1 may 2012
30 abr 2012
Amor Prohibido de César Vallejo
Subes centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
... Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
... Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
PALMAS Y GUITARRA de César Vallejo
PALMAS Y GUITARRA Ahora, entre nosotros, aquí,ven conmigo, trae por la mano a tu cuerpo y cenemos juntos y pasemos un instante la vida a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte. Ahora, ven contigo, hazme el favor de quejarte en mi nombre y a la luz de la noche teneblosa en que traes a tu alma de la mano y huímos en puntillas de nosotros. Ven a mí, sí, y a ti, sí, con paso par, a vemos a los dos con paso impar, marcar el paso de la despedida. ¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta la vuelta! ¡Hasta cuando leamos, ignorantes! ¡Hasta cuando volvamos, despidámonos! ¿Qué me importan los fusiles?, escúchame; escúchame, ¿qué impórtenme, si la bala circula ya en el rango de mi firma? ¿Qué te importan a ti las balas, si el fusil está humeando ya en tu olor? Hoy mismo pesaremos en los brazos de un ciego nuestra estrella y, una vez que me cantes, lloraremos. Hoy mismo, hermosa, con tu paso par y tu confianza a que llegó mi alarma, saldremos de nosotros, dos a dos. ¡Hasta cuando seamos ciegos! ¡Hasta que lloremos de tánto volver! Ahora, entre nosotros, trae por la mano a tu dulce personaje y cenemos juntos y pasemos un instante la vida a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte. Ahora, ven contigo, hazme el favor de cantar algo y de tocar en tu alma, haciendo palmas. ¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta entonces! ¡Hasta cuando partamos, despidámonos! |
8 Nov 1937 César Vallejo |
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