Los agentes de las fuerzas locales acudieron a la casa alertados por llamadas de los vecinos, pero no llegaron a entrar.
Al alivio y la alegría por la liberación de las tres jóvenes secuestradas durante una década en una vivienda de Cleveland (Ohio) se han sumado en las últimas horas las dudas y la indignación por la actuación policial durante la búsqueda de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight, y sobre la reacción de quien respondió a la llamada de auxilio de Berry el pasado lunes por la tarde.
La forma abrupta de colgar el teléfono por el miembro del 911 ha provocado infinidad de comentarios airados en las redes sociales y la creación de una página en Facebook que pide su despido.
La Policía de Cleveland ha asegurado que va a investigar si se cumplieron todos los protocolos en la respuesta a la llamada que permitió la liberación de las tres jóvenes.
Varios vecinos del barrio en el que Ariel Castro tenía secuestradas a Berry, DeJesus y Knight también han criticado lo que consideran cierta negligencia policial a la hora de atender algunas denuncias que varios vecinos realizaron en los años pasados advirtiendo de que habían visto a una menor desnuda y gateando en el patio trasero de la casa de Castro.
“Nunca se tomaron en serio mis llamadas”, explicó Elsie Citron, que reside en la misma calle que el sospechoso, a la agencia Associated Press.
Los tres sospechosos de secuestrar y mantener cautivas durante 10 años a Amanda Berry, Gina Dejesus y Michelle Knight serán formalmente acusados esta tarde, según prevé la Policía de Cleveland. Ariel Castro, de 52 años, y sus hermanos Pedro y O'neil, de 54 y 50 respectivamente, serán interrogados por un equipo conjunto formado por la Policía local y agentes del FBI.
El director de Seguridad Pública de Cleveland, Martin Flask, ha asegurado que la Policía nunca recibió ninguna información que indicara que pasaba nada anormal en la casa de la calle Seymour, donde las chicas estaban retenidas.
Sin embargo, hay relatos de vecinos que atestiguan lo contrario.
Israel Lugo, un vecino del barrio, afirma que llamó a la Policía en noviembre de 2011 después de que su hermana viera a una chica dentro de la casa con una niña pidiendo ayuda.
Los agentes se personaron en el lugar, pero como nadie respondió después de que llamaran a la puerta varias veces, se fueron.
Otro vecino, Anthony Westry, dice que veía a menudo a una niña pequeña en la ventana del ático.
"Siempre estaba mirando por la ventana", cuenta.
"La Policía de Cleveland debería estar avergonzada. Han estado buscando años y años y estas chicas estaban debajo de sus narices", opina otra vecina, Yolanda Asia, que cita The New York Times.
El diario The Washington Post refiere que unos vecinos han dicho que hace muchos años vieron a una chica desnuda arrastrándose por el jardín trasero y que, en 2011, oyeron golpes en la puerta. La Policía acudió en ambas ocasiones, aunque en ninguna llegaron a entrar en la casa. El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, ha señalado que los agentes también se personaron en 2004, para interrogar a Ariel Castro por haberse dejado un niño olvidado en el bús [el sospechoso trabajaba como conductor de autobús escolar]. "Llamaron a la puerta, pero no pudieron contactar con ninguna persona de dentro de la casa", explica Jackson.
Las tres jóvenes se encuentran bien y ya se han reunido con sus familias tras un calvario que ha durado una década.
Las autoridades policiales todavía no han confirmado la información de varios medios locales que aseguran que las chicas fueron víctimas de malos tratos y de múltiples violaciones y sufrieron varios abortos.
Sí han confirmado que la niña de seis años que acompañaba a Berry cuando esta logró escapar y llamar a la Policía es su hija, nacida en cautiverio.
Los vecinos del barrio se muestran felices y horrorizados a partes iguales. Sandra Ruiz, la tía de Gina Dejesus, una de las secuestradas, ha dicho que su reaparición es "un milagro", pero también ha lanzado un mensaje de advertencia: "Hay que vigilar a tus vecinos, porque nunca se sabe".
El caso de estas chicas no es el primero que pone los pelos de punta a los ciudadanos de Cleveland y en entredicho el trabajo de la Policía.
En 2009, las autoridades locales descubrieron que Anthony Sowell había encarcelado y matado a 11 mujeres en su casa.
Algunos familiares de las víctimas decidieron demandaron al Ayuntamiento por cómo llevó la investigación la Policía.
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