La sentencia del 'caso Kárate' tilda de depredador sexual a Torres Baena
El tribunal condena a las dos acusadas a 126 y 148 años pero absuelve al cuarto imputado.
principal acusado del caso Kárate,
el mayor juicio por pederastia celebrado en España hasta la fecha, ha
sido condenado hoy a un total de 302 años de cárcel al ser encontrado
culpable de 35 delitos de abuso sexual y otros 13 de corrupción de
menores cometidos durante años en el gimnasio de artes marciales que
regentaba en Las Palmas de Gran Canaria y en su chalet de Playa de
Vargas
. No obstante, solo podrá permanecer en la cárcel un máximo de 20
años por imperativo legal.
El auto condena también a las dos mujeres acusadas, las monitoras María José González (mujer de Torres Baena) e Ivonne González, con penas de 148 y 126 años de prisión, respectivamente, pero absuelve al cuarto acusado, el monitor Juan Luis Benítez.
La sentencia tilda a Torres Baena de "depredador sexual" y considera probado que, en su condición de maestro de las artes marciales, desarrolló un conglomerado de técnicas de manipulación para que sus alumnos se doblegaran en su requerimiento a cualquier práctica sexual y sin importarle el género.
Asegura que convirtió su gimnasio y su chalet de Playa de Vargas en un centro de orgías durante 15 años, sin distinción de edad, sexo y número de participantes.
El auto considera también que Torres Baena utilizó como cebo sexual a su mujer y monitora del gimnasio, María José González, y que luego cambió de táctica valiéndose también de otra monitora, Ivonne González, para crear una tela de araña.
Afirma también que los abusos se produjeron en continuidad delictiva y dolo continuado, es decir, que constantemente sabían que estaban haciendo el mal.
Algunas de las víctimas tenían menos de 13 años, por lo que se declara probado el delito de corrupción de menores, aunque solo para Torres Baena porque era el que organizaba todos los encuentros.
En cambio, el auto del tribunal no ve probados los hechos imputados a Juan Luis Benítez, por lo que este, para quien el fiscal pedía 18 años, ha resultado absuelto.
El juicio del caso Kárate se inició el 3 de mayo de 2012 y se prolongó hasta el pasado mes de diciembre. Durante ese tiempo, numerosos testigos aseguraron haber sufrido abusos sexuales siendo menores de edad por parte de los acusados.
En la primera jornada del juicio, los cuatro acusados negaron haber cometido los delitos de los que se les acusaba.
Torres Baena negó haber mantenido relaciones sexuales con los casi 40 testigos sobre los que se le cuestionó durante el juicio y afirmó que, tras estudiar el sumario, "no tiene ni pies ni cabeza".
Aseguró también que se enteró de las acusaciones de haber mantenido relaciones sexuales con sus alumnos cuando le interrogó el juez. "Yo me entero de las relaciones sexuales cuando leo el sumario y me interroga el juez", dijo en el transcurso del juicio.
También afirmó que nunca ha incitado a nadie a tener relaciones sexuales y vio injustas las acusaciones en su contra. "Desde el primer momento --declaró en la sesión del pasado 17 de mayo-- he dicho que en mi vida he animado ni incitado a nadie a tener relaciones sexuales.
Nunca lo he hecho y es injusto lo que se dice de mí".
La versión del acusado fue rebatida por el relato de numerosos testigos y supuestas víctimas.
Por ejemplo, una joven señaló que perdido la virginidad con Fernando Torres Baena cuando tenía 13 años, y otra explicó que Torres Baena le comentó que si se descubría lo que ocurría en el gimnasio se iría a África y montaría allí "todo igual".
Otros tres testigos relataron ante la Audiencia de Las Palmas haber formado parte de tríos e incluso quintetos sexuales siendo menores de edad por indicación de Torres Baena.
El abogado de la acusación particular, José María Palomino, insistió en su informe final en que más de 20 víctimas habían denunciado penetraciones anales cuando eran menores de edad y otras tantas aseguraron haber sido desvirgados por los acusados, en muchos casos a la edad de ocho y nueve años. Palomino reclamó una sentencia ejemplar para demostrar a las víctimas que "ha valido la pena pasar por este largo y tortuoso juicio".
El informe del fiscal también hizo especial énfasis en el trabajo desarrollado por Torres Baena en torno a la manipulación de los menores:
“Hay que tener en cuenta que no llevó a modificar los comportamientos de los niños, sino a generar comportamientos de naturaleza sexual en una edad en la que carecen de formación en esta materia”.
El auto condena también a las dos mujeres acusadas, las monitoras María José González (mujer de Torres Baena) e Ivonne González, con penas de 148 y 126 años de prisión, respectivamente, pero absuelve al cuarto acusado, el monitor Juan Luis Benítez.
La sentencia tilda a Torres Baena de "depredador sexual" y considera probado que, en su condición de maestro de las artes marciales, desarrolló un conglomerado de técnicas de manipulación para que sus alumnos se doblegaran en su requerimiento a cualquier práctica sexual y sin importarle el género.
Asegura que convirtió su gimnasio y su chalet de Playa de Vargas en un centro de orgías durante 15 años, sin distinción de edad, sexo y número de participantes.
El auto considera también que Torres Baena utilizó como cebo sexual a su mujer y monitora del gimnasio, María José González, y que luego cambió de táctica valiéndose también de otra monitora, Ivonne González, para crear una tela de araña.
Afirma también que los abusos se produjeron en continuidad delictiva y dolo continuado, es decir, que constantemente sabían que estaban haciendo el mal.
Algunas de las víctimas tenían menos de 13 años, por lo que se declara probado el delito de corrupción de menores, aunque solo para Torres Baena porque era el que organizaba todos los encuentros.
En cambio, el auto del tribunal no ve probados los hechos imputados a Juan Luis Benítez, por lo que este, para quien el fiscal pedía 18 años, ha resultado absuelto.
El juicio del caso Kárate se inició el 3 de mayo de 2012 y se prolongó hasta el pasado mes de diciembre. Durante ese tiempo, numerosos testigos aseguraron haber sufrido abusos sexuales siendo menores de edad por parte de los acusados.
En la primera jornada del juicio, los cuatro acusados negaron haber cometido los delitos de los que se les acusaba.
Torres Baena negó haber mantenido relaciones sexuales con los casi 40 testigos sobre los que se le cuestionó durante el juicio y afirmó que, tras estudiar el sumario, "no tiene ni pies ni cabeza".
Aseguró también que se enteró de las acusaciones de haber mantenido relaciones sexuales con sus alumnos cuando le interrogó el juez. "Yo me entero de las relaciones sexuales cuando leo el sumario y me interroga el juez", dijo en el transcurso del juicio.
También afirmó que nunca ha incitado a nadie a tener relaciones sexuales y vio injustas las acusaciones en su contra. "Desde el primer momento --declaró en la sesión del pasado 17 de mayo-- he dicho que en mi vida he animado ni incitado a nadie a tener relaciones sexuales.
Nunca lo he hecho y es injusto lo que se dice de mí".
La versión del acusado fue rebatida por el relato de numerosos testigos y supuestas víctimas.
Por ejemplo, una joven señaló que perdido la virginidad con Fernando Torres Baena cuando tenía 13 años, y otra explicó que Torres Baena le comentó que si se descubría lo que ocurría en el gimnasio se iría a África y montaría allí "todo igual".
Otros tres testigos relataron ante la Audiencia de Las Palmas haber formado parte de tríos e incluso quintetos sexuales siendo menores de edad por indicación de Torres Baena.
El abogado de la acusación particular, José María Palomino, insistió en su informe final en que más de 20 víctimas habían denunciado penetraciones anales cuando eran menores de edad y otras tantas aseguraron haber sido desvirgados por los acusados, en muchos casos a la edad de ocho y nueve años. Palomino reclamó una sentencia ejemplar para demostrar a las víctimas que "ha valido la pena pasar por este largo y tortuoso juicio".
El informe del fiscal también hizo especial énfasis en el trabajo desarrollado por Torres Baena en torno a la manipulación de los menores:
“Hay que tener en cuenta que no llevó a modificar los comportamientos de los niños, sino a generar comportamientos de naturaleza sexual en una edad en la que carecen de formación en esta materia”.