Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

15 oct 2012

La española que destronó a 'Cincuenta sombras de Grey'

El relato '¿Dormimos juntos?', de Andrea Hoyos, supera en ventas digitales a la trilogía más sonada del año. Su autora defiende que E. L. James ha empobrecido el placer de la lectura.

Noelia Ramírez


50 sombras de gray



“Escribí '¿Dormimos juntos?' porque estaba enfadada. 'Cincuenta sombras de Grey' (CSDG) ha vendido 15 millones de copias y es un libro malo en todos los sentidos.
 Especialmente en dos que a mí me indignan: no tiene ningún valor literario, ni vital”.
 A Andrea Hoyos, la autora del relato que ha desbancado a E. L. James en las ventas digitales de Amazon, le ha indignado el éxito de la trilogía que ha revolucionado el panorama literario en los últimos meses.
 “Me parece un texto pobre, limitado, ñoño, paternalista, bobalicón… Creo que el problema de 'Cincuenta sombras' es llamarlo literatura: es un cuento de hadas con penetración, ropa de marca, técnicas sadomasoquistas y poca psicología.
 Las mujeres no somos así, no queremos así, no nos excitamos así. Somos de mil maneras distintas, cada una diferente, pero no de esa”.

Quizá por este motivo, esta publicista de 37 años, sin experiencia previa en el mundo editorial, ha dado la campanada al publicar un relato erótico que aplica elementos de la fórmula CSDG (ya saben: hombre poderoso y pagado de sí mismo-mujer fascinada por sus encantos-aventura tórrida), pero muy alejado de los estereotipos manidos que tantas alegrías ha reportado a E. L. James
. “Quería comprobar si era posible hacerlo de otra manera.
 Si hay que escribir de sexo para vender y para que la gente lea, se escribe; pero se escribe bien. Se mete dolor, se mete ilusión, se mete talento, se mete sexo, se mete piel y se mete verdad”, apunta.

Que nadie espere una virgen naíf extasiada por un maduro controlador
. En '¿Dormimos juntos?' el sexo, el desengaño y los devaneos entre quién toma el poder de una relación son terrenos en los que su protagonista, Andrea (también publicista), se mueve con suma facilidad. “Andrea tiene (como yo) 37 años.
 Si a esa edad fuera una virgen recatada, si no hubiera follado, sería una marciana o una enferma”, explica la autora, que asegura que su heroína “es una mujer que ha vivido, que ha querido y ha sido abandonada; es una mujer que sabe que un hombre no lo es todo y, aun así, busca el amor y se va dando tortazos.
Es una mujer como casi todas las que conozco, que no se engaña a sí misma”. Una historia adaptada a los tiempos que corren en respuesta “a los perfiles ñoños y redentores que se estilan en algunas ficciones literarias.
 Porque, aparte de los libros y el cine, conozco a hombres y mujeres que también quieren creer eso, que todas las tías queremos casarnos, controlarlos y hacerles padres”.

Russell Crowe se separa

Después de nueve años, el actor australiano ganador de dos Oscar pone fin a su matrimonio con la cantante Danielle Spencer. Tiene dos hijos de 8 y 6 años.

Russell Crowe y Danielle Spencer. / Francis Specker (EFE)
Nueve años de matrimonio. Ese es el tiempo que llevaba casado Russell Crowe. El actor australiano y Danielle Spencer han puesto fin a su relación, pero se han comprometido a proteger a sus hijos, Charles y Tennyson, de 8 y 6 años, respectivamente, según informa Efe, tal como recoge la prensa local. El actor se encuentra en Estados Unidos rodando el filme Noe y volcado intensamente en su trabajo tras la ruptura, mientras que Spencer, de profesión actriz, cantante y compositora, permanece en Sidney con sus dos hijos.
Crowe, galardonado con dos premios Oscar por su actuación en Una mente maravillosa y Gladiator y Spencer se conocieron hace 22 años cuando filmaban The crossing. Tras un tiempo de noviazgo, la pareja se separó. Hasta que en 2002 Crowe, a quien se le han atribuido varios romances entre ellos uno con Meg Ryan, retornó a Australia para pedirle la mano a Spencer. Ninguno de los dos ha emitido una declaración pública al respecto, según el diario Sydney Morning Herald.
La pareja contrajo matrimonio en abril de 2003 en una ceremonia celebrada en la hacienda de Crowe en la localidad de Nana Glen y después fijó su residencia en Sidney, donde este año compró una lujosa mansión de diez millones de dólares (7,7 millones de euros).
En junio pasado comenzaron los rumores acerca al aparente deterioro de la relación del recordado protagonista de Gladiator cuando se divulgaron fotos de Spencer cenando en Sidney con Damian Whitewood, su compañero de baile en el programa televisivo Bailando con las estrellas.
  Días después de ese incidente, Spencer se reunió con Crowe en Los Ángeles, donde ambos fueron vistos abrazados en público, un gesto que fue interpretado por la prensa como una medida para mitigar el escándalo.
El actor ha tenido uno de sus períodos más intensos de su carrera cinematográfica con rodajes continuos en el exterior y este año protagonizará siete estrenos, entre ellos Los Miserables, The man of seel y Noe, además del próximo largometraje The Winter's Tale en el que compartirá reparto con Colin Farrell y Will Smith.

 

Las fábulas verdes de Samaniego Por: EL PAÍS | 15 de octubre de 2012

Del Blog EROS.

  Samaniego
Aquí están salvados de la quema y los prejuicios del tiempo los ahora titulados "Veintidós cuentos picantes', en un libro publicado por la editorial riojana Pepitas de Calabaza (antaño recogidos en El jardín de Venus) que recoge textos del autor Félix María Samaniego. Sí, el mismo que se hizo famoso en su época (siglo XVIII) por esas fábulas morales que han perdurado en la historia. Esta edición de poesías eróticas, calenturientas y a veces bien explícitas es de Alfonso Martínez Galilea y las ilustraciones de Javier Jubera García. Muchos de estos textos de autor 'libertino' se guardaron como literatura oral y fueron pasando de boca en boca con los años. Narraciones de las andanzas de mozas, frailes, monjas, husares, viudas, soldados, esposas descontentas y bigardos de altura y de cómo los habitantes de aquel tiempo en ciudades, conventos o aldeas se las arreglaban para ligar y fornicar de lo lindo y escapar al control y las convenciones. Aquí van algunos ejemplos.
"Samaniego (Laguardia, Álava, 1745-1801) era sobrino del Conde de Peñaflorida y uno de los fundadores de la Sociedad Económica Vascongada, se había educado en Francia. […] Pero no era propagandista, y se contentó con ser poeta licencioso al modo de La Fontaine, pues sabida cosa es que los fabulistas, como todos los moralistas laicos, han solido ser gente de muy dudosa moralidad. Compuso, pues, Samaniego, aparte de sus fábulas, una copiosa colección de cuentos verdes, que algunos de sus amigos más graves (mentira parecería si no conociéramos aquel siglo) le excitaban a publicar, y que todavía corren manuscritos o en boca de la gente por tierras de Álava y La Rioja". Esto decía Marcelino Menéndez y Pelayo en su Historia de los heterodoxos españoles. Y aquí compartimos dos de sus calenturientos escritos.
Las lavativas
Cierta joven soltera, / de quien un oficial era el amante,/ pensaba a cada instante / cómo con su galán dormir pudiera / porque una vieja tía / gozar de sus amores la impedía. /
Discurrió al fin meter la penitente / en su casa, y, fingiendo que la daba / un cólico bilioso de prente, / hizo a la vieja, que cegata estaba, que un colchón separase / y en diferente cama se acostase. /
Ella en la suya, en tanto, / tuvo con su oficial lindo recreo, / dándole al dengue tanto / que a media voz, en dulce regodeo,/ suspiraba y decía: / -¡Ay...! ¡Ay...!¡Cuanto me aprieta esta agonía! /
SamaniegoLa vieja cuidadosa, / que no estaba durmiendo, / los suspiros oyendo, / a su sobrina dijo cariñosa: /
- Si tienes convulsiones aflictivas. / niña, yo te echaré unas lavativas./
-No, tía -ella responde-, que me asustan. /
- Pues si son un remedio soberano. /
-¿Y qué, si no me gustan? /
-Con todo, te he de echar dos por mi mano /
Dijo, y en um momento levantada, / fue a cargar y a traer la arma vedada. / La mozuela, que estaba embebecida / cuando llegó este apuro, / gozando una fortísima embestida, / pensó un medio seguro / para que la función no se dejase / ni a su galán la tía allí encontrase; / montó en él ensartada, / tapándole su cuerpo y puesta en popa, / mientras la tía, de jeringa armada, / llegó a la cama, levantó la ropa / por un ladito y, como mejor pudo, / enfiló el ojo del rollizo escudo. /
En tanto que empujaba / el caldo con cuidado, / la sobrina gozosa respingaba / sobre el cañon de su galán armado, / y la vieja, notando el movimiento, / le dijo:
- ¿Ves como te dan contento / las lavativas, y que no te asustan? / ¡Apuesto a que te gustan! /
A lo cual la sobrina respondió: / -¡Ay! por un lado sí, por otro no.

La paga adelantada
Una soltera muy escrupulosa / casarse rehusaba, / y decía a su madre que pensaba / que hacer la mala cosa / aún después de casada era pecado. / Un bigardón del caso fue informado, / y, habiéndose en la casa introducido / y hallándose querido, / pidió a la niña luego en casamiento.
Ella el consentimiento / dio con la condición de que tres veces / en la primera noche se lo haría / por ponerla corriente, y seguiría / luego una sola vez todos los meses. /
Samaniego2
Hízose al fin la boda / y, de la noche ya llegado el plazo, / la muchacha tres veces, brazo a brazo, /  sufrió, sin menearse, la acción toda. /
Concluyó el fuerte mozo su trabajo / y durmióse cansado; ella, impaciente, / andaba impertinente / volviéndose de arriba para abajo, / hasta que él acabó por despertarse / y huraño dijo:
-¡Hay tal cosquillería, / que por dos veces ya me has despertado! /
Y ella exclamó, acabando de arrimarse: / -¿Me quieres dar un mes adelantado?

Una historia de cuerpos abiertos......... Juan Manuel Játiva


¿La visión de una himenoplastia en directo parece fuerte? ¿O lo parece más la visión de un cuerpo tras el tratamiento por cáncer de mama? Tan solo son obras de arte que “pretenden crear una conciencia”, subraya la historiadora Irene Ballester (Alicante, 1979), que examina en su libro El cuerpo abierto la historia de las representaciones extremas de la mujer en el arte contemporáneo. Himenoplastia es un vídeo de la guatemalteca Regina José Galindo. Intravenus series # 1 June es una fotografía de la pionera norteamericana Hanna Wilke, fallecida por cáncer en 1993. No solo tienen en común el género de la mirada y de la protagonista, sino que, además, esta es en ambos casos la propia autora.
“Son imágenes que de alguna manera, como nuestra vista no está acostumbrada a ellas, pueden repeler, claro”, reconoce Ballester. Pero es que “un arte contra la violencia de género es un arte de denuncia, porque a estas alturas de la vida, un arte esteticista no tiene sentido”, argumenta en la construcción de un relato de los siglos XX y XXI que se sitúa al otro lado de una historia del arte en la que “los cuerpos femeninos han sido pintados o esculpidos desnudos para el disfrute del hombre”.
“Cuando el cuerpo de una mujer artista se abre aparece el dolor y la ira”, dice Pilar Pedraza
De hecho, recapitula, los hombres maduros y con arrugas sí que han sido representados en el arte occidental y son, por ejemplo, apóstoles, son personas sabias, santos o patriarcas. En cambio, “las mujeres viejas son sinónimo de brujas”, ironiza. Y cuando Tamara de Lempicka pinta a una anciana monja, muy lejos del glamour y voluptuosidad a que tenía acostumbrados a sus admiradores, el resultado, Madre superiora, se considera uno de sus peores cuadros. Alice Neel se hizo su primer autorretrato a los 80 años y se desnudó para ello. Margi Geerlinks incluyó en su serie Mothers una mujer anciana dando un pecho a un recién nacido. Y Cindy Sherman se vistió caracterizada de vieja como en un lienzo holandés del XVII y medio desnuda para agitar una vez más conciencias.
En el vídeo de Regina José Galindo se trata de que el espectador o la espectadora se pregunte por qué la autora se reconstruye el himen, y entonces averigüe qué sucede porque “hay una sociedad que lo pide, es una membrana que implica pureza tuya y de tu familia y eso todavía pasa, con la etnia gitana, en México, en países árabes, por ejemplo”. Tras publicar el libro, a Irene Ballester había personas que le decían “qué portada más fea, feísima y ¿esta quién es?”. Pues esta es El ángel de la anatomía, una pintura de la argentina Leonor Fini en la que la artista se muestra descarnada, todo huesos excepto el pelo y el rostro, en una imagen algo tétrica, impactante. Aunque no fue surrealista, Fini estuvo en el círculo de los surrealistas y “fue considerada una musa cuando era una artista por derecho propio, igual que Meret Oppenheim”, reclama Ballester, que recuerda haber cursado la licenciatura de Historia del Arte “sin que se hablara de mujeres artistas, ni en el Renacimiento ni en la edad contemporánea”.
Irene Ballester, con su libro. / MÒNICA TORRES
La alicantina decidió desquitarse de tal carencia en la tesis doctoral, tomando como punto de partida dos obras de arte, la citada de Fini y La columna rota de Frida Kahlo, no por causalidad nacidas las dos en 1907.
“Son dos obras en las que ambas, de alguna manera, se desgarran en su interior”, observa la historiadora. Son, en definitiva, como “cuerpos abiertos”, una terminología que adoptó en el doctorado de su profesora, la escritora Pilar Pedraza.
 Son cuerpos que se convierten en “lienzos de expresión”, que hablan por sí solos. “Cuando el cuerpo de una mujer artista se abre”, escribe Pedraza en el prólogo del libro, “cesa toda algarabía mercantil, carnavalesca, religiosa, o mágica y aparecen el dolor, la ira y la descalificación en toda su crudeza”. Volviendo a su referente, Ballester recuerda que “Kahlo fue la primera en hablar de violencia de género cuando en los años 40 ni se sabía qué era eso”.
 El relato discurre a través de la vida y producción de artistas que en su obra “habían denunciado la violencia de género, los abusos del patriarcado, el sometimiento, o la maternidad obligada”.
Algunas son reconocidas, como Meret Oppenheim, Marina Abramovic, Claude Cauhn o Cindy Sherman. Otras menos, como es el caso de Hanna Höch, una fotomontadora “solo recordada por los dadaístas porque preparaba los bocadillos en las reuniones de sus colegas”.
La guatemalteca Regina José Galindo está bien respaldada por los galeristas y la mexicana Lorena Wolffer ha presentado su obra por diversos países de Europa y América. Wolffer, como la colombiana Martha Amorocho, que fue víctima de una violación en su infancia, es una de esas artistas abundantes en el estudio de Ballester, que “han convertido su arte y su cuerpo en una plataforma para denunciar los abusos de la violencia de género y el feminicidio”.
Lorena Wolffer reproduce en sí misma los balazos de Ciudad Juárez
En marzo, esta dirigió un proyecto en el Matadero de Madrid en el que entre otros trabajos, se presentaba Mientras dormíamos, donde Wolffer reproduce en su propio cuerpo, con un plumón quirúrgico, “cada uno de los golpes, cortadas y balazos” sufridos por las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez
. Así transforma su cuerpo “en un vehículo de representación de la violencia hacia la mujer” en esta ciudad, “hoy aparentemente institucionalizada”.
La artista mexicana participa en la exposición In-out house, que se inaugura este lunes en la Universidad Politécnica de Valencia, con el subtítulo Circuitos de género y violencia en la era tecnológica, comisariada por Mau Monleón y con la colaboración de Ballester.
 La más conocida de las artistas incluidas en la muestra politécnica es la veterana estadounidense Suzanne Lacy, de la que Ballester recuerda la performance titulada In morning and in rage, en la que escenificó, en 1977, frente al Ayuntamiento de Los Ángeles la denuncia por la violación de diez mujeres y la pasividad policial. “Es una acción pionera consistente en apropiarse del espacio público para denunciar la agresión a las mujeres”, apunta la historiadora alicantina.
Con el tríptico Lo llevo puesto se presentará Martha Amorocho.
 Diversas manos masculinas se deslizan por su cuerpo, reproduciendo las sensaciones desagradables de la violación que sufrió en su infancia.
 Es un tema recordado también en Por mi culpa, por mi gran culpa, donde su piel aparece marcada por clavos, recordando a la fotógrafa alemana Grete Stern, amenazada por clavos en una de sus célebres escenas oníricas
. Las imágenes extremas en estos casos no solo muestran el sufrimiento y denuncian las causas, también tienen efectos catárticos.