Habrá que esperar aún 10 días para calibrar el calado del nuevo paquete de medidas que el Gobierno va a presentar a los ciudadanos
y a Bruselas toda vez que las que están en marcha no son suficientes
para la Comisión Europea. En vano ha tratado el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de sonsacar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
de qué se trata y, sobre todo, en vano ha resultado su presión para que
"no de una vuelta de tuerca más" a la reforma laboral, ni toque el
sistema de pensiones.
Las pesimistas previsiones del FMI para España al augurar un 27% por desempleo al terminar este año le han valido a Rubalcaba en la sección de control al Gobierno para augurar que, cuando termine esta legislatura, en 2015, todo estará peor: "Más paro, recesión y menos derechos civiles".
Las críticas del político socialista no son solo para Rajoy, también para la Comisión Europea.
A ambos les pregunta: "¿Cuántos diagnósticos más, cuántos premios nobel más, qué más hace falta para que ustedes se den cuenta de que la medicina que le está dando al enfermo le está matando?".
En su réplica, el presidente del Gobierno le ha rebatido de plano:
"No puedo compartir su opinión; la medicina que mató a la economía española fue la que le dieron ustedes en el Gobierno socialista".
No hay peticiones concretas de la Comisión Europea a cambio de flexibilizar el calendario de España para que cumpla los objetivos de déficit, según Rajoy, en respuesta a Rubalcaba, que ha establecido esta relación, de causa, efecto.
Ahora bien, el presidente lo llama de otra manera pero el resultado viene a ser el mismo. "La Comisión Europea reconoce que el ajuste se está produciendo pero sigue haciendo falta reformas estructurales que se tienen que plantear en el programa de estabilidad que vamos a presentar a finales de abril y en el que estamos trabajando"
. Sí, en el Consejo de Ministros de la próxima semana se aprobará la nueva ola de reformas de este Gobierno en materia "de fiscalidad, emprendimiento, energía, sostenibilidad de pensiones ...... para flexibilizar la economía y dar la vuelta a la situación". Estos son los epígrafes que ha enumerado Rajoy y que preocupan y ocupan a la oposición por lo que habrá detrás de ellos.
La preocupación del PSOE se justifica por las pinceladas que van
trazando los ministros "en materia de impuestos y sobre el abaratamiento
aún más del despido", le ha dicho Rubalcaba con el aviso de que el PSOE
no apoyará "una vuelta de tuerca más en la nefasta reforma laboral y no
habrá pacto sobre pensiones que no apoyen los sindicatos y los
empresarios en el marco del Pacto de Toledo".
La misma música pero con distinta letra la han interpretado después de Rajoy y Rubalcaba la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez.
Esta última ha metido en su intervención las prácticas del extesorero del PP Luis Bárcenas de repartir las donaciones al PP en varias partes para no saltarse los topes legales.
"La contabilidad nacional no la hagan ustedes como la del PP, troceando donaciones; formen una vicepresidencia económica que coordine porque usted señora vicepresienta ni coordina ni comunica", le ha criticado la portavoz socialista.
"Rectifiquen para que los ciudadanos dejen de percibir que ustedes solo actúan al servicio de Merkel, de la banca española y ahora de los Obispos", ha resumido Rodríguez, que critica a la vicepresidenta por resumir su actuaciòn pública en una comparecencia semanal, tras las reuniones del Consejo de Ministros.
No ha habido especial gresca en esta ocasión; desde luego apenas entre Rajoy y Rubalcaba que han mantenido la corrección en las formas y tampoco en el caso de las dos dirigentes políticas.
La vicepresidenta solo dio el toque habitual de recuerdo sobre la situación interna del PSOE y se limitó a ensalzar los pequeños logros que ya se aprecian en la economía para apostillar de inmediato que queda mucho por hacer. Pero, ha dicho, el PSOE lo hizo mucho peor, con unas políticas económicas y fiscales "basadas en la volatilidad".
La tensión de días pasados no se ha producido en esta sesión de control y la discrepancia ha circulado por derroteros de bastante normalidad.
Las pesimistas previsiones del FMI para España al augurar un 27% por desempleo al terminar este año le han valido a Rubalcaba en la sección de control al Gobierno para augurar que, cuando termine esta legislatura, en 2015, todo estará peor: "Más paro, recesión y menos derechos civiles".
Las críticas del político socialista no son solo para Rajoy, también para la Comisión Europea.
A ambos les pregunta: "¿Cuántos diagnósticos más, cuántos premios nobel más, qué más hace falta para que ustedes se den cuenta de que la medicina que le está dando al enfermo le está matando?".
En su réplica, el presidente del Gobierno le ha rebatido de plano:
"No puedo compartir su opinión; la medicina que mató a la economía española fue la que le dieron ustedes en el Gobierno socialista".
No hay peticiones concretas de la Comisión Europea a cambio de flexibilizar el calendario de España para que cumpla los objetivos de déficit, según Rajoy, en respuesta a Rubalcaba, que ha establecido esta relación, de causa, efecto.
Ahora bien, el presidente lo llama de otra manera pero el resultado viene a ser el mismo. "La Comisión Europea reconoce que el ajuste se está produciendo pero sigue haciendo falta reformas estructurales que se tienen que plantear en el programa de estabilidad que vamos a presentar a finales de abril y en el que estamos trabajando"
. Sí, en el Consejo de Ministros de la próxima semana se aprobará la nueva ola de reformas de este Gobierno en materia "de fiscalidad, emprendimiento, energía, sostenibilidad de pensiones ...... para flexibilizar la economía y dar la vuelta a la situación". Estos son los epígrafes que ha enumerado Rajoy y que preocupan y ocupan a la oposición por lo que habrá detrás de ellos.
Una sesión sin tensión
- Secretismo. La portavoz de UPyD, Rosa Díez, ha reprochado a Rajoy su política de escasa transparencia con reuniones secretas y pocas conferencias de prensa
- . El presidente le ha respondido que "el exhibicionismo y la notoriedad no son buenas consejeras". Ha dado a entender que las reuniones sin publicidad con los presidentes de Cataluña, Artur Mas y del País Vasco, Íñigo Urkullu, lo han sido a petición de ellos. "Si alguien me pide tener una reunión discreta, la tengo", ha dicho.
- Expropiaciones. El presidente del grupo parlamentario Izquierda Plural, Cayo Lara, ha preguntado al ministro de Economía, Luis de Guindos, por las expropiaciones temporales de pisos a los bancos que se quedaron con ellos tras desahuciar a los deudores por hipoteca. "Temo dos consecuencias: dificultad para que a los jóvenes les den créditos para hipotecas y un problema para el sector de la construcción en la comunidad andaluza cuya media de paro es diez veces superior al resto de España".
- PSC-PSOE. El diputado del PSC Francesc Vallés ha pedido al ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, una financiación mejor y más justa para Cataluña. El ministro se ha ido a la política: "Primero ustedes en el PSC lo que deben decir es qué posición tienen respecto a España; después qué relación tienen con el PSOE y, por último, reconocer que la financiación actual que la hicieron los socialistas para satisfacer al tripartito fue un error; reconozcan todo eso".
- Pérdida de nacionalidad. La diputada socialista Soledad Pérez Domínguez ha mostrado al ministro de Justicia su preocupación por las causas que pueden llevar a perder la nacionalidad y a los requisitos para adquirirla. Alberto Ruiz Gallardón ha invocado el derecho internacional pero ha aprovechado para contar a la Cámara que se encontró una herencia de 400.000 expedientes de petición de nacionalidad sin resolver. "Frente a esa pasividad, nosotros hemos tramitado el 82% y el 54% ya está resuelto. ¿Por qué no lo hicieron ustedes; por ineficacia o por vulneración de derechos de los ciudadanos?", ha preguntado Gallardón a la bancada de la oposición, hasta hace año y medio en el poder.
La misma música pero con distinta letra la han interpretado después de Rajoy y Rubalcaba la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez.
Esta última ha metido en su intervención las prácticas del extesorero del PP Luis Bárcenas de repartir las donaciones al PP en varias partes para no saltarse los topes legales.
"La contabilidad nacional no la hagan ustedes como la del PP, troceando donaciones; formen una vicepresidencia económica que coordine porque usted señora vicepresienta ni coordina ni comunica", le ha criticado la portavoz socialista.
"Rectifiquen para que los ciudadanos dejen de percibir que ustedes solo actúan al servicio de Merkel, de la banca española y ahora de los Obispos", ha resumido Rodríguez, que critica a la vicepresidenta por resumir su actuaciòn pública en una comparecencia semanal, tras las reuniones del Consejo de Ministros.
No ha habido especial gresca en esta ocasión; desde luego apenas entre Rajoy y Rubalcaba que han mantenido la corrección en las formas y tampoco en el caso de las dos dirigentes políticas.
La vicepresidenta solo dio el toque habitual de recuerdo sobre la situación interna del PSOE y se limitó a ensalzar los pequeños logros que ya se aprecian en la economía para apostillar de inmediato que queda mucho por hacer. Pero, ha dicho, el PSOE lo hizo mucho peor, con unas políticas económicas y fiscales "basadas en la volatilidad".
La tensión de días pasados no se ha producido en esta sesión de control y la discrepancia ha circulado por derroteros de bastante normalidad.