Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 mar 2013

“Puse 18 denuncias por golpes y amenazas de muerte y prescribieron”

Mónica Casaglia está cansada de arreglar la puerta de entrada de su casa. Su marido ya se la rompió cinco veces. Pero más agotada está de denunciarlo sin resultado alguno.
“Hice 18 denuncias en comisarías, en comisarías de la mujer, en fiscalías y en juzgados, por golpes, amenazas de muerte, porque tocó a mi sobrina, porque me roba, y solo me llamaron dos veces del juzgado para avisarme que las causas se habían cerrado.
 Hace seis años que estamos así y mi marido ya me rompió toda la casa”, cuenta Mónica, bonaerense de 42 años, que vive separada desde entonces, pero recibe permanentes visitas de su pareja, borracho o drogado, con el argumento de visitar a cinco de los siete hijos que tienen en común y que siguen viviendo con ella. Uno de ellos es la abusada sobrina de Mónica, a la que adoptaron cuando tenía siete años.
En Argentina, unas 255 mujeres murieron por la violencia machista en 2012, según el Observatorio de Femicidios de la ONG La Casa del Encuentro.
La cifra resulta un 10% menor a la de 2011, pero la directora de La Casa del Encuentro, Ada Rico, afirma que la bajada no constituye aún una tendencia. “En varios países de la región se viene registrando un preocupante repunte en los índices de asesinato de mujeres”, señala la directora para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, Moni Pizani. En 2011, entre el 17% y el 53% de las latinoamericanas reconoció que padeció la violencia de sus parejas o exparejas, según el caso de cada país.
“Te tratan mal en los juzgados y en las comisarías, se demoran horas en tomarte la denuncia”, cuenta Mónica, que vive en un barrio obrero del municipio de Moreno, en las afueras de Buenos Aires, y trabaja como cocinera en un restaurante.
 Y eso que el 10% de los policías, más del 30% de los jueces y más del 40% de los fiscales son mujeres en Latinoamérica, uno de los niveles más altos del mundo
. En cambio, ellas representan menos del 20% de los ministros y los legisladores.
 En menos de la mitad de los países de la región rigen cuotas para las mujeres en los parlamentos nacionales.
“Una vez en la comisaría no me querían tomar la denuncia porque decían: ‘Hacés la denuncia y después te vas a arreglar con tu marido’
. Otra vez el juez me dijo que tenía que cerrar la causa.
‘Esto se maneja así, ya se va a calmar’, me dijo. Tenés que ser fuerte o te volvés a arreglar con tu marido porque nadie te ayuda. Hay muchas mujeres que no trabajan y si se separan, ¿quién las mantiene?”, se pregunta Mónica, que en su trabajo le pagaban casi la mitad que a un compañero varón.
 Las latinoamericanas sufren más el desempleo (9%) que los hombres (6%) y las obreras de fábricas ganan menos que ellos: el 61% de lo que un varón en Brasil o el 72% en México.

“¿Igualdad? Aquí, desde luego, no”

Mayte Verduras compagina un trabajo de media jornada con el cuidado de su hija con discapacidad

Teme que los recortes en las ayudas sociales la empujen al hogar.

Maite Verduras junto a su hija dependiente Sara Gimenez. / Mònica Torres

Quería ser mecánica de motos. Siempre le gustaron. Soñó con formarse, con hacer de ello una profesión, pero aquello no era “trabajo de mujeres” y además en su casa escaseaban los medios
. Así que se puso a trabajar desde muy chica. “Empecé con 14 años cosiendo”, cuenta.

 Desde entonces Mayte Verduras ha recogido fruta, despachado en un almacén, limpiado suelos
. Ahora, a los 48 años, tiene dos empleos. Uno a media jornada en una empresa de limpieza.
 El otro, “las 24 horas del día” cuidando de su hija mayor, Sara, con síndrome de Down y deficiencias graves de visión.
 La ayuda que percibe del Estado para cubrir las necesidades de la chica apenas supera los 500 euros
. Y ese es el único dinero que entra en casa desde hace meses, porque la compañía que emplea a Mayte dejó en octubre de pagar a sus trabajadores, asfixiada por los impagos de la Administración valenciana. “Estamos tirando de los ahorros. No sé cuánto tiempo más podré aguantar porque cada vez nos recortan más las ayudas y la asistencia. Así es imposible vivir, pagar la luz, el gas, los medicamentos… Y todo es cada vez más caro”, se lamenta.
Sin centros de atención a discapacitados, no sería una mujer con hijos, sería solo madre a tiempo completo
La historia de esta valenciana es la de muchas mujeres españolas
. Como ellas, Mayte se ha echado la familia y el cuidado de sus dos hijos a la espalda –ella, además, sin el apoyo de una pareja-- y sigue adelante.
Tratando de esquivar los agujeros que las afiladas tijeras del Gobierno están dejando en los servicios sociales y en la Ley de Dependencia que, además del recorte en el dinero que reciben las cuidadoras familiares, este año ha sufrido otro hachazo del 15% en el presupuesto
. Por no hablar de los retrasos para valorar a los dependientes o las dificultades cada vez mayores para lograr el reconocimiento y obtener la ayuda.
 Como el caso de Sara que, a sus 26 años, tiene reconocida una discapacidad del 77% y necesita compañía constante pero que tras una primera valoración no ha obtenido el grado necesario para recibir la prestación. Mayte percibe una ayuda, pero por cuidado de hijo
. Una vez más el tijeretazo en gasto social se ceba con los más vulnerables que, como cuenta esta mujer ágil y vivaz, afrontan como pueden la subida de los copagos sociales.
“Y ahora tengo miedo de que recorten más en el centro al que va la chica o que se quede sin él”, remarca. Porque mientras ella va a limpiar oficinas o portales, Sara acude a un centro de terapia ocupacional en el que está hasta las cinco de la tarde. Instituciones –en las que además cada vez es más difícil conseguir plaza– que también están sufriendo de manera directa las medidas de austeridad de las Administraciones, que han reducido, o incluso han dejado de pagar, los fondos destinados a nutrirlas.
“Sin estos lugares no sé lo que haríamos muchas mujeres como yo.
 Por lo pronto, tendría que dejar mi trabajo y además no tendría ningún tipo de descanso, porque la parte del día que Sara no está en el centro la paso con ella”, dice.
 No sería una mujer con hijos, sería solo madre a tiempo completo.
El 60% de los licenciados son mujeres, aunque lo siguen teniendo más difícil para conseguir su primer empleo
Como lo fue la suya. Porque Mayte pertenece a una generación de españolas que en su juventud tuvo ciertas opciones de dejar atrás la senda del hogar marcada por sus progenitoras o ser protagonistas de los cambios que llegaron con la democracia.
Una generación de mujeres que empezó a lanzarse a la universidad, pero en la que acceder a una educación superior no se daba todavía por sentado. En aquella época, para muchas familias enviar a los hijos a hacer una carrera era un lujo. Como en el caso de la valenciana.
 La necesidad apretaba.
 Pero aunque cuenta que nunca fue mucho de coger los libros asegura que esa espinita se le ha quedado grabada. “Ahora me arrepiento, aunque sé que para los que han estudiado las cosas tampoco están nada fáciles”, dice.
Hoy, la vida para las españolas es distinta. El 60% de los licenciados son mujeres, aunque lo siguen teniendo más difícil para conseguir su primer empleo –el paro femenino, además, no deja de aumentar y está ya en el casi en el 23%--.
También para escalar a los puestos directivos (en ellos, la presencia femenina apenas llega al 13%) y labrarse una carrera profesional. Sobre todo si tienen hijos. Conciliar vida familiar y laboral es cada vez más difícil.
 Y en esto tampoco ayudan las políticas de recortes: se ha eliminado el plan para crear guarderías, se han reducido las ayudas para el transporte escolar y se ha incrementado el precio del comedor; hasta llevar una tartera con la comida de casa cuesta dinero en algunas escuelas.
Las españolas tienen su primer hijo, de media, a los 31,5 años. La edad más tardía de Europa
Mayte tuvo a su hija a los 21 años
. A esa edad ya trabajaba y se había casado
. Hoy, las jóvenes que estrenan la mayoría de edad ni siquiera han salido de casa de sus padres y tienen su primer hijo, de media, a los 31,5 años. La edad más tardía de Europa.
 También la tasa de natalidad es cada vez más baja. “No me extraña que la gente tenga cada vez menos niños. El trabajo está cada vez más difícil. Y para las mujeres más”, afirma la valenciana. “¿Igualdad? Aquí, en España, desde luego no”, zanja.

 

8 de Marzo Dia de la Mujer Trabajadora, todavía hay que recordarlo, no somos iguales, y nos matan.

Por: | 08 de marzo de 2013

Blogmujer

Pablo Juliá hizo esta foto en Sevilla en una manifestación el 8 de marzo de 1983.
Las reivindicaciones asociadas al Día de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, han tenido su reflejo cada año en EL PAÍS, que ha publicado nota de las manifestaciones celebradas con este motivo y de actos muy variados celebrados por todo el mundo
. En 1986 todavía tenía sentido repartir guantes de fregar a los hombres en Alcobendas (Madrid), sobre todo leyendo algunas de las reacciones que suscitó la iniciativa, pero es que 10 años antes, precisamente el año del nacimiento de EL PAÍS, las cosas estaban como estaban y según contó este periódico, se fijó fecha para un juicio por adulterio en Madrid.
 ¿La razón? “Parece ser que en esta ocasión el acusador cuenta con la prueba definitiva de culpabilidad que en casos de adulterio, exige la jurisprudencia; la demostración inequívoca de que los acusados han sido sorprendidos desnudos y yaciendo en el mismo lecho”.A la mujer si alguien la veía dos veces con el mismo hombre que no fuera su marido era encarcelada por Adúltera. O sencillamente que alguien lo dijera y lo denunciara..

Hubo manifestaciones para evitar el juicio y exigiendo el cambio de la ley pero al final, los adúlteros fueron condenados.
Esta situación generaba noticias que causan sonrojo: “Él retirará la acusación de adúltera si ella retira la de homosexual”. Corría el mes de diciembre de 1976, poco más de un año después de la muerte de Franco. Y la situación no cambió hasta el 31 de mayo de 1978 cuando por fin se publicó que, nada menos, dejaban de ser delitos en España el adulterio y el amancebamiento.
Y del aborto, ni hablar, de momento.
También eran ilegales los anticonceptivos, y era cuestión de pocas bromas, porque en marzo de 1977 se dictó un auto de procesamiento contra el director de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, por hacer propaganda. Tal propaganda 'anticonceptiva' consistió en la publicación de un reportaje en EL PAÍS Semanal que previamente se había leído en las páginas de The Sunday Times con un enfoque científico-médicoEl fiscal pidió una condena de dos meses de arresto mayor por publicar ese artículo "en el que con todo lujo de detalles se enumeran los distintos modos de evitar la procreación".
En Barcelona existia el Instituto de la mujer que daba anticonceptivos porque aunque levantaran la pena los farmaceúticos se negaban a venderlos por si su alma y creencia así lo detectaba.
 El esperpento no pasó a mayores y al mes siguiente la Audiencia Provincial de Madrid decretó la nulidad de las diligencias.
En la conmemoración del Día de la Mujer del año 1979 se publicó una información que alertaba de la discriminación laboral que sufría la mujer en España y las organizaciones feministas reivindicaban una ley del divorcio “sin víctimas ni culpables y por el aborto y anticonceptivos a cargo de la Seguridad Social”. También se daba cuenta de las conmemoraciones de ese año en la Unión Soviética:
“El martes pasado, la esposa de Leonidas Brejnev, Victoria Petrovna Breineva, inauguró la Jornada de la Mujer Trabajadora con una gran recepción ofrecida a las esposas de los embajadores acreditados en Moscú, seguida del tradicional baile sólo para damas, que este año abrió la esposa del embajador de Grecia con la esposa del de Turquía como pareja”.

7 mar 2013

Pasado y futuro de Delpozo

El País Semanal estuvo con algunos de los miembros del patronato de la Fundación Jesús del Pozo en la madrileña sede de Delpozo. Así se hizo este reportaje.

En los últimos años de su vida, Jesús del Pozo flirteaba con la idea de irse a vivir a una dahabeya, una de las barcazas de vela que recorren el Nilo
. Era una amenaza que, por supuesto, no estaba dispuesto a cumplir. La devoción por su trabajo le impedía contemplar seriamente la idea de retirarse. Así es como falleció a los 64 años, en agosto de 2011, entregado a su última colección, que dejó inconclusa.
 Quienes le conocieron bien lo refrendan: “Apenas se tomaba vacaciones, para llevártelo de viaje casi tenías que secuestrarlo”, recuerdan la cantante Ana Belén y la publicista y galerista Isabel Yanguas, dos de sus íntimas amigas, que compartieron con el diseñador madrileño algunas de esas escapadas a Estambul o Panamá.
 Ambas forman parte del patronato de la Fundación Jesús del Pozo, que nació en 2004 impulsada por el propio modista para contribuir a la formación de nuevos talentos en la moda y que ha sido relanzada tras su pérdida. La cita para presentar a sus miembros es en la sede de la empresa, rebautizada hoy como Delpozo, en el Mercado Puerta de Toledo de Madrid.
 La golfista Cristina Marsans charla con Pilar González de Gregorio, duquesa de Fernandina, sobre los primeros trajes que encargó cada una al diseñador.
 Marsans, dos de sastre, en la primera tiendita de moda para hombre que abrió Del Pozo en la calle del Almirante; la duquesa, ya en los noventa, esos vestidos “con duende”
. Enrique Loewe bromea con la maquilladora diciendo que no haga esfuerzos, que luego le arreglarán con Photoshop. Josep Font está más pendiente de lo que pasa en el taller que del revuelo de esta sala.
 Está ultimando los detalles de la colección que presentaría poco después en Nueva York, su segunda como director creativo de Delpozo. La editora María Eugenia Alberti y el presidente de Perfumes y Diseño, Pedro Trólez, se han caído del cartel.
 Ella está enferma. Él prefiere, en sus propias palabras, “seguir siendo un desconocido”.
Sin embargo, es precisamente Trólez quien ha hecho posible que hoy se hable de la continuidad de la marca que Jesús del Pozo fundó en 1974 y de la actualización de su legado. Perfumes y Diseño inyectó cinco millones de euros en la empresa cuando la adquirió en febrero de 2012.
 Hasta entonces solo era licenciatario. Veinte años antes, su compañía había lanzado el perfume original de Jesús del Pozo, Duende.
 Le seguirían una docena de fragancias, convirtiéndose en el principal activo de las cuentas del modista. Hoy trabaja en la elaboración de la primera de Delpozo, “que no verá la luz antes de 2014”. Es tan solo un paso más en una internacionalización que pasa por desfilar fuera y abrir tienda en Dubái.
Algunos de los miembros del patronato de la Fundación Jesús del Pozo. De izquierda a derecha, Cristina Marsans, Isabel Yanguas, Josep Font, Ana Belén, Pilar González de Gregorio y Enrique Loewe. / Sofía Moro
El cambio de nombre e imagen se debe, en parte, a ese afán expansivo en Oriente Próximo, según cuenta Trólez vía telefónica. “Era un hecho necesario
. La palabra ‘Jesús’ en los países árabes está prohibida. De hecho nosotros allí utilizábamos el anagrama y los frascos los firmábamos como J del Pozo
. En cualquier caso, nos encontrábamos con que cada vez que viajábamos al extranjero la gente se refería a la marca como Del Pozo, a secas, así que obedece a una lógica empresarial para allanar el terreno comercial”.
 Las cifras los refrendan: solo en 2012, el volumen de negocio de Perfumes y Diseño alcanzó casi 44 millones de euros de facturación.
Mientras Delpozo mira al futuro, la Fundación Jesús del Pozo quiere preservar el pasado. Su principal razón de ser, explican sus responsables, es continuar ofreciendo becas a la excelencia y recibir a alumnos de diseño en prácticas. Pero también mantener la memoria de Jesús. Todos parecen estar de acuerdo en algunas acciones: “Lo primero, catalogar y conservar los más de 400 trajes archivados con el objetivo de exhibirlos. Y también un libro”. En noviembre, el Teatro de la Zarzuela reestrenó El juramento, la versión moderna de la obra de Olona y Gaztambide, que vio la luz en 2000 con figurines de Jesús del Pozo.
 En el propio teatro podía visitarse también una exposición con vestuario del modista para Carmen o Farnache. Enrique Loewe está moviéndose para “encontrar alguna esquina bonita de Madrid, algún remanso de paz que bautizar con el nombre de Jesús del Pozo. Una plaza, una glorieta o una calle. Lo considero una posibilidad razonable, aunque el Ayuntamiento no está para bromas últimamente”.
Según Cristina Marsans, “Jesús era un hombre que parecía del Renacimiento”. Para Isabel Yanguas, “estamos ante un experimento interesante: es la primera vez en España que una marca trasciende a su difunto creador”.
 Ana Belén, su gran musa (por mucho que ella quiera restarle importancia a esa condición), considera fundamental que los futuros diseñadores sepan quién fue.
 “Pasa también con los jóvenes actores, que no conocen a los que estuvieron antes o se han retirado, a quienes los han precedido”. “Sí, hay que tener un respeto a los que han hecho posible que estemos aquí hoy”, refrenda Yanguas. “Ya no es por respeto”, apostilla Ana Belén, “sino por conocimiento. Tenemos que saber de dónde venimos
. Luego, si cada uno lo respeta o no, ya es cosa suya”.