España es una economía rota
. Los informes que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado este martes en Washington dibujan un panorama desolador para los próximos años, y eso después de ya casi un lustro de crisis a la espalda: calcula que la recesión será más aguda este año y que el paro batirá nuevos récords.
Todas las previsiones del FMI han empeorado
. El cóctel de los recortes, combinados con la sequía crediticia y falta de un yacimiento de empleo que releve al malogrado sector inmobiliario mantienen a la cuarta economía de Eurozona entre las peores del grupo. Solo para Grecia, Portugal –países rescatados- y Eslovenia –sobre el que se teme otro auxilio- se esperan caídas más agudas este año.
Una previsión económica es eso que se revisa al alza y a la baja constantemente y que acierta cuanto más se acerca al final del ejercicio, y aun así a veces fallan, incluso las del FMI
. Pero con España hay cierto consenso: el Fondo calcula que la caída de la economía será del 1,6% este año, tres décimas por encima de lo estimado en la asamblea anual, celebrada el pasado otoño en Japón, que ya fue revisada en enero a un retroceso del 1,5%, y no muy lejos de lo previsto por Bruselas (-1,4%). Supone el tiro de gracia al pronóstico del Gobierno, que lo mantiene en un valor de negativo del 0,5%, aunque lo modificará en breve.
Lo peor es que la reactivación que se vislumbra es muy débil.
Para el próximo año, el FMI calcula un tímido avance del 0,7%, insuficiente para contener el castigo del paro. La tasa de desempleo, que se preveía del 25,1% de la población activa para 2013, subirá al 27%, y en 2014 tan solo menguará hasta el 26,5%.
¿Cuánto tiempo puede soportar un país ese nivel de paro? “España ha podido hacerlo por su sistema de subsidios y por esas ayudas familiares, pero ha pasado ya tanto tiempo que esos recursos se empiezan a agotar”, explica el cargo de un banco central en los aledaños del cuartel general del FMI, más reforzado aun si cabe por la policía tras la alerta por las bombas de Boston.
La situación ha mejorado para España en los mercados desde el golpe en la mesa que dio el pasado verano el Banco Central Europeo (BCE), pero la llamada economía real —la de consumir, invertir, crear empleo— sigue deprimida.
Por eso, la mirada desde el otro lado del Atlántico también ha cambiado.
“España ha dejado de ser un problema sistémico en este momento, no hay miedo al contagio financiero, pero dentro del país, todo sigue mal, nadie puede dar por hecho se vaya a recuperar el nivel previo a la crisis, la fragilidad es extrema”, añade.
También la escalada de la deuda es un factor preocupante.
Solo este año, cuando el pasivo alcanzará alrededor del 90% del PIB, el gasto presupuestado para pagar los intereses roza los 39.000 millones de euros, un 33% más que el año pasado, y sin un crecimiento sólido al Estado le cuesta cada vez más pagar sus deudas. España sigue en el alambre.
En su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, señala respecto a España y a Italia que “el proceso de devaluación interna se produce lentamente, y están ganado competitividad de forma lenta”, mientras que la demanda externa “no es lo bastante fuerte como para compensar la débil demanda interna”.
Además, se produce una retroalimentación adversa entre bancos débiles, deuda soberana débil y baja actividad”.
La década perdida para la economía española puede alargarse, según se desprende del informe.
El Gobierno España ha negociado a dentelladas con Bruselas con el fin de arañar algo de tiempo para cuadrar sus cuentas públicas, algo que se da casi por hecho
. El Gobierno presentará un nuevo plan de estabilidad el 26 de abril y publicará sus nuevas proyecciones
. Con estas, se prevén más reformas.
. Los informes que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado este martes en Washington dibujan un panorama desolador para los próximos años, y eso después de ya casi un lustro de crisis a la espalda: calcula que la recesión será más aguda este año y que el paro batirá nuevos récords.
Todas las previsiones del FMI han empeorado
. El cóctel de los recortes, combinados con la sequía crediticia y falta de un yacimiento de empleo que releve al malogrado sector inmobiliario mantienen a la cuarta economía de Eurozona entre las peores del grupo. Solo para Grecia, Portugal –países rescatados- y Eslovenia –sobre el que se teme otro auxilio- se esperan caídas más agudas este año.
Una previsión económica es eso que se revisa al alza y a la baja constantemente y que acierta cuanto más se acerca al final del ejercicio, y aun así a veces fallan, incluso las del FMI
. Pero con España hay cierto consenso: el Fondo calcula que la caída de la economía será del 1,6% este año, tres décimas por encima de lo estimado en la asamblea anual, celebrada el pasado otoño en Japón, que ya fue revisada en enero a un retroceso del 1,5%, y no muy lejos de lo previsto por Bruselas (-1,4%). Supone el tiro de gracia al pronóstico del Gobierno, que lo mantiene en un valor de negativo del 0,5%, aunque lo modificará en breve.
Lo peor es que la reactivación que se vislumbra es muy débil.
Para el próximo año, el FMI calcula un tímido avance del 0,7%, insuficiente para contener el castigo del paro. La tasa de desempleo, que se preveía del 25,1% de la población activa para 2013, subirá al 27%, y en 2014 tan solo menguará hasta el 26,5%.
¿Cuánto tiempo puede soportar un país ese nivel de paro? “España ha podido hacerlo por su sistema de subsidios y por esas ayudas familiares, pero ha pasado ya tanto tiempo que esos recursos se empiezan a agotar”, explica el cargo de un banco central en los aledaños del cuartel general del FMI, más reforzado aun si cabe por la policía tras la alerta por las bombas de Boston.
La situación ha mejorado para España en los mercados desde el golpe en la mesa que dio el pasado verano el Banco Central Europeo (BCE), pero la llamada economía real —la de consumir, invertir, crear empleo— sigue deprimida.
Por eso, la mirada desde el otro lado del Atlántico también ha cambiado.
“España ha dejado de ser un problema sistémico en este momento, no hay miedo al contagio financiero, pero dentro del país, todo sigue mal, nadie puede dar por hecho se vaya a recuperar el nivel previo a la crisis, la fragilidad es extrema”, añade.
También la escalada de la deuda es un factor preocupante.
Solo este año, cuando el pasivo alcanzará alrededor del 90% del PIB, el gasto presupuestado para pagar los intereses roza los 39.000 millones de euros, un 33% más que el año pasado, y sin un crecimiento sólido al Estado le cuesta cada vez más pagar sus deudas. España sigue en el alambre.
En su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, señala respecto a España y a Italia que “el proceso de devaluación interna se produce lentamente, y están ganado competitividad de forma lenta”, mientras que la demanda externa “no es lo bastante fuerte como para compensar la débil demanda interna”.
Además, se produce una retroalimentación adversa entre bancos débiles, deuda soberana débil y baja actividad”.
La década perdida para la economía española puede alargarse, según se desprende del informe.
El Gobierno España ha negociado a dentelladas con Bruselas con el fin de arañar algo de tiempo para cuadrar sus cuentas públicas, algo que se da casi por hecho
. El Gobierno presentará un nuevo plan de estabilidad el 26 de abril y publicará sus nuevas proyecciones
. Con estas, se prevén más reformas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario