Esto decía mi madre de Crolina y Estefanía, su madre Grace Kelly nunca fue bien vista por la Nobleza y Casas Reales de Europa. Y puso empeño, además era muy guapa, y crió a sus 3 hijos con disciplina y saber estar.
No fue bastante, cada uno en su estilo no respondieron a los objetivos de su madre.
Monáco es un Principado, casi como un Exin Castillo de juguete, entre millonarios, un Famobil todo perfecto, Pero Las Princesas tenían otro planes.
Carolina fue díscola en amores y desamores, su 1ª boda con aquel que se llamaba Philip Junot terminó pronto.
Pierde a una princesa por irse a toda Portada con Tops Modelos.Y Carolina llora y adegalza, es su madre la que convendrá con ese vividor al que se le estropeó el futuro por "simple" un acuerdo , supongo que con millones de por medio para divorciarse, Carolina va de amante en amante, y en esto que La Princesa Grace muere en un extraño accidente de coche. Así no vió como su otra hija iba siendo la versión de Barbara Rey en circos y piscinas, de Alberto pues ahora casado pero sus gustos son otros.
Vaya que de ver todo esto Grace se muere otra vez.
Pero tienen niños muy guapos que no se dedican a nada, a ser millonarios caprichosos.
Carolina no le importa su físico, es muy guapa, la visten de Chanel, se pone un sombrero y pa la calle, le da igual, Estefanía más de lo mismo, muy tatuada y muy arrugada, pero tb le da lo mismo.
Carolina tuvo dos maridos más, uno guapisimo que hacía deporte y en él un dia se quedó, vimos derrumbada a Carolina, muy triste viviendo en La Provenza, luego más repuesta se casa con un borracho con título, y ahora se ha divorciado, la ves elegante y sin peinar, va de yate en yate y de compras, su hija Carlota muy guapa, monta a caballo, no es ni por asomo esa elegancia de su madre, ni sé de dónde sacan los millones, ahora casa a un hijo, supongo que será la Madrina, Ay Carolina has visto la muerte muy de cerca varias veces, y eso te exonera de que sea más crítica contigo, porque mira a mi en el fondo me gustaría ser princesa como tu, sin dar golpe y viajando por el mundo de playa en playa, aunque las mias son muy bonitas.
Esperemos a ver la boda, (Por cierto¿esos hijos no han estudiado nada?, ni un manual de autoayuda?)
2 ago 2012
1 ago 2012
“Son un poco antiguos en la RAE”
Inés Alberdi abre la entrevista con versos de la Ilíada. Bellos sí, pero no inocentes: "¡Oídme dioses todos y diosas todas que quiero decir lo que mi ánimo me ordena en el pecho!". Nada como un clásico para poner en su sitio a la lengua.
Homero (fuese uno o fuesen varios) acudió al desdoblamiento para referirse en su justa diversidad de géneros al olimpo.
La utilización de dos géneros gramaticales es una de las prácticas que recomiendan las guías de lenguaje no sexista para ayudar a visibilizar a las mujeres.
A Homero no le perturbó la reiteración, pero a la mayoría de los académicos sí, como quedó patente en el informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, elaborado por el académico y catedrático de Lengua Española Ignacio Bosque, publicado en marzo en este diario
. En él se descalificaba la pretensión de estas guías de "forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad", por más que elogiase su propósito último de "contribuir a la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos". Se desataron vendavales encontrados.
Inés Alberdi, catedrática de Sociología y exdirectora del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer, fue zarandeada por la ventolera nada más dar con el artículo.
"Lo que más me sorprendió fue el complejo de superioridad de los académicos.
Cuando habla de la relación de la lengua con la vida cotidiana debía darse cuenta de que ellos saben mucho de lengua, pero hay otros saberes que conviene respetar", revive ahora en su despacho de una facultad vaciada por el verano.
"Respeto al profesor Bosque como académico pero me impresionó el desprecio intelectual tan fuerte hacia quienes habían hecho las guías, pensando que son indocumentadas", añade.
Bosque se preguntaba qué autoridad tenían organismos como la Universidad de Murcia o el sindicato UGT para recomendar usos lingüísticos guiados por la mirada de género
. "Hay una autoridad de la gente hablando español, aquí o en Lima.
Y hay otra autoridad de numerosas instituciones con profesionales que trabajan la perspectiva de género en Historia, Sociología, Psicología Educativa o Lengua.
Hay muchísimas, aquí y en lugares como las universidades de Stanford o Harvard, pero él no se había enterado".
No es una singularidad española. Alberdi explica que el inglés ha incorporado cambios sugeridos desde centros de estudios de género y organizaciones feministas: "En los congresos ya no ves el término chairman, sino chairperson, salvo que sepas con seguridad quién es y entonces usas chairman o chairwoman.
Y se ha suprimido la distinción entre Miss y Mrs, como ocurrió en el español con señorita y señora. Ahora se usa Ms. para las mujeres".
El torbellino que alimentó el informe Bosque, suscrito por 22 académicos y tres académicas, se volvió en parte contra la institución al revivir, desde el lado crítico, su historial menos noble: la exclusión de mujeres de méritos indiscutibles como María Moliner o Emilia Pardo Bazán, a quien le dieron varios portazos en las narices
. Uno de ellos, recuerda Alberdi, con el sesudo argumento del escritor José María Pereda de que no había sillón para una mujer.
Aunque en los últimos años la RAE trata de paliar el déficit, las cifras siguen siendo escuálidas: seis académicas, el 13% de los 46 sillones.
"Echo de menos dos cosas en la RAE", plantea la socióloga. "Una es que los académicos no hayan intentado ser los que aportasen recomendaciones para hacer un uso no sexista del lenguaje. La otra es que revisen con perspectiva de género el Diccionario para evitar definiciones sexistas".
Porque en la última revisión se incorporan términos tan recientes como chat o bloguero pero se perpetúan definiciones sexistas de otros tiempos.
A saber: Cocinilla: hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
Homero (fuese uno o fuesen varios) acudió al desdoblamiento para referirse en su justa diversidad de géneros al olimpo.
La utilización de dos géneros gramaticales es una de las prácticas que recomiendan las guías de lenguaje no sexista para ayudar a visibilizar a las mujeres.
A Homero no le perturbó la reiteración, pero a la mayoría de los académicos sí, como quedó patente en el informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, elaborado por el académico y catedrático de Lengua Española Ignacio Bosque, publicado en marzo en este diario
. En él se descalificaba la pretensión de estas guías de "forzar las estructuras lingüísticas para que constituyan un espejo de la realidad", por más que elogiase su propósito último de "contribuir a la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos". Se desataron vendavales encontrados.
Inés Alberdi, catedrática de Sociología y exdirectora del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer, fue zarandeada por la ventolera nada más dar con el artículo.
"Lo que más me sorprendió fue el complejo de superioridad de los académicos.
Cuando habla de la relación de la lengua con la vida cotidiana debía darse cuenta de que ellos saben mucho de lengua, pero hay otros saberes que conviene respetar", revive ahora en su despacho de una facultad vaciada por el verano.
"Respeto al profesor Bosque como académico pero me impresionó el desprecio intelectual tan fuerte hacia quienes habían hecho las guías, pensando que son indocumentadas", añade.
Bosque se preguntaba qué autoridad tenían organismos como la Universidad de Murcia o el sindicato UGT para recomendar usos lingüísticos guiados por la mirada de género
. "Hay una autoridad de la gente hablando español, aquí o en Lima.
Y hay otra autoridad de numerosas instituciones con profesionales que trabajan la perspectiva de género en Historia, Sociología, Psicología Educativa o Lengua.
Hay muchísimas, aquí y en lugares como las universidades de Stanford o Harvard, pero él no se había enterado".
No es una singularidad española. Alberdi explica que el inglés ha incorporado cambios sugeridos desde centros de estudios de género y organizaciones feministas: "En los congresos ya no ves el término chairman, sino chairperson, salvo que sepas con seguridad quién es y entonces usas chairman o chairwoman.
Y se ha suprimido la distinción entre Miss y Mrs, como ocurrió en el español con señorita y señora. Ahora se usa Ms. para las mujeres".
El torbellino que alimentó el informe Bosque, suscrito por 22 académicos y tres académicas, se volvió en parte contra la institución al revivir, desde el lado crítico, su historial menos noble: la exclusión de mujeres de méritos indiscutibles como María Moliner o Emilia Pardo Bazán, a quien le dieron varios portazos en las narices
. Uno de ellos, recuerda Alberdi, con el sesudo argumento del escritor José María Pereda de que no había sillón para una mujer.
Aunque en los últimos años la RAE trata de paliar el déficit, las cifras siguen siendo escuálidas: seis académicas, el 13% de los 46 sillones.
"Echo de menos dos cosas en la RAE", plantea la socióloga. "Una es que los académicos no hayan intentado ser los que aportasen recomendaciones para hacer un uso no sexista del lenguaje. La otra es que revisen con perspectiva de género el Diccionario para evitar definiciones sexistas".
Porque en la última revisión se incorporan términos tan recientes como chat o bloguero pero se perpetúan definiciones sexistas de otros tiempos.
A saber: Cocinilla: hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
Las células madre inductoras del cáncer
La presencia de este material en modelos animales confirma su relación con la enfermedad
El descubrimiento apunta una nueva diana para los tratamientos.
La hipótesis más pujante, pero también más polémica, de la oncología moderna es que los tumores se forman del mismo modo que los órganos: a partir de una pequeña población de células madre que, además, serían las responsables de que el cáncer se reproduzca después de haberlo tratado.
Tres nuevos trabajos —dos en Nature y uno en Science— han añadido este miércoles mucha fuerza a esa idea al demostrar la existencia de esas células madre en modelos animales de tres de los cánceres humanos más refractarios al tratamiento, los de cerebro, piel e intestino.
Los resultados resaltan la importancia de dirigir fármacos específicos contra las células madre del cáncer.
Los oncólogos saben desde hace tiempo que, en muchos casos, no basta con destruir la mayor parte de un tumor, porque las pocas células que sobreviven al tratamiento son capaces de reconstruir el cáncer y causar una recaída, a menudo fatal.
Estas y otras evidencias han extendido la hipótesis de que la parte resistente del tumor original, por pequeña que sea, contiene células madre programadas para reproducirlo
. Confirmar —o refutar— esta idea es una prioridad de la investigación oncológica.
De confirmarse, la nueva hipótesis supondría un cambio de paradigma —el término acuñado por el filósofo Thomas Kuhn para las nuevas miradas a los viejos problemas— en la biología del cáncer. Los tumores se han visto tradicionalmente como células enloquecidas que se escapan de los controles habituales y empiezan a proliferar de una forma caótica.
La nueva teoría, explican los investigadores a EL PAÍS, es que un tumor se forma a partir de unas pocas células madre por un programa de crecimiento ordenado y jerárquico muy similar, en su lógica interna, al de los órganos y tejidos normales del cuerpo.
Luis Parada, un biólogo molecular de origen colombiano, y sus colegas del departamento de biología del desarrollo de la Universidad de Tejas en Dallas han utilizado ratones modificados para servir como modelos del glioblastoma humano, el cáncer primario (no debido a metástasis) de cerebro más común, actualmente incurable. La agresividad de este tumor —tiene una supervivencia media de un año— se debe precisamente a su resistencia a la terapia y a su rápida recurrencia incluso tras la extirpación quirúrgica.
Los detalles técnicos del experimento de los científicos de Dallas son de una complejidad disuasoria, pero un vistazo sobre ellos permite captar la idea general. Estos científicos, como muchos otros investigadores del cáncer, utilizan modelos del cáncer humano. Son ratones con modificaciones genéticas que, en este caso, les hacen desarrollar de forma espontánea, y con alta frecuencia, cánceres cerebrales muy similares al glioblastoma humano.
“Hemos identificado un subconjunto de células de tumor cerebral que crecen despacio o permanecen en descanso”, explica Parada, “y que parecen ser la fuente de la recurrencia del cáncer tras la terapia estándar”. Se trata de la quimioterapia con la temozolomida, fármaco que se administra habitualmente a los pacientes de glioblastoma para tratar de detener el crecimiento del tumor. “Esta terapia ataca a las células cancerosas que crecen más deprisa, pero no a esas otras que son las responsables de reconstruir los nuevos tumores”.
“Por todo lo que sabemos”, prosigue Parada, “esta es la primera identificación de una célula madre del cáncer en un tumor formado espontáneamente dentro del cuerpo de un mamífero”. Hasta ahora, las evidencias sobre estas células eran más indirectas: las células de un tumor humano se separaban, se seleccionaban las que contenían los marcadores propios de las células madre neuronales y se inyectaban en ratones para ver si producían tumores.
En los nuevos experimentos, como vimos antes, los tumores se desarrollan espontáneamente, y los investigadores se limitan a marcar las células madre y comprobar que el nuevo tumor deriva enteramente de ellas, explica Parada. Este y sus colegas también demuestran que destruir esas células madre es una técnica eficaz para impedir el crecimiento del tumor.
En un segundo estudio, publicado en Nature como el anterior, Cédric Blanpain y su equipo de la Universidad Libre de Bruselas alcanza unas conclusiones muy similares con el cáncer de piel.
De nuevo mediante el uso de ratones modificados para servir como modelo de esos tumores humanos, estos científicos han identificado una subpoblación persistente de células cancerosas que tienen todas las propiedades de las células madre.
Y en un tercer trabajo presentado en Science, un grupo encabezado por Hugo Snippert, del Centro Médico de la Universidad de Utrecht, en Holanda, hace lo propio con los cánceres intestinales
. Este artículo se basa en parte en investigaciones anteriores del laboratorio de Eduard Batlle, del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona.
“Los tres trabajos”, dice Snippert a EL PAÍS, “constituyen una fuerte evidencia de que hay una jerarquía entre las células de un tumor, de forma muy similar a lo que ocurre en un tejido sano normal; y las células madre del cáncer son también, en cierto modo, similares a las células madre del tejido normal”.
Tres nuevos trabajos —dos en Nature y uno en Science— han añadido este miércoles mucha fuerza a esa idea al demostrar la existencia de esas células madre en modelos animales de tres de los cánceres humanos más refractarios al tratamiento, los de cerebro, piel e intestino.
Los resultados resaltan la importancia de dirigir fármacos específicos contra las células madre del cáncer.
Los oncólogos saben desde hace tiempo que, en muchos casos, no basta con destruir la mayor parte de un tumor, porque las pocas células que sobreviven al tratamiento son capaces de reconstruir el cáncer y causar una recaída, a menudo fatal.
Estas y otras evidencias han extendido la hipótesis de que la parte resistente del tumor original, por pequeña que sea, contiene células madre programadas para reproducirlo
. Confirmar —o refutar— esta idea es una prioridad de la investigación oncológica.
De confirmarse, la nueva hipótesis supondría un cambio de paradigma —el término acuñado por el filósofo Thomas Kuhn para las nuevas miradas a los viejos problemas— en la biología del cáncer. Los tumores se han visto tradicionalmente como células enloquecidas que se escapan de los controles habituales y empiezan a proliferar de una forma caótica.
La nueva teoría, explican los investigadores a EL PAÍS, es que un tumor se forma a partir de unas pocas células madre por un programa de crecimiento ordenado y jerárquico muy similar, en su lógica interna, al de los órganos y tejidos normales del cuerpo.
Luis Parada, un biólogo molecular de origen colombiano, y sus colegas del departamento de biología del desarrollo de la Universidad de Tejas en Dallas han utilizado ratones modificados para servir como modelos del glioblastoma humano, el cáncer primario (no debido a metástasis) de cerebro más común, actualmente incurable. La agresividad de este tumor —tiene una supervivencia media de un año— se debe precisamente a su resistencia a la terapia y a su rápida recurrencia incluso tras la extirpación quirúrgica.
Una enfermedad en aumento
- Mortalidad. El cáncer es la primera causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, que le atribuye unos ocho millones de fallecimientos al año. En 2013 serán 13,1 millones.
- Tendencia. Va en aumento. Hay dos motivos: los cambios en los hábitos de vida y que las enfermedades infecciosas están en retroceso.
- Causas. Un 30% de los cánceres son prevenibles reduciendo la obesidad, aumentando la ingesta de frutas, reduciendo el consumo de tabaco y alcohol y haciendo ejercicio.
“Hemos identificado un subconjunto de células de tumor cerebral que crecen despacio o permanecen en descanso”, explica Parada, “y que parecen ser la fuente de la recurrencia del cáncer tras la terapia estándar”. Se trata de la quimioterapia con la temozolomida, fármaco que se administra habitualmente a los pacientes de glioblastoma para tratar de detener el crecimiento del tumor. “Esta terapia ataca a las células cancerosas que crecen más deprisa, pero no a esas otras que son las responsables de reconstruir los nuevos tumores”.
“Por todo lo que sabemos”, prosigue Parada, “esta es la primera identificación de una célula madre del cáncer en un tumor formado espontáneamente dentro del cuerpo de un mamífero”. Hasta ahora, las evidencias sobre estas células eran más indirectas: las células de un tumor humano se separaban, se seleccionaban las que contenían los marcadores propios de las células madre neuronales y se inyectaban en ratones para ver si producían tumores.
En los nuevos experimentos, como vimos antes, los tumores se desarrollan espontáneamente, y los investigadores se limitan a marcar las células madre y comprobar que el nuevo tumor deriva enteramente de ellas, explica Parada. Este y sus colegas también demuestran que destruir esas células madre es una técnica eficaz para impedir el crecimiento del tumor.
En un segundo estudio, publicado en Nature como el anterior, Cédric Blanpain y su equipo de la Universidad Libre de Bruselas alcanza unas conclusiones muy similares con el cáncer de piel.
De nuevo mediante el uso de ratones modificados para servir como modelo de esos tumores humanos, estos científicos han identificado una subpoblación persistente de células cancerosas que tienen todas las propiedades de las células madre.
Y en un tercer trabajo presentado en Science, un grupo encabezado por Hugo Snippert, del Centro Médico de la Universidad de Utrecht, en Holanda, hace lo propio con los cánceres intestinales
. Este artículo se basa en parte en investigaciones anteriores del laboratorio de Eduard Batlle, del Institut de Recerca Biomèdica (IRB) de Barcelona.
“Los tres trabajos”, dice Snippert a EL PAÍS, “constituyen una fuerte evidencia de que hay una jerarquía entre las células de un tumor, de forma muy similar a lo que ocurre en un tejido sano normal; y las células madre del cáncer son también, en cierto modo, similares a las células madre del tejido normal”.
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