13 ago 2012
12 ago 2012
Estamos en Marte por Daniel Marín del Blog Eureka
Estamos en Marte
A veces es cierto que una imagen vale más que mil palabras:
Ahí lo tienen, la sombra del vehículo más complejo y grande que haya enviado la humanidad a otro mundo sobre el suelo marciano. Cuando nos lo proponemos, está claro que nuestra especie es capaz de hacer realidad cosas realmente grandes.
La NASA lo ha logrado. Curiosity está en Marte. Nada más que añadir. Esto es historia.
PD: las imágenes han sido tomadas por una de las Hazcams traseras y frontales del rover a través de las cubiertas protectoras transparentes. Las cubiertas ya han sido retiradas. No se trata de una imagen completa, sino de un thumbnail de 64 x 64 kB. En las siguientes horas veremos imágenes más claras y a mayor resolución. El aterrizaje fue a la 05:32 UTC. La velocidad de aterrizaje vertical sería de 0,6739 m/s y de 0,044 m/s en horizontal. Esto no ha hecho más que comenzar.
La imagen superior es una de las Hazcams delanteras, aquí va una de las traseras:
En el siguiente paso de comunicaciones de la Odyssey hemos podido ver imágenes de las Hazcams sin las cubiertas, más nítidas. Aquí ya se ve a lo lejos el borde del cráter Gale:
Ahí lo tienen, la sombra del vehículo más complejo y grande que haya enviado la humanidad a otro mundo sobre el suelo marciano. Cuando nos lo proponemos, está claro que nuestra especie es capaz de hacer realidad cosas realmente grandes.
La NASA lo ha logrado. Curiosity está en Marte. Nada más que añadir. Esto es historia.
PD: las imágenes han sido tomadas por una de las Hazcams traseras y frontales del rover a través de las cubiertas protectoras transparentes. Las cubiertas ya han sido retiradas. No se trata de una imagen completa, sino de un thumbnail de 64 x 64 kB. En las siguientes horas veremos imágenes más claras y a mayor resolución. El aterrizaje fue a la 05:32 UTC. La velocidad de aterrizaje vertical sería de 0,6739 m/s y de 0,044 m/s en horizontal. Esto no ha hecho más que comenzar.
La imagen superior es una de las Hazcams delanteras, aquí va una de las traseras:
En el siguiente paso de comunicaciones de la Odyssey hemos podido ver imágenes de las Hazcams sin las cubiertas, más nítidas. Aquí ya se ve a lo lejos el borde del cráter Gale:
El ‘Curiosity’ presenta Marte en color Alicia Rivera
Poco a poco el robot Curiosity, que llegó el lunes pasado a suelo del planeta rojo, va despertando del letargo del viaje, es decir, va activando sus sistemas y equipos a medida que le llegan las órdenes pertinentes de los ingenieros desde el centro de control en la Tierra. Entre las primeras tareas figuran las cámaras, y ya ha llegado a la Tierra su primera foto en color con el borde del cráter Gale al fondo, que alcanza unos dos kilómetros de altura.
En el centro de la imagen se distinguen las marcas que hicieron en el terreno los chorros de los retrocohetes de la grúa espacial que depositó el laboratorio rodante en el suelo.
“Las imágenes indican que la plataforma de descenso hizo algo más que proporcionarnos un aterrizaje estupendo porque ha dado una propina a los investigadores: el chorro de los cohetes hicieron una zanja de medio metro de profundidad en la superficie y parece que se aprecia la base rocosa en el fondo, lo que ofrece información valiosa que podremos explorar”, explicó el jefe de la misión John Grotzinger en el Jet Propulsion laboratory (California).
Con el mástil del vehículo ya desplegado (2,1 metros de altura sobre el suelo) han podido empezar a tomar imágenes las cámaras que lleva instaladas. Mike Malin, su responsable, ha explicado este jueves que ya se han hecho las fotografías con las que se va a componer un panorama de 360 grados alrededor del Curiosity. Pero las imágenes están almacenadas en la cámara y ahora hay que transferirlas al ordenador del vehículo para enviarlas a la Tierra.
También se ha activado y ha enviado los primeros datos la estación meteorológica REMS, aportación española a esta misión de la NASA. Está diseñada para medir la temperatura, la presión, la radiación ultravioleta, la humedad y la velocidad y dirección del viento. Los sensores van instalados en el mástil del vehículo. En las primeras pruebas se registró un problema de comunicación entre el REMS y el Curiosity pero el fallo fue identificado y resuelto rápidamente, según informó el Centro de Astrobiología, en Madrid.
En el centro de la imagen se distinguen las marcas que hicieron en el terreno los chorros de los retrocohetes de la grúa espacial que depositó el laboratorio rodante en el suelo.
“Las imágenes indican que la plataforma de descenso hizo algo más que proporcionarnos un aterrizaje estupendo porque ha dado una propina a los investigadores: el chorro de los cohetes hicieron una zanja de medio metro de profundidad en la superficie y parece que se aprecia la base rocosa en el fondo, lo que ofrece información valiosa que podremos explorar”, explicó el jefe de la misión John Grotzinger en el Jet Propulsion laboratory (California).
Con el mástil del vehículo ya desplegado (2,1 metros de altura sobre el suelo) han podido empezar a tomar imágenes las cámaras que lleva instaladas. Mike Malin, su responsable, ha explicado este jueves que ya se han hecho las fotografías con las que se va a componer un panorama de 360 grados alrededor del Curiosity. Pero las imágenes están almacenadas en la cámara y ahora hay que transferirlas al ordenador del vehículo para enviarlas a la Tierra.
También se ha activado y ha enviado los primeros datos la estación meteorológica REMS, aportación española a esta misión de la NASA. Está diseñada para medir la temperatura, la presión, la radiación ultravioleta, la humedad y la velocidad y dirección del viento. Los sensores van instalados en el mástil del vehículo. En las primeras pruebas se registró un problema de comunicación entre el REMS y el Curiosity pero el fallo fue identificado y resuelto rápidamente, según informó el Centro de Astrobiología, en Madrid.
Papeles perdidos......Pais.com
Una deliciosa y mágica rareza de Dickens
Por: Elisa Silió12/08/2012
Reino de Cordelia celebra los 200 años del nacimiento del autor británico reeditando el cuento La raspa mágica ilustrado por Bedford
Uno piensa en Charles Dickens (Portsmouth,, 1812-Gadshill), 1890 y le vienen a la cabeza los grandes clásicos de larga extensión: David Copperfield, Oliver Twist o Historia de dos ciudades. Pero el novelista más emblemático de la época victoriana, es también autor de pequeños relatos como este La raspa mágica del que hoy hablamos. La pequeña editorial Reino de Cordelia celebra los 200 años del nacimiento de Dickens -festejados en todo el mundo con actos y reediciones- con la publicación de este singular cuento traducido por Susana Carral y con todas las ilustraciones originales de la edición original dibujadas por F. D. Bedford. El poeta, filólogo y traductor Luis Alberto de Cuenca, poseedor de una edición antigua de La raspa mágica comprada en Londres, es autor del prólogo.
Se publicó por primera vez en 1868, como segunda parte de las cuatro que conforman Novela de vacaciones en la revista estadounidense Our Young Folks y ese mismo año en su propia revista All Year Arround. Cobró 1.000 libras, una cifra desorbitada para la época pero que se explica porque para entonces era ya una figura reconocida que recorrió Estados Unidos como conferenciante. Lo que no se sabe es cuánto cobró Bedford, que ha pasado a la historia de la ilustración como el autor de las imágenes de Peter Pan y Wendy (1911) y doce años más tarde Cuento de navidad, del propio Dickens. Este años se han publicado dos volúmenes de cuentos de los colaboradores de All Year Arround, incluido él mismo (Una casa en alquiler y La señora Lirriper, en Alba) y Escenas de la vida de Londres (Abada editores) con las legendarias ilustraciones de George Cruikshank.
"Relato salido de la pluma de la señorita Alice Rainbird de siete años", reza el subtítulo de La raspa mágica. Alice supuestamente ha escrito el cuento y es, así mismo, su protagonista. Es la mayor de 19 hermanos, hijos de un rey -"el más viril de los hombres"- y una reina "la más hermosa de las mujeres". Pero, lejos de vivir en un palacio, el monarca es un médico funcionario al que la arruinada administración se demora en pagar. Un día en la pescadería se le acerca el hada Marina para decirle: "Cuando la hermosa princesa Alicia acepte compartir el salmón, como creo que hará, verá como deja una raspa en el plato. Dígale que la seque, la frote y la bruñe hasta que brille como la madreperla, y que la cuide, porque es un regalo que le hago yo".
La factura del libro hace pensar que ns encontramos ante un texto para niños exquisitamente ilustrado, pero su párrafo final que recuerda al de Blancanieves -en ese la madrastra es carbonizada al calzarse unos zuecos incandescentes- por su crudeza. Dickens dice así:
- Ya sólo falta, concluyó la hada Marina, acabar con la raspa mágica.
Se la sacó a la princesa Alicia de la mano y, al instante, se fue volando para colarse en la garganta del horrible doguillo de la casa de al lado -que siempre quería morder a alguien-, y ahogar, hasta que murió en medio de fuertes convulsiones.
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