Pero es que este salmantino de 54 años es mediático desde sus inicios profesionales, al menos en cuanto a su proximidad a los medios de comunicación. Santiago Pedraz Gómez es el hijo mayor del periodista Santiago Pedraz Estévez, que fue subdirector de la Agencia EFE y director de periódico en Costa Rica donde contó con la colaboración del futuro juez y está casado con Paula Arenas, escritora y periodista española. Quizás por eso fue uno de los primeros jueces en dejar pasar las cámaras a su sala de la Plaza de Castilla.
Tras pasar por diversos destinos en Andalucía y el País Vasco, el juez Pedraz llega a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en 2003 y pasa a ser juez titular de la Audiencia en mayo de 2005.
Pocas semanas necesitó para acaparar titulares cuando cayó en su mesa el caso De Juana Chaos, rebotado del despacho de Grande-Marlaska, que a su vez tuvo que sustituir a otro juez estrella, Baltasar Garzón. Tanto corrimiento de silla terminó con Pedraz decidiendo sobre la suerte de De Juana y echando por tierra todo el trabajo de Marlaska para conseguir que el terrorista irredento no quedase en libertad con menos de un año cumplido por asesinato.
Como es sabido, el juez Pedraz no consideró oportuno procesar a De Juana por enaltecimiento del terrorismo por varios artículos de opinión publicados en el diario Gara.
Tras De Juana, Pedraz se lució con otro asunto controvertido al dictaminar que Jarrai, Segi y Haika no eran organizaciones terroristas, una sentencia que por cierto, contradecía la jurisprudencia de su amigo Baltasar Garzón.
Pedraz llevó la instrucción de la muerte del periodista José Couso, desplazándose a Iraq para inspeccionar ocularmente el escenario y pidiendo el procesamiento de los tres militares estadounidenses implicados. Si nos fiamos de Wikileaks, el caso tuvo una enorme presión diplomática por parte de EEUU para impedir que el resolutivo juez siguiese adelante.
Su momento de gloria internacional vino al tratar de imputar a siete altos cargos políticos y militares chinos - incluidos dos ministros - por delitos de lesa humanidad, al dirigir una masacre en el Tibet que costó más de 200 vidas.
Ya en 2006 había sellado su compromiso con la justicia universal al interrogar a los dictadores Efraín Ríos Montt y Óscar Humberto Mejía Víctores, así como a militares implicados en el genocidio de los años duros de Guatemala.
En general, Santiago Pedraz ha proyectado una imagen de juez comprometido con los derechos individuales, garantista hasta la desesperación de sus detractores, trabajador ordenado e incansable y coherente en su criterio.