Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 mar 2013

Los Bardem explican los motivos del cierre de ‘La Bardemcilla’

Los actores han sido criticados por despedir a 11 trabajadores aplicando la reforma laboral.

El actor Javier Bardem. / CORDON
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La Bardemcilla, uno de los bares más famosos de Madrid, ha cerrado sus puertas por motivos económicos.
 El local, propiedad de la familia Bardem, estaba gestionado por Mónica. Su clausura ha supuesto el despido de 11 trabajadores.
 Para negociar las condiciones del ERE, el día 8 mantuvieron una reunión en la que, según la versión de los empleados, Mónica aseguró que no les podía pagar, puesto que la empresa que regenta el restaurante –Mi Buenos Aires querido S.A.– era insolvente. "Les dijo que aceptaran el convenio y que Fogasa –entidad gubernamental que gestiona el pago de salarios ante la quiebra de empresas– les daría 20 días por año trabajado", aseguran representantes de los trabajadores. Los pasos dados por la familia Bardem han levantado polémica en algunos sectores que les han acusado de aplicar la reforma laboral que tanto han criticado. Por todo ello esta mañana han emitido un comunicado para explicar su versión de lo sucedido.
Ante las noticias publicadas referentes al cierre del restaurante La Bardemcilla queremos puntualizar lo siguiente:
"Dicha actividad de hostelería ha venido generando pérdidas en los últimos ejercicios, ya que la crisis económica ha afectado a nuestra empresa tanto como a otras muchas del sector, que se han visto obligadas, como nosotros, a cesar en su actividad por volverse insostenible pese a las sucesivas aportaciones económicas de los socios para mantener el restaurante abierto y todos los puestos de trabajo.
 No es una situación de reducción de beneficios, sino de perdidas prolongadas desde hace ya dos años". Y añaden: "La administradora única y gerente de dicha sociedad es Mónica Bardem Encinas, quien al analizar la situación económica de la empresa, tomó la decisión de cesar la actividad de la misma, comunicándonos al resto de los socios la imposibilidad económica de viabilizar este proyecto empresarial. La totalidad de los socios accedimos a que se cesara la actividad de la empresa y se rescindiese el contrato de arrendamiento que manteníamos con dicho local".
Para luego explicar el proceder de la administradora única. "En el proceso de cierre definitivo de la actividad, Mónica Bardem Encinas, aconsejada por el gabinete jurídico laboral que lleva estos temas, optó por presentar un expediente de regulación de empleo, sin consultar con el resto de los socios, ya que entendía que al haberse aceptado el cese definitivo del cierre de la sociedad, el procedimiento a seguir era el que recomendaba el abogado laboralista de la compañía"
.  La nota prosigue con la posición de los socios de la empresa propietaria de La Bardemcilla. "
 Al tener conocimiento el resto de los socios que la empresa de la que somos accionistas había presentado ante los organismos judiciales correspondientes un expediente de regulación de empleo, nos pusimos de inmediato en contacto con la administradora de la sociedad, para indicarle que nuestra aprobación por el cese de la actividad no incluía nuestra autorización para que la empresa presentase un expediente de regulación de empleo, y aunque efectuado dentro del absoluto amparo de lo establecido en la legislación en vigor, para situaciones empresariales por las que nuestra empresa está pasando, no estamos dispuestos bajo ningún concepto a someter a nuestros trabajadores a un procedimiento de estas características amparándonos en una reforma laboral contra la que nos hemos manifestado públicamente.
 Por tanto, hemos dado instrucciones claras a la administradora de la compañía para que se proceda de inmediato a retirar el expediente de regulación de empleo y así mismo se proceda a liquidar las indemnizaciones, que por ley están establecidas, a cada uno de los trabajadores
. Estás indemnizaciones superan incluso las cantidades que fija actualmente la ley en atención a la larga relación laboral entre La Bardemcilla y sus empleados".
Por todo ello la familia Bardem ha decidido que "se nos indique la aportación dineraria que cada uno de los socios efectuaremos para que dichos pagos se puedan materializar de inmediato, ya que como hemos indicado con anterioridad, la empresa cesa en su actividad por las reiteradas pérdidas obtenidas y por los nulos recursos económicos propios que tiene para asumir la estructura de gastos.
 Como tantas pequeñas empresas, como tantos pequeños negocios de este país a los que nadie rescata, La Bardemcilla cierra sus puertas".
El comunicado lo firman: Javier Bardem Carlos Bardem Pilar Bardem Mónica Bardem

 

“He acabado hastiado de la frivolidad de la noche”

José Coronado, que ha alcanzado los 55 años, hace repaso a su carrera como actor y a su vida para la revista 'Gentleman'.

 

El actor José Coronado.

José Coronado ha alcanzado a los 55 años una situación de privilegio en la que ya no necesita echar mano de cuestiones pasajeras para ser noticia. Se ha convertido en todo un clásico."Fama y glamour son términos que me horrorizan.
 Porque lo que me gusta cada vez más de mi profesión es el trabajo de obrero de la construcción: levantarme temprano, ponerme el casco e ir a trabajar.
 Además hoy en día el término  fama  se ha desvirtuado mucho con toda la frikada nacional que tenemos.
Hace años que ser famoso era una maravilla".
Coronado hace estas declaraciones en el número de abril de la revista Gentleman. Además posa como un modelo profesional a la vez que advierte: "Desde hace 25 años no me compro ropa".
En su reflexión sobre esta nueva etapa de su vida también cuenta: "La idea de glamour me parece frívola y superficial. No me gusta nada. En mis tiempos jóvenes ya viví mucho la frivolidad de la noche y acabé hastiado".
Hasta ahora no le ha fallado el trabajo y en medio de varios proyectos, está pendiente de estrenar una película francesa, En solitaire, de François Cluzet. En el futuro tiene otros planes como dirigir. "Con la dirección me pasa como con el golf. Claro que te, pero te dices: 'Ya tendré tiempo'.
 Mientras me sigan ofreciendo personajes maravillosos."

Berlín presiona para acelerar las quitas en futuras crisis bancarias


Estudiantes chipriotas protestan frente al palacio presidencial. / Petros Giannakouris  (AP )

¿Puede quebrar un banco? ¿Debe rescatarse siempre cualquier entidad financiera con dinero público? Esas cuestiones planean sobre la política económica internacional desde la bancarrota de Lehman Brothers. Y han cobrado actualidad de nuevo tras la crisis de Chipre, resuelta con un rescate en el que se deja quebrar un banco y se imponen pérdidas a los accionistas, los poseedores de todo tipo deuda (incluida la de máxima calidad, intocable hasta ahora) e incluso los depositantes de más de 100.000 euros, después de haber flirteado con castigar también a los de menos de 100.000 euros, asegurados —en teoría— a prueba de bombas. La UE trabaja en una nueva caja de herramientas para lidiar con futuras crisis bancarias sin recurrir solamente a los contribuyentes en esa misma línea, aunque con un horizonte relativamente lejano. Pero los países más fuertes, encabezados por Alemania, han conseguido que Chipre sea la demostración de que ese será, más temprano que tarde, el modelo a seguir. Tras las controvertidas declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jeoren Dijsselbloem, que apuntan en ese sentido, fuentes europeas explican que Berlín, junto con Gobiernos como el holandés, presiona para acelerar todo lo posible esa fórmula para resolver crisis financieras.
¿Debe rescatarse siempre cualquier entidad financiera con dinero público?
Un portavoz del Ejecutivo alemán confirmó ayer que esa es una línea de trabajo en la que insiste el equipo de la canciller Angela Merkel desde el año pasado.
Bruselas no consigue desenredar el lío en el que anda metida la eurozona desde hace 10 días. Tras el primer acuerdo —fallido— sobre Chipre, se desató la alarma por el hecho de que todos los depósitos tenían que arrimar el hombro para solucionar una crisis “excepcional y única”, que incluía un sector financiero sobredimensionado y sucio, con algo más que sospechas acerca del dinero negro ruso. Finalmente, pagarán solo los depósitos no asegurados, pero también los accionistas y los acreedores, siempre con abundantes alusiones reiteradas a la “excepcionalidad” de Chipre. Bruselas insistió ayer en esa letanía del caso “excepcional” chipriota. Pero una portavoz de la Comisión recordó que las instituciones europeas trabajan desde hace meses en una caja de herramientas para luchar contra futuras crisis financieras que coincide con el experimento de Chipre.
La UE debería tener en marcha la normativa para permitir ese tipo de quitas para 2018, dentro de un movimiento de mayor alcance, que incluye un fondo de garantía para cerrar entidades, pero también todas las patas de la unión bancaria: el supervisor único, la recapitalización directa de bancos por parte del mecanismo permanente de rescate, un fondo de resolución europeo y un fondo de garantía de depósitos comunitario. La filosofía está clara y es compartida por todos los socios del euro: los líderes europeos pusieron negro sobre blanco, en la cumbre de junio, que si un banco tiene problemas “la respuesta ya no será automáticamente que nosotros [los Estados] nos hagamos cargo de esos problemas”. Se trata de romper el círculo vicioso entre la deuda pública y la banca; de acabar con la relación incestuosa entre los Gobiernos y las finanzas.
La UE trabaja para lidiar futuras crisis sin recurrir solo a los contribuyentes
Berlín y los países del club de la Triple A insisten en adelantar a 2015 los nuevos poderes de resolución de crisis bancarias que quiere la Comisión. Y Dijsselbloem —tal vez más como ministro holandés que como líder del Eurogrupo más que apoyado por Alemania— siguió esa línea argumental al sugerir que Chipre servirá como guía. El BCE y varias capitales lanzaron ayer duras críticas al holandés por esas declaraciones, de las que se ha retractado chapuceramente. Ante el ataque de sinceridad del presidente holandés del Eurogrupo, la reacción de los mercados —que saben de las presiones alemanas— obedece al hecho de que la banca europea, especialmente en los países con problemas, corre el riesgo de que sus clientes salgan corriendo.
Los portavoces alemanes se esfuerzan por separar el grano de la paja, desmintiendo cualquier parecido entre Chipre y otros casos, y descartando cualquier riesgo para países como España. Chipre es un caso simpar, insisten en Berlín, porque sus bancos apenas tenían nada más que depósitos. España, por contra, cuenta con dinero suficiente para recapitalizar sus bancos —100.000 millones, de los que ha pedido 40.000— gracias al rescate financiero europeo. Alemania da el problema español por superado, y el ministro Wolfgang Schäuble insiste en avanzar hacia la unión bancaria europea repartiendo las responsabilidades en la prevención de futuros problemas bancarios. Tanto el partido de Merkel (CDU) como los socialdemócratas y los Verdes, con las elecciones a la vuelta de la esquina, están de acuerdo en que el tabú de que los bancos no pueden quebrar debe caer. Y para ello coinciden en que hay que hacer pagar a quienes tomaron riesgos a cambio de jugosos intereses.
Hay, aún así, un problema de tempo. El BCE ha insistido siempre en que ese 2018 para las nuevas reglas está demasiado lejos. Y, sin embargo, en la quiebra reciente del holandés SNS impidió que Dijsselbloem castigara la deuda sénior: pagaron accionistas y poseedores de deuda de mala calidad, pero el Eurobanco impidió a las autoridades holandesas traspasar esa línea, como sucedió también con las cajas españolas
. La legislación acabará llegando, pero tanto el BCE como la Comisión apuntan que es clave el ritmo con el que se imponga esa reforma: con algunos países en plena reestructuración o con problemas a la vista, los llamamientos a acelerar ese proceso legislativo “corren el peligro de conseguir una fragmentación aún mayor del sistema financiero europeo”, según una fuente europea. En plata: es un torpedo para la línea de flotación de los bancos bajo sospecha, muy concentrados en los países que peor lo están pasando.
La chapucera gestión de la crisis chipriota ha abierto varias heridas. Incluso dentro del consejo del BCE: “Mario Draghi [su presidente] desapareció del Eurogrupo hace 10 días porque sabía que podía aprobarse un castigo que no le gustaba, impuesto por el FMI y Alemania.
 Y Jörg Asmussen [miembro del consejo de gobierno y exasesor de Merkel] fue quien se quedó y cocinó el pacto”, apuntan fuentes del Eurogrupo. “Las diferencias entre Draghi y Asmussen son evidentes”, según las mismas fuentes, que apuntaban además el malestar en varios países —Francia, Italia y España— por las declaraciones de Dijsselbloem. “El comunicado del Eurogrupo se pactó palabra por palabra, línea por línea. Luego Dijsselbloem, al día siguiente, se saltó ese mandato, en lo que parece un comportamiento inaceptable, aunque se haya retractado y alegue que le han malinterpretado”, cierran las citadas fuentes.

Es el Barro.......

SE LLAMA BARRO

Es el barro que aún conserva verde

Las causas que se dieron por perdidas,

Aquellas que, tal hierbas de la frente,

Fueron cortadas y enterradas vivas.


“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.”


Es el barro que aún conserva el nombre

De los que denunciaron avenidas

Colmas de injusticias con sus talones,

Las que de tierra y agua el tiempo arracima.


“Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada.”


Es el barro que aún en suciedades

Descubre su dolor encarnecido,

Que, de la sequía extrae maldades

Y de la miseria su cataclismo.


“Harto de someterse a los puñales
circulantes del carro y la pezuña,
teme del barro un parto de animales
de corrosiva piel y vengativa uña.”


El barro conserva aún el azogue,

Las palabras fecundas de sus muertos;

De aquellos que hicieron inmensos montes

Por donde entre vueltas e idas paseo.


“Antes que la sequía lo consuma
el barro ha de volverte de lo mismo.”


He realizado esta composición intercalando entre mis versos cuatro estrofas del poema número 15 “Me llamo barro” perteneciente al poemario “El rayo que no cesa” de Miguel Hernández. La ilustración es de Ramón Fernández Palmeral.