Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 ene 2013

Sevilla saca a la luz la obra de Sanz Lobato

El convento de Santa Clara dedica al fotógrafo documentalista su primera gran antológica

En la retrospectiva también se exponen algunas de sus retratos más recientes.

Imagen de la serie dedicada a la 'rapa de las bestas' en La Estrada. / Rafael Sanz Lobato

Durante mucho tiempo, la obra de Rafael Sanz Lobato (Sevilla 1932) ha sido ignorada por las instituciones y, lo que es peor, desconocida para el gran público. Premio Nacional de Fotografía  2011, su manera de entender la fotografía documental, le habían convertido en un fotógrafo de culto entre sus compañeros de oficio y entre los amantes del género.
 Las series dedicadas a las procesiones de Semana Santa de Bercianos de Aliste (Zamora), la rapa de las bestas en La Estrada (Pontevedra) o el auto sacramental de Camuñas (Toledo), son algunos de sus trabajos más conocidos, pero su obra es mucho más amplia y compleja.
 Así se puede ver por fin en el Convento de Santa Clara de su Sevilla natal, en una exposición antológica compuesta por 137 fotografías realizadas entre 1960 y 2008 en la que junto a sus obras más celebradas se muestran sus composiciones abstractas y sus retratos más recientes.
Vinculado a la generación que en España empezó a entender la fotografía de una manera ajena a los cánones oficiales, sus primeros trabajos están fechados a mediados de la década de los cincuenta, aunque su etapa más fructífera se situa entre los setenta y ochenta. Sanz Lobato realizó casi toda su obra durante los fines de semana.
 El tema era los ritos y costumbres de los pueblos de España.
“A diario trabajaba en una empresa americana de aparatos de compresión”, contó en una entrevista con EL PAÍS. “No trabajábamos los sábados y a primera hora cogía mi coche, mi dos nikons compradas a plazos y elegía un sitio del mapa: los caballos de Galicia, los Toros de la Vega... y ahí empezó mi documentalismo antropológico.
 Era el 72, el año en el que compré el coche.
 Un fin de semana hacía las fotos y otro las revelaba.
 Fueron 15 o 16 años frenéticos, disfrutando muchísimo y trabajando más”.
 Siempre ha presumido de no haber impuesto su presencia en la escena retratada y de no haber manipulado jamás lo que ocurría ante su objetivo.
 Siempre con permiso y todo auténtico.
Los comisarios David Balsells, conservador jefe de fotografía del Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), y Chantall Grande, comisaria independiente, han querido destacar la visión antropológica del autor y la perfección de cada una de las tomas.
 Sanz Lobato es de los que se ocupaban de cada fotografía desde el principio hasta el fin del proceso. Y así lo sigue intentando hacer, pese a sus 80 años y a la enfermedad degenerativa en la vista que sufre desde hace años.
En la estela de los grandes retratistas del siglo XX (Irving Penn, Eugene Smith), todos sus personajes han sido elegidos por la fascinación de su mirada, por el atractivo o la fuerza dramática de alquien que, casualmente se ha cruzado en su camino. Radical en sus principios, jamás ha aceptado un encargo y de ello ha presumido toda la vida.
En realidad, Sanz Lobato tiene motivos para presumir de su obra
. Un recorrido por escenarios cargados de tanto drama como verdad y belleza.
Son lugares y personas que hablan de la historia eterna de este país y que Sanz Lobato ha buscado con toda su energía. Encontrarlos ha sido el motivo de su vida y su mayor recompensa.
“Ese momento en el que descubres una situación o una persona que es justo lo que estabas buscando, es impagable. No hay nada igual”.

 

Actuaciones para recordar a un actor incansable

Recorrido por algunas de las principales interpretaciones de Fernando Guillén en cine y en teatro.

Fernando Guillén, en una imagen de archivo de 1974. / Santos Cirilo

Fernando Guillén, fallecido hoy, ganó un Goya en 1991 por Don Juan en los infiernos. Fue uno de sus trabajos más reconocidos en una trayectoria de más de cinco décadas.
Desde su debut en teatro en 1954 hasta su retirada de los escenarios en 2008, trabajó al lado de directores como Pedro Almodóvar, Gonzalo Suárez, Álex de la Iglesia o José Luis Garci.
 Estas son algunas de sus actuaciones más emblemáticas:

'Mujeres al borde de un ataque de nervios' (1988)

Director: Pedro Almodóvar
Intérpretes: Carmen Maura, Antonio Banderas, Julieta Serrano

'Don Juan en los infiernos' (1991)

Director: Gonzalo Suárez
Intérpretes: Mario Pardo, Charo López, Hector Alterio

'La herida luminosa' (1997)

Director: José Luis Garci
Intérpretes: Mercedes Sampetro, Julia Gutiérrez Caba, María Massip, Cayetana Guillén Cuervo

'El vals del adiós' (2007-2008, obra de teatro)

Director: Carlos La Rosa

 

“Trabajo con los más locos”

Leonardo DiCaprio no se conforma con lo primero que pasa por su lado

Este año estrenará 'Django desencadenado', de Tarantino, 'El gran Gatsby' , de Luhrman, 'The wolf of Wall Street', de Scorsese

  • Crítica de 'Django desencadenado', por JAVIER OCAÑA 
  • Leonardo DiCaprio, en 'Django desencadenado'.

    Acaba de perder (acaso sea mejor decir no ganar) su candidatura como mejor actor al Globo de Oro por Django desencadenado.
     Y la Academia, una vez más, ni se acordó de Leonardo DiCaprio (Hollywood, 1974) a la hora de anunciar sus nombres para los Oscar
    . Pero a lo largo de esta entrevista lo último que parece es un perdedor.
     DiCaprio es más bien el reflejo del sueño americano, uno de los actores y estrellas más buscados de Hollywood, que además tiene conciencia.
     Alguien que no se conforma con el primer proyecto que se le presenta y que sin embargo no descansa: este año estrenará, como secundario, Django desencadenado, y como protagonista El gran Gatsby y The wolf of Wall Street.
     Una trilogía que dice refleja “de una forma extraña” la historia de Estados Unidos, en la que tan bien encaja este actor que acepta órdenes de los mejores “o de los más locos” como define a Quentin Tarantino, Baz Luhrman y de nuevo, por quinta vez en su carrera, a Martin Scorsese.
     Pregunta. Django desencadenado es su primer trabajo junto a Tarantino. ¿Por qué decidió meterse en ese jardín?
    Respuesta. Siempre quise trabajar con Quentin Tarantino y me atraía la audacia de un guion que fue durante años la comidilla de Hollywood, porque habla de la parte más oscura y problemática de nuestra historia, que todavía duele y que necesita ser tratada con delicadeza.
     Y que es lo último que alguien como Tarantino crees que hará
    . Su guion no solo es capaz de comprimir todos los géneros en uno, es que no se corta ante nada. Incluso te hace reír en una historia que si en algo se desvía de la historia real es porque la realidad era todavía más cruda.
     Quentin no tuvo miedo.
     Al contrario, admiré en todo momento la audacia de su historia, de sus palabras.
     Y esos son los directores con los que me gusta trabajar, a los que me gusta apoyar.
    P. Un apoyo continuo, a juzgar por un año en el que ha rodado tres películas consecutivas con los directores que ama.
    R. Junto a ellos sientes que estás con realizadores que se han pasado la vida viendo películas, gente que te puedes imaginar de adolescentes metidos en el cine o fascinados con mundos de los que poder sacar esas ideas que ya entonces soñaban con llevar a la pantalla.
     Nunca me gustó acumular tanto trabajo pero las oportunidades eran demasiado buenas para pasar de ellas
    . Recibes órdenes de los más locos
    . Baz es un visionario con el que quise volver a trabajar desde el mismo día que acabé el rodaje de Romeo & Julieta.
     Y tener además la oportunidad de llevar la mayor novela americana a la pantalla en la compañía de mi amigo Tobey Maguire, con quien no trabajo desde que los dos comenzamos en Vida de este chico con 16 años.
    Luego está la crueldad del personaje más terrible que he interpretado en mi carrera con esos diálogos tan jugosos que escribe Tarantino.
     Y finalmente The wolf of Wall Street, película que llevaba intentando producir desde hace cinco o seis años y que me permite repetir con Marty. Además, de una forma extraña las tres están relacionadas con el sueño americano, con el dinero, el éxito, la ambición por encima de cualquier sentimiento de humanidad o de cualquier ley.
     Todas ellas tocan los diferentes extremos de la arrogancia, de la ambición y no podía prescindir de ninguna.
    P. Incluso, como dice, a cambio de interpretar el personaje más deleznable de su carrera. ¿Cómo encontró un punto de conexión con alguien tan racista como Calvin Candie?
    R. No me identifiqué para nada con él, pero psicológicamente tuve que lograr una justificación para su racismo y no hacer de él un cliché.
     Y lo encontré en Luis XIV, alguien que es producto del ambiente en el que se ha criado, que se siente superior y apoya sus creencias en esa seudociencia que se inventa o dándole la vuelta a lo que lee en la Biblia para justificar en su mente lo injustificable.
    Me ayudó mucho charlar con Jamie Foxx y Samuel L. Jackson porque fueron ellos los que me insistieron en que tenía que interpretarle con toda su crueldad o haría un escaso favor a lo que ocurrió en la realidad.
    P. Y después de un año, 2012, intenso y cruel, ¿qué le espera a Leonardo DiCaprio en 2013? ¿Un merecido descanso?
    R. Yo solo descanso en la ducha.
     O en un bosque, lejos de la civilización.
     Es donde estoy más cómodo.
     Este año me separaré de las cámaras, pero para poder dedicar todo mi tiempo a eso que me interesa, al medio ambiente, y poner en marcha el proyecto más ambicioso que he llevado nunca a cabo para hacer mella en la recuperación de nuestro planeta, algo que anunciaré a lo largo de esta temporada.
     
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17 ene 2013

Nadie queda en pie.....

Después del faro sigue un camino de tierra. 
Las piedras son grandes, redondeadas, a la izquierda quedan los arrecifes con sus costras amarillentas y sus musgos verdes, no tan verde, sin embargo,  como el transparente del vientre de las olas al reventar.
 Por ahí vienen todas ellas, las olas, y viene el Norte constante.
 A la derecha vas pasando invernaderos de mangos y plátanos, y tarajales. 
Hacía tiempo que no sentía la brisa del mar y el tenue olor de los tarajales.
 Hay casas de colores por encima de las techumbres de plástico, muchos techos rotos, enredados con cuerdas, como si se hubiera ahorcado la plantación.
Todavía una curva más –atrás has dejado lo que pareciera un club náutico que trata de surgir de sus ruinas-, y aparecen los grandes riscos, los farallones, las columnas continuas de espuma demolida que tratan de subir por la boca de los barrancos, y las avenidas de luz que se precipitan sobre el océano, sobre su piel nerviosa y gruesa.
 Más allá del roque de Dos Hermanos, otros dos promontorios y la crestería bajo la cual adivinas Taganana, los islotes frente a Benijo y la punta de Anaga.
Estás ahí sentado, entre los charcos, sobre los arrecifes que se asoman a la playa de Los Troches, y es algo grande presenciar todo ese resplandor que se despeña por las montañas, toda esa luz sonora del mar, todo ese Norte de ultramar que te observa o te espera impávido.
Nunca habías pasado del faro.
 Por arriba, por la carretera, con Valdemoro diste un paseo en coche, y llegaron a una casa abandonada, con viejas ediciones de libros en alemán, que dio origen al Cónsul.
 Es un paisaje de tierra baja, que en la Isla se da milagrosamente en torno a sus dos macizos a los extremos, como una tregua ante el fin, como una concesión de dulzura frente a las amargas corrientes y la dureza del océano interminable. 
Para quien está en tránsito como tú, reconforta que aún haya Isla inédita, tierra quemada aunque verdecida, a tus espaldas una hilera de hormigas humanas que a primera hora se dan a largas caminatas de salud.
El fragor del mar –vuelvo a la primera línea, desde la que escribo- es constante. Sin embargo, hoy al amanecer oía un coro de primeros pájaros frente a las primeras luces sobre las olas, un coro acompasado, rítmico.
 Cuando ha salido el sol enmudecen y los draguillos se convierten en gigantescos nidos de una actividad incesante, grandes nidos de sonidos envueltos en luz.
Nadie queda en pie
. Es como el paisaje de la costa, manchado de urbanizaciones.
 Muertos, escondidos, desplazados. Nadie.
 Por eso también pisas con delicadeza los valles de luz verde, y miras todavía asombrado la silueta sonrosada del Volcán. Te marcharás de nuevo, un día de estos. En tu escritura se echará la reverberación de la Isla. Volverás a la Isla, serás un extranjero.
 No importa. No importa que no reconozcas nada, o que por el contrario se te regale una punta intocada. Aquí o allá, o por donde fuera, somos ese encuentro de la espuma que asciende y de la luz que baja a beber del mar.
© José Carlos Cataño

del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño