Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 abr 2012

Garzón: "El escolta va en transporte público desde que me quitaron el coche"

El exjuez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en una imagen de archivo. / ÁLVARO GARCIA
Cuando, ya suspendido, el exjuez Baltasar Garzón se desplazó a Colombia para desempeñar su trabajo como asesor del Gobierno de ese país en la misión que allí desarrolla la Organización de Estados Americanos (OEA), lo primero que hicieron las autoridades colombianas fue garantizar su seguridad. Un coronel y un teniente coronel del Ejército de ese país, se reunieron con él para coordinar la protección de quien durante años, ha dirigido investigaciones peligrosas sobre ETA y su entorno, el crimen organizado y el narcotráfico internacional.
Garzón se encontraba en Colombia cuando se conoció la sentencia del Tribunal Supremo sobre las escuchas de la Gürtel que lo apartó de la carrera judicial, el momento a partir del cual el Ministerio del Interior decidió reducir su escolta en España, según cuenta él mismo a este diario. Cuando aterrizó en Madrid, fueron sus propios guardaespaldas los que se lo comunicaron.
“Nadie de Interior se ha puesto en contacto conmigo para informarme de la reducción de mi seguridad personal”, explica el magistrado expulsado.
En principio la reducción consistió en privarle de uno de los dos policías que lo acompañaban habitualmente, pero una semana después, a esa medida se sumó la privación de su coche blindado.
 Ahora, una de las personas más amenazadas de España cuenta con un solo agente que se mueve en transporte público.
 La situación llega a ser, en algunos momentos, grotesca. Garzón se mueve por España en su vehículo particular mientras quien tiene que protegerlo de cualquier hipotético ataque coge el metro, el autobús o el tren.
 Pero lo más preocupante es que nadie se encarga de él durante sus desplazamientos.
“El otro día tenía que hacer un viaje fuera de Madrid y me encontré con el escolta en una parada de autobús con su equipaje. ¿Qué tipo de seguridad te puede dar alguien que va arrastrando una maleta?”, cuenta el exmagistrado
. Fuentes de Interior aseguran que en el departamento no se realizan declaraciones sobre la protección de personas concretas.
El exjuez de la Audiencia Nacional, que hasta hace poco más de un año llevaba investigaciones tan delicadas como las relacionadas con ETA y su entorno recuerda que fue el anterior Gobierno del PP, el que presidió José María Aznar el que diseñó su célula de seguridad.
“Siempre con total discreción se hizo un estudio de los riesgos a los que estaba sometido y en función de este se me asignaron las medidas que se estimaron convenientes”.
“Ahora, nadie me ha informado de que esos riesgos hayan disminuido”.
“Llevo 32 años de servicio público y 23 como juez de la Audiencia Nacional. Después de tantos años estoy harto de llevar escolta, pero si es necesario reducirla me gustaría que alguien me explicara por qué para poder estar tranquilo”, concluye el exjuez.

3 abr 2012

Un coqueto submarino Boris Izaguirre

"Asistimos a los premios de la revista 'Shangay'. Y como es tradición en las buenas fiestas gais, ¡la mayoría es heterosexual! Ya ocurría en Studio 54, pionera en vincu­lar recesión con mariconeo".

Paloma San Basilio, actuando el martes pasado en los premios de la revista ‘Shangay’, en Madrid / RENATO SAAVEDRA
Es tan inquietante como habitual que el glamour no consiga superar la testosterona.
 Pero en cualquier photocall son siempre las mujeres las que saben y deben explotar todas la aristas de este universo.
 Las poses, el despliegue de vestuario, la exposición de sus dentaduras y escotes.
 Pese a que, en Madrid, Mario Vaquerizo hace lo indecible por transformar esta situación, siempre observamos primero a su esposa, Alaska. 
Una aparición femenina siempre seduce más al público, mientras el varón normalmente se difumina en el plano.
En cambio, cuando los líderes sindicales, Cándido e Ignacio, se dejan fotografiar, no se difuminan, se solidifican.
 Nos asombran sus similitudes, como si estuvieran decididos a instaurar un uniforme corporativo, que consiste en idéntica camisa pálida completamente abotonada, reloj submarinista, gafas y mismo gesto al tomar la taza del café, sin posibilidad alguna de meñique levantado.
 La otra mano, la derecha, cómodamente cerca de la entrepierna. 
Es la imagen de la masculinidad sin esfuerzo pero esforzada. Rocosa
. La de nuestros padres atrapados en sus compromisos adultos.
Unos días antes, Mariano Rajoy aterrizaba en Seúl, descendiendo del avión presidencial con una gabardina larga y oscura que lo convertía más en un exmiembro del FBI devenido en fiscal especializado en todo tipo de recortes que en un mudo primer ministro en apuros.
 Pase lo que pase con el euro, con el mundo laboral o con las armas atómicas, un hombre serio no debe preocuparse por el atuendo, ni por las poses; eso será siempre territorio de las mujeres, que, por cierto, siguen sin aparecer en ninguna de estas fotos de cumbres sobre control o descontrol de armamento.
 Ellas disponen de su propio arsenal.
Cameron baja a la fosa de las Marianas y Rajoy nos guía a la nuestra. Si el futuro nos espera ahí abajo, que sea con una fiesta, gay, a bordo como la de ‘Shangay’
Aunque glamour y photocall parecen armas afines a otra época, en Madrid, la que fuera la capital de las alfombras rojas, se entregaron los undécimos premios de la revista Shangay, que recompensan todo aquello que de alguna manera reivindique la opinión gay en nuestro país.
 La fiesta siempre ha tenido puntito alternativo, pero este martes tuvo también brillo comprometido, en parte porque lo presentaba como nunca La Terremoto de Alcorcón (sublime su reinterpretación de la Madonna del Super Bowl) y en parte porque no hay mejor entrega de premios que una entre amigos, nuevos enemigos y curiosos atractivos esforzándose por decir algo trascendental. Mezcla total.
 Desde la visión científica del doctor Clotet instando a no bajar la guardia en la búsqueda de la vacuna contra el sida hasta la emotividad de Miguel Bosé, anhelando un futuro sin prohibiciones para sus hijos; hasta el beso viril entre dos sex symbols, Aitor Luna y Asier Etxeandia, que se unieron en ese arrebato asalvajado que se insiste en asociar con la homosexualidad.
 Como es tradición en las buenas fiestas gais, ¡la mayoría es heterosexual!
 Lo gay se ha convertido poco a poco en una causa bien vista. 
Esto pasaba ya en la época de Studio 54, los primeros en vincu­lar recesión con mariconeo.
 A todos los presentes en los premios se nos olvidó mencionar a Daniel Zamudio, el estudiante asesinado recientemente por neonazis homófobos en Santiago de Chile.
 El olvido subraya las diferencias que aún persisten sobre este tema entre España y Latinoamérica.
 La fiesta en Madrid era desenfadada, muy lejos de aquel terrible escenario.
 En ella se celebraba la libertad, el humor y el respeto a la diferencia, opción que en otros países en nuestra misma lengua sigue siendo un riesgo.
El clásico atasco en el photocall fue señalado como responsable de que los invitados no pudieran sentarse a tiempo
. La feliz despreocupación de la fiesta permitió momentazos como el de Marisa Paredes, Luz Casal y Miguel Bosé, de improviso subidos al escenario para interpretar Un año de amor, la canción de Tacones lejanos que reúne a los tres en la película. 
Por todo eso, la fiesta de Shangay debería hacerse espectáculo didáctico en gira por otras ciudades del país y por Latinoamérica.
 Que todos puedan ver volar por los aires a La Terremoto.
 Alucinar con que una estrella de ¡Hola!, Adriana Abascal, descienda por una escalera a premiar a Paloma San Basilio, la diva que regresa con un disco poselectrónico fino, destinado a ser fuente de himnos para el verano. 
Durante la velada se la comparaba incesantemente con Cher.
 Pero San Basilio hoy parece seguir más la estela de Madonna, en la lucha por demostrar que la estrella madura dura más.
 Que algunas saben prolongar sus carreras más allá de la fecha impuesta por otros.
 Que atreverse ayuda contra la recesión.
En la víspera de la huelga general, los restaurantes de moda en la capital estaban a rebosar; la mañana siguiente, la ciudad se despertó entre sirenas y helicópteros.
 Quizá reflexionando sobre la reinvención, quizá asumiendo que somos un país a rescatar.
 Que bajar tres puntos de déficit al final sea una misión imposible. Mientras, James Cameron, el director supertaquillero, descendía hacia el abismo de la fosa de las islas Marianas, para documentar la investigación de un territorio más desconocido que la Luna.
 Lo hizo a bordo de un coqueto submarino rodeado de especies raras y fluorescentes que de seguro estarían divinas en los próximos Shangay. Una coincidencia esa visita a la fosa de las Marianas en los días en que Mariano nos conduce en silencio a ver la nuestra. Si el futuro nos espera al fondo del mar, que sea con una fiesta, gay, a bordo.

 

¿A quién teme Natascha Kampusch?

Resucitan las sospechas de que el raptor no actuó solo, y las dudas sobre su suicidio

El parlamento de Viena se dispone a reclamar que se reabra el caso

Se desatan toda clase de hipótesis sobre el largo cautiverio de la niña austriaca.

 

Todas las sospechas se dirigen ahora hacia Ernst Holzapfel, amigo íntimo de Priklopil, y el que le vio por última vez, en el aparcamiento de un centro comercial de Viena, la tarde del 23 de agosto de 2006, poco antes de que optara, supuestamente, por suicidarse. Holzapfel conocía a Natascha Kampusch de los años de encierro, y sorprendentemente fue una de las pocas personas que la joven quiso visitar poco después de abandonar su cautiverio y regresar a la vida normal. ¿Qué sabía exactamente Holzapfel sobre la presencia de Natascha en la casa de Priklopil? ¿Cuál fue su papel en este sórdido suceso?
Mientras otras víctimas prefieren quedar en el anonimato, ella ha optado por convertirse en celebridad
“La hipótesis más fiable es que se dedicaran a la pornografía infantil. Priklopil tenía contactos raros en su teléfono, y al menos uno de ellos era el de una persona investigada por pedofilia”, dice Rzezut.
El magistrado no teme ser señalado como un defensor de teorías conspiratorias. Considera que su tesis tiene base y fundamento y merece ser analizada hasta el final. También lo cree así el diputado Amon, que ultima el informe que le será entregado en breve a la ministra de Justicia, Beatrix Karl, y en el que, a tenor de sus propias declaraciones, se reclamará la reapertura del caso.
De repente, el secuestro de Natascha Kampusch vuelve a ser rabiosa actualidad, lo que ha desatado una nueva oleada de rumores. Para el diario suizo en Internet 20 Minutos, la nota de despedida de Priklopil la habría escrito, en realidad, su amigo Holzapfel, según un no identificado examen grafológico. Otros apuntan a que Kampusch tuvo un hijo con Holzapfel en los años de su cautiverio, basándose en el hallazgo de un mechón de pelo rubio y un libro sobre cuidados infantiles en la casa de Strasshof, donde estuvo encerrada. Un inspector de la policía de Viena fue suspendido hace poco por haber intentado realizar por cuenta propia una prueba de ADN a una niña de la familia de Holzapfel.
Horrorizada por la situación, Kampusch concedió una entrevista hace tres semanas a la televisión estatal austriaca para desmentir todos estos rumores, que considera enloquecidos. Son noticias que la hieren y la perturban, en un momento especial para ella, cuando está a punto de concluir el rodaje de una película basada en su relato del cautiverio en la mazmorra de Priklopil.
Aunque ya está acostumbrada a las críticas. Hace tiempo que Kampusch perdió el favor de una parte de la opinión pública austriaca. Ella lo sabe, y en su libro 3096 días ajusta cuentas con quienes no comprenden que una víctima puede sentir alguna clase de afecto hacia su verdugo, o catalogan de mero síndrome de Estocolmo estos sentimientos. Lo cierto es que la naturaleza de las relaciones de Kampusch y Priklopil es uno de los grandes misterios de esta historia, que la víctima se niega a revelar
. “Tengo derecho a mantener ocultos ciertos aspectos de mi intimidad”, ha declarado más de una vez. Pero las preguntas siguen en el aire. ¿Quién era Priklopil, el monstruo que la golpeaba, que la mataba de hambre, y la mantenía encerrada, o el hombre que la llevaba de compras, y festejaba con ella cumpleaños y fiestas? El que la llevó a esquiar y le permitió alguna vez nadar en la piscina de los vecinos, y el que la maltrataba sin compasión. “Los dos”, ha respondido ella en su libro.
 Una persona clave en su vida. Por eso, al recuperar la libertad, compró la casa donde vivió secuestrada, y el BMW rojo de su verdugo, y lloró por él.
Pero mientras otras víctimas buscan la paz del anonimato, Kampusch se ha convertido en una celebridad que cobra por las entrevistas, y ha visto aumentar sin pausa su cuenta bancaria.
 “Bueno, ella es una víctima, de eso no hay duda. Otra cosa es que su libro contenga muchas contradicciones y no todo lo que se dice en él sea cierto. Pero no tenemos derecho a responsabilizarla”, alega Rzezut. Y en cuanto a su vida, “creo que el interés por el dinero está más bien en la gente que la rodea; psicólogos, abogados, asistentes, familia”.

Rebelión contra los deberes para casa

Casi un tercio de los alumnos españoles de primaria dedica a hacer deberes más de dos horas diarias. / GETTY
Los deberes están prohibidos en la escuela primaria francesa (de 6 a 11 años, igual que en España) desde 1956, cuando el Ministerio de Educación aprobó una circular en ese sentido. Pero los profesores siguen imponiendo a los alumnos más pequeños que realicen tareas en casa. Desde el 26 de marzo, decenas de miles de padres y colegiales franceses han dicho basta. La Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE) ha convocado una huelga de deberes de dos semanas para protestar contra los “trabajos forzosos” fuera del horario lectivo. Los deberes, argumentan, no sirven para nada, son antipedagógicos, causan tensiones en la familia obligando a los padres a ejercer de profesores, alargan innecesariamente la jornada de seis horas diarias, impiden a los niños dedicar el tiempo a la lectura, y aumentan las desigualdades entre los alumnos que pueden beneficiarse de la ayuda de su familia y los que no.
La asociación mayoritaria de padres y madres de alumnos en España, Ceapa, comparte muchas de esas ideas y por eso lanzó un comunicado de apoyo en el que dicen que se están planteando hacer algo similar.
Hay un gran abanico de tareas que los profesores mandan a los estudiantes para que hagan en casa, fuera del horario lectivo —trabajos, ensayos, lectura de libros, ejercicios de matemáticas o análisis morfológicos de palabras—, y parece difícil de discutir que para adquirir cualquier habilidad sea de alguna manera beneficiosa su práctica. Pero el debate sobre si los deberes tienen más efectos positivos o negativos, sobre todo si son tantos que sobrecargan la vida del alumno, recorre desde hace años muchos sistemas educativos de todo el mundo, de Estados Unidos a España. El año pasado, el Consejo Escolar de Navarra se pronunció sobre ello a petición del Defensor del Pueblo.
El Consejo Escolar navarro zanjó el
debate dando pautas para los trabajos
A pesar de la controversia científica, que no deja claro hasta qué punto sirven los deberes para la mejora del rendimiento, decía en un texto, “es un hecho que las tareas escolares o deberes están arraigados en nuestro entorno escolar de forma secular. [...] Parece que, en principio, existe el consenso en nuestra comunidad docente de que las tareas sirven para inculcar al alumnado el valor del esfuerzo personal y de la responsabilidad en su formación y educación”, concluyó. Así que se limitó a dar una serie de recomendaciones sobre las características que deben cumplir las tareas escolares para casa, como, por ejemplo, ser motivadoras, no causar discriminaciones ni usarse nunca como un castigo.
Sin embargo, los más firmes detractores de estas tareas creen que deberían desaparecer, por lo menos en la escuela primaria. En Estados Unidos, es constantemente citado en las filas de los enemigos de esas tareas para casa el libro Causa contra los deberes (The case against homework). Una de sus autoras es Sara Bennett, una madre estadounidense que emprendió hace años su particular lucha:
“Hay muy pocas evidencias que relacionen los deberes con mejores resultados, especialmente en los primeros cursos de la educación, y aun así dedican mucho tiempo a esas tareas en casa. Cuando los niños son pequeños, son incapaces de hacer los deberes ellos solos, con lo que al final lo que aprenden es a depender de sus padres. Así, en vez de aprender la automotivación, disciplina y responsabilidad (como dicen quienes los defienden), lo que aprenden es a depender de otros y a motivarse solo a base de negociaciones y castigos”, escribe Bennett por correo electrónico.
“Los niños necesitan tiempo para jugar y socializar”, señala una especialista
La asociación de padres española Ceapa dice que la escuela se ve obligada a sobrecargar a niños y niñas de unas tareas que, en realidad, “deberían haber trabajado en la escuela”, se quejan de que es una práctica “poco motivadora y alejada de la cultura audiovisual en la que han crecido” y que provocan desigualdades sociales:
“Mientras unos padres intentan ayudar a sus hijos, otros recurren a clases particulares o academias, otros muchos no tienen ni el nivel educativo ni el dinero para poder pagar esos apoyos”.
Jean Jacques Hazan, presidente de la FCPE, explica a este diario que “muchos profesores, sindicatos e inspectores de educación se han sumado a la protesta y a la discusión porque los deberes son uno de los síntomas de la degradación que vive la escuela pública en Francia”.
Según Hazan, “el tiempo lectivo está muy mal organizado, y los deberes solo añaden un trabajo suplementario de repetición que no ayuda a los alumnos a entender las materias.
 Si uno no ha entendido la lección en clase con el profesor, será un milagro que la aprenda en casa solo o con sus padres.
Hace falta que los niños enseñen en casa lo que han aprendido en el colegio y no que enseñen en clase lo que han hecho en casa”.
La huelga de deberes, que a algunos quizá les suene a broma y que ha sido rechazada por el ministro de Educación, Luc Chatel, como una iniciativa “demagógica”, tiene una profunda lectura política y ha reabierto el debate sobre la escuela pública en plena campaña electoral para las presidenciales francesas. La federación de padres de alumnos, que actúa como un grupo de presión, ha invitado a algunos candidatos para analizar en detalle su programa educativo.
Sus defensores aseguran
que sirven para inculcar
el valor de esfuerzo
Aunque su asociación no ha dado consigna de voto, el líder de la FCPE explica que “el mandato de Sarkozy ha sido catastrófico para la educación republicana, seguramente el peor de la historia.
 Ha aplicado a la enseñanza su lema ‘trabajar más para ganar más’, una filosofía totalmente errónea y antipedagógica. Ha suprimido 80.000 profesores en cinco años, más del 10% del total, y ha denigrado profundamente la escuela pública reduciendo a la mitad el gasto para niños con problemas y suprimiendo del todo la formación de los maestros. Hoy basta un título de Física para dar clase de Física en un colegio sin tener la más mínima noción de pedagogía o de psicología.
Tenemos profesores con un máster de su especialidad que son incapaces de transmitir conocimientos”.
La corriente cuasi global de recortar los presupuestos de la escuela pública, que forma parte del ideario de la derecha neoliberal y que en algunos países del sur de Europa ha corrido en paralelo al aumento de los beneficios y las ayudas a la Iglesia católica, ha tenido en la laica Francia características propias, explica Hazan. “Aquí la Iglesia pesa menos que en España o en Italia.
 Pero somos la segunda potencia de la zona euro y la quinta del mundo y hemos reducido el gasto educativo en 15 años desde el 7,5% del PIB al 6,5%. Además, se han reducido 150.000 plazas de guardería, y se ha favorecido todo lo posible el sistema privado. El negocio de las academias de refuerzo ha florecido de forma extraordinaria, mientras la imagen de lo público se derrumbaba”.
De hecho, el debate que plantea la Ceapa en España (donde las plantillas de profesores se ha reducido en miles y los presupuestos de enseñanza han perdido más de 3.000 millones en dos años) también más allá de los deberes, explica Jesús María Sánchez, presidente de la confederación de padres.
 De hecho, recuerda que en su nota al respecto reclamaban reformar el currículum educativo para que sea más motivador, atractivo, práctico y adaptado a la sociedad del siglo XXI; y más programas de refuerzo educativo por las tardes en las propias escuelas, como el PROA, que por cierto hoy peligra por los recortes en los presupuestos en educación.
“Si son pequeños, solo
aprenden a depender de
otros”, se queja una madre
Pero, aunque la discusión vaya más allá, tampoco hay que olvidar que el debate sobre los deberes existe y se reaviva periódicamente con gran encono entre las partes. A la federación de padres de la escuela católica, Concapa, le parece una locura y una “gran irresponsabilidad” cuestionar esas tareas con una huelga, dijo la asociación en una nota.
Los padres de Ceapa, por su parte, piden que las tareas fuera de clase sean formación complementaria en bibliotecas o museos, con tareas de lectura, investigación y utilizando las tecnologías de la información y la comunicación; y que además se puedan hacer sin ayuda de un adulto.
 Además, lo que critican, más que su existencia, es sobre todo su exceso
: “En los últimos años se ha incrementado el tiempo que los menores han de dedicar en casa a realizar las tareas escolares, lo que demuestra que la escuela no responde adecuadamente a las necesidades educativas”. Aunque no se sabe si la situación ha cambiado mucho en los últimos cinco años, lo cierto es que entre 1997 y 2007 la dedicación diaria a los deberes escolares de los chicos y chicas de primaria ha ido aumentando. Mientras los que dedicaban menos de una hora (incluidos lo que hacen nada) a esas tareas pasaron de ser el 37% al 20%; los que dedicaban entre una y dos horas, aumentaron del 40% al 48%; y los que estaban más de dos horas del 23% han pasado al 32%.
Si se consulta a uno de los especialistas que más han estudiado la eficacia de hacer deberes para conseguir mejores notas, el profesor de la Universidad de Duke Harris Cooper, a pesar de que los detractores de las tareas le citan constantemente, lo cierto es que no habla de eliminarlos, sino de limitarlos.
 “Los alumnos que hacen deberes parecen tener mejores resultados que los que no, pero solo en cantidades apropiadas a su desarrollo”, dice Cooper, aunque advierte que tampoco hay que poner demasiada fe en que los resultados mejoren espectacularmente.
Sus detractores dicen que causan tensiones en la familia y obligan a los padres a ser profesores
Cooper ha repasado las investigaciones hechas sobre el tema y explica que, según parece, los deberes son más eficaces en la secundaria que en la primaria porque los pequeños tienen más dificultades para vencer todas las distracciones que tienen alrededor en casa; mientras los mayores, además, son capaces de dedicarle más tiempo a las tareas más difíciles (los pequeños lo dejan).
Una de las quejas de los padres de Ceapa es precisamente la lucha y el conflicto que supone en las familias perseguir a los chavales para que hagan los deberes.
 “Crean tensiones entre padres e hijos. Muchas veces, para poder hacer los deberes se quedan sin jugar, por lo que generan rechazo. Es cierto que los niños y niñas tienen que saber cuáles son sus obligaciones, pero también deberían tener tiempo para jugar”.
Precisamente a esto se refiere la profesora de Educación de la Universidad de Nueva York Diane Ravitch: “Las tareas no deben ser excesivas.
Los niños necesitan tiempo para jugar y socializar con los amigos.
 Para los niños en los primeros cursos, no más de 10 minutos al día.
 En ningún caso debe exceder las dos horas diarias al final de la primaria”.
 Pero Ravitch añade además por correo electrónico una firme defensa de ciertos tipos de tareas: “Algunos deberes pueden ser buenos, como leer libros, escribir ensayos y también ficción o elaborar proyectos de ciencias”.
Muchos psicólogos alertan del aumento del estrés de los  niños con la agenda saturada
En todo caso, el profesor Cooper no cree que la pregunta correcta que se deben hacer profesores y padres en este debate es si las tareas escolares tienen más efectos positivos o negativos: “
Ambos pueden ocurrir.
Para evitar los efectos negativos, debería evitarse cantidades muy grandes de deberes, pero también dar flexibilidad a los profesores para tener en cuenta las necesidades y circunstancias únicas de cada uno de sus alumnos”, añade.
 Recuerda, además, que más tiempo no tiene por qué ser mejor: quizá un alumno tarde mucho más en hacer los deberes porque aún lo ha aprendido bien y le está constando mucho.
En España, recordemos que casi un tercio de los alumnos de primaria excede ese tiempo de dos horas diarias que señala como límite lógico la profesora Ravitch.
 Además, en los últimos años muchos expertos en psicología, como la Sociedad Española de Psiquiatría, han alertado del aumento del estrés entre unos niños cuyas agendas no dejan de crecer.
 Aparte del colegio, más del 90% de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) desarrolla alguna actividad extraescolar, y algo más de la mitad, dos o más a la semana.
Preguntado hace unas semanas el catedrático de Sociología de la Complutense Julio Carabaña sobre la cultura del esfuerzo, comentaba con algunos compañeros que, en realidad, en la escuela española lo que hay hoy es “una cultura del estrés”.
“Cuando yo era estudiante, no me ponían deberes; ahora los alumnos están saturados”, afirmaba.
Pues cuando yo lo era nos ponian muchos deberes y a parte estudiar lo del Dia siguiente, nunca tuve Stress , los padres de ahora no quieren estar pendientes de los estudios, y hablan mal de los proofesores, pues ya saben, no se lamenten cuando su hijo suspenda.