Me cuenta Roncero que Casillas volverá a la portería ante la Real.
No
esperaba menos.
Este tipo de cosas las había hecho antes Mourinho y el
arresto siempre duró un día.
Recuerdo el de Cristiano, cuando tras un
0-2 con el Barça en el Bernabéu dijo que "no me gusta jugar así, pero he
de adaptarme". 'Descansó' ante el Zaragoza, el Madrid perdió 2-3 y
volvió al siguiente partido. Ramos levantó la voz tras las críticas de
Mourinho por la derrota en Sevilla ("aquí ganamos y perdemos todos") y
'descansó' ante el City. El Madrid perdía 1-2 en el 89' y acabó ganando
3-2 de forma casi milagrosa.
Al siguiente partido volvió.
Así que no me extraña que el arresto de Casillas se quede en un día. Y
seguimos debatiendo por qué ese arresto
. La versión oficial es que
estaba confiado y le venía bien un toque
. Si fuera así, me temo que la
actuación de Adán en Málaga no habrá sido un acicate para esmerarse
. Si
se trataba, como muchos piensan (y yo no ando lejos de ellos) de una
represalia por considerar que sus grandes lazos con la prensa (que
empiezan por su propia novia) tienen que ver con las fugas de
información, no creo que esto haya servido tampoco para nada.
Ni se van a
aflojar los lazos ni va a romper con la novia.
Claro, que aún cabe una tercera hipótesis: que quisiera meterle prisa
al club con la contratación de otro portero.
También en esto hay
precedentes: ¿recuerdan cuando sentó a Benzema en Almería y jugó sin
'nueve' porque estaba con el turre de un tercer delantero que al final
fue Adebayor?
Ese día se dejó el Madrid dos puntos en el altar de
aquella exigencia.
Ahora Mourinho quiere otro portero, pero Adán no
salió este verano porque con lo que él cobra no hay destino posible, así
que siguió. Ahora, más que nunca, el Madrid buscará otro portero.
Porque ya se ha visto lo que puede pasar si un día falta Casillas.
2 ene 2013
1 ene 2013
El portero que temía a la vida
Una biografía de Enke revela que su calvario, que acabó en suicidio, empezó en el Barcelona.
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El suicido del portero Robert Enke protagonizó uno de los episodios
más tristes de la historia del fútbol alemán.
Hace tres años, el 10 de noviembre de 2009, el entonces guardameta del Hannover se arrojó a las vías del tren en la capital de Baja Sajonia.
Murió tras ser arrollado por un ferrocarril.
Tenía 32 años. El libro Una vida demasiado corta, del periodista y escritor alemán, Ronald Reng y presentado hace un mes en España esclarece los motivos que llevaron al deportista de élite a tomar esa decisión.
La obra narra cómo el cancerbero acumulaba un dolor psicológico insoportable.
Se apuntó a que su muerte había obedecido estrictamente a motivos personales: “No tiene nada que ver con el fútbol”, declaró entonces el presidente del Hannover, Martin Kind.
El futbolista atravesaba un momento dulce en su carrera, con muchas posibilidades de ocupar la portería de la selección en el Mundial de Sudáfrica
. El suicido se relacionó con la muerte de su hija Lara de dos años en 2006
. Enke se encontraba tumbado a su lado cuando el corazón de la pequeña falló.
Se especuló con que el jugador nunca superó la pérdida a pesar de que seis meses antes de poner fin a su vida, su mujer, Teresa, y él habían adoptado una niña llamada Leila.
Sin embargo, Reng señala en su libro que las depresiones del jugador tenían también que ver con el calvario profesional que vivió. Empezó en el FC Carl Zeiss y pasó por el Monchengladbach, Benfica, Barcelona, Fenerbahçe, Tenerife y Hannover.
El escritor afirma que en el conjunto catalán, entonces entrenado por Van Gaal, empezó su particular infierno tras verse relegado al banquillo:
“¿Por qué el público aplaudía como loco cuando Valdés detenía un balón sencillo y él no dejaba de recibir los reproches de los técnicos?”, se pregunta el periodista.
Reng revela que el alemán fichó por el Barça por recomendación de Mourinho y que ese periodo supuso el comienzo de su hundimiento personal:
“No tenía ni un solo amigo, se aferró a la idea de que todo iba en su contra y le llegaban rumores de que Valdés era titular por ser catalán”.
Se obsesionó con el portero de la cantera.
Muchos años después cuando Enke triunfaba en el Hannover y el Barcelona, con Rijkaard, el teutón declaró sentirse superior a su excompañero.
En su etapa como culé el guardamenta, además, no soportaba la presión del entrenador de porteros, Frans Hoek, empeñado en moldearle a imagen y semejanza del entonces titular de la Orange: “Ese balón lo habría sacado Van der Sar”, o “tienes que jugar la pelota con el interior como Edwin”, le gritaba.
La gota que colmó el vaso fue el partido de Copa contra el Novelda, de Segunda B, que supuso la eliminación del Barcelona.
Aquel día Enke fue titular y encajó tres goles: “Se autoinculpó de forma exagerada y se sintió muy solo cuando Frank de Boer le criticó por su actuación durante una rueda de prensa
. Se hizo una idea equivocada de lo que pensaban de él en el vestuario”, opina el escritor
. Le describe como una persona muy vulnerable y angustiada a pesar de la imagen de fortaleza que proyectaba. Dice que vivía sumido en el miedo, tomaba antidepresivos y su mujer luchaba para sacarle de la cama.
Al portero “le asustaban los partidos”, pero no quería que nadie descubriera su temor
. Unos meses antes de su suicidio no acudió a una convocatoria de la selección por un supuesto virus que escondía un trastorno depresivo.
La mayoría de sus pensamientos solo los compartía con su diario, que el mismo calificaba de depre-agenda, a la que el autor del libro ha tenido acceso.
En una de sus páginas se mencionaba a sí mismo como “Robbi con su cabeza rota”. Una vida demasiado corta recoge testimonios de muchos excompañeros del guardameta, entre los que se encuentra Valdés
. El blaugrana asegura que “Robert era frío, pero tenía el aura de las buenas personas”
. El periodista, amigo íntimo de Enke desde su etapa en el Benfica, asegura que nadie se imaginaba lo que planeaba
. Recuerda que en la última foto que se hizo con su mujer e hija adoptada, el jugador lucía “la sonrisa más bonita del mundo”.
El día del suicidio le dijo a su esposa que volvería tarde a casa porque tenía entrenamiento.
Conocía al dedillo los horarios del ferrocarril y cuando el expreso pasó a toda velocidad a las 18.15 horas puso fin a su pesadilla.
Hace tres años, el 10 de noviembre de 2009, el entonces guardameta del Hannover se arrojó a las vías del tren en la capital de Baja Sajonia.
Murió tras ser arrollado por un ferrocarril.
Tenía 32 años. El libro Una vida demasiado corta, del periodista y escritor alemán, Ronald Reng y presentado hace un mes en España esclarece los motivos que llevaron al deportista de élite a tomar esa decisión.
La obra narra cómo el cancerbero acumulaba un dolor psicológico insoportable.
Se apuntó a que su muerte había obedecido estrictamente a motivos personales: “No tiene nada que ver con el fútbol”, declaró entonces el presidente del Hannover, Martin Kind.
El futbolista atravesaba un momento dulce en su carrera, con muchas posibilidades de ocupar la portería de la selección en el Mundial de Sudáfrica
. El suicido se relacionó con la muerte de su hija Lara de dos años en 2006
. Enke se encontraba tumbado a su lado cuando el corazón de la pequeña falló.
Se especuló con que el jugador nunca superó la pérdida a pesar de que seis meses antes de poner fin a su vida, su mujer, Teresa, y él habían adoptado una niña llamada Leila.
Sin embargo, Reng señala en su libro que las depresiones del jugador tenían también que ver con el calvario profesional que vivió. Empezó en el FC Carl Zeiss y pasó por el Monchengladbach, Benfica, Barcelona, Fenerbahçe, Tenerife y Hannover.
El escritor afirma que en el conjunto catalán, entonces entrenado por Van Gaal, empezó su particular infierno tras verse relegado al banquillo:
“¿Por qué el público aplaudía como loco cuando Valdés detenía un balón sencillo y él no dejaba de recibir los reproches de los técnicos?”, se pregunta el periodista.
Reng revela que el alemán fichó por el Barça por recomendación de Mourinho y que ese periodo supuso el comienzo de su hundimiento personal:
“No tenía ni un solo amigo, se aferró a la idea de que todo iba en su contra y le llegaban rumores de que Valdés era titular por ser catalán”.
Se obsesionó con el portero de la cantera.
Muchos años después cuando Enke triunfaba en el Hannover y el Barcelona, con Rijkaard, el teutón declaró sentirse superior a su excompañero.
En su etapa como culé el guardamenta, además, no soportaba la presión del entrenador de porteros, Frans Hoek, empeñado en moldearle a imagen y semejanza del entonces titular de la Orange: “Ese balón lo habría sacado Van der Sar”, o “tienes que jugar la pelota con el interior como Edwin”, le gritaba.
La gota que colmó el vaso fue el partido de Copa contra el Novelda, de Segunda B, que supuso la eliminación del Barcelona.
Aquel día Enke fue titular y encajó tres goles: “Se autoinculpó de forma exagerada y se sintió muy solo cuando Frank de Boer le criticó por su actuación durante una rueda de prensa
. Se hizo una idea equivocada de lo que pensaban de él en el vestuario”, opina el escritor
. Le describe como una persona muy vulnerable y angustiada a pesar de la imagen de fortaleza que proyectaba. Dice que vivía sumido en el miedo, tomaba antidepresivos y su mujer luchaba para sacarle de la cama.
Al portero “le asustaban los partidos”, pero no quería que nadie descubriera su temor
. Unos meses antes de su suicidio no acudió a una convocatoria de la selección por un supuesto virus que escondía un trastorno depresivo.
La mayoría de sus pensamientos solo los compartía con su diario, que el mismo calificaba de depre-agenda, a la que el autor del libro ha tenido acceso.
En una de sus páginas se mencionaba a sí mismo como “Robbi con su cabeza rota”. Una vida demasiado corta recoge testimonios de muchos excompañeros del guardameta, entre los que se encuentra Valdés
. El blaugrana asegura que “Robert era frío, pero tenía el aura de las buenas personas”
. El periodista, amigo íntimo de Enke desde su etapa en el Benfica, asegura que nadie se imaginaba lo que planeaba
. Recuerda que en la última foto que se hizo con su mujer e hija adoptada, el jugador lucía “la sonrisa más bonita del mundo”.
El día del suicidio le dijo a su esposa que volvería tarde a casa porque tenía entrenamiento.
Conocía al dedillo los horarios del ferrocarril y cuando el expreso pasó a toda velocidad a las 18.15 horas puso fin a su pesadilla.
El Hombre que susurraba a los balones
“Trabajo para intentar recuperar el puesto”
Iker Casillas, relegado a la suplencia, rechaza que esté en mala forma: "No soy una máquina, pero me encuentro muy bien"
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Relegado a la suplencia por el entrenador, José Mourinho, en el
último partido de Liga ante el Málaga, Iker Casillas aseguró ayer que se
está entrenando “para intentar recuperar el puesto”. El guardameta y
capitán blanco incidió, además, en rueda de prensa, que no se siente en
baja forma:
“Yo me encuentro muy bien”.
Tras la primera sesión de entrenamiento del año, Casillas habló ante los medios sobre la decisión del técnico de dejarse en el banquillo. “Lo que importa es que el once que decida el entrenador sea el mejor”, aseguró el portero, quien también tuvo palabras de elogio para su sustituto ante el Málaga, Adán: “Cuando ha tenido que estar ha estado a la altura y ha defendido al Real Madrid”.
El portero insistió que no se siente en peor forma que otra veces:
“Yo me encuentro muy bien. Tengo que mejorar todos los días, no soy una máquina, tengo que aprender de mis errores, pero me encuentro muy bien”.
El capitán del Real Madrid, que afirma que durante los entrenamientos los técnicos no les dan pistas sobre quién será titular, ha señalado también que no ha perdido el hambre de títulos: “Un jugador como yo, que ha conseguido grandes cosas, quiere seguir consiguiéndolas. Lo importante es tener esa ilusión”.
Casillas rechazó además que tuviese una mala relación con el preparador de porteros, Silvino Louro, de quien dijo que en los tres últimos años ha aprendido “muchísimas cosas”.
“Me ha inculcado ciertas cosas que otros entrenadores no me habían inculcado”, añadió.
“Yo me encuentro muy bien”.
Tras la primera sesión de entrenamiento del año, Casillas habló ante los medios sobre la decisión del técnico de dejarse en el banquillo. “Lo que importa es que el once que decida el entrenador sea el mejor”, aseguró el portero, quien también tuvo palabras de elogio para su sustituto ante el Málaga, Adán: “Cuando ha tenido que estar ha estado a la altura y ha defendido al Real Madrid”.
El portero insistió que no se siente en peor forma que otra veces:
“Yo me encuentro muy bien. Tengo que mejorar todos los días, no soy una máquina, tengo que aprender de mis errores, pero me encuentro muy bien”.
El capitán del Real Madrid, que afirma que durante los entrenamientos los técnicos no les dan pistas sobre quién será titular, ha señalado también que no ha perdido el hambre de títulos: “Un jugador como yo, que ha conseguido grandes cosas, quiere seguir consiguiéndolas. Lo importante es tener esa ilusión”.
Casillas rechazó además que tuviese una mala relación con el preparador de porteros, Silvino Louro, de quien dijo que en los tres últimos años ha aprendido “muchísimas cosas”.
“Me ha inculcado ciertas cosas que otros entrenadores no me habían inculcado”, añadió.
Si mi patria es el mundo mi religión soy yo
En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar.
No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona» José Saramago
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