Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 oct 2012

Una vivienda de Frank Lloyd Wright en Phoenix se enfrenta a su demolición

Casa diseñada por Frank Lloyd Wright en Phoenix (Arizona). / Scott Jarson/azarchitecture.com
Frank Lloyd Wright diseñó en 1952 una casa para su hijo David y su nuera Gladys, una joya arquitectónica enclavada en un naranjal a las afueras de Phoenix que está considerada como uno de los 20 edificios más importantes del creador y que podría desaparecer en unas semanas.
 Sus actual propietaria, la empresa inmobiliaria 8081 Meridian, tiene previsto demoler el edificio para construir una urbanización en su lugar y aunque el Gobierno local ha iniciado el proceso para declarar al inmueble edificio protegido y evitar su derribo, la entidad asegura que tiene un permiso para poder llevar a cabo su iniciativa en cualquier momento.
La vivienda, un entramado de pasadizos y techos espirales de caoba, con tres habitaciones, dos baños y una escalera de caracol muy parecida a la que el arquitecto diseñó para el museo Guggenheim de Nueva York - a la casa de Phoenix ya se la ha tildado como la hermana pequeña de ese edificio-, había pasado casi desaparecida a los estudiosos y admiradores de la obra de Wright, hasta que en junio pasado se dispararon todas las alarmas cuando la inmobiliaria 8081 Meridian -que adquirió la vivienda ese mismo mes por 1,8 millones de dólares 8unos 1,4 millones de euros)- anunció su intención de demolerla.
 “David y Gladys eran muy celosos de su intimidad, nunca quisieron dar a conocer su casa, porque querían que fuera eso, una casa y no un museo rodeado de curiosos”, explica por teléfono Janet Halstead, directora ejecutiva de la Organización para la Conservación de Edificios de Frank Lloyd Wright.
Detalle de la casa diseñada por Frank Lloyd Wright en Phoenix (Arizona). / Scott Jarson/azarchitecture.com
“No hay una fecha límite para el derribo de la casa, pero el 7 de noviembre finaliza todo el proceso legal para declararla edificio protegido y mientras tanto estamos tratando de llegar a un acuerdo con la inmobiliaria para tratar de preservar el inmueble”, indicó Halstead. Parte de ese acuerdo para evitar la desaparición de la casa de Wright pasa por encontrar un comprador que la adquiera e impida a los propietarios derruirla antes de esa fecha.
 Aunque 8081 Meridian -con la que este periódico ha tratado de ponerse en contacto en varias ocasiones- había amenazado con iniciar los trabajos de demolición, en virtud de un permiso que el Ayuntamiento considera ilegal, este miércoles, el Gobierno local aseguró que habían convenido ampliar el plazo hasta encontrar alguien interesado en comprarla.
Scott Jarson, propietario de la inmobiliaria Jarson & Jarson y un acérrimo defensor de la preservación de la casa Wright, encontró esta misma semana a un comprador, sin embargo, la empresa propietaria no aceptó su oferta. “Ofrecimos 2.050.000 dólares, pero la inmobiliaria se negó a vender alegando que quería 2.200.000 dólares y que no estaba dispuesta a enseñar el interior de la vivienda a mi cliente”, explica Jarson por teléfono.
 El empresario se muestra esperanzado en poder encontrar otro comprador, pero teme que no pueda lograrlo antes de que 8081 Meridian emprenda de nuevo las tareas de demolición. En el caso de que derribaran la vivienda y se demostrara que no estaban autorizados, además de a una demanda criminal, la promotora podría verse obligada a reconstruir el edificio, sostiene Jarson.
De momento, además de un posible comprador, la única esperanza para la casa es que el 7 de noviembre sea declarada edificio protegido.
 Pero aunque finalmente el Gobierno local de Phoenix declarara autorizara esa posibilidad, la medida no libraría a la vivienda de su demolición, “únicamente aplazaría su derribo un máximo de tres años”, explica Halstead. “Se trata de un edificio único, parte del legado de Wright en Arizona. A través de nuestra página web estamos recogiendo firmas de apoyo que presentaremos al alcalde el 7 de noviembre”, informa.
Detalle de la casa diseñada por Frank Lloyd Wright en Phoenix (Arizona). / Scott Jarson/azarchitecture.com
Aunque los vecinos de Phoenix conocían la existencia de la casa en la que el hijo de Wright y su mujer vivieron durante 40 años, se ignoraba que pudiera estar en peligro. “Cuando ambos murieron [David en 1998, con 102 años y Gladys en 2008, con 104], los nietos del arquitecto vendieron la casa en 2009 con la condición de que su nuevo propietario la conservara y viviera en ella. Al parecer, no hizo ni lo uno ni lo otro y volvió a ponerla a la venta”, señala Jarson.
 “Todos pensábamos que estaba en buenas manos”, se lamenta.
Pese a que desde que Gladys muriera en 2008 la casa no ha sido habitada, Halstead considera que la vivienda no está en malas condiciones.
“Como todos los edificios de más de 50 años, necesitará alguna reparación, pero más allá de ello, su estado de conservación es bueno”, sostiene. El acuerdo al que el lunes llegaron el Ayuntamiento de Phoenix y la inmobiliaria ha arrancado unas semanas más de vida a la casa de Wright, unos días preciosos para Jarson y Halstead en los que esperan dar con un comprador que garantice los cimientos del hijo del Guggenheim en Arizona.

Las flores póstumas de Baudelaire

Un libro reúne por primera vez todos los dibujos y últimos escritos en prosa del poeta francés

Las notas muestran la cólera y tristeza del autor.

Retrato fotográfico del poeta Charles Baudelaire.
Acorralado por la penosa enfermedad que cercenó su vida, el poeta maldito por excelencia, el hombre que se elevó sobre la vida y entendió sin esfuerzo “el lenguaje de las flores y de las cosas mudas”, llenó su larga agonía de coléricas notas.
“De niño tuve en mi corazón dos sentimientos contradictorios, el horror de la vida y el éxtasis de la vida.
 Es el sello de un holgazán enfermo de nervios”, escribió Charles Baudelaire (1821-1867) en estos Fragmentos póstumos que ahora publica la editorial Sexto Piso. Un volumen que reúne por primera vez todas las notas en prosa finales y también todos los dibujos del autor de Las flores del mal.
“En Francia se ha publicado parte de estos fragmentos, pero siempre en libros en los que muchas de las notas se habían descartado. Las ediciones españolas siempre eran traducciones directas de esas ediciones francesas. En este libro, sin embargo, hemos trabajado directamente sobre los originales. Están todos.
 No existe, ni siquiera en francés, un libro de estas características”, afirma el escritor mexicano Ernesto Kavi, encargado de la investigación y recopilación que contiene el volumen.
Las notas originales se encuentran repartidas entre la Biblioteca Nacional de Francia, la Biblioteca Jacques Doucet y dispersas en colecciones privadas. “Otro tanto ocurre con los dibujos”, explica Kavi. “La Biblioteca de la ciudad de París posee cuatro y es la que más tiene. El resto está desperdigado en manos de particulares”.
Tras su muerte en una clínica de París, la madre de Baudelaire recogió uno a uno los papeles de su hijo, pequeñas hojas arrancadas de cuadernos en las que anotaba, en lápiz y a pluma, lo que él mismo llamó “proyectiles”, junto a páginas dedicadas a pensamientos, aforismos, listas y proyectos
. Madame Aupick se las entregó a su editor, Auguste Poulet-Malassis, el único que podía encontrar algún sentido en aquel caos. Malassis los ordenó y es esa la ruta que ahora se ha seguido.
 Los dibujos, la mayoría en manos de sus amigos, también fueron recogidos por el editor en un cuaderno. Vivieron una azarosa vida. Fueron publicados y reunidos, pero en 1988 salieron a subasta y se volvieron a dispersar.
Los manuscritos están dispersos entre instituciones y manos privadas
Los pensamientos de Baudelaire muestran la rabia, cólera y tristeza de un hombre rodeado por la enfermedad y el exilio. Su caligrafía es desordenada. Pero, lejos del tópico del poeta embriagado y mujeriego, surge el hombre preocupado por el futuro. “Para él, el trabajo era una tortura, pero no hacía más que trabajar, le preocupaban su gloria como poeta y el dinero. Las notas son un fiel reflejo de esa batalla interior entre el desorden de su vida y su pensamiento y el orden que quiere imponerse para ser un gran artista”.
Dibujo de Baudelaire 'La Fanfarlo'.
El 23 de enero de 1862, el poeta escribe: “En lo moral, como en lo físico, siempre he tenido la sensación de un abismo, no solo el abismo del sueño, sino el abismo de la acción, de la ensoñación, del recuerdo, del deseo, del arrepentimiento, del remordimiento, de la belleza, del número…
He cultivado mi histeria con placer y con terror.
 Siempre tengo vértigo y hoy he sufrido una singular advertencia, he sentido pasar sobre mí el viento del ala de la imbecilidad”.
Baudelaire reflexiona una y otra vez sobre las tareas del escritor, sobre la inspiración y el tiempo. Anota que el placer desgasta, pero el trabajo fortifica. El coraje del escritor, el destino, la concentración frente a la dispersión. El poeta zarandea sus obsesiones. “Sería dulce, quizá, ser, alternativamente, víctima y verdugo”, apunta. Surge su profundo y estrecho sentido de lo sagrado: “Si la religión desapareciera de este mundo, volveríamos a encontrarla en el corazón del ateo”.
"Ni en francés hay un libro así", afirma el responsable de esta recopilación
En La Folie Baudelaire (Anagrama), Roberto Calasso ofrece un consejo que bien vale para el libro que ahora se edita: “Para quien está rodeado y atormentado por la desolación y el agotamiento es difícil encontrar algo mejor que una página de Baudelaire. Prosa, poesía, poemillas en prosa, cartas, fragmentos: todo sirve”. Quizá basta para ilustrar las palabras del escritor florentino un fragmento perteneciente a uno de los manuscritos menos conocidos, que catalogado bajo la letra D está custodiado por la Biblioteca Literaria de Jacques Doucet. La lucidez del poeta maldito solo puede provocar hoy un fatal escalofrío acompañado de un aliento de esperanza: “Síntomas de ruina. Construcciones inmensas. Uno sobre otro, demasiados apartamentos, habitaciones, templos, galerías, escaleras, desembocaduras, belvederes, farolas, fuentes, estatuas. —Fisuras, grietas. Humedad que proviene de un contenedor situado cerca del cielo—. ¿Cómo advertir a las personas, a las naciones?, advertimos, al oído, a los más inteligentes”.

 

Leer me da placer (del Blog Eros)

Autor invitado: JoanG (Barcelona)
Por más que intento desligar mis textos del acto onanista, no lo consigo. 
 Cada día me envían más y más materiales sobre tal asunto; se ve que abundan los seguidores (y yo lo agradezco).
 Pero antes de comentar extensamente todo lo acumulado sobre el universo masturbatorio (como ya hicimos en dos entradas pasadas), hago un breve paréntesis videográfico para presentar aquí el trabajo del fotógrafo de Nueva Orleans Clayton James Cubitt, alias Siege, que me han hecho llegar hoy mismo.
 Lo destaco no sólo por su calidad, creatividad y mezcla de formatos, habitual en él (tiene fotos magníficas de moda o sobre el Katrina y otras muy subidas de tono), sino por la implicación personal en su obra, realmente encomiable. Veánlo. Hay quien dice que es él mismo quien anda bajo la mesa hurgando y estimulando a la invitada, Stormy, mientras ella lee un extracto de American Psycho, de Bret Easton Ellis, y la cámara graba. Cuerpo y mente en acción.



Hyterical Literature ha llamado a su creación (una serie de cuatro) en la que el autor es arte y parte, el que mira y el que participa, objeto y sujeto.
En este otro es Danielle quien visita el estudio de Clayton dispuesta a participar y le lee Still Life With Woodpecker, de Tom Robbins.
No se trata ya de que leer sea sexy, como decía aquí mismo Anne Cé, sino que ahora, además, te da placer.

Y antes de pasar a la tercera lectora, Alicia, una apreciación personal: no hay que desdeñar la propuesta de este artista a la ligera. No señor.
 Quizá usted lo haya intuido ya: he aquí una profesión con futuro: masturbador/a público (o estimulador, como prefiera) para eventos, empresas, congresos, reuniones y nichos varios de actividad. Se acabo esconder el placer en la intimidad.
 No, que eso es antiguo: hay que llevarlo a la esfera pública. Se impone un estimulador/a en el lugar de trabajo
. Que sea sentarse y abrir el ordenador de mañanita y empiece a actuar; que sea ponerse a analizar la prima de riesgo, los presupuestos, los recortes y otros asuntos laborales y socioeconomicos de este mundo y allí que esté nuestro hombre o mujer dispuesto a relajar el asunto, con la mano, la boca u aparato.
¿Consejo de Ministros? Imaginen lo que cundiría, y luego los cariños y eso... ¿Consejo de Administración de su empresa? Idem, pónganle cara a sus miembros (a ambos, pues en la mayoría todos somos, lamentablemente, hombres). ¿Gobierno autonómico en pleno? Ni les cuento lo que sería eso. ¿Reunión de la comunidad de vecinos? Sus vecinos se lo agradecerán, se lo aseguro. ¿Que hoy toca Consejo Escolar?
 Detallazo con los educadores y padres o madres, entre los que me incluyo, con la que estamos sufriendo... ¿Que la cúpula militar debe sentarse hoy a tratar sus asuntos...? Allá que podrían dirigirse los discipulos de Clayton para aminorar el ardor guerrero.
Y lo mismo con los operarios de comercio estresados, las cajeras hartitas a la hora de la comida, los mineros o los bomberos o las enfermeras que trabajan en precario o esos policías excitadísismos antes de lanzarse zurrar a los indignados que con tanta razón se manifiestan... Cuerpo y mente en acción.
¿Lo visualizan? Yo sí (y hasta puedo exagerarlo, en plan "la gran masturbación global", que diría Woody Allen).
Una broma y una idea sólo... Porque hacerlo realidad y grabarlo, lo que se dice grabarlo, sólo alguien como Clayton podía hacerlo así.
Primero, con mujeres y luego seguirá con hombres y transgénero.
 Sesiones literarias de lo más placenteras. Hechas por amor al arte, vamos. En la página del autor están todas (la primera con una ex actriz porno, Stoya, que no podemos colgar aquí) y también declaraciones de algunas de las participantes contando lo que sintieron.
Y dicho esto, ¿creen ustedes que ellas recuerdan lo leído? ¿Y creen ustedes que sucede de verdad o es ficción?

7 oct 2012

Vuelven los Porrazos y detenciones



Manifestantes del 25-S ante una unidad de antidisturbios. / BERNARDO PÉREZ

Los antidisturbios dejan sus cuarteles y vuelven a la calle como salidos del túnel del tiempo. Reaparecen cuestionados e investigados por sus cargas del 25-S y su entrada en la estación madrileña de Atocha donde golpearon a periodistas, a personas ajenas a los alborotadores y crearon el pánico entre los viajeros. ¿Quiénes son y cómo se forman los miembros de las Unidades de Intervención de la Policía (UIP)? ¿Quién ordena sus cargas? ¿Cómo deben usar su fuerza?
La UIP nació en 1989 para sustituir a las Compañías de Reserva del Cuerpo de la Policía Nacional, que tenían un carácter militar.
 Sus 12 compañías están distribuidas por las comunidades autónomas más estrategicas desde el punto de vista policial y cuentan con una Unidad Central de Intervención en Madrid. Dos mil setecientos cuarenta y cuatro hombres acuartelados, disponibles las 24 horas y siempre localizados mediante un minucioso plan de concentración. Entre sus misiones está la protección de los Reyes y de altas personalidades.
Para acceder a la UIP hay que tener un mínimo de un año de permanencia en el Cuerpo Nacional de Policía. En la preselección se tiene en cuenta si el candidato tiene algún título de artes marciales, educación física, tiro o defensa personal, protección civil, idiomas u otras titulaciones académicas. Las pruebas de selección son físicas (natación, trepa, resistencia y velocidad), técnicas (un supuesto operativo) y psicotécnicas (evaluación de aptitudes y rasgos de personalidad). En estas dos últimas se le considerará apto o no apto. “Aquí es donde caen la mayoría”, asegura un agente.
Un curso intensivo de un mes en el Centro de Prácticas de La Enira, en Linares (Jaén), es la prueba final en la que se decide si los alumnos son aptos para ingresar en la UIP. Todos los miembros de la unidad se reciclan una vez al año en este centro. Cada cuatrimestre se imparten en las bases de las unidades 24 horas de materias jurídicas y policiales. Todos los días los agentes dedican una hora a ejercicios de defensa personal y otra a táctica y estrategia.
¿Quién decide una carga policial de la UIP? “Las cargas son ordenadas por la Delegación del Gobierno. Ningún mando policial actúa por su cuenta sin la aprobación del delegado del Gobierno”, responde un portavoz oficial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. “En ocasiones el delegado del Gobierno sigue instrucciones del director general de la policía o del secretario de Estado para la Seguridad. Te piden tu aprobación y tú la das o la deniegas. Yo siempre pedía que fuera proporcional y que se evitaran heridos”, añade un exdelegado que pide que se omita su nombre. “Nosotros teníamos un enlace policial de la delegación en el terreno. Él informaba y la delegada tomaba la última decisión”, afirma una ex subdelegada del Gobierno.
Las intervenciones de la UIP en grandes manifestaciones se siguen desde un centro operativo instalado en la Jefatura Superior de Policía de Madrid desde el que se visiona el desarrollo de la manifestación, pero el 25-S Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno en Madrid, coordinó el desarrollo de la manifestación junto a los mandos policiales desde el palacio de los Marqueses de Borghetto, sede de la delegación.
La orden de carga de los antidisturbios transcurre por una cadena que va desde el inspector jefe a cargo de la unidad al jefe superior de policía y delegado del Gobierno. No se produce una carga sin la autorización política. “Depende del perfil de cada político el que la cadena termine ahí o siga hasta el ministro del Interior. Un político dando órdenes operativas se puede convertir en un peligro”, afirma un ex alto funcionario.
“Los agentes de la UIP hacen lo que les mandan. Cuando el 15-M se les dijo que aguantaran y aguantaron. Ahora se les dice que carguen y cargan, El 25-S la delegada del Gobierno había dado la orden de cargar si se rompían las vallas que rodeaban el Congreso”, asegura José María Benito, portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP).
Intervención mínima de la fuerza y menor lesividad para lograr restablecer la seguridad ciudadana. Esa es la norma para cualquier agente de la policía, pero a los antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que cargaron el 25-S en Madrid se les exige todavía más: “Su superior capacidad de respuesta exige una especial meticulosidad en el empleo progresivo de la fuerza y de los medios a su alcance”, dicen sus normas básicas de actuación. La carga policial del 25-S acabó con un balance de 35 detenidos y 64 heridos, 27 de ellos policías.
“Hay que verse ahí delante de un grupo de personas que te tiran piedras. Un policía infiltrado en la manifestación del 25-S ha perdido el 30% de la visión de un ojo. Cuando fue a detener a uno de los cabecillas empezaron a gritar: ‘¡madero!, ¡madero! y le golpearon”, relata un agente. Cifuentes aseguró que el 25-S se recogieron 267 kilos de piedras, tirachinas, punzones, bolas y escudos elaborados con tapas de cubos de basura.
La policía reconoce que infiltra a agentes en las manifestaciones para recoger información. Sus comunicaciones son en clave y los jefes de las unidades efectúan “juicios críticos con objetivos didácticos”.
Los resultados de la información interna abierta a los agentes de la UIP que intervinieron el 25-S con acciones desproporcionadas se conocerán en varias semanas. Un portavoz policial asegura desconocer el número de expedientes sancionadores que acumula estas unidades. “Están agrupados y no podemos saber cuántos corresponden a estas unidades”, afirma.