Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

15 mar 2013

Deconstruyendo a David Trueba

Deconstruyendo a David Trueba

Por: | 15 de marzo de 2013
Juan Benet solía destruir, o deconstruir, los libros que presentaba, incluidos los suyos
. E incluyendo a los autores, empezando también por sí mismo. Sus presentaciones fueron legendarias y temibles; se ocupaba, en lo que decía, del lomo del libro, del que lo había escrito, si no lo había escrito él; rompía ante los atónitos ojos del editor la ilusión de que una vez publicados los libros de los amigos son perfectos, y arremetía contra sus amigos con una cordialidad violenta: los abrazaba al mismo tiempo que les lanzaba al rostro la más feroz de sus carcajadas.
Todo era una figuración, una actuación, que al final se celebraba no sólo como el conjunto de una serie de ocurrencias geniales sino como un espectáculo inteligente que animaba el sopor habitual en que se convierten estas misas paganas que son las presentaciones de libros
. Una vez Benet presentó así un libro suyo, En la penumbra, con la que Alfaguara comenzaba, en 1969, una nueva etapa en la insólita y atrevida trayectoria de sus diseños de cubiertas, ideadas desde que la dirigió Jaime Salinas por el genial Enric Satué. Como aquellas cubiertas estaban (y están) más inclinadas a contentar al mercado que a seguir la antigua sobriedad que hubo en el origen de aquella Alfaguara que había dirigido Salinas, Benet dedicó la mayor parte de su discurso a poner verdes a los editores.
    Anoche estuve en la presentación de Érase una vez, el libro que recoge las columnas de David Trueba, y estuve pensando en el transcurso de la celebración en aquellas atronadoras presentaciones de Benet. Este volumen de artículos ha sido publicado por Debate, en una bellísima edición, contra la que nadie fue, de modo que el editor, Miguel Aguilar, que estaba en la trastienda de La Buena Vida, la buena librería donde se produjo el acontecimiento, podía tomarse tranquilo unas cervezas mientras se desarrollaban las intervenciones.
La Buena Vida es una librería que tiene el nombre del primer título cinematogrático del segundo cineasta de apellido Trueba (el primero es Fernando, el segundo es David y el tercero estaba allí, es Jonás, el hijo de Fernando). La librería es de Jesús Trueba, hermano de David y de Fernando, que de vez en cuando, desde el cuadro de mandos del establecimiento, se ocupaba de responder a la más genial de las presentadoras que he conocido hasta el momento (después de Juan Benet).
Esta presentadora insólita es Aixa López, periodista, que de chica pasaba los veranos en El Pimpollar, Ávila, con la abundante familia Trueba, cuya madre también estaba presente en el acto. Esa información privilegiada sobre la infancia y la adolescencia de David le proporcionó a Aixa materia más que suficiente para someter al autor a una deconstrucción sistemática de cada uno de los recovecos de su personalidad. Lo hizo de manera implacable y delirante, como si lo hubiera colgado de un árbol y lo fuera desnudando poco para que los demás supieran, o no, de dónde le vienen al escritor que también es cineasta las distintas habilidades (de todo tipo) que lo adornan.
Como además estudió con él periodismo en la Complutense, Aixa sabe de su vida y miserias, y grandezas, y las contó todas como si estuviera levantando un acta notarial con el estilo que hay dentro de los refrescos vitriólicos que ya llevan el alcohol dentro. Y como ha seguido siendo su amiga muy atenta, desde el periodismo y desde la vida cotidiana, y muy seguramente su lectora más implacable, se fijó en todas las manías públicas y privadas de uno de los columnistas más inteligentes que tiene el periodismo de este país.
    Aixa contó anécdotas vividas por ella, discutió otras, relató milagros infantiles, escarceos adolescentes, también eróticos, o similares, contó hazañas periodísticas de Trueba, mientras éste permanecía impávido, como un personaje caracterizado por Alberto Sordi, por Luis Ciges o por José Luis López Vázquez
. De vez en cuando, en los momentos en que esto era requerido por el guión imaginario que fue construyendo (y deconstruyendo Aixa), Trueba le daba paso a Fernando Ramallo, actor de su primera película, para que leyera algunos textos evocados al desgaire por la deconstructora, y a Lucía Jiménez, cantante, actriz también en La buena vida, para que interpretara algunas canciones escritas por David o preferidas por él.
    David Trueba es, como discípulo muy querido de Rafael Azcona, capaz de todas las cosas, pero sobre todo capaz de no apabullar con su ingenio; el suyo es un ingenio tranquilo, una inteligencia (como decimos los canarios) desinquieta; sus columnas están llenas de sentido común, y llegan a los extremos de Monty Python desde la inteligencia narrativa de Cabrera Infante. Leerle es reconciliarse con el sentido común. Estas columnas, leídas ahora como se leería Rayuela, responden a la esencia de esa fábrica.
 Esta presentación a la que asistió estólido como Buster Keaton y como esos otros actores parecía una columna suya, las carcajadas serenas incluidas. Compren el libro; es nuevo, e incluso lo ya conocido es nuevo. Cuando me fui del acto sentí que ahí dentro, a pesar de la calefacción, hacía más fresco que fuera.

14 mar 2013

Famosos Carbonizados

Famosos carbonizados: los 20 bronceados más preocupantes de la galaxia 'celebrity'

 No escuchan a su dermátologo e insisten en tostarse al sol. Repasamos los morenos menos saludables y más excesivos.

 

Cómo se hiere a cada signo

Por Natalia Porro (*)
Cuando se vulnera a alguien emocionalmente es porque la ira se apoderó de esa persona. En realidad, el enojo es una emoción fuerte que transmite que algo tiene que cambiar. Tiene distinta intensidad; comienza por la indignación pasando por el enfado la exasperación hasta llegar a la venganza.
Afortunadamente se puede analizar esta emoción racionalmente y conocer a través de la siguiente astroguía qué situación puede herir al otro para obviarla. Como dijo el escritor español Francisco de Quevedo: “Quien deja vivo al ofendido, ha de temer siempre a la venganza”.
ARIES
Los nativos de Aries se sienten heridos cuando resaltan y exageran sus defectos. Esta manera no constructiva de mostrarles sus faltas los lastima profundamente dando lugar a interminables e injuriosas discusiones. Dichas controversias sólo logran gastar energía en vano ya que en esos momentos los arianos no razonan.
TAURO
Los taurinos se sienten heridos con la deshonestidad. El hecho de tomar conciencia de que la otra persona se está aprovechando de su credibilidad y confianza, lo lastima. A los toros les resulta casi imposible dar una segunda oportunidad.
GEMINIS
Los nativos de Géminis se sienten heridos cuando son irónicos con ellos. Esta forma de burla los hiere profundamente y sobre todo si se le suma el ingrediente de la inteligencia. El geminiano se siente acorralado, sin salida. El sarcasmo es el único camino en el que se queda sin palabras.
CANCER
Los cancerianos se sienten heridos cuando se los ignora. Son personas muy sensibles a las que se las hiere fácilmente. Hacerlos sentir que no existen, que son “transparentes”, que pierden terreno los lastima. Son conscientes de la frase que dijo el poeta español Antonio Machado: “Todo lo que se ignora, se desprecia”.
LEO
Los nativos de Leo se sienten heridos cuando son ingratos con ellos. Su rugido es peor que su mordedura. Si su orgullo se hiere o su dignidad se pisotea tenga en cuenta que no lo olvida. Criticar el ego leonino, que es su protección, los descoloca.
VIRGO
Los virginianos se sienten heridos ante la crítica despiadada. La burla extrema los daña intensamente, volviéndose extremadamente sensibles. Esto sucede no por las palabras empleadas en sí mismas sino porque tienen una herida interna a la que rememoran cada vez que alguien los reprueba.
LIBRA
Los nativos de Libra se sienten heridos con la distancia. El alejamiento es la mejor herramienta para hacer sufrir al signo de la balanza ya que necesitan estar siempre acompañados. Para ellos, la soledad no es buena consejera; ya que les crea una sensación de desamparo que les resulta difícil de superar.
ESCORPIO
Los escorpianos se sienten heridos cuando se les paga con la misma moneda. Como dice el refrán: “ojo por ojo y diente por diente”. La herida no la causa el hecho en sí, sino el saber que la otra persona puede hacer lo mismo que hicieron ellas/os.
SAGITARIO
Los nativos de Sagitario se sienten heridos cuando se les trae al presente situaciones del pasado. Para ellos; lo pasado, pisado. Los errores añejos, les trae remordimientos, culpa, y una mezcla de sensaciones que los entristece considerablemente. Los sagitarianos quieren vivir nuevos retos y experiencias.
CAPRICORNIO
Los capricornianos se sienten heridos cuando se los juzga delante de la gente. La vergüenza es un arma letal para las cabras, es el peor de los crímenes. Para estos nativos, es muy significativo no exponerse ante los demás. Esto les causa una dolorosa herida interna.
ACUARIO
Los nativos de Acuario se sienten heridos ante la queja constante. Por cada cosa, un lamento. Esta actitud persistente los agota y los abruma, creándoles dolores internos difíciles de reparar. Lo único que provoca es malestar y conflictos continuos. En realidad, la queja es improductiva para ambas partes, tanto para el que la escucha como para el que la emite.
PISCIS
Los piscianos se sienten heridos cuando empequeñecen sus sueños y proyectos. Subestimar a los nativos piscianos o negar sus capacidades les provoca inquietud, y les crea tristeza y abatimiento. Como dijo Peral S. Back: “De todos los peligros, el mayor es subestimar al enemigo”.

Carolina de Monáco ya es Abuela

Carolina de Mónaco, la abuela más chic. Repasamos sus looks más casual.

Casas Reales, Familia Real de Mónaco,

1. Clasicismo

Es la musa de Karl Lagerfeld y Chanel es su firma de cabecera. El chaleco de tweed se combina perfectamente con la falda lápiz en estampados azules. El bolsito de lana de la misma firma gala hacen el look irresistible.
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