Ya es primavera en Inditex y yo con estos pelos. Los cabellos y los
vellos superfluos, que anda que no hay diferencia entre la be y la uve
en ese terreno. Quienes tenemos los primeros de rata y los segundos de
oso, sabemos de qué hablo, ¿o no,
Guindos? Tú porque
eres hombre de pelo en pecho, pero yo no gano para abonarme los de
arriba y abrasarme los otros. Resumiendo, que me ha caducado el bono del
láser y me he plantado en San José con las canillas como kiwis. Así
que, en vez de a otro sitio, me piro a Valencia: he pillado un traje de
fallera vintage con unas medias de croché y dos rodetes postizos que
ríete tú de la dama de Elche. Así hago que tengo pelazo y voy más de
incógnito que
Lady Bárcenas yendo a la pelu con su pamelón, su chófer y su gorila.
Me juego la peineta —la de fallera, no la del extesorero—
a que me cuelo en el Ayuntamiento a ver la mascletá con
Rita Barberá y sus esbirros. Aparte de
Pons,
que tiene horchata en las venas, fijo que no va ningún preboste de
Génova. De Ferraz, ni hablamos, bastante tienen con el fuego amigo.
Montoro es persona non grata.
Rajoy
no está para ruidos.
Lleva sin retratarse allí desde el pollo de los
trajes y, además, este año, tiene la excusa perfecta: ese día es la
investidura de Francisco —
Camps no, el nuevo
Papa—
y donde hay pontífice, no mandan marineros. Ese balcón ya no es lo que
era. Antes había tortas por estar en la paella y ahora igual me meten
hasta a mí para hacer bulto.
Ni Rita ni Paco
están para tirar cohetes. Todo lo más, para rogarle a la Mare de Déu
dels Desamparats que no los impute el juez Castro por sus enjuagues con
Iñaki.
Hablando de yernos reales, el que está rehabilitadísimo de lo suyo es
Marichalar,
exduque consorte de Lugo. Como ahora resulta que es el bueno de esa
película, los mismos pijos de izquierda y derecha que antes le hacían el
vacío, ahora se lo rifan. Esta semana se le ha visto alternando una
noche con
Ana Belén y Víctor Manuel en un sarao de Loewe y, al día siguiente, con la cúpula del PP en el Ritz en el
acto de desagravio a Cospedal,
pese a que ahí sí había bofetones por pillar sitio. Dado que las fallas
están que arden y Barberá ya no tiene margen de maniobra, yo que el
jefe del Museo de Cera rescataba el muñeco de Jaime del almacén donde le
desterró en su día y lo declaraba
ninot indultat del año, que el chico se lo ha ganado a pulso.
A todo esto, la que debe de estar quemada es
Cristina Kirschner
con el viacrucis que tiene por delante. El martes, la entronización de
Francisco. Y en abril, la coronación de Máxima. Dos paisanos como dos
castillos haciéndole sombra para los restos, porque otra cosa no, pero
Bergoglio y
Zorreguieta están de buen año. A ojímetro te digo que Su Inminente Majestad de los Países Bajos no baja de la 44, y
Su Flamante Santidad Francisco a Secas no querrá números romanos, pero revienta la XXL.
Total, que la que no se consuela es porque no quiere. Si al final en
Zara hay lo de siempre: el rollo marinero, el africano, y los pasteles,
digo yo que para celebrar que
Amancio es el tercer magnate del planeta y acaba de ser abuelo: así ya me dirás quién es el guapo que no le pone el nombre del suegro al nene.