Once años después de los atentados del 11 de septiembre que se cumplen mañana martes, la ciudad de Nueva York sigue sin un museo que conmemore a las víctimas de los atentados que produjeron cerca de 3.000 muertos.
El museo existe, la gente se acerca hasta su localización en la Zona Cero, pero encuentra las puertas cerradas.
La razón por la que las obras no acaban de concluirse se encuentra en disputas de poder entre el alcalde, Michael Bloomberg, y el Gobernador, Andrew Cuomo.
Desavenencias sobre qué departamentos —de la oficina del Gobernador o de la del alcalde— deben de pagar qué costos han hecho que no solo el museo no vea sus puertas abiertas mañana martes sino que puede que tampoco el año que viene. Según informaciones ofrecidas por el diario The New York Times, todo apunta a que antes se concluirá el total del proyecto de la renovación de la Zona Cero, llamada 1 World Trade Center, previsto para el año 2014.
Ni siquiera la cercanía al 11 aniversario de los atentados ha hecho que las partes implicadas aprieten el acelerador para ofrecer el museo a los ciudadanos y visitantes.
Además, al conflicto entre el Gobernador y el Alcalde hay que sumarle una tercera parte en discordia, el Gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, ya que este último controla junto al Gobernador Cuomo la entidad portuaria conocida como Port Authority (la firma de Christie se hace necesaria para cualquier decisión que afecte a esa zona).
Cuomo y Christie controlan Port Authority —que posee el terreno donde se levanta el World Trade Center— y Bloomberg es el presidente de la Fundación del 11-S, que controla el monumento del 11-S y el futuro museo y da el visto bueno a los actos que rodean esta fecha.
El presupuesto para el museo estaba cifrado en 1.000 millones de dólares, pero fuentes de la oficina del Gobernador Cuomo lo sitúan ya en más de 1.300. Bloomberg está personalmente implicado en el proyecto, ya que ha donado 15 millones de su propio bolsillo al proyecto, pero el hecho de que la fecha límite para dejar la alcaldía se sitúe en 2013 puede suponer que nunca lo vea cumplido.
El año pasado coincidiendo con el décimo aniversario de los ataques de Al Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York, se inauguró un monumento conmemorativo a las víctimas que hasta el día de hoy ha sido visitado por más de cuatro millones y medio de personas.
El museo existe, la gente se acerca hasta su localización en la Zona Cero, pero encuentra las puertas cerradas.
La razón por la que las obras no acaban de concluirse se encuentra en disputas de poder entre el alcalde, Michael Bloomberg, y el Gobernador, Andrew Cuomo.
Desavenencias sobre qué departamentos —de la oficina del Gobernador o de la del alcalde— deben de pagar qué costos han hecho que no solo el museo no vea sus puertas abiertas mañana martes sino que puede que tampoco el año que viene. Según informaciones ofrecidas por el diario The New York Times, todo apunta a que antes se concluirá el total del proyecto de la renovación de la Zona Cero, llamada 1 World Trade Center, previsto para el año 2014.
Ni siquiera la cercanía al 11 aniversario de los atentados ha hecho que las partes implicadas aprieten el acelerador para ofrecer el museo a los ciudadanos y visitantes.
Además, al conflicto entre el Gobernador y el Alcalde hay que sumarle una tercera parte en discordia, el Gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, ya que este último controla junto al Gobernador Cuomo la entidad portuaria conocida como Port Authority (la firma de Christie se hace necesaria para cualquier decisión que afecte a esa zona).
Cuomo y Christie controlan Port Authority —que posee el terreno donde se levanta el World Trade Center— y Bloomberg es el presidente de la Fundación del 11-S, que controla el monumento del 11-S y el futuro museo y da el visto bueno a los actos que rodean esta fecha.
El museo existe, la gente se acerca hasta su localización en la Zona Cero pero encuentra las puertas cerradas
El año pasado coincidiendo con el décimo aniversario de los ataques de Al Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York, se inauguró un monumento conmemorativo a las víctimas que hasta el día de hoy ha sido visitado por más de cuatro millones y medio de personas.