Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 feb 2012

Mis famosos de cabecera Maruja Torres

Miro atrás, buscando Gente entre las personas con las que traté profesionalmente a lo largo de esta peligrosa profesión y de mi no menos azaroso pasado. Yo venía de Fotogramas, una revista en donde todos los nombres merecían las letras negritas, y en EL PAÍS tuve ocasión de reencontrarles: actores y actrices, directores y productores, españoles y extranjeros.
Sin embargo, mi primer encuentro importante con un gente-people, tan como entendemos ahora, se produjo en agosto de 1983, y en Palma de Mallorca. Julio Iglesias tuvo a bien ponerse a mi alcance -motivo: un concierto benéfico presidido por la Reina-, y a partir de entonces me ha ocurrido lo que a Orson Welles después de dirigir Ciudadano Kane: no he hecho otra cosa que caer.
Por eso no les hablo de las personas a las que conocí, en mi descenso. No toca.
En Palma, un Iglesias fascinado por tener a alguien de EL PAÍS cerca -yo iba con Marisa Flórez a la cámara, y nos reímos lo que no está escrito-, llegó a llamarme “flaca”, pensando que me hacía un favor insultando mi inteligencia.
Sin embargo, el cantante me dio algo mejor: entrenamiento para lo que vendría cuando la dirección del diario considerara oportuno, en años venideros, que me hiciera cargo de la sección de chismes (con clase: yo fui la primera, permítanme el blasón) del suplemento veraniego, Hogueras de agosto.
Hay que aguantar mucho, cuando se quiere escribir lo que una ve, y tal como lo piensa.
Un Julio Iglesias fascinado por tener a alguien de EL PAÍS cerca llegó a llamarme “flaca”
En aquella estancia mallorquina me crucé también con Isabel Pantoja y su futuro difunto esposo, el torero Paquirri; por entonces, ambos, en viaje de novios.
También tengo un pasado con Pantoja. Le hice una cumplida entrevista para El País Semanal, cuando no era más que una cantante lanzada y una novia supuestamente virgen, dispuesta a casarse con el torero de moda
. Y estuve tan ladina que le arranqué su acuerdo con los tres supuestos del aborto. Le debió gustar el resultado, porque me invitó a la boda, en Sevilla. Lugar en donde casi fenecí arrasada por la multitud que invadió la iglesia, evento del que me salvó Jesús Quintero, alias El Loco de la Colina. Ya digo, ésta es una arriesgada profesión.
Creo que, para lo que nos ocupa -mi ascensión y caída, chapoteando en el Territorio Famoseo-, uno de los momentos más gloriosos de mi carrera se produjo durante mis agostos en Marbella, sobre todo al principio, cuando mis bífidas crónicas se publicaban diariamente y, en esa misma jornada -con sus día y su noche en las urbanizaciones enanoides de Puerto Banús-, tenía que huir del no menos en paz descanse Gil y Gil, de la también finada Carmina Ordóñez -por entonces muy amigada con Lolita-, y de la temible Micheline, esposa de Sean Connery, que se puso muy adusta porque la acusé -sí, hijos, una acusaba, por entonces- de dar la cara por su marido para que éste se escaqueara de sus compromisos golfísticos.
Por aquel entonces solía hacer mi aparición en los restaurantes y salas de juego -ah, aquel casino en donde jugaban impunemente jeques buscados por tráfico de armas-, sólo después de que un par de amables colegas hubieran inspeccionado el lugar, en busca de posibles enemigos.
La temible esposa de Sean Connery
se puso muy adusta porque la acusé de dar la cara por su marido
Semejante aprendizaje -y haber estado en el yate de Kassogui, dotado de cajas de kleenex de oro- me preparó para lo que seguiría, siempre cumpliendo con mi papel de certera cronista estival. ¡Mallorca! ¡La realeza! ¡Los yates! ¡Las subscripciones para comprarle al Rey un nuevo Fortuna! Aunque es cierto que ya antes tuve que ver con lo más alto. Eso ocurrió cuando me codeé con Lady Di y Carlos de Inglaterra -de nuevo con Marisa Flórez a la cámara: hemos pasado muy buenos ratos juntas-, y con SS. SS. MM. MM. (los nuestros) durante la visita que la futura Princesa del Pueblo y el futuro Mr. Tampax realizaron a España y sus tesoros artísticos -cómo se aburría ella, con el entorno y el pariente-, recorriendo la princesa de Gales aquellas empinadas calles de Toledo con tacones de aguja.
Pero en Palma me hice mayor, me refiné, conocí gente, me afirmé en mi espíritu republicano y frecuenté con puntualidad el jardín de Marivent, en donde nos recibían don Juan Carlos y doña Sofía, quien, amablemente, hacía que nos repartieran agua para aguantar la calor.
Eran tiempos en que todavía no habían aparecido en el horizonte más que los Marichalar, sobre todo el cuñado, que surcaba las aguas de la ex Isla de la Calma en su moto náutica. La vida y sus desgastes me privaron nuevas aportaciones al núcleo fijo.
Y desde entonces, ya ven. No he hecho más que caer.

Una obra de Cézanne pulveriza el récord como cuadro más caro

No se sabe cuánto apostaban los dos campesinos de Aix-en-Provence inmortalizados en Los jugadores de cartas, la célebre partida pintada hasta en cinco ocasiones por Paul Cézanne hacia 1890, pero seguro que el dinero en liza andaba muy lejos de lo que la familia real de Catar ha pagado por una de las obras de esa serie: 191,6 millones de euros, lo que la convierte en la más cara de la historia entre las vendidas de forma pública y que, según los expertos, redibuja la estructura del mercado del arte.
La operación tuvo lugar en 2011, informa Vanity Fair, y bate la anterior marca en la liga de los cuadros más caros. No está claro cuál es el número dos en esa clasificación, porque no siempre dichas transacciones son confirmadas por la casa de subastas
. Es lo que ocurrió con un pollock en 2006 vendido supuestamente bajo la intermediación de Sotheby's por 109,6 millones de euros y anteriormente –el mismo año– con un klimt 105,7 millones de euros.
Sí que fue pública la venta de un picasso, en 2010, titulado Desnudo, hojas verdes y busto: alcanzó los 81,9 millones de euros.
La compra de este cézanne responde a una meditada estrategia del emirato de Catar, que pugna por situar la ciudad de Doha en el mapamundi del arte al nivel de París o Nueva York (otras obras de esta serie están en el Musée d’Orsay y en el MoMA). El Museo Nacional de Catar, donde se presume acabará el cuadro, alberga ya rothkos, warhols y hirsts. Mientras, el vecino Abu Dhabi, pugna por culminar sendas franquicias del Louvre y del Guggenheim.
El cuadro de Cézanne pertenecía al millonario griego Yorgos Embiricos, quien durante décadas se divirtió rechazando ofertas.
El magnate murió en 2011 y, según Vanity Fair, poco antes de su muerte abrió las conversaciones sobre la venta, conversaciones que fueron culminadas por sus herederos.
Entre los marchantes que no han podido igualar el órdago bañado en petróleo catarí estarían Larry Gagosian (que habría puesto sobre el tapete 168,5 millones de euros) y William Acuaqvella.

Trabajo.....David Trueba

La política es una eficaz oficina de empleo.
Si uno mira alrededor, incluso en tiempos de crisis, siempre encuentra puestos de trabajo inventados para ser ocupados por políticos.
Lo mismo da la embajada en Washington, que ahora ha recaído como premio especial de fin de carrera en Federico Trillo, que un consejo audiovisual como el catalán, que mientras dicta recortes publicitarios y de inversión en las cadenas públicas, aumenta los representantes políticos para que les cuadre su aritmética privada.
Dada la veneración que Trillo sentía por Honduras, tanta como para gritarle vivas a ese país aunque tuviera delante a los soldados de El Salvador, hubiera sido lo propio destinarlo de cónsul honorario a tan hermoso lugar.
Pero no, ahora cuando un ciudadano español pise suelo norteamericano ya sabe que si alguien le pega o le inoportuna se puede chivar a Trillo.
Los yanquis ya no recordarán con terror El Álamo, sino Perejil.
De igual modo, por muchas lecturas que uno haga de las elecciones entre los socialistas, queda la de mirar a los delegados como personas que aspiran a un puesto de trabajo que emane del regreso al poder político
. La derrota electoral ha sido toda una debacle laboral en las filas socialistas y más si se les evapora Andalucía.
De cualquier proceso democrático un partido sale siempre favorecido, aunque cueste aceptarlo. Rubalcaba, por 22 cuerpos de distancia, ha vencido en la competición con Carmen Chacón, que podrá volver a ser Carme, y es que en toda derrota siempre se gana algo.
Rubalcaba promete recuperar las esencias del socialismo.
La oposición es una medicina estupenda para reencontrarse con los principios y no con las comodidades del poder. Hasta se mentó el Concordato, quizá porque los socialistas reconocen sus asignaturas pendientes.
Pendientes porque ellos han querido. Siete años se les hicieron cortos.
Muy escasos de territorios de poder político, Rubalcaba tiene que dotar de contenido el ser oposición.
El país los necesita en plena forma, con ideas y contraste de pareceres frente a la enmienda a la totalidad de los conservadores. Rubalcaba prometió trabajo, trabajo y trabajo.
Puede que muchos entre las agrupaciones pensaran en sus perdidos empleos o en futuros puestos, pero la mayoría de los españoles entendió otra cosa. Esfuerzo, seriedad y principios.

La noche de Cibeles nos confunde

Quien se haya propuesto comparecer en todos los saraos de la semana de la moda de Madrid, con sus días y sus noches, precisará, como mínimo, de un tratamiento integral de oxígeno en tres fases, al estilo de las clínicas estéticas de lujo, para alcanzar la meta del domingo
. Acabamos de pasar el ecuador de la semana de marras y algunos ya no dan abasto
Recapitulemos.
El lunes, quienes saltaron de los salones del Palace (donde desfilaron Yono Taola y Nihil Obstat) al museo del Traje (sede del pujante Madrid Fashion Show) ya desembocaron en el Válgame Dios, el local de copas y confidencias de la Chueca no gay regentado por Santi Carbones (marido de Raquel Meroño).
El martes, el todo Madrid pijo, con Ana Botella al frente, se daba de empujones por copar la front-row de los Alvarno.
El dúo francoespañol ha hecho de la localización golosa y consistente su máxima baza para incrementar su número de VIPs por metro cuadrado. En esta ocasión convocaron en la residencia del embajador de Francia, el excelentísimo señor don Bruno Delaye
. Después de la copa con el embajador, el canalleo se instaló de nuevo en el Válgame Dios, centro nocturno neurálgico de un off Cibeles que se revela como una competencia desleal para lo que se avecinaba después con la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Al menos en lo que a festejos se refiere.
El miércoles existían dos alternativas: la ultrarrestringida y la popular.
La primera se acogió a la discreción de la boutique de Carrera y Carrera, en la calle Serrano, donde Juan Duyos y la firma de alta joyería celebraban el éxito de su colaboración en una fiesta para 50 personas que no buscaba las caras VIP ni la asistencia de la prensa, sino a clientas selectas de ambas marcas, relaciones públicas del mundo de la moda, altas ejecutivas y políticos de incógnito
Por su parte, el Ramsés reavivaba su mecha estrenándose como punto ineludible en las noches de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. La idea, según explican sus organizadores, es convertirlo en el sitio oficial durante estos días. Esa noche podía verse a Mario Vaquerizo sudándolo todo en la cabina y a la galerista Topacio Fresh o al cronista Josie (enfundado en un poncho de piel de elefante de Missoni) bailando a sus pies; a Carmen Lomana dándose besitos con su novio en la barra; a María Reyes embarazadísima y actores televisivos de todo pelaje (desde Javier Calvo, de Física o Química, hasta Pepón Nieto).
Aviso a navegantes cibelinos: esta noche es allí mismo la fiesta post-desfile de Amaya Arzuaga, mañana será la de Davidelfin, el sábado la de Maya Hansen y el domingo la de Rabaneda. Colarse es cuestión de morro y de superproducirse el look adecuadamente. Aunque esta noche la fiesta reina es la ya clásica de Yo Dona en el Villamagna, donde pincharán las adorabilísimas Brianda Fitz-James y Miranda Makaroff, existen alternativas. Como The Fashion Party, en La Turba, con los DJ Jaimote Island y Vicente Gallart.
Y los más avezados, probablemente, acabarán sumándose a la celebración del cumpleaños de Andrea Pascual, novia de Beltrán Gómez-Acebo, en el Maculato.
El viernes se producirá una extraña mezcla entre supervivientes cibelinos y guerreros de fin de semana en la cita obligatoria de la jornada: la de Aristocrazy, la línea joven de la joyería Suárez, en el sitio de moda, Luzi Bombón. Emiliano Suárez, su responsable, anuncia "fiestón" con barra de ostras y champán, sesión a cargo de la estilista e it-girl Natalia Ferviú y Vicente Gallart, photocall y, por supuesto, el vídeo del desfile proyectado a todo trapo.
El sábado, Juan Vidal desfila en el Centro Nacional de Danza, con cóctel después allí mismo.
Malas noticias: este año la desparramada fiesta de la revista V Spain se ha caído del cartel. Y el domingo, para la chavalada de El Ego, abren el Nasti de 23:30 a 5:30. Su oferta, precios populares y diseñadores en cabina. Dicen que solo se podrá acceder con contraseña... o con el look adecuado.