Los jueces de París buscan pruebas sobre la relación de la directora del FMI y exministra de Sarkozy con el empresario Bernard Tapie.
El domicilio parisino de Christine Lagarde, directora del FMI y exministra de Economía con Nicolas Sarkozy, ha sido registrado este miércoles por la brigada financiera de la policía francesa. La operación se inscribe en el llamado “escándalo Tapie”.Tres jueces de los juzgados económicos de París, y sus homólogos del Tribunal de la República (competente en delitos cometidos por ministros), investigan el papel jugado por Lagarde en 2007, durante la disputa legal que el empresario marsellés Bernard Tapie, conocido por la opacidad y espectacularidad de sus negocios, mantuvo con el banco público Crédit Lyonnais tras vender Adidas a la entidad bancaria.
Los investigadores tratan de esclarecer si la directora del FMI ejerció su influencia sobre los árbitros privados de aquel litigio para que favorecieran los intereses del expresidente del Olympique de Marsella frente a los del hundido banco público. En julio de 2008, Bernard Tapie obtuvo un fallo favorable de la comisión de arbitraje que le reportó una indemnización de 402 millones de euros, de los cuales ingresó 230 millones netos.
Lagarde asumió el dictamen como bueno, y pese a las recomendaciones de numerosos expertos, se negó a recurrirlo.
La redada en casa de Lagarde marca una aceleración a un escándalo político y económico que podría acabar salpicando también a Nicolas Sarkozy, ya que, según Le Monde, Tapie mantuvo diversas reuniones con Sarkozy en la época, primero cuando este era ministro del Interior y después y presidente de la República (2007-2012). El juez de Burdeos que analiza el caso Lilliane Bettencourt ha enviado las agendas del exmandatario a sus colegas de París para aclarar las fechas de esos encuentros.
El exsecretario general del Elíseo, Claude Guéant, mano derecha de Sarkozy, ya recibió una visita de la policía en su domicilio y su despacho hace un par de semanas. Buen amigo de Sarkozy, Tapie pidió públicamente el voto para el líder conservador durante las campañas de 2007 y 2012.
Las agendas revelan también que Sarkozy recibió varias veces a Pierre Mazeaud, uno de los tres árbitros que resolvió el litigio.
El 24 de enero pasado, los jueces ordenaron un registro en las casas de Bernard Tapie y del actual consejero delegado de France Télécom, Stéphane Richard, que era el jefe de gabinete de Lagarde cuando ocurrieron los hechos.
Sobre la participación de la directora del FMI, su abogado, Yves Repiquet, ha afirmado este miércoles que su clienta “no tiene nada que ocultar”, y ha recordado que Lagarde no ha sido oída todavía por los investigadores.
Los jueces económicos de París Serge Tournaire, Guillaume Daïeff y Claire Thépaut abrieron su investigación en septiembre de 2012 y presentaron cargos por “uso abusivo de poderes sociales y ocultación de ese delito” contra el Consorcio de Realización (CDR), una especie de banco malo creado en 1995 para gestionar los pasivos dudosos de Crédit Lyonnais tras el hundimiento de la entidad.
Pero, en la víspera de la operación policial en las casas de Tapie y Richard, los magistrados pidieron y obtuvieron de la Fiscalía una ampliación de las acusaciones, y sumaron a la primera causa los cargos de “desvío de fondos públicos y falsedad”.
El caso está ahoa separado en dos piezas: una ministerial y otra extraministerial. Los abogados de Tapie y del CDR, y tres de los árbitros que dirimieron el contencioso también están bajo investigación.
En el apasionante caso no falta tampoco un cuervo, un chivato anónimo.
Se supone que es un alto funcionario del ministerio de Economía, porque envió una carta sin firma pero con el membrete oficial de Bercy al líder centrista François Bayrou
. La misiva, que este entregó a la justicia, afirma que Lagarde no debe ser considerada responsable de lo ocurrido porque la solución fue impuesta por el exabogado de Tapie, Jean-Louis Borloo (efímero ministro de Finanzas entre mayo y junio de 2007), y por Nicolas Sarkozy.
El actual fiscal del Tribunal de la República y exfiscal del Supremo, Jean-Louis Nadal, pidió en 2011 de forma confidencial que Lagarde fuera acusada de abuso de poder por haber “ejercido constantemente sus poderes ministeriales para lograr una sentencia favorable a Bernard Tapie”.