevé la Policía de Cleveland. Ariel Castro, de 52 años, y sus hermanos Pedro y O'neil, de 54 y 50 respectivamente, serán interrogados por un equipo conjunto formado por la Policía local y agentes del FBI.
El director de Seguridad Pública de Cleveland, Martin Flask, ha asegurado que la Policía nunca recibió ninguna información que indicara que pasaba nada anormal en la casa de la calle Seymour, donde las chicas estaban retenidas.
 Sin embargo, hay relatos de vecinos que atestiguan lo contrario.
Israel Lugo, un vecino del barrio, afirma que llamó a la Policía en noviembre de 2011 después de que su hermana viera a una chica dentro de la casa con una niña pidiendo ayuda.
 Los agentes se personaron en el lugar, pero como nadie respondió después de que llamaran a la puerta varias veces, se fueron.
 Otro vecino, Anthony Westry, dice que veía a menudo a una niña pequeña en la ventana del ático.
 "Siempre estaba mirando por la ventana", cuenta.
"La Policía de Cleveland debería estar avergonzada. Han estado buscando años y años y estas chicas estaban debajo de sus narices", opina otra vecina, Yolanda Asia, que cita The New York Times.
El diario The Washington Post refiere que unos vecinos han dicho que hace muchos años vieron a una chica desnuda arrastrándose por el jardín trasero y que, en 2011, oyeron golpes en la puerta. La Policía acudió en ambas ocasiones, aunque en ninguna llegaron a entrar en la casa. El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, ha señalado que los agentes también se personaron en 2004, para interrogar a Ariel Castro por haberse dejado un niño olvidado en el bús [el sospechoso trabajaba como conductor de autobús escolar]. "Llamaron a la puerta, pero no pudieron contactar con ninguna persona de dentro de la casa", explica Jackson.
Las tres jóvenes se encuentran bien y ya se han reunido con sus familias tras un calvario que ha durado una década.
 Las autoridades policiales todavía no han confirmado la información de varios medios locales que aseguran que las chicas fueron víctimas de malos tratos y de múltiples violaciones y sufrieron varios abortos.
 Sí han confirmado que la niña de seis años que acompañaba a Berry cuando esta logró escapar y llamar a la Policía es su hija, nacida en cautiverio.
Los vecinos del barrio se muestran felices y horrorizados a partes iguales. Sandra Ruiz, la tía de Gina Dejesus, una de las secuestradas, ha dicho que su reaparición es "un milagro", pero también ha lanzado un mensaje de advertencia: "Hay que vigilar a tus vecinos, porque nunca se sabe".
El caso de estas chicas no es el primero que pone los pelos de punta a los ciudadanos de Cleveland y en entredicho el trabajo de la Policía.
 En 2009, las autoridades locales descubrieron que Anthony Sowell había encarcelado y matado a 11 mujeres en su casa.
 Algunos familiares de las víctimas decidieron demandaron al Ayuntamiento por cómo llevó la investigación la Policía.