Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 oct 2012

Andrés Rábago García, ‘El Roto’, Premio Nacional de Ilustración 2012


Andrés Rábago, 'El Roto', en su exposición en el Círculo de Lectores de Barcelona. / JOAN SÁNCHEZ
El dibujante Andrés Rábago García, El Roto, ha obtenido el Premio Nacional de Ilustración de 2012. En un comunicado, el jurado ha subrayado que el reconocimiento se debe a "su visión crítica, poética, aguda e inteligente que nos ayuda a reflexionar sobre cómo somos y cómo vivimos". El galardón reconoce también "su defensa del libro en particular y de la cultura en general como herramientas imprescindibles para la construcción de una sociedad avanzada”.
"Tengo una gran afición por el libro y la prensa, que forman parte de la misma familia", ha asegurado Rábago, al enterarse de la noticia. "A pesar de que es un premio a la ilustración, yo no hago exactamente ilustración ni dibujo puro. Lo que hago es un híbrido raro", ha añadido.
"Me alegro de que se haya asumido mi obra como ilustración", ha relatado el dibujante, referencia diaria en las páginas de Opinión de EL PAÍS. El premio está dotado con 20.000 euros.
 Es otorgado cada año por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte al ilustrador español que más haya destacado en el ámbito del libro y de las letras españolas.
Rábago desconocía la dotación del galardón y ha subrayado cómo represente "una coincidencia afortunada", ya que justo hoy el dibujante publica un nuevo libro, Camarón que se duerme (se lo lleva la corriente de opinión), editado por Literatura Mondadori. Hace un año Rábago publicó Viñetas para una crisis, en el que metía su bisturí en las desgracias de la recesión económica.
Sus viñetas polémicas y sus críticas feroces a la sociedad le han regalado a El Roto un ejército de fieles seguidores.
 Preguntado por todos los lectores que le tienen por una referencia, el dibujante ha bromeado: "Si se agarran tanto a mí me pueden hundir. Así que cada uno debe tener su propio flotador que es su dignidad".
El Roto nació en Madrid en 1947.
 Empezó en 1968 a publicar sus primeras viñetas en revistas como Hermano Lobo
 . Historietista, humorista gráfico, guionista, escenógrafo y pintor, Rábalo es conocido también por su otro seudónimo, Ops.
A lo largo de su trayectoria el dibujante ha publicado sus trabajos en medios como Diario 16, Cambio 16, Tiempo, El Periódico de Catalunya, Informaciones, Pueblo y La Hoja del Lunes.
 En la actualidad ofrece una viñeta diaria en las páginas de EL PAÍS.
Por ello, al menos oficialmente, El Roto ha recibido el Premio Nacional de Ilustración.
 Aunque el dibujante cree que el galardón se debe a toda su carrera: "El jurado probablemente también ha tenido en cuenta la obra de Ops”.

El reportaje cervantino de Juan José Millás

El reportaje cervantino de Juan José Millás

Por: | 18 de octubre de 2012
Las moscas, en manada, son horribles.
Ellas, que viven un mes, se juntan con un regocijo estremecedor cuando el sol aprieta, y en comandita actúan como si fueran inmortales. Pero una a una son otra cosa; se las llega a estimar incluso por encima de sus merecimientos y se hacen acreedoras de atenciones que sólo se pueden explicar por el afecto.
 Ha habido moscas, una mosca, que ha sido merecedora de una biografía. Se llamaba Catalina y vivió, como casi todas, 32 días, bajo el escrutinio afectivo del hombre que más la cuidó, el escritor Juan José Millás.
         A Millás, que ha hecho reportajes magistrales para EL PAÍS, reunidos ahora por Seix Barral en el volumen Vidas al límite, le fascinó la evolución de la mosca, de una mosca en concreto, aunque estuviera interesado en todas las moscas.
 Y se fue a ver a Ginés Morata, científico español muy premiado que se ha ocupado de esos insectos en los que él (y luego Millás) ven paradigmas muy precisos de la propia biología humana.
Morata fue premio Príncipe de Asturias en 2007 por esas investigaciones, entre otras, dirige el Centro de Biología Molecular y tiene una vida científica tan agitada como el vuelo de una mosca en tiempos de mucho calor. Así que le contó a Millás las generalidades fascinantes que el escritor incluyó en su reportaje, pero como tenía que irse de viaje dejó que para los detalles el escritor tuviera la asistencia, muy paciente, de Manolo Calleja, “un investigador muy bondadoso” del laboratorio de Morata.
         Para hacer la historia (que es inolvidable y breve, como la vida de una mosca) corta, señalemos a los que aún no leyeron el reportaje (y deben leerlo ahora mismo) que Millás se llevó a su casa a la mosca Catalina, acompañada por su fiel amante Pruden, con la que copuló todo el tiempo pero siempre que quiso, pues ella llevaba en ese aspecto (y en todos, me parece) la iniciativa de la pareja
. Con la paciencia que él tiene, por otra parte, para contar historias bellas o extrañas, reales o fantásticas, Millás siguió las evoluciones de la mosca y de su compañero, hasta que se fueron fraguando y agotando, con una extenuante rapidez, sus respectivos ciclos vitales.
El resultado de esa contemplación es uno de los más hermosos reportajes con los que Millás ha contribuido a la historia del mejor periodismo narrativo en lengua española
. Como todos los que hemos podido leer firmados por él, en todos los que se recogen en este volumen el autor de Visión del ahogado está él presente, como parte integrante del paisaje narrativo, a veces como Alfred Hitchcock y a veces como Buster Beaton, que es la presencia cinematográfica que más distingue a la mirada física e intelectual de Millás.
         Esa joya periodística no desmerece otras (es extraordinaria su visita a Pasqual Maragall, cuando el alzheimer del expresidentes catalán estaba asomando su implacable síntoma, y es inolvidable, como idea y como resultado, su episodio como ciego por un día), pero sí marca la manera de hacer de Millás como periodista y, en definitiva, también como narrador.
Pues en su caso no se trata solo de escribir, aunque todos los reportajes son, en cierto modo, reflexiones sobre la propia escritura, sino de hacer partícipe al lector de la idea tal como va apareciendo hasta que llega a su ciclo final. Un poco como la propia historia de la mosca.
         Esa interpretación cervantina de la escritura le ha dado a Millás una dimensión especial como narrador.
 Como si tuviera que referirse a un testigo para compartir la sorpresa, este escritor que ha hecho de la paradoja kafkiana un modo de ser se ha aproximado a sucesos grandes o pequeños, desde la memoria o el olvido hasta la vida de una mosca, para demostrar que todo lo que existe puede ser objeto de la literatura (y del periodismo) si andas, como él, una hora al día sin que te perturbe otro ruido que el del cerebro pensando.
         El libro lleva un interesante prólogo del filósofo Ángel Gabilondo. Los prólogos suele ser circunstanciales
. Este está muy trabajado. Dice Gabilondo: “Hay escritos que producen el efecto autor.
 Este libro produce el efecto Millás, gracias a que él se sitúa, como dice, ´en plan sombra`, ahora en tinta de escritura”. Tiene razón el exministro: en plan sombra, como Cervantes.

Gómez acusa a los “abuelos” del PP de “robar a millones de españoles la infancia”


"Sus abuelos robaron a millones de españoles la infancia, y ahora ustedes, que son sus nietos, les quieren robar la jubilación".
 Estas acusaciones del portavoz de los socialistas en la Asamblea, Tomás Gómez, en las que equipara al PP con la dictadura y a la posguerra con la situación actual, han desatado una bronca a gritos en el pleno, que se ha zanjado con amenazas de suspenderlo por parte del presidente, José Ignacio Echeverría.
Gómez ha hecho esta afirmación en su pregunta al presidente regional, Ignacio González, a cuenta del copago farmacéutico.
 El líder del PSM ha comenzado su intervención preguntando a González si le parece bien el decreto que hace que los pensionistas tengan que pagar parte de sus medicamentos en función de su renta. En la línea del Gobierno de Mariano Rajoy, González ha respondido que esta nueva fórmula es "más justa y equitativa", ya que permite que un parado no pague medicinas, y sí un pensionista que tenga una renta alta. "Es lo más justo que se puede hacer en el sistema, y lo que va a permitir mantenerlo" ha agregado.
En este punto, Gómez le ha recordado que pagar parte de sus medicamentos es un gran esfuerzo porque "uno de de cada tres pensionistas ayuda a algún familiar suyo, uno de cada cuatro ha vuelto a recoger en su casa a sus hijos, 400.000 familias viven de las pensiones de sus abuelos".
 "El dinero que dicen ahorrar es el dinero que ponen directamente de sus bolsillos los madrileños, y no precisamente los ricos", ha añadido.
A continuación, ha asegurado que los abuelos de los actuales miembros del PP "robaron la infancia a millones de españoles", y "ahora sus nietos quieren robarles la jubilación". "Los jubilados necesitan algo más que austeridad. ¡Demasiada austeridad tuvieron por culpa de los suyos!", ha reprochado Gómez entre el griterío de la bancada popular. Dirigiéndose a la tribuna de invitados, donde había un grupo de pensionistas, el líder del PSM ha recordado que "esas personas empezaron a trabajar de niños y ayudaron a levantar España".
Antes de dar la palabra a González, el presidente de la Asamblea ha pedido a Gómez que retirase sus palabras o que pidiese disculpas.
"Quizá no se ha dado cuenta de lo que ha dicho", ha afirmado. Gómez se ha reafirmado en sus afirmaciones, por lo que Echeverría ha decidido retirar de oficio sus palabras del diario de sesiones, al considear que lo que ha dicho el portavoz socialista es "impresentable". González, por su parte, ha asegurado que es "lamentable" escuchar a Gómez. "Lo que ha heredado usted de sus abuelos es lo peor que tiene este país, que es no superar la división y no apostar por la unidad y la frateridad de todos los españoles.
 Es usted un cáncer que no ha superado, desgraciadamente, los peores años de la historia de España, a mí me daría vergüenza que, con la edad que tiene, esté alentando eso", le ha reprochado.
Los jubilados, ha continuado González, "contribuyeron de un lado y de otro a hacer la España que hoy tenemos".
"El problema es que ustedes, en ocho años, han arruinado a este país, han creado cinco millones de parados, y han hecho que sus hijos les pidan ayuda para sobrevivir por su irresponsabilidad. Se le tenía que caer la cara de vergüenza de venir a decir esas cosas", ha aseverado.
González también ha arremetido contra la "incongruencia" de Gómez y ha sostenido que varios ministros socialistas de Sanidad, como Trinidad Jiménez o Leire Pajín, defendieron el copago para sostener el sistema.
Para concluir, ha recomendado al portavoz del PSM que pague las cuotas de la Seguridad Social de los trabajadores de su partido porque esa es "la mejor garantía para ayudar a los pensionistas. El consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria ha asegurado en su turno de palabra que hoy, gracias a Gómez, se ha vivido "una de las páginas más bochornosas y más sectarias de la historia de este Parlamento". "Enhorabuena, a mí me daría vergüenza", le ha espetado.
La diputada socialista Maru Menéndez ha intentado pedir la palabra, una vez más entre la bronca de ambas bancadas, lo que ha colmado la paciencia de Echeverría, que ha insistido en que lo de hoy ha sido "auténticamente impresentable" y ha pedido a los diputados que demuestren su altura a los ciudadanos. "Llamar ladrones a todo un grupo sin venir a cuento es la afirmación general más fuerte que este presidente ha escuchado, me parece impresentable", ha criticado.
 Sin conseguir calmar a las bancadas, se ha preguntado si "alguien ha venido con la voluntad de, como se dice vulgarmente, pinchar el pleno".
 "Si siguen así, lo suspendo, les advierto que no me importa nada. Ustedes sabrán", ha advertido, con lo que, por fin, ha logrado que permanecieran en silencio.

17 oct 2012

Un salto estratosférico


SOLEDAD CALES
Es el salto más alto jamás realizado: 39.068 metros de altura. Para conseguir esa proeza, el paracaidista austriaco Felix Baumgartner, de 43 años, subió hasta la estratosfera y después de contemplar el globo azulado que se ve desde esa distancia, se lanzó al vacío. Hace falta coraje para una aventura como esa, aunque el riesgo que el salto entrañaba y el miedo que pudo pasar quedaron ampliamente compensados por el éxito de la operación y la gran notoriedad que la gesta ha dado a su protagonista.
Miles de televisiones y medios online de todo el mundo retransmitieron en directo el momento en que Baumgartner se lanzaba.
Y nueve largos minutos después, el momento en que posaba los pies en la tierra del desierto de Nuevo México con la misma soltura que si se hubiera lanzado en parapente desde una colina.
El austriaco batió varios récords: el de altura del salto, por supuesto (el anterior estaba en 31.333 metros, logrado en 1960), el de mayor altura alcanzada en globo y el de velocidad de caída, el más arriesgado.
Los aficionados a tirarse desde los puentes hablan del subidón de adrenalina que sienten cuando caen unos pocos metros. Baumgartner ha experimentado ahora la experiencia de caer tanto tiempo y a una rapidez difícil de imaginar: 1.137 kilómetros por hora, cuatro veces la velocidad del AVE.
Durante 20 segundos llegó a superar la velocidad del sonido sin propulsión, un nuevo récord que le convierte en héroe supersónico.
¿Qué sentido tienen estas aventuras, aparte de proporcionar publicidad a la marca que las financia y un sano entretenimiento a quienes las contemplan?
En realidad, la historia de la humanidad está llena de aventureros que arriesgaron vida y patrimonio para hacer posible un sueño. Y de esos sueños han surgido no pocos de los avances de los que después nos beneficiamos. ¿Tenía sentido intentar llegar al Polo Norte o atravesar el Atlántico en aquellas frágiles avionetas? Visto retrospectivamente, muchas de esas locuras tuvieron sentido. Con el tiempo se verá qué aporta el salto de Baumgartner, pero sin ese espíritu de superación y sin la curiosidad que anida en la mente humana ni siquiera hubiéramos dominado el fuego.