Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 ene 2013

Asuntos internos...........Boris Izaguirre

Güemes, el hombre con mejor pelo del PP y cónyuge de Andrea 'Que se Jodan' Fabra, se mantuvo discreto sobre su participación en las empresas que suplen a los hospitales que privatizaba.

Juan José Güemes, junto a su mujer, Andrea Fandra, en una romería de La Magdalena, en Castellón / ÁNGEL SÁNCHEZ

Esperanza Aguirre acudió al programa de Carlos Herrera el mismo día que medio país se despertaba escandalizado, otra vez, al enterarse de que el antiguo tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, había acumulado 22 millones de euros, tan bien conservados como él mismo, en un banco suizo.
 Esperanza, que ahora es “buscadora de talento”, dijo que desde hace tiempo ella viene exigiéndoles a los partidos que abran una “especie de oficina interna para, eso, estudiar, analizar los asuntos internos y evitar estas situaciones”.
 El problema con la propuesta de Aguirre no es que llegue tardísimo, sino que nuestro panorama político se despierta cada mañana con todo el aspecto de ser un pestilente asunto interno.
De poco sirve escandalizarse por este mal olor, ni sobreactuar, ni sentir que nos volvimos una imitación contante y sonante de las repúblicas latinoamericanas.
 No hace falta nada de eso, lo que deberíamos hacer es un buen trabajo de fontanería o pedir a Bárcenas y a los Pujol que nos enseñen cómo se hace, cuándo y con quién
. Está claro que el sistema de los partidos, de las empresas y de los bancos favoreció el enriquecimiento ilícito y la impunidad; lo que no está bien es que solo lo sepan hacer unos cuantos.
 Hay que aprenderlo todo, desde cómo desfilar ante las cámaras en la Audiencia y que tu esposa combine abrigo de piel, bolso de lujo y radiografía de última tecnología, hasta cómo hacer que una operación bursátil te permita movilizar periódicamente miles de euros sin que nadie en el partido levante una ceja.
 O las dos.
Los dos ojos son necesarios para ver bien a Juan José Güemes, el hombre con mejor pelo del Partido Popular y cónyuge de Andrea Que se Jodan Fabra, que se mantuvo encantador y discreto sobre su participación en las empresas que suplen de material médico a los hospitales que privatizaba.
 Güemes no perderá su carrera ni su envidiable cabellera, solo será un corte de pelo doméstico, lo más seguro es que en pocos meses pueda volver a ponerse el moño donde quiera sin necesidad de crecepelo. Mientras, el Partido Popular insiste en que los asuntos internos se lavan, como la melena, en casa.
Habría que repeinar la coincidencia de que Esperanza Aguirre haya conseguido un empleo en un área profesional nueva para ella al mismo tiempo que Belén Esteban se estrena como consejera telefónica para el ahorro tarifario en una empresa de telefonía móvil.
 Está claro que la crisis nos está cambiando y seguimos sin darnos cuenta hacia dónde.
 Pero Esperanza y Belén sí lo saben y andan, cada una por separado, promocionando sus nuevos proyectos. Como los Pujol en México.
Pero Cataluña aún no es Liechtenstein, y Sevilla, tampoco
. Nuevos proyectos que acaban en otro asunto interno: el duelo de damas, volantes y moños que se está viviendo en Sevilla entre las dos pasarelas de la moda flamenca, esa que te pones o bien en la Feria de Abril o en el Rocío, seas del PSOE o del PP. Raquel Revuelta y Laura Sánchez se han visto enfrentadas
. Revuelta lleva unos años dirigiendo el Simof, un salón oficial de moda flamenca sólidamente afincado en el panorama internacional y con subsidio público.
Sánchez se ha arrancado este año, y de manera privada ha propuesto otra plataforma, We Love Flamenco, que se proclama como moda flamenca alternativa y solidaria, porque el traje flamenco, ya se sabe, da mucho de sí. La pelea, entre lunares y bulerías, envuelve a otra icónica modelo, María José Suárez, a la que la veterana Revuelta supuestamente advirtió que no pisara la pasarela solidaria y alternativa. ¡Olé! María José se arrugó y no tomó esa alternativa. Sánchez, rápida, con los tacones en el suelo, ha declarado que la moda es un coso muy competitivo y que no pasa nada, que hay sitio para todas.
 Alternativas o no.
Si tenemos que aplaudir a alguien que se haya confesado esta semana, no será a Lance Armstrong, harto de EPO y de Oprah, sino a Jodie Foster por ser Miss Jodie Foster. Hemos crecido al lado de esta extraordinaria intérprete
. Nos enamoramos en Bugsy Malone, nos volvimos casi tan locos como el que quiso dispararle a Reagan por ella, después de ver Taxi driver.
Fuimos todos sus personajes en los ochenta y fuimos Claire en El silencio de los corderos y la mujer violada en busca de justicia en Acusados, pero también hemos llorado por su discurso en los Golden Globes, asumiendo sus 50 años y su rumoreada homosexualidad.
 Hollywood es casi el lugar más homófobo del mundo, donde muy pocos pueden atreverse a ir contra sus reglas.
 A una actriz de la calidad y éxito de Jodie jamás se le hubiera permitido hacer esa carrera si se hubiera declarado gay desde el principio
. Con el prestigio ganado, decidida a abrirse otro camino en la vida, lo ha dicho para estar en paz consigo misma y con sus hijos, presentes en la sala, a los que llamó “mi moderna familia”.
Frente a esa familia, la opción que ha propuesto Luis Alfonso de Borbón es volver a la del siglo XVII. Pero aun en el siglo XXI, los gais tenemos que seguir explicando nuestra condición cuando la mayoría de la gente jamás necesita explicar nada.
 Foster lo ha hecho con una clase magistral
. Ahora tenemos que esperar a que Bárcenas y los suyos se decidan a hablarnos un poquito de sus asuntos internos.

 

Charlotte Brontë, como asesina en serie .

Charlotte Brontë, como asesina en serie

No lo he leído y no puedo juzgarlo: he llegado vía una búsqueda en Google de otra cosa y lo he añadido a mi lista de deseos (¡las hay!) en Amazon.
 El libro se titula The Crimes of Charlotte Bronte: The Secret History of the Mysterious Events at Haworth y lo firma un autor especializado en novelizar crímenes reales, James Tully.
Su teoría es sorprendente: las hermanas Brontë murieron muy jóvenes y todas seguidas.
 Así que algo esconde detrás sus fallecimientos
. La Imaginación es muy aventurada.. Recapitulemos: Emily, Anne y Charlotte eran las hijas de un pastor de vida no muy agradable. No tuvieron más remedio que hacerse institutrices, aunque eso las hacía muy desgraciadas y preferían vivir en su casa en medio de los páramos 
. Tenían un hermano, Bradfford, de quien todos esperan demasiado y que acabó siendo alcohólico, opiómano y el amante de una dama casada… que era jefa de su hermana Anne, la señora Robinson. 
Todas tenían pulsiones artísticas y escribieron obras ya clásicas de la literatura inglesa. Emily murió la primera, luego Anne. Charlotte fue la última, después de casarse con un ayudante de su padre pastor.
Y ese personaje, el marido de Charlotte, es la clave: según el libro de Tully fue quien acabó con la vida de las hermanas, con la complicidad de la muy competitiva Charlotte. Según Tully, ayudó a su marido a acabar con Emily y con Anne para quedarse con los royalties de sus obras.
 Al autor, que las tres escritoras muriesen tan jóvenes y en tan poco tiempo le parece “sospechoso”.
Evidentemente, los especialistas en las hermanas Brontë se han llevado las manos a la cabeza y han negado ni la más remota posibilidad de que esto sea cierto o tenga una mínima base real. Tully tampoco se ha atrevido a lanzar un ensayo y la historia discurre por la más permisiva senda de la novela.

Pétalo Carmesí Flor Blanca


Lo habitual debería ser ver el libro, adorarlo, y luego ver la adaptación televisiva para ver como han convertido en imágenes lo que tú has leído con entusiasmo. 
Eso debería ser lo habitual, aunque lo común muchas veces es hacerlo en el sentido inverso.
 Fue lo que sucedió con Pétalo carmesí, flor blanca, un libro bastante difícil de conseguir en las librerías españolas (me llevé el último ejemplar que quedaba en la Casa del Libro de Gran Vía, en Madrid, después de peregrinar por la Fnac y por otras cuantas librerías).
Pétalo carmesí, flor blanca es genial por una razón básica: el autor ha dejado que sus personajes vivan y digan todo lo que quieren decir, sin importarle que el resultado sea un tomo inmensamente grande e inmensamente pesado, un libro de los que lleva leer su tiempo por muy rápido que se lea. 
Por eso sólo, ya un bravo inmenso para su autor. 
Y también es genial por una razón básica: Faber ha escrito un folletín moderno, con todos los giros de trama necesarios, la loca en la azotea, la chica sin fortuna y todos los requisitos básicos para tener un texto con esa denominación. 
Como recogen en la contraportada del libro y dijo algún crítico que ahora no recuerdo, el resultado es lo que Dickens hubiese escrito si hubiese podidido decir todo lo que siempre quiso escribir.
La protagonista de Pétalo carmesí, flor blanca es una prostituta, Sugar, en el 1870 y algo, a la que su madre, una madama de un prostíbulo cutre, obligó a prostituirse por primera vez a los 13 años.
 Cuando el libro arranca tiene 19 y consigue obsesionar al heredero de una fábrica de jabones y perfumes bastante holgazán, casado con una mujer de historia desgraciada, que empieza a necesitar tanto a Sugar que decide comprársela a su madre.
 La historia, insisto, es folletinesca, pero moderna. 
Es decir, Sugar es una prostituta de vida desgraciada, sí, pero no la protagonista de La dama de las camelias.
 El autor se ha documentado hasta el extremo y todo es todo lo realista y todo lo descarnado que hubiese sido.
La trama que arranca con una historia de hombre salvador (¿salvador?, eso merecería un debate) es mucho más compleja que esto (son más de 1.000 páginas, no lo olvidemos).
 El personaje de la esposa del heredero es uno de los más logrados y es la tercera protagonista de esta historia. 
La esposa del heredero es de entrada el prototipo de ángel del hogar: dulce, elegante, hermosa, obediente… Todo lo que esperaba la sociedad victoriana de una buena esposa. 
Pero su vida es un desastre.
 La maternidad la ha abrumado (nadie jamás le había hablado de las cosas de la vida…), así como el que la hayan obligado de niña a renunciar a su religión (porque no era socialmente aceptable) y que se haya visto arrastrada a ser una adulta.
 La esposa es otro de los tipos de mujer desgraciada y no siempre tratadas como deberían, con toda su complejidad, por los folletines.
Pétalo carmesí, flor blanca es un tomo amplísimo, en el que el autor no deja nada al azar (todos los cabos de esta historia inmensa están estupendamente bien atados) y en el que el autor retrata con toda la crudeza necesaria a sus protagonistas. 
 El único problema en este libro podría ser su traducción: el texto está escrito en segunda persona, con un narrador que se dirige todo el tiempo al tú lector. 
En inglés posiblemente no chirríe en ningún momento, pero adaptar algunas de esas fórmulas inglesas al castellano es bastante complicado y en la traducción que yo he leído no siempre estaban bien acabadas.
La adaptación a la televisión la firma la BBC (que posiblemente sea la mejor televisión pública de todo el mundo…) y es estupenda.
 El guión ha adaptado la historia de una forma completamente fiel al texto y ha conseguido transmitir en imágenes todas las caras de este folletín. 
La esposa es la única que sale perjudicada en esta adaptación, porque su personaje es simplificado ligeramente.
*Pétalo carmesí, flor blanca está editado por Anagrama en castellano, pero posiblemente sea más fácil leerlo echando mano de la versión original y de Amazon.